Se supone que al ser una chica fantasma no me asuste con facilidad, pero esta pequeña casa me pone la piel de gallina. No ayuda la corriente que corre por mi cuerpo y se concentra en mi entrepierna. Estoy sin cuerpo humano, tan incorpórea como debo serlo, pero siento que mi parte de chica palpita. La vergüenza me traga, los nervios hacen que juegue con mi cabello dando vuelta en el dedo.
—Puedes dejar de gravitar tanto —pidió con voz amortiguada Berwin.
Estoy tan despistada en mis sensaciones que no me fijé que parecía una bola de ping-pong flotando alrededor de mi lobo. Se me escapó la risa y levanté los hombros restándole importancia. Es que su cuerpo y el mío eran dos imanes. En ningún momento deseé poseerlo. El único anhelo era rozar cada parte de su enorme cuerpo antes de desvanecerme. La señora intimidante golpeó con su mano la mesa y se me fue un remilgo.
—Detengan su calenturiento y tomen asiento —nos mira a cada uno—, antes de que los saque a patadas —aumentó la voz la intimidante médium.
Sin protestar Berwin se sentó sobre sus rodillas y floté alrededor de ellos.
—Es mejor gravitar a su lado —comento para aligerar el ambiente.
—Te atormenta no saber nada de tu vida —la señora fue al grano y me detengo a centímetros de su rostro.
—¿Eres buena? —Solo quiero alargar su próxima petición
—Que estemos comunicándonos en este momento, responde tu ridícula pregunta —levantó sus cejas como si hubiera sido un crimen abominable y no una interrogante casual.
—No pierdas el tiempo, poséeme —murmuró aburrida y a ese pedido temía.
No me da buena vibra, nunca lo he hecho y no estaba en mis planes a largo plazo.
—No me gusta la idea, mejor nos vemos después Berwin —me desvanezco.
—Jamás te creí miedosa, es increíble —se mofó Berwin y cruzó de brazos.
Aparezco de momento en su rostro y no se asusta. Esperaba mi aparición y su mirada de superioridad me enoja.
—Miedo —resoplo indignada—, ¿cuándo has visto un fantasma asustado? —murmuro y se rió en mi cara el atrevido.
—Decídete niña —la irritable vocecita de Imogen me hace girarme y sin darle tiempo entro en su cuerpo.
La sensación es extraña, levanto las manos de la señora y las miro detenidamente. No me agrada estar en su cuerpo, es como si estuviera espiando a la señora cuando se da un baño. En el rostro de Berwin se le ve nervioso y miren quien era la miedosa. Se me ocurre sacarle la lengua y consigo que se sonría con esos dientes de comercial de pasta dental. Los ojos los pongo en blanco y levanto los rotos de la nariz.
—Es un poco espeluznante Bellicienta —un gato maúlla y él se giró hacia la ventana.
—¿Asustado? —susurro sarcástica.
—Más bien precavido —se defiende y sonrío.
Lo que daría por ver el rostro de Imogen sonriendo.
—Sácame una foto sonriendo —pido emocionada y Berwin se negó.
—De ninguna manera.
—Te besaré —pongo los labios de patos y me inclino para estar más cerca de él.
—¡Demonios Belli! —hace cruz con las manos—. No sigas, es demasiado.
Hazme el favor de concentrarte y piensa en tu último recuerdo.
Me sobresalto al escuchar en mi mente la voz gruñona de Imogen. Tendré pesadillas.
—Puedes avisar antes de gruñir en mi mente —levanto los ojos al techo—. Aunque sea fantasma debes ser considerada —hablo en voz alta y al mirar a Berwin lo encuentro con sus ojos desorbitantes.
—¿Estás hablando internamente con Imogen? —su curiosidad es grande y se acercó más a la mesa.
—Sí y no es bonito.
—Te entiendo —se acaricia los brazos.
Par de insolentes, cuando salgas de mi cuerpo los haré tener pesadillas por un mes.
—¡Hey, relájate señora! —levanto las manos en rendición.
—¿Está muy molesta? —preguntó hablando bajito Berwin (como si no fuera a escucharlo) y asiento—. Mejor concéntrate —puso su dedo índice en su boca y el silencio nos rodea.
—De acuerdo —respiro profundo en el cuerpo enorme de Imogen y cierro los ojos.
