Hoy me tocaba trabajar pero no me presente, no se si fue miedo o el odio que sentía por mi jefe, al insinuar que era una puta barata que se acostaba con cualquiera, sentía deseos de matarlo, destrozarlo con mis propias manos, pero cuando la imagen y el recuerdo de aquel ardiente beso llegaba a mis pensamientos sentía como mi cara ardía, sentía el calor recorrer mi cuerpo y aquello me avergonzaba, no sé qué pasaba conmigo, jamás he sido así.
He tenido un solo novio desde que tenía 16 años y hace solo dos años rompimos, Andrew ha sido el único alfa con el que he estado, pero aquella actitud autoritaria de mi jefe me ponía mal y no puedo negarlo.—Aaaaaah—grité frustrada— ¿Qué sucede contigo Luar?—me preguntaba.Decidí llamar a una pizzería para poder comer algo porque no creía poder cocinar nada en el estado en que me encontraba, tome el teléfono y así lo hice, a los pocos minutos sentí el timbre de mi departamento sonar, era extraño que la pizza llegara tan rápido pero no le di importancia y abrí la puerta sin mirar antes y allí estaba, aquel endemoniado hombre de apellido Collins.—¿Qué hace en mi casa jefe?—dije, no supe de dónde saqué la valentía para hablarle así.—¿Por qué no fue a trabajar Luar? Acaso no le dije que la quería temprano en la empresa?— en su voz se podía notar la molestia.—No me sentía bien, estaba indispuesta, pero mañana iré sin falta—respondí agachando la mirada y jugando con mis manos era lo que me tranquilizaba cuando me sentía ansiosa y en estos momentos sentía que mis nervios no me ayudaban.—Puede ser que ya mañana no haga falta en la empresa y cuando llegue ya su puesto de asistente fue ocupado.Levanté la mirada, abrí tan grande mis ojos que estoy segura de que mi jefe pensó que se me saldrían, acaso el muy hijo de puta me despediría solo por ponerlo en su lugar?En estos momentos no podía quedarme sin trabajo, tenía que pagar demasiadas cuentas, este hombre es lo peor que existe.—Pero señor yo...— ¿Con que se va a justificar? Usted faltó hoy al trabajo sin razón alguna.— Señor le digo la verdad, no me..— Llevas tiempo trabajando para mí y no le conocía por mentirosa— comenzó acercarse a mí peligrosamente, su rostro una vez más se encontraba demasiado cerca de mí, sentía que comenzaría a hiperventilar en cualquier momento, realmente mi jefe me ponía nerviosa.—¿Es usted la señorita Luar? Traigo su pizza— escuché que decían desde atrás de Kim.—Sssí, soy yo— dije apartandome de mi jefe para atender al chico, le daba gracias a la madre luna de que aquel beta llegará a tiempo, he comenzado a pensar que no podré negarme a los deseos de Kim, ese hombre es malditamente sexy, además mi lobo no colabora, cada vez que lo tengo cerca el muy tonto comienza a mover su cola y se pone feliz.Le pagué al chico, solo me gire unos segundos para tomar el dinero y sin saber cuándo mi jefe ya se encontraba sentado en el sofá de mi casa con sus largas piernas cruzadas y una de sus manos encima del respaldo, su cuerpo estaba ligeramente girado hacia mi dirección y me miraba con aquellos ojos tan negros como la noche, parecía un depredador esperando pacientemente para devorar a su presa, un escalofrío recorrió mi columna vertebral, pero no le dije nada, solo cerré la puerta y me dirigí a la cocina para dejar mi pizza en la meseta.—¿Quiere un trozo señor Collins?—me gire para encontrar a mi jefe delante de mí.—No—dijo con voz ronca—Te quiero comer a ti.No sé cómo, ni cuando paso, pero ahora me encontraba sentada en la meseta de mi cocina y a mi jefe comiéndome la boca con desesperación, esperen yo lo estaba permitiendo! le seguía el beso!Me separé de él y lo miré.— ¿Qué?—me dijo—Esto no está bien señor, yo...— me interrumpió.