DaphneLlevo menos de medio día escondida en la casa de Noah. Se siente raro estar aquí, a pesar de que Noah ha sido un gran amigo y me ha dado todo su apoyo, este lugar se siente ajeno a mí, me siento como una extraña.Intenté dormir la noche anterior, pero no logré pegar el ojo en toda la madrugada. Solo cuando entraron los primeros rayos del sol pude conciliar un poco de sueño. Así que