Es algo inmenso, puedo adentrarme en sus gustos y sus sentimientos. Una pared negra me detiene.
No tienes que entrometerte en mi vida, piensa en tu último recuerdo.
Sin embargo, no quiero hacerle caso a Imogen. Como si fuera una pintura descascarada le paso mi uña y quito pedazos. Poco a poco se ve una hija, rechazo y soledad. El sentimiento me envuelve y es doloroso.
Es imposible, eres poderosa. Tienes que apresurarte, me consumes y me siento agotada. Tus recuerdos, debes tener uno, sé que tienes visiones.
Retrocedo, me aparto de su dolor. Puedo sentir su cansancio. Debo avanzar y pienso en el chico de espalda ancha con el peñón.
No lo sueltes, escarba, tú puedes.
El instinto me pide a gritos que corra y eso hago corro con todas mis fuerzas. No importando las heridas en mis pies descalzos, el miedo a ser capturada me da la suficiente fuerza para ignorar el dolor. Su risa es escalofriante, sus pasos cada vez más cerca. Cometí un grave error he llegado al río. No tengo escapatoria y eso me hace temblar de los pies a la cabeza.
—¡Alinor, Alinor lo lamento! —comentó el hombre y de pronto sentí un agudo dolor en la cabeza.
El dolor es insoportable, me sostengo las manos y se me escapó un grito desgarrador.
—¿Qué ocurre Bellicienta? —escucho a Berwin preocupado.
Me duele niña, la cabeza es… es…
No termina de hablar Imogen y me asusto horrores. Caigo en la mesa sintiendo que el dolor me paraliza.
—¡Bellicienta sal, la nariz de Imogen sangra! —alzó la voz Berwin y me concentro para abandonar el cuerpo.
Sin embargo, el dolor me tiene amarrada. El silencio de Imogen dentro de mi cabeza me i***a a luchar. «La estas lastimando y no quieres herirla» me digo. «¡Sal Bellicienta, por un demonio sal!» Salgo gravitando y desde la altura observo el cuerpo de Imogen.
—Dime que está viva —pido desesperada y floto hacia el cuerpo de la señora inconsciente.
—Respira débil —dijo Berwin con la mano en la nariz ensangrentada de Imogen y lo veo sacar un pañuelo de su bolsillo de la camisa, limpió la sangre de la señora—. ¿Qué sucedió? —puedo ver su nerviosismo, pero eso no lo detiene de ayudar.
—Ella me pidió que viera el último recuerdo, mejor dicho la visión que vi cuando te conocí en el cementerio.
Imogen tosió, Berwin la sostiene de la espalda y la señora abrió sus ojos oscuros.
—Señora, perdón —gravito a su lado y siento una lágrima deslizarse.
Me quedo sorprendida al sentir la gota en mi mejilla.
—Eres demasiado poderosa niña, nunca había sentido que un espíritu me paraliza —la señora admirada alzó su mano y señaló mi lágrima—. Una prueba de lo especial que eres, además de mitad fantasma, debes ser una descendiente semidiós.
—¿Descendiente? —Berwin pregunta anonadado.
—Piensa lobo, un fantasma con cuerpo, tiene visiones y añádele ese inmenso poder —se levanto de la mesa con dificultad y Berwin le dio el pañuelo, lo tomó y puso en la nariz.
—Quieres decir que la línea la cruzó Bellicienta y por eso el caos —comentó Berwin sumergido en sus pensamientos.
—Su nombre es Alinor y el hombre que te seguía estoy segura que era un licántropo —murmuró Imogen concentrada en su mente.
—¿De qué m****a hablan? —se pasó la mano por el rostro frustrado Berwin—. No estuve dentro de ustedes.
—Pienso que la muerte de Alinor, fue premeditada —dijo Imogen y mis sospechas se han confirmado.
—¿Qué te lleva a esa conclusión? —cuestiona Berwin y su mirada intensa en la señora.
—Estaba poseído por un fantasma —respondo demasiada aturtida, me enfoque en los sentimientos que me abarcaron en el recuerdo.
En ese momento estaba viviendo todo de nuevo y no examine los detalles. Sin embargo, Imogen si pudo y me hizo virar a los acontecimientos. Pude ver la sombra oscura en la espalda ancha del tipo. Un fantasma poseyó al licántropo y sus palabras fueron.