— ¿Qué es lo que no está bien Luar?— dijo apretando un poco el puente de su nariz.Traté de bajar de dónde me encontraba sentada, pero no me lo permitió, con una de sus manos agarró mi cintura.—Usted es mi jefe y yo solo su asistente, además se cree que caeré así como así por sus encantos, por verse tan...— lo vi reír, creo que era la primera vez que lo veía hacerlo—Bueno eso, que no soy como todas las demás omegas que se dejan arrastrar por su instinto animal y son unos sumisos de los alfas, le explicó señor que no soy para nada así, yo....—Luar—me quedé en silencio— Solo somos dos adultos que se desean y cuando es así pues tienen sexo y no pasa nada con eso, si, sé que soy tu jefe y aunque no lo creas jamás me he acostado con nadie que trabaje para mí.—Entonces porque insiste tanto conmigo?— No lo entiendes, me gustas y te deseo, no sé porqué, eso no me lo pregunte, pero no me gustó escuchar ayer como Kai se te acerco y te invito a salir— decía frunciendo el ceño.—¿Usted es celoso? el gran señor Collins—reí un poco burlón—Por favor señor es solo capricho, curiosidad, que se yo, lo mejor sería dejarlo así y nada más, no nos compliquemos.— Entonces quiero satisfacer mi curiosidad—se acercó más a mi cuerpo, unos de sus dedos acariciaba por encima de mi blusa mis caderas, haciendo pequeños círculos, una sonrisa ladina se asomaba en sus finos labios, los mismo que me estaban haciendo perder la razón, mi jefe era tan malditamente sexy.— Y si yo no quiero?—pregunté.—Vamos Luar tú también lo deseas.—¿Quién dijo…?—No seas mentirosa pequeña.—Yooo, aaaah.Me había quedado en blanco cuando sentí su lengua recorrer desde mi mandíbula por todo el cuello hasta mis clavículas dejando una pequeña mordida allí.—Entonces, ¿qué decía?—susurrándome al oído para después morder el lóbulo de mi oreja, solo deje escapar un gemido.— Pues entonces le quitaré la curiosidad.Terminé de decir aquello para atrapar sus labios y morderlos ligeramente, pase mis manos por su cuello y enrede mis piernas en su cintura, al carajo, dejaría que mis instintos hicieran lo que tanto deseaba, ya mañana me arrepentiría de lo que voy hacer, pero ahora me disfrutare a mi jefe.Caminó conmigo encima hasta el sofá y me depositó en él, quedando encima de mí, sus traviesas manos exploraban por debajo de mi blusa cada centímetro de mi piel, que me hacían perder la razón, quería más, mucho más e iba por ello, me gire para quedar encima de él, quite mi blusa y lo ayude a quitar su saco y toda aquella tela que nos molestaba dejando ver su formado abdomen.Comencé a dejar húmedos besos por todo su pecho bajando de a poco hasta llegar a sus pantalones, alze la vista y lo vi con una ceja arqueada y su característica sonrisa maliciosa, me encantaba.Retiré sus pantalones y los boxes dejando ver todo lo que hasta ahora estaba oculto bajo su ropa.En un astuto y rápido movimiento por parte de mi jefe quedé debajo de su maldito y exquisito cuerpo tan bien formado que me traía loca desde hace tiempo. Estaba tumbada de espaldas en el sofá con las manos de mi jefe apoyadas a ambos lados de mi cuerpo.De repente me fijé en su dedo anular, una alianza que destacaba a la luz.Me despertó el dolor y la luz que entraba por mi ventana, me levanté con dificultad, miré a mi alrededor y solo pude encontrar una pequeña nota que me dejó mi jefe junto a la cama.Hoy puedes tener el día libre.Mi corazón se aceleró al recordar que había dormido con mi jefe toda la noche, aún podía sentir su aroma en mi.Intenté apartar mi mente del anillo... ¿Se va a casar el jefe?No quería hacer nada, por lo que me pase el día tirada en el sofá viendo la tele.Vivía la esperanza de que en algún momento mi jefe me enviara un mensaje o me llamara, pero nada sucedió.El sueño me venció y me quedé dormida cuando de repente mi teléfono comenzó a sonar, me desperté y fui a parar al suelo debido al susto.—Aaaaaaah, es mi jefe—grite, me estaba llamando, trate de calmar mis nervios y descolgar el teléfono.—Si señor Collins—debía escucharme tranquila y desinteresada.—Pasaré por su departamento Luar, estoy cerca de allí—me sentí como tonta, aaaaaah, qué estúpida era cuando se trataba de
