DaphneComienzo a despertar de lo que parece un largo sueño. Parpadeo varias veces algo confundida, en un principio no recuerdo dónde estoy. Cuando mi vista se aclara, logro ver el suero conectado a una cánula que va hasta mi brazo. Estoy en el hospital. Intento levantar la cabeza, pero no puedo moverme.Me siento pesada, no me duele nada, sin embargo, es imposible para mí lograr moverme como siempre.—Daphne.Mi madre se levanta de la silla que está a un lado, en una esquina lejana y se acerca a la camilla donde me encuentro. Me mira con compasión, quizá lástima. Acaricia mi cabello suavemente y me da un beso en la frente.»Has despertado, eso es maravilloso —asegura con lágrimas en sus ojos.Nunca creí que viviría para ver el día en que mi madre llorase de alegría por mí. O quizá llora porque sobreviví.—A… agua —pido con la voz rasposa.Ella toma un baso con pajilla y me lo pasa. El líquido está a temperatura ambiente, yo esperaba que estuviese frío al menos.—Voy a llamar al docto
James—Déjame pasar ahora mismo —exijo.Vine a penas supe que ella despertó. He pasado los peores días de mi vida, viniendo a visitarla día y noche. Verla inconsciente en esa cama me rompe el alma. Saber que perdimos a nuestro hijo empeora todavía más la situación. —Ella no quiere volver a verte, déjala en paz y solo lárgate de aquí —espeta el imbécil de Noah.Me contengo todo lo que puedo porque estoy en el hospital, sin embargo, no sé si pueda controlar la ira que siento hacia él, odio que esté cerca de ella, odio que Daphne lo deje entrar en su vida. No quiero perderla.—Si eso es cierto, quiero que me lo diga a la cara.—Lo siento señor King, pero es lo que ella ha pedido. En su estado, no puedo permitir que tenga más estrés. Por favor váyase, no cause más problemas —me dice su madre.¡Maldita sea!—¡Daphne! —grito.Yo sé que ella me está escuchando, la puerta de su habitación está entre abierta.—Señor por favor, tiene que retirarse, está alterando a los pacientes, este no es el
—Mira, pequeño. Estos somos tu padre y yo cuando nos casamos en la iglesia —le digo a mi bebé.Un nuevo año y medio ha pasado. James y yo nos casamos, y ahora tenemos a un hermoso bebé al que nombramos Arthur. Mi pequeño arcoíris es todo un solecito, es idéntico a su padre, por suerte. Ahora mismo estamos en nuestra casa en los suburbios. Es el cumpleaños de la abuela Regina. —Daphne, mi amor, vamos. Ya llegó la abuela.Cargo al bebé en mis brazos, empieza a balbucear y se emociona cuando ve a su padre.—Toma, quiere estar contigo.—Es que soy su papá favorito —bromea.—Y tú mi esposo favorito —respondo. Él me rodea entre sus brazos, los tres ahora somos una hermosa familia feliz.Salimos al jardín, donde mi madre y mi hermana se encuentran reunidas, junto al resto de la familia y nuestros amigos. Incluso Noah vino. Por fortuna, había conocido a una chica hermosa, que logró conquistar su corazón, ahora él también es feliz, y eso me alegra mucho.Frank sale de la cocina con la gran to
Daphne Foster—¿Aló? —contesto la llamada del celular que suena por enésima vez. Estoy demasiado ocupada en la oficina como para prestarle atención al número de remitente que me llama, pero el timbre me tiene harta así que decido responder.Al otro lado de la línea una señorita con voz amable me contesta.—¿Es usted Daphne Foster?—Sí, soy yo, ¿qué sucede? ¿quién es?—La llamamos del banco para recordarle que el fin de mes debe cancelar la deuda de su tarjeta de crédito.Abro los ojos como platos y llevo una mano a mi cabeza. Había olvidado por completo la fecha límite de pago en la tarjeta. Muerdo con insistencia el lápiz que tengo entre los dedos, presa del pánico.—Ah… eh… sí, por supuesto, pagaré —tartamudeo con nerviosismo. La realidad es que no tengo para pagar esa deuda, sin embargo, en mi corazón sé que ha valido la pena cada gasto, cada centavo y cada dólar, pues todo lo había invertido en el hombre que amo con locura, el amor de mi vida, mi perfecto novio.—Muy bien, la espe