¡Alinor, Alinor lo lamento!
Estoy caminando fuera del cementerio, intentando digerir todo lo poco que sé de la chica fantasma. Se llama Alinor, un licántropo poseído por un fantasma la mató y posiblemente fue planeado. Es algo imposible de creer, se supone que nos pueden poseer por la línea prohibida. No obstante, uno pudo hacerlo antes y sabía que matando a Alinor podría hacer que todos lo lograran. Solo son especulaciones de un alfa desesperado o perdido en sus labios. Bellicienta (todavía me es imposible llamarla por Alinor) está gravitando a mi lado. Me he dado cuenta que cuando está nerviosa juega con su cabello blanco y gravita alrededor de mi cuerpo. —Me llamo Alinor, no me suena nada y ni siquiera siento un dolor agonizante al mencionarlo. —Desde que dejamos la casa de la médium Imogen, no ha parado de parlotear.—¿Te da un dolor agonizante? —interrogé preocupado.Es mitad fantasma y humana, no me es difícil creer que sienta dolores. Se detiene al frente mío y con esos ojos hermosos me observa.—Aunque
Ha pasado una semana desde que decidimos ser un equipo, desde que la loba Leyla me poseyó o mejor dicho la llamé. Realmente cada momento que paso con el cuarteto nos une, sumando a Reuben. El chico de cabello rizado ha olvidado su rechazo a mi persona. Estamos en un bar de Newport, estamos cerca de la manada del sur, resulta que los licántropos poseídos han sido todos de esa manada. Para nada casualidad, eso nos ha mantenido especulando. Hemos sacado diez fantasmas del cuerpo de los licántropos, en lo que va de la semana. Cada momento que saco el alma de un fantasma, ruego que no sea Luke. Mi amigo me ha estado evitando desde ese día, desde que me reclamó mi falta de empatía y me enteré que está igual de solo que yo. Tengo dudas al respecto a estar sola, porque es cierto que no recuerdo nada de mi vida, pero nunca estuve del todo sin nadie. Luke siempre vagaba conmigo y lo extraño. Despierta de tu tristeza Belli, todo se solucionará. El bar no está lleno, se puede respirar sin nadie e
Al cruzar la muralla del castillo se ve como si todo estuviera en orden, no parece que hubiera una emergencia. Los nervios de Craig lo mantienen comiéndose las uñas, el silencio en el auto es insoportable. Los familiares de mi amigo viven en el ala del este y me estaciono cerca. Afuera se encuentra Neal y mira a todos lados. Es tanta la desesperación de Craig que no deja que apague el motor y se bajó corriendo. Lo alcancé en la entrada y él empuja a Neal, pero no lo deja entrar. —¡Suéltame, necesito ver a mamá y papá! —gritó embravecido, pero lo sostiene fuerte Neal.—¿Qué diablos sucede Neal? Déjalo pasar —lo empujo cansado que se entrometa en todo.Al darse cuenta que lo empujé, puedo notar que se intentó controlar y su mandíbula se aprieta. Lo reto con la mirada a que ataque y se retiró inclinando la cabeza.—¿Por qué no puede entrar a su casa? —controlo mi temperamento.—Su padre insistió que primero entre el alfa —su voz suena contenida.—No lo permitas Berwin, eres mi amigo —su
Siento un paño en la frente, mis párpados están pesados y escucho voces discutiendo. La cabeza me pesa y todo es oscuro a mi alrededor. La vision de un bosque me deslumbra y de un negro todo es a color de momento. La curiosidad me hace caminar por la grama y agaché la mirada encontrando como es habitual mis piernas al descubierto. En cambio, me tomó por sorpresa la camisa que se supone que es blanca ensangrentada, se encuentra rosada. El ruido de un lobo aullando me hace latir mi corazón y mis pies siguen el canto. Su aullido es como el canto de la sirena y me lleva por un sendero. Al final a orillas del río detecté un lobo gris y al sentir mi presencia se volteó amenazante. Es impresionante poder apreciar esos pozos por ojos oscuros, me hacen tambalearme. Mi memoria se refresca y reconozco al lobo, es Berwin. Me invade una emoción e intento ir a su encuentro, pero mi cuerpo se desvanece. El lobo busca por el bosque y se ve atemorizado de no hallarme. Sin embargo, sigo a su lado gravi