Aparté a mi jefe con todas mis fuerzas, ahora era como un lobo peligroso, respiré hondo y levanté la cabeza.—Estoy segura jefe, además, aquí menciona que usted está comprometido y se va a casar, que vendría siendo yo, solo una puta?—cruzando mis brazos— Pues sabe que le digo, que no, además señor aunque yo aceptará venderme—deje escapar un suspiro, estaba a punto de perder los estribos por tan descabellada idea—Nunca me atrevería a acercarme a su Omega, yo se cual es mi lugar y no creo tener la autoestima tan baja, por eso mismo no acepto esta desfachatez—dije sonando lo más segura posible.—Mi compromiso es algo aparte, son solo negocios, nos conocemos hace tiempo y quién mejor para unir mi vida que a la persona que te conoce bien, pero ese no es el tema aquí, solo lealo mejor, tendrá bastantes ventajas ser mi Puta como usted dijo, que no lo trataría así—en sus labios se reflejaba claramente una sonrisa ladina.—Yo no quiero nada de usted.—¿Segura Luar? Todos tienen un precio—sus p
En estos momentos mi pecho y rostro se encontraban contra el escritorio de mi jefe, mientras este arremete contra mi con fuerzas, trato de ahogar mis gemidos debido a que me podían escuchar afuera y eso sería verdaderamente vergonzoso, no podría volver a mirar a la cara a ninguno de mis compañeros de trabajo.Sentí como enredaba sus dedos en mi cabello tirando un poco de ellos y girando mi cabeza hacia un lado, mientras preguntaba cerca de mi oído si me gustaba lo que me hacía, pero al ver que no le respondía sus estocadas se volvieron aún más fuertes y dejé escapar un gemido y una traicionera lágrima rodo por mi mejilla debido al dolor que sentía.–Te escucharan afuera Luar, ahora contesta–me dijo demandante, en su voz se notaba el sarcasmo y una media sonrisa se reflejó en sus labios.Esta vez no fue como la primera, hoy no fue delicado, más bien era como si estuviera empeñado en hacerme sentir dolor, como un castigo, como si hubiese hecho algo mal. Que estúpida fui al pensar que p
Gracias a la madre luna era fin de semana y estaba de descanso, pero lo único en lo que podía pensar era en la escena de coqueteo entre mi jefe y su prometida, y en lo que realmente significaban sus últimas palabras.El timbre de la puerta sonó de repente, quién vendría a visitarme en medio de la noche.Frente a mí se encontraba mi jefe y no se veía muy bien, su bello rostro se veía demacrado y se podía notar claramente que había llorado, algo que me sorprendió.Sus ojos se encontraban rojos e hinchados y se veían los rastros de lágrimas en sus mejillas, su mirada no era oscura como de costumbre, se veía reflejada la tristeza en ellos, aquella escena solo me hizo sentir una fuerte punzada en el pecho y pude sentir a mi lobo aullar de dolor.–Hola señor Kim – fue lo único que se me ocurrió decir.–Hola Luar – me regaló una amarga sonrisa –Puedo pasar? – yo solo asentí.Ya dentro del apartamento él se sentó en silencio, no sabia que hacer o decir, en todo el tiempo que llevo a su lado c
KimHace unos días me mostré débil ante Luar, debí haberme controlado y no dejarme arrastrar por sentimientos absurdos y la tristeza, ahora sabe cosas de mi pasado y eso no es bueno, al menos no para mi.Necesito mantener mis sentimientos fuera de nuestro acuerdo, no me puedo enamorar, soy un hombre comprometido y voy a casarme, ella no encaja en mi mundo.Cuando comenzó a trabajar para mí y vi aquella pequeña Omega de cabello negro quede hipnotizado.Posee un rostro angelical, sus ojos almendrados son muy expresivos y siempre mantiene una sonrisa en sus labios, aquellos labios carnosos con un leve rosa natural, que me vuelven loco.Su cuerpo no es tan delgado como las chicas que conozco, pero posee una cintura pequeña que la hace ver muy sensual.Jamás me lo insinúe, siempre la he tratado como una empleada más pero cada vez que la tengo cerca mi corazón se acelera y mi lobo no para de mover su cola sintiéndose feliz, aspirando su dulce aroma a fresas.Pero aquella tarde en que escuch
Luar Mi teléfono sonó y en la pantalla aparece el nombre de mi mejor amiga Cristal. –Hola Cris, acabas de recordar que aun sigo con vida? –le dije molesta. – Perdón pequeña – ella siempre me ha tratado con mucho cariño – Pero es que mi trabajo absorbe todo mi tiempo. Cristal siempre ha estado para mí cuando la he necesitado, por ella pude venir a la ciudad y me dio alojamiento en su casa en lo que yo conseguía trabajo. Mi amiga es una omega realmente hermosa, pero a pesar de su linaje, es una chica fuerte y segura de sí misma, jamás le ha importado la opinión de los demás y no se deja doblegar por ningún Alfa. Su niñez en el pasado fue triste y bastante difícil, siendo muy pequeña, tenía que ver como su padre maltrataba a su mamá, además de tener que proteger a sus hermanos pequeños de no ser golpeados por aquel animal que tenían como padre. La pobre chica se la pasaba llena de moretones al ponerse como escudo para que no tocaran a los niños. Al haber tenido un pasado tan dolor
– Buenos días – escuche una suave voz. – Buenos días – dije levantando mi mirada de los papeles que ordenaba para mi jefe. Allí estaba ella, aquella chica de pelo castaño y rostro hermoso, sus labios tenían reflejado una leve sonrisa, una que no me parecía sincera para nada. – ¿Cómo trata a su nuevo juguete Kim?– sus palabras sonaban a burlas. – El señor Kim está reunido en estos momentos, pero puede sentarse y esperar, en cuanto termine le avisaré que usted se encuentra aquí – trataba de ignorar lo que decía, al final tiene razón para sentirse molesta, yo solo soy la otra. – Entonces esperaré – mientras caminaba lentamente hacia mi mesa de trabajo. Nunca he sido partidaria de juzgar a las personas a la primera, pero la señorita Alice no era la tierna y dulce omega que aparenta ser. – Desea que le traiga algo en lo que espera? – pregunté lo más amable que pude. – No quiero nada – me miraba como si fuera menos que ella, con aires de superioridad. – Segura – respiraba hondo para
No queda nadie en la empresa, es demasiado tarde, hoy fue un día demasiado agitado, entre reuniones, firmas de contratos, nuevos inversionistas, querían dejar todo listo ya que con las fiestas navideñas viajan a ver a sus familiares.Yo apenas tuve tiempo ni para comer,extraño mucho a mis padres y hermano, pero esta vez no podré ir, tengo demasiado trabajo y no quiero retrasarme, en cuanto tenga vacaciones iré.Mis piernas me duelen, estos tacones son demasiados incómodos para trabajar, pero el protocolo lo exige.– Aaaaah malditos zapatos los odio.– ¿Sucede algo señorita Luar? – escuché la voz de mi jefe.– No, nada señor – asintió.– Venga a mi oficina por favor – terminando de dar la orden entró.Ahora que quiere mi jefe, ando muerta de cansancio y solo quiero irme a mi departamento, necesito dormir.Me acomodé mis zapatos e hice lo que me pidió.– Dígame señor Kim.– Acérquese – dijo palmeando su regazo.– ¿Cómo? – no puedo creer que quiera algo a estas horas.– Acaso no me escu