Estoy caminando fuera del cementerio, intentando digerir todo lo poco que sé de la chica fantasma. Se llama Alinor, un licántropo poseído por un fantasma la mató y posiblemente fue planeado. Es algo imposible de creer, se supone que nos pueden poseer por la línea prohibida. No obstante, uno pudo hacerlo antes y sabía que matando a Alinor podría hacer que todos lo lograran. Solo son especulaciones de un alfa desesperado o perdido en sus labios. Bellicienta (todavía me es imposible llamarla por Alinor) está gravitando a mi lado. Me he dado cuenta que cuando está nerviosa juega con su cabello blanco y gravita alrededor de mi cuerpo.
—Me llamo Alinor, no me suena nada y ni siquiera siento un dolor agonizante al mencionarlo. —Desde que dejamos la casa de la médium Imogen, no ha parado de parlotear.
—¿Te da un dolor agonizante? —interrogé preocupado.
Es mitad fantasma y humana, no me es difícil creer que sienta dolores. Se detiene al frente mío y con esos ojos hermosos me observa.
—Aunque sea loco y difícil de creer, sí. Desde que crucé esa neblina y tuve cuerpo siento cosas que no debería.
Levanto la mano e intento tocarla. Es en vano, la traspasé y se siente una corriente helada.
—¡Mierda no hagas eso! —flotó de arriba abajo—. Se siente escalofriante.
—A mi me dio un frío peludo —le hago saber y frunció su ceño.
Es medianoche y veo que se acercan los chicos de la manada del sur. Alinor gravita detrás de mi cuerpo y los mira a cada uno.
—Llegó el cuarteto, ¿qué canción tocarán para mí? —Alinor dijo con su voz divertida.
—No seas tan payasa, puedo sellar tu alma —dijo el rubio de ojos azules y le dio una mirada amenazadora.
—Mira rubio —alzó una ceja desafiante el tipo, al escuchar mi sobrenombre—, disculpa no recuerdo los nombres, solo el de Meir. En fin, esto va para los cuatro, nadie sellará y amenazará a Bellicienta en mi presencia. Ella será parte de nuestro equipo.
—Si vamos a ser un equipo, exijo que nos conozcamos por nuestro nombres. Soy Takeo, no rubio.
—Perfecto, vuelvan a presentarse —insto, aceptando mi error.
—Takeo, eres muy creído —flotó cerca de su rostro Belli, y sacó la lengua—. Soy Bellicienta —es bueno que oculte su nombre real, hasta que averigüemos más información y le tendió la mano sonriendo.
—Mucho gusto Bellicienta, un nombre divertido para una fantasma divertida. —Para ser un chico de pocas palabras, creo que Belli se lo ha ganado.
—Soy Meir, ¿me recuerdas? —se tocó el pecho emocionado el chico.
Belli gravitó alrededor de su cuerpo y lo traspasó, haciendo que él se abrace a sí mismo.
—No me hagas recordar ese día Belli—pidió aturdido Meir.
—Disculpa, quería asegurarme que estás preparado para esta aventura. La última vez casi te mueres del susto Meir —en su voz no veo burla, es protección al chico que vio débil ese día.
—Si estas a mi lado sé que me defenderás, ¿cierto? —quiso saber Meir y le tiró una guiñada.
El lobo en mí se puso celoso.
—Sin ninguna duda, si estoy a tu lado te volveré a proteger —Belli se escuchó sincera y flotó al lado del que tiene el cabello rizado—. ¿Y tú cómo te llamas?
—Reuben, no te me acerques mucho —murmuró arisco y ella se empezó a reír.
—Todavía me temes, incluso Meir, que fue el poseído, es más listo que tú.
—Eres un fantasma y puedes poseerme si te da la gana —Reuben se defendió.
—Si hubiera querido ya estarías poseído, miedica —le hizo muecas Belli.
—Ya cállense, me presento soy Selig —habló el pelón cansado de este par—. Reuben deja de estar paranoico.
—Me caes bien Selig —gravitó en su cabeza y sopló en su calva.
—¡Rayos, eres muy traviesa Bellicienta! —se estremeció—. Te llamaré Bellamalvada si sigues con tus ocurrencias.
Se desvaneció y se escuchaba su risa de arcoiris. Definitivamente ella es única y especial como aseguró Imogen.
—Faltas tu lobito, preséntate —susurró en mi lóbulo derecho, sin mostrarse.
