Ahora me encontraba en el supermercado haciendo las compras de la semana cuando de repente mi teléfono comenzó a sonar, era mi jefe, que quería ahora este hombre, ya mi jornada laboral había concluido y bastante tarde por cierto.
—Diga jefe.—Te necesito ahora aquí, ya.— Pero...Ni siquiera dejo que contestara para ese entonces ya me había colgado.Mi jefe es un tipo muy exigente, que no entiende razones algunas, muchas veces suele ser cruel, en el poco tiempo que llevo trabajando para él he podido ver cómo ha despedido a varios de mis compañeros por pequeños errores.Debido a eso trato siempre de tener las cosas antes de que me las pida y si no lo hago a una velocidad de la luz y lo más perfecto posible, a veces me asombro de todo lo que logró hacer, lo menos que necesito es ser despedida. Hace un año mi padre fue echado de la empresa en la que trabajaba, acusado de haber robado, aunque no lo encarcelaron tiene que pagar ese dinero pero nadie le da trabajo, mi madre se enfermó debido al exceso de trabajo por lo que me vine a la ciudad con ayuda de mi amiga para así poder ayudar con la matrícula de la universidad de mi hermano y la deuda.Suspire y lo poco que había logrado tomar de los estantes corrí a pagarlo para así salir corriendo a la empresa.Al llegar ya no había nadie en el lugar, era demasiado tarde, entonces dejé mi pequeña compra en mi mesa de trabajo y me dirigí a la puerta de su despacho dando unos pequeños toques, no quería molestarlo, eso nunca es bueno.— Pase—lo escuché decir.—Dígame jefe, ¿en que le puedo ayudar?—Toma asiento por favor.Yo asentí e hice lo que me pidió, aunque me pareció algo extraño, estaba siendo amable?A su manera no, pero así me pareció.—¿Hace cuanto trabajas para mí?Me dijo mirándome con aquellos ojos tan negros y penetrantes que me daban miedo, que habría echo mal? Acaso me va a despedir?— Yo...— tomé una bocanada de aire para poder seguir— Menos de un año señor, creo que 10 meses.Lo vi asentir y mirar hacia afuera a través del gran ventanal de cristal que había en la oficina, me volvió a mirar.—¿Por qué permitistes que mi socio y amigo te coqueteas?— me preguntó con el ceño fruncido.—Perdón señor?— pregunté.— Kai, Luar, hablo de él.—No me coqueteaba señor—respondí algo confundida, no entendía lo que sucedía, ni a donde iría la conversación.Vi como se levantó de su asiento y comenzó a caminar hacia mi dirección, todo mi cuerpo tembló, mi jefe podría ser un hijo de Puta de vez en cuando y el ser más frío que he conocido pero también era hermoso, apuesto y no puedo negar que me gustaba, pero solo eso.El tener algo con mi jefe solo podía vivir en mi cabeza, para mi es solo alguien inalcanzable, solo un sueño que jamás se haría realidad.De pronto lo tuve demasiado cerca de mi rostro, casi rozando sus labios con los míos, trague en seco, me sentía realmente nerviosa.— Escuché cuando te invitaba a salir—las palabras no me salían pero tenía que responderle.— El Señor solo me invitó a un almuerzo, pero como compañeros de trabajo, solo eso.Ahora me encontraba dándole explicaciones de mi vida a mi jefe y no sabía por qué.Vi como sus ojos se clavaron en mis labios y se relamió los suyos, que estaba pasando? Acaso mi jefe me estaba coqueteando?Su cercanía era demasiada y mi cuerpo no dejaba de temblar, estaba realmente intimidada por mi jefe y él parecía darse cuenta de aquello y disfrutarlo porque mantenía una sonrisa maliciosa que me ponía aún peor.Sentí como su pulgar acariciaba mi labio inferior y mi corazón comenzó a latir a mil, pareciese que se saldría de mi pecho, me atrevería a decir que de lo fuerte que latía Kim podía escucharlo, se separó de mí e hizo que me pusiera de pie, sentía que mis piernas me traicionaría en cualquier momento y que caería al suelo allí mismo.Su gran mano agarró mi cintura y la apretó con suavidad, yo no podía reaccionar y sin darme cuenta sus labios habían tomado los míos, los lamía y los succionaba, al principio fue algo suave pero con el pasar de los segundos se volvió algo intenso y fue cuando sentí que mordió mi labio, debido al dolor abrí mi boca y él aprovechó para introducir su lengua, aquel travieso músculo que comenzó a explorar mi cavidad bucal a su antojo y fue cuando reaccione y lo aparte de mi con un ligero empujón.—Señor que hace?—me miraba a los ojos mientras pasaba uno de sus dedos por su boca, su sonrisa ladina y su mirada maliciosa me tenían inquieta.《¿Qué pretendía mi jefe con aquella actitud?》《¿Qué quería de mí?》《¿Qué se creía que era yo?》— ¿Qué? No te gusto yo, ¿ves más atractivo a Kai? a que con el si te acostarías verdad?— escupió todas aquellas palabras que me hicieron enojar y sin pensarlo lo abofeteé, que se creía para hablarme así.— No se confunda señor, no me gusta el señor Kai y mucho menos usted, yo no estoy aquí para acostarme con nadie, yo estoy aquí para trabajar— sin decir más me di la vuelta y me dirigí a la puerta.—Luar detente ahí ahora mismo—me grito, mi cuerpo reaccionó aquello y me detuve en seco, acaso mi jefe había utilizado su voz de mando en mi y yo como toda una tonta Omega había reaccionado.Lo sentí cerca de mi cuerpo, su respiración en mi nuca, me estaba olfateando.—Me encanta tu aroma—me susurro al oído—Tu olor a fresa me encanta desde el primer momento en el que lo sentí—dejándome un húmedo beso en el cuello— Puedes retirarte Luar mañana te quiero temprano aquí— sentí como se alejó.Apenas podía poner un pie delante de otro, prácticamente salí corriendo de aquella oficina, sin darme cuenta había dejado mis compras encima de mi mesa, pero que carajos, necesitaba llegar a mi casa, tenía que salir de allí.— Serás mía pequeña, ya verás.Hoy me tocaba trabajar pero no me presente, no se si fue miedo o el odio que sentía por mi jefe, al insinuar que era una puta barata que se acostaba con cualquiera, sentía deseos de matarlo, destrozarlo con mis propias manos, pero cuando la imagen y el recuerdo de aquel ardiente beso llegaba a mis pensamientos sentía como mi cara ardía, sentía el calor recorrer mi cuerpo y aquello me avergonzaba, no sé qué pasaba conmigo, jamás he sido así.He tenido un solo novio desde que tenía 16 años y hace solo dos años rompimos, Andrew ha sido el único alfa con el que he estado, pero aquella actitud autoritaria de mi jefe me ponía mal y no puedo negarlo.—Aaaaaah—grité frustrada— ¿Qué sucede contigo Luar?—me preguntaba.Decidí llamar a una pizzería para poder comer algo porque no creía poder cocinar nada en el estado en que me encontraba, tome el teléfono y así lo hice, a los pocos minutos sentí el timbre de mi departamento sonar, era extraño que la pizza llegara tan rápido pero no le di importa
Me despertó el dolor y la luz que entraba por mi ventana, me levanté con dificultad, miré a mi alrededor y solo pude encontrar una pequeña nota que me dejó mi jefe junto a la cama.Hoy puedes tener el día libre.Mi corazón se aceleró al recordar que había dormido con mi jefe toda la noche, aún podía sentir su aroma en mi.Intenté apartar mi mente del anillo... ¿Se va a casar el jefe?No quería hacer nada, por lo que me pase el día tirada en el sofá viendo la tele.Vivía la esperanza de que en algún momento mi jefe me enviara un mensaje o me llamara, pero nada sucedió.El sueño me venció y me quedé dormida cuando de repente mi teléfono comenzó a sonar, me desperté y fui a parar al suelo debido al susto.—Aaaaaaah, es mi jefe—grite, me estaba llamando, trate de calmar mis nervios y descolgar el teléfono.—Si señor Collins—debía escucharme tranquila y desinteresada.—Pasaré por su departamento Luar, estoy cerca de allí—me sentí como tonta, aaaaaah, qué estúpida era cuando se trataba de
Aparté a mi jefe con todas mis fuerzas, ahora era como un lobo peligroso, respiré hondo y levanté la cabeza.—Estoy segura jefe, además, aquí menciona que usted está comprometido y se va a casar, que vendría siendo yo, solo una puta?—cruzando mis brazos— Pues sabe que le digo, que no, además señor aunque yo aceptará venderme—deje escapar un suspiro, estaba a punto de perder los estribos por tan descabellada idea—Nunca me atrevería a acercarme a su Omega, yo se cual es mi lugar y no creo tener la autoestima tan baja, por eso mismo no acepto esta desfachatez—dije sonando lo más segura posible.—Mi compromiso es algo aparte, son solo negocios, nos conocemos hace tiempo y quién mejor para unir mi vida que a la persona que te conoce bien, pero ese no es el tema aquí, solo lealo mejor, tendrá bastantes ventajas ser mi Puta como usted dijo, que no lo trataría así—en sus labios se reflejaba claramente una sonrisa ladina.—Yo no quiero nada de usted.—¿Segura Luar? Todos tienen un precio—sus p
En estos momentos mi pecho y rostro se encontraban contra el escritorio de mi jefe, mientras este arremete contra mi con fuerzas, trato de ahogar mis gemidos debido a que me podían escuchar afuera y eso sería verdaderamente vergonzoso, no podría volver a mirar a la cara a ninguno de mis compañeros de trabajo.Sentí como enredaba sus dedos en mi cabello tirando un poco de ellos y girando mi cabeza hacia un lado, mientras preguntaba cerca de mi oído si me gustaba lo que me hacía, pero al ver que no le respondía sus estocadas se volvieron aún más fuertes y dejé escapar un gemido y una traicionera lágrima rodo por mi mejilla debido al dolor que sentía.–Te escucharan afuera Luar, ahora contesta–me dijo demandante, en su voz se notaba el sarcasmo y una media sonrisa se reflejó en sus labios.Esta vez no fue como la primera, hoy no fue delicado, más bien era como si estuviera empeñado en hacerme sentir dolor, como un castigo, como si hubiese hecho algo mal. Que estúpida fui al pensar que p
Gracias a la madre luna era fin de semana y estaba de descanso, pero lo único en lo que podía pensar era en la escena de coqueteo entre mi jefe y su prometida, y en lo que realmente significaban sus últimas palabras.El timbre de la puerta sonó de repente, quién vendría a visitarme en medio de la noche.Frente a mí se encontraba mi jefe y no se veía muy bien, su bello rostro se veía demacrado y se podía notar claramente que había llorado, algo que me sorprendió.Sus ojos se encontraban rojos e hinchados y se veían los rastros de lágrimas en sus mejillas, su mirada no era oscura como de costumbre, se veía reflejada la tristeza en ellos, aquella escena solo me hizo sentir una fuerte punzada en el pecho y pude sentir a mi lobo aullar de dolor.–Hola señor Kim – fue lo único que se me ocurrió decir.–Hola Luar – me regaló una amarga sonrisa –Puedo pasar? – yo solo asentí.Ya dentro del apartamento él se sentó en silencio, no sabia que hacer o decir, en todo el tiempo que llevo a su lado c
KimHace unos días me mostré débil ante Luar, debí haberme controlado y no dejarme arrastrar por sentimientos absurdos y la tristeza, ahora sabe cosas de mi pasado y eso no es bueno, al menos no para mi.Necesito mantener mis sentimientos fuera de nuestro acuerdo, no me puedo enamorar, soy un hombre comprometido y voy a casarme, ella no encaja en mi mundo.Cuando comenzó a trabajar para mí y vi aquella pequeña Omega de cabello negro quede hipnotizado.Posee un rostro angelical, sus ojos almendrados son muy expresivos y siempre mantiene una sonrisa en sus labios, aquellos labios carnosos con un leve rosa natural, que me vuelven loco.Su cuerpo no es tan delgado como las chicas que conozco, pero posee una cintura pequeña que la hace ver muy sensual.Jamás me lo insinúe, siempre la he tratado como una empleada más pero cada vez que la tengo cerca mi corazón se acelera y mi lobo no para de mover su cola sintiéndose feliz, aspirando su dulce aroma a fresas.Pero aquella tarde en que escuch
Luar Mi teléfono sonó y en la pantalla aparece el nombre de mi mejor amiga Cristal. –Hola Cris, acabas de recordar que aun sigo con vida? –le dije molesta. – Perdón pequeña – ella siempre me ha tratado con mucho cariño – Pero es que mi trabajo absorbe todo mi tiempo. Cristal siempre ha estado para mí cuando la he necesitado, por ella pude venir a la ciudad y me dio alojamiento en su casa en lo que yo conseguía trabajo. Mi amiga es una omega realmente hermosa, pero a pesar de su linaje, es una chica fuerte y segura de sí misma, jamás le ha importado la opinión de los demás y no se deja doblegar por ningún Alfa. Su niñez en el pasado fue triste y bastante difícil, siendo muy pequeña, tenía que ver como su padre maltrataba a su mamá, además de tener que proteger a sus hermanos pequeños de no ser golpeados por aquel animal que tenían como padre. La pobre chica se la pasaba llena de moretones al ponerse como escudo para que no tocaran a los niños. Al haber tenido un pasado tan dolor
– Buenos días – escuche una suave voz. – Buenos días – dije levantando mi mirada de los papeles que ordenaba para mi jefe. Allí estaba ella, aquella chica de pelo castaño y rostro hermoso, sus labios tenían reflejado una leve sonrisa, una que no me parecía sincera para nada. – ¿Cómo trata a su nuevo juguete Kim?– sus palabras sonaban a burlas. – El señor Kim está reunido en estos momentos, pero puede sentarse y esperar, en cuanto termine le avisaré que usted se encuentra aquí – trataba de ignorar lo que decía, al final tiene razón para sentirse molesta, yo solo soy la otra. – Entonces esperaré – mientras caminaba lentamente hacia mi mesa de trabajo. Nunca he sido partidaria de juzgar a las personas a la primera, pero la señorita Alice no era la tierna y dulce omega que aparenta ser. – Desea que le traiga algo en lo que espera? – pregunté lo más amable que pude. – No quiero nada – me miraba como si fuera menos que ella, con aires de superioridad. – Segura – respiraba hondo para