Me encuentro en el despacho del castillo con Neal y el cuarteto. Nos están informando de la investigación, el hombre un detective retirado de la manada y prácticamente no encontraron nada sobre el asesinato de los padres de Craig. Por supuesto no les creo ni una palabra, estoy furioso y me siento inútil. Después de desayunar en casa de Imogen, decidimos volver al castillo, Bellicienta está con Craig en mi cuarto. Sigue con cuerpo humano, no ha dicho mucho y solo pidió saber de Craig, evitando hablar de lo que le sucedió. Los dos días que estuvo inconsciente fueron desesperantes para mí y nos dividimos para cuidarla. Estuve entre la compañía, la investigación de los padres de Craig y pendiente de Belli. Mi amigo no ha hablado desde que aceptó la muerte de sus padres. Imogen pidió cuidarlo, pero él negó con la cabeza. —Por ahora no tenemos nada, las cámaras fueron desactivadas a esa hora —repite Neal con sus ojos marrones fastidiados. Con las manos unidas debajo de mi mentón lo visual
Siempre que estoy en un gran besazo con mi lobito, nos interrumpen y esta visita no me agrada. Tener al ángel guardián de la línea y ver su cara falsa, es un mal sabor de boca. Admito que tiene su belleza, no obstante pesa más su maldad. Estoy acariciando el brazo de Berwin, su cuerpo al natural tan cerca es lo más parecido al romance en mi vida. La visión de este hombre amenazando a Jason la tengo fresca en mi memoria y su unión con Buffy. Los ojos dorados de este hombre son peligrosos y ambiciosos. —Eres el guardián de la línea, asumo —no despego mis ojos de su imponente cuerpo—. Vaya tremendas alas para tan negro corazón —no pude contenerme.El hombre nos rodeó como animal, la barbilla de Berwin me gusta sentirla en mi arco del cuello y tras su inspección el ángel nos encaró.—Eres grosera. —Golpeó con su bastón una vez en el suelo y se formó una burbuja grande, dejándonos dentro.—Es increíble, el ángel hace magia Berwin —dije sarcástica y se empezó a reír mi lobito.—Es una bur
Le hago el amor lentamente, la poseo deleitándome con su cuerpo arqueado. Ella sigue mis estocadas, su boca entreabierta y su cuerpo se tensó indicando que está por llegar al clímax. Ella no sabe cuán conectados estamos de ahora en adelante. La reclamé y ella es mi compañera de vida. Todo cambiará, su corazón lo escucharé junto con el mío. Literalmente mi corazón ha compartido un espacio para el suyo y seremos uno para siempre. La unión es fuerte hasta las emociones sentiremos y por increíble que sea la percibo ya. Siempre había escuchado la plenitud que daba, pero no le di importancia. Se quedaron cortos con la descripción. La elevo aumentando el movimiento y acallo su gemido con un beso. Sostenerla mientras tiene las réplicas del orgasmo es el paraíso, sus ojos achispados me seducen. Ella es hermosa con su piel pálida y su aura de color, es mi arcoiris. Sostengo sus mejillas y rocé con mi nariz la suya. —¡Eres hermosa Bellicienta! —susurro en sus labios y ella busca mi boca, pero l
La comida de Selig, es a otro nivel y no puedo parar de comer el guiso de cordero (Cawl). Los chicos están peleando porque los dejé sin porción para repetir. Lo convertiré en mi chef personal, la carne salteada y el guiso saben a gloria. Todos refunfuñan, excepto Selig, está con los codos en la mesa recostado de su puño y me mira gustoso. —Conviértete en fantasma en lo que comemos —propuso Reuben y da un mordisco de su carne. —Selig cocinas increíble, el sabor a otro nivel —con la boca llena lo alabo. —No la molesten, que por ella cocino las veces que sean necesarias —sonríe de oreja a oreja, es lindo ver al serio de Selig mostrando sus dientes—. Bellicienta se ha devorado mi comida con una inmensa alegría y me alimenta el corazón —me pasó su porción de carne y se me humedecen los ojos, por vergüenza agaché la mirada. La vida es demasiado corta y me estoy permitiendo esta grandiosa oportunidad que se me ha concebido. Mi silla es arrastrada por Berwin, estoy entre medio de sus pie