Sus locuras me van engatusando y estoy completamente envuelto en sus trucos.
—Como saben soy Berwin, el alfa de la manada del norte —murmuro serio y sonrío a medias cuando cayeron los pares de ojos en mí.
—¡Bravo! —se mostró y de pronto su cuerpo tomó forma—, he vuelto —chilló mirando sus manos.
Los chicos se quedaron con la boca abierta y algunos maldijeron.
—¡Oh, quiten esa cara! —le resto importancia con la mano—. Ya han pasado lo peor, ser amigos de un fantasma —soltó como si todos los días hicieras amigos fantasmas—. Ahora pueden ver mi parte humana.
—Es imposible —Selig, el calvo fue y la tocó—, estás fría, pero con cuerpo —subió la mano acariciando su brazo y llegó hasta su mejilla sonrojada.
No soporto y la aparto del manoseo de Selig. Al sentir mi mano, ella me miró ilusionada y pude ver su ojos expresivos que se dilataron.
—No la toques más —ordeno mirando a todos los chicos y carraspeo disimulando mis celos obvios.
La excitación en ella me cautiva. De la misma manera que me pone loco y celoso, puedo percibir que la afecto igual con tan solo mi toque.
«¡Maldita sea! Su excitación la han olido todos».
—Joder alfa, estas clavado por la chica fantasma y ahora humana —soltó Meir eufórico.
Los demás sonrieron y cuchicheaban entre sí.
—Es muy linda, no te culpo por perder la cabeza —dijo Takeo y cerró los ojos oliendo la excitación.
—¡Demonios, sí, es mía! —admito alzando la voz y sacando pecho—. No me importa lo que piensen —exploté y ella no ha dejado de mirarme cautivada.
No puedo apartar mi ojos de los suyos y la tomo de su pequeña cintura. Su gemido me impulsa a acercarla a mi cuerpo. Antes que se desvanezca la beso posesivamente. Delante de todos, para dejarles claro que ella será mía.
—Esto se llama comer frente de los pobres —no sé quién lo dijo y no me importa.
Sostengo sus mejillas y profundizo el beso. Belli me sostiene el cabello y tira, haciéndome perder el poco control. Deslizo mis manos por su espalda hasta llegar a sus nalgas y siento cómo se tensó al sentirme.
—¿Qué demonios ocurre aquí? —la voz de Craig me hace despegarme de Belli, y jadeamos desesperados.
Tenerla en mis manos aumenta mis ganas por ella y cada vez es más difícil soltarla. Tampoco ayuda su olor, es mi perdición. Sostengo su mano, necesitando sentir su toque. Busco la voz de mi amigo y sale de la tumba de Leyla.
—No les pedí que lo dejaran —les reclamo a todos.
—Lo hicimos, dudo que hubiera venido con nosotros —dijo Selig, el calvo.
Los estoy identificando mejor.
—Él estaba feliz por deshacerse de nosotros —comentó Reuben y no despega la mirada de Craig.
En ese se siente un trueno y una ventolera. Bellicienta da un leve brinco y la volteo a ver, se hunde entre sus hombros pasmada.
—He venido a visitar a mi compañera de vida —habla mientras se acerca Craig—, pero los olí a todos. Pensé que me habían seguido por órdenes tuyas, alfa —resopló y se escuchó resentido.
—Déjame explicarte todo Craig —pido antes que piense lo que no es.
—Ahora para qué, si no confías en mí —negó con la cabeza—. Me has cambiado por unos extraños, prácticamente. Específicamente los que se llevaron la vida de mi amor —su voz cargada de dolor y se me estremece el corazón.
—Nosotros no la matamos Craig —murmuró Takeo y se le ve afligido.
—Pero pertenecen a ellos, a la manada del sur y nada hará que vuelva a tener a mi compañera —su grito es desgarrador y se da golpes en el corazón—. Moriré solo porque nadie llenará ese vacío que tengo —se tiró de rodillas al terreno y suelto a Belli para consolar a mi amigo.
Corro hacia mi amigo y me apartó furioso. Craig está ahogado entre llanto.
—¡Aléjate, eres un traicionero! Era tu amiga —gritó y me tiró al suelo de un empujón.
Sin importar quién nos vea, coloco mi cabeza en mi rodillas y lloro. La noche se ensombreció y cayeron unas gotas gruesas de agua. Levanto la vista al sentir el agua y la neblina nos envolvía de pronto.