JamesLa noche del crucero…Llevo esperando este día desde hace un tiempo. El día en que le pediré matrimonio a la mujer de mis sueños, mi perfecta novia. Es por eso que la he invitado a un crucero de lujo por el río Hudson en celebración de ello.Voy caminando por el pasillo de cubierta del barco cuando de pronto una insufrible chica se tropieza contra mí. La sostengo de la cintura para que no se caiga por pura cortesía, pero me desagrada el hecho de tener que sujetarla. Sin querer piso sus lentes y los hago añicos. La empujo a un lado un poco molesto.—Tenga más cuidado. Y recoja sus lentes del suelo, podría hacer caer a alguien —le digo con el semblante serio y una voz helada.—Lo siento —tartamudea la chica. La ignoro y me abro paso hacia dónde voy.Mi novia me había dicho que llegaría tarde, así que me quedo en la entrada del crucero para esperarla.—Señor, ya vamos a zarpar, debe volver a donde están los demás pasajeros.Observo de arriba abajo al sujeto que parece pretender hab
DaphneMi novio me había estado evitando todo el día desde que abordamos al crucero. Ya me había empezado a preocupar porque no podía encontrarlo por ningún lado, como si estuviese jugando al juego del escondite conmigo, pero cuando me dijo por mensaje de texto que lo esperara sin ropa en la habitación, mi corazón se aceleró al punto que creí que se saldría de mi pecho.Preparé todo para que el momento fuese mágico y perfecto. Entré en la habitación 906 que había reservado y encendí velas eléctricas para evitar accidentes, apagué las demás luces y me quité la ropa. No veía nada sin mis lentes, pero no iba a dejar que eso me lo arruinara.Y fue maravilloso. Me hizo el amor como nunca, y para ser mi primera vez, fue divino.Así que mi shock al descubrir que me he acostado con un perfecto desconocido está por volverme loca.Abro los ojos como platos al divisar bien al sujeto que tengo frente a mí. Mis lágrimas salen sin control, no puede ser posible nada de esto, no puede ser.De pronto
Daphne Me limpio las lágrimas y tomo una gran bocanada de aire. Me tiemblan las manos y siento que tengo un gran vacío en el estómago. Debo volver a la habitación así esté muriéndome de miedo para enfrentarlo. Me froto los dedos con manía y me doy cuenta de que en realidad no me arrancó el anillo como pensé en un principio.Intento quitármelo, pero por alguna razón se ha atorado en mi dedo. El jalón que sentí de su parte en la habitación debió ser su vago esfuerzo por sacarlo de mi mano.Todavía no puedo ver bien sin mis lentes, así que me pierdo un poco en el pasillo intentando volver. Dejé hasta mi celular en el cuarto. Todas mis cosas en realidad.Tanteo con las manos la pared hasta que creo llegar de vuelta al camarote que alquilé. Sigue diciendo 609 tal y como lo vi hace poco, aunque me parece extraño que los números parecen haberse movido de alguna manera.Empujo la puerta sin pedir permiso, ya no me importa si ese hombre me grita o cree que soy una mentirosa y una mujerzuela.
JamesNo sé qué me impulsó a golpear a ese sujeto, de pronto sentí una ira al ver cómo la empujaba, a pesar de que yo mismo la había maltratado hacía poco. Sin embargo, sus ojos llorosos y su cara compungida hicieron que me ablandara por un segundo.Estoy realmente molesto por toda esta situación, pero su llanto y su relato ya no me parecen tan descabellados. Es evidente que ese chico era su novio.Escuché parte de la conversación que tenían por error, aunque yo no lo llamaría “conversación”.Si esta chica en verdad es virgen como clama, le he robado sin querer algo muy preciado y especial para ella.La tomo del brazo para sacarla de ahí a tomar un poco de aire fresco.—Acompáñame a la cubierta —ordeno.Veo en su rostro el miedo que siente. Si no fuese porque nada de esto la favorece, estaría cien por ciento seguro de que es una trepadora que orquestó todo esto para extorsionarme y así evitar que construya el complejo vacacional.—¿A dónde me lleva? —cuestiona con la respiración agita