—Me odio por no poder socorrerla —admito a mi amigo—. Cada día me reclamo, era mi mejor amiga y ella se interpuso —el agua ha empapado toda mi ropa y en el cementerio solo se oyen los lamentos de dos lobos desconsolados.
La mano de Belli toca mi cabello mojado y sé que es ella sin mirar, su toque me da alivio. Al sentir su vacío la busco y la veo que se inclinó al frente de Craig. Mi amigo sigue llorando con la cabeza cabizbaja. Ella tocó su cabello marrón y estoy pendiente que no la lastime.
—Lo siento —la voz de Bellicienta ha cambiado y es… No puede ser, la voz es de Leyla—, no es culpa de nadie, me tocaba irme mi Pulga —mi amigo ha levantado el rostro y mira embobado a Belli—. Lograrás amar, porque no era tu alma gemela.
—Lo eres, esto que siento es un vacío —mi amigo se golpea fuerte el corazón y la mano de Belli lo detiene—. Lo eres, vuelve Leyla —rogó desesperado.
—Cuando conozcas a tu pareja te acordarás de estas palabras, siempre supe que no eras mi compañero. Pero en ese momento me hiciste la loba más feliz —se giró hacia mí y es extraño ver a Belli, su rostro, pero mi amiga dentro—. Cabeza de chorlito, no fue tu culpa. Decidí dar mi vida por ti, eres el alfa del norte. Además, necesitas salvar a una bella fantasma de sí misma. Ella es muy especial y necesita a alguien que le ayude a canalizar su poder. Esa persona serás tú, junto con tu equipo. Los apruebo —se levantó y fue con la camisa blanca toda pegada a su hermoso cuerpo por el agua, haciéndola ver una diosa. Se acercó al frente del cuarteto —Meir, Takeo, Selig y Reuben, serán importantes en esta aventura. Habrá momentos de duda, miedo, pero su unión es lo que los hará invencibles. Soy Leyla Hathaway, he muerto por una absurda guerra de poder y sé que ustedes serán mi justicia —el alma se desprendió del cuerpo de Belli y se convirtió en una mariposa violeta.
Enseguida el cuerpo de Belli se desplomó, pero Takeo la sostuvo. Recobré la cordura y me levanté preocupado por ella. Mis pies corrieron hacia su cuerpo inerte y llegué a su lado. Takeo aún anonadado me la dio y cargué en mis brazos. El agua cayendo más fuerte y su cabeza se refugió en mi hombro. Tenerla junto a mí, fue una explosión de poseerla y nunca soltarla. Bellicienta abrió sus ojos y lo primero que hizo fue acariciar mi mentón. Se me escaparon lágrimas de felicidad y anhelo.
—Eso fue escalofriante, no es tu culpa cabeza de chorlito —sonrió mostrando sus dientes y besé su frente al escuchar de sus labios el apelativo de mi amiga.
—Volviste Belli —respiré profundo y la apreté más.
—No me fui, escuché todo desde las sombras. Cuando los vi sufriendo, supe dentro de mi interior qué hacer y llamé el espíritu de la loba. Ella estaba gustosa de hablar con ustedes y ayudé.
Su cuerpo se desvaneció y me quedé con los brazos vacíos.
—Cada vez soy más humana —susurró en mi lóbulo izquierdo y tocó mi cabeza antes de ser incorpórea.
—Esto es una locura —se puso en pie Craig y recibió la lluvia en su rostro—, m*****a locura. Bellicienta o como te llames, cuenta conmigo para cualquier cosa. No olvidaré este momento —dijo Craig y se inclinó frente a Belli.
—Craig como dijo Leyla somos un equipo único y especial. Haremos que todo vuelva a la normalidad, no podemos permitir que los fantasmas y licántropos acaben con el mundo. Los inocentes siempre son los que sufren —comentó Belli, decidida y enfocada.
—¿Cómo podremos detener esa absurda guerra? —dijo Selig dudoso.
—No tengo reverenda idea, pero una cosa estoy segura que gravitaré alrededor de ustedes. Ya sea caminando o flotando, pero descubriremos y sellaremos el alma de quien se oponga a detenerse.
—¿Qué hay con los guardianes de la línea y si te atrapan? —titubeó Meir y se acercó a Belli preocupado.
—Nosotros seremos su escudo —comenté seguro.
No permitiré que se lleven a mi compañera de vida, porque estoy seguro que Alinor o Bellicienta es mi alma gemela.
Ha pasado una semana desde que decidimos ser un equipo, desde que la loba Leyla me poseyó o mejor dicho la llamé. Realmente cada momento que paso con el cuarteto nos une, sumando a Reuben. El chico de cabello rizado ha olvidado su rechazo a mi persona. Estamos en un bar de Newport, estamos cerca de la manada del sur, resulta que los licántropos poseídos han sido todos de esa manada. Para nada casualidad, eso nos ha mantenido especulando. Hemos sacado diez fantasmas del cuerpo de los licántropos, en lo que va de la semana. Cada momento que saco el alma de un fantasma, ruego que no sea Luke. Mi amigo me ha estado evitando desde ese día, desde que me reclamó mi falta de empatía y me enteré que está igual de solo que yo. Tengo dudas al respecto a estar sola, porque es cierto que no recuerdo nada de mi vida, pero nunca estuve del todo sin nadie. Luke siempre vagaba conmigo y lo extraño. Despierta de tu tristeza Belli, todo se solucionará. El bar no está lleno, se puede respirar sin nadie e
Al cruzar la muralla del castillo se ve como si todo estuviera en orden, no parece que hubiera una emergencia. Los nervios de Craig lo mantienen comiéndose las uñas, el silencio en el auto es insoportable. Los familiares de mi amigo viven en el ala del este y me estaciono cerca. Afuera se encuentra Neal y mira a todos lados. Es tanta la desesperación de Craig que no deja que apague el motor y se bajó corriendo. Lo alcancé en la entrada y él empuja a Neal, pero no lo deja entrar. —¡Suéltame, necesito ver a mamá y papá! —gritó embravecido, pero lo sostiene fuerte Neal.—¿Qué diablos sucede Neal? Déjalo pasar —lo empujo cansado que se entrometa en todo.Al darse cuenta que lo empujé, puedo notar que se intentó controlar y su mandíbula se aprieta. Lo reto con la mirada a que ataque y se retiró inclinando la cabeza.—¿Por qué no puede entrar a su casa? —controlo mi temperamento.—Su padre insistió que primero entre el alfa —su voz suena contenida.—No lo permitas Berwin, eres mi amigo —su
Siento un paño en la frente, mis párpados están pesados y escucho voces discutiendo. La cabeza me pesa y todo es oscuro a mi alrededor. La vision de un bosque me deslumbra y de un negro todo es a color de momento. La curiosidad me hace caminar por la grama y agaché la mirada encontrando como es habitual mis piernas al descubierto. En cambio, me tomó por sorpresa la camisa que se supone que es blanca ensangrentada, se encuentra rosada. El ruido de un lobo aullando me hace latir mi corazón y mis pies siguen el canto. Su aullido es como el canto de la sirena y me lleva por un sendero. Al final a orillas del río detecté un lobo gris y al sentir mi presencia se volteó amenazante. Es impresionante poder apreciar esos pozos por ojos oscuros, me hacen tambalearme. Mi memoria se refresca y reconozco al lobo, es Berwin. Me invade una emoción e intento ir a su encuentro, pero mi cuerpo se desvanece. El lobo busca por el bosque y se ve atemorizado de no hallarme. Sin embargo, sigo a su lado gravi
Me encuentro en el despacho del castillo con Neal y el cuarteto. Nos están informando de la investigación, el hombre un detective retirado de la manada y prácticamente no encontraron nada sobre el asesinato de los padres de Craig. Por supuesto no les creo ni una palabra, estoy furioso y me siento inútil. Después de desayunar en casa de Imogen, decidimos volver al castillo, Bellicienta está con Craig en mi cuarto. Sigue con cuerpo humano, no ha dicho mucho y solo pidió saber de Craig, evitando hablar de lo que le sucedió. Los dos días que estuvo inconsciente fueron desesperantes para mí y nos dividimos para cuidarla. Estuve entre la compañía, la investigación de los padres de Craig y pendiente de Belli. Mi amigo no ha hablado desde que aceptó la muerte de sus padres. Imogen pidió cuidarlo, pero él negó con la cabeza. —Por ahora no tenemos nada, las cámaras fueron desactivadas a esa hora —repite Neal con sus ojos marrones fastidiados. Con las manos unidas debajo de mi mentón lo visual
Siempre que estoy en un gran besazo con mi lobito, nos interrumpen y esta visita no me agrada. Tener al ángel guardián de la línea y ver su cara falsa, es un mal sabor de boca. Admito que tiene su belleza, no obstante pesa más su maldad. Estoy acariciando el brazo de Berwin, su cuerpo al natural tan cerca es lo más parecido al romance en mi vida. La visión de este hombre amenazando a Jason la tengo fresca en mi memoria y su unión con Buffy. Los ojos dorados de este hombre son peligrosos y ambiciosos. —Eres el guardián de la línea, asumo —no despego mis ojos de su imponente cuerpo—. Vaya tremendas alas para tan negro corazón —no pude contenerme.El hombre nos rodeó como animal, la barbilla de Berwin me gusta sentirla en mi arco del cuello y tras su inspección el ángel nos encaró.—Eres grosera. —Golpeó con su bastón una vez en el suelo y se formó una burbuja grande, dejándonos dentro.—Es increíble, el ángel hace magia Berwin —dije sarcástica y se empezó a reír mi lobito.—Es una bur
Le hago el amor lentamente, la poseo deleitándome con su cuerpo arqueado. Ella sigue mis estocadas, su boca entreabierta y su cuerpo se tensó indicando que está por llegar al clímax. Ella no sabe cuán conectados estamos de ahora en adelante. La reclamé y ella es mi compañera de vida. Todo cambiará, su corazón lo escucharé junto con el mío. Literalmente mi corazón ha compartido un espacio para el suyo y seremos uno para siempre. La unión es fuerte hasta las emociones sentiremos y por increíble que sea la percibo ya. Siempre había escuchado la plenitud que daba, pero no le di importancia. Se quedaron cortos con la descripción. La elevo aumentando el movimiento y acallo su gemido con un beso. Sostenerla mientras tiene las réplicas del orgasmo es el paraíso, sus ojos achispados me seducen. Ella es hermosa con su piel pálida y su aura de color, es mi arcoiris. Sostengo sus mejillas y rocé con mi nariz la suya. —¡Eres hermosa Bellicienta! —susurro en sus labios y ella busca mi boca, pero l
La comida de Selig, es a otro nivel y no puedo parar de comer el guiso de cordero (Cawl). Los chicos están peleando porque los dejé sin porción para repetir. Lo convertiré en mi chef personal, la carne salteada y el guiso saben a gloria. Todos refunfuñan, excepto Selig, está con los codos en la mesa recostado de su puño y me mira gustoso. —Conviértete en fantasma en lo que comemos —propuso Reuben y da un mordisco de su carne. —Selig cocinas increíble, el sabor a otro nivel —con la boca llena lo alabo. —No la molesten, que por ella cocino las veces que sean necesarias —sonríe de oreja a oreja, es lindo ver al serio de Selig mostrando sus dientes—. Bellicienta se ha devorado mi comida con una inmensa alegría y me alimenta el corazón —me pasó su porción de carne y se me humedecen los ojos, por vergüenza agaché la mirada. La vida es demasiado corta y me estoy permitiendo esta grandiosa oportunidad que se me ha concebido. Mi silla es arrastrada por Berwin, estoy entre medio de sus pie
Levanté en mis brazos a Bellicienta, después de la visión se desplomó y la acosté en mi cama. El dolor de ella me llegó en olas embravecidas, me costó respirar y más sin poder hacer nada para sosegar su dolor. Ella se debió ir a ese plano que me contó apenas, se refugió en las nubes y el cielo de color. Hubiera querido que se aferrara a mí, pero la entiendo y beso su frente. Los chicos están preocupados pero los tranquilicé, ella está bien dentro de lo posible. —Vamos al hospital, ¿en dónde queda ubicado? —Les pregunto al cuarteto. —En Flintshire, a tres horas —dijo Meir y entró Craig a la habitación.Todos nos quedamos pasmados, caminó como zombie arrastrando los pies. —Ve que la cuidaré —susurró con su voz rasposa y miró el cuerpo de Belli. —Vamos los llevaré al hospital, mientras Craig cuida a nuestra chica fantasma. —Se ofreció Reuben, sin aceptar un no con la mirada.Craig se acomodó al lado de Belli y Takeo está sentado en el borde de la cama callado. —Cuando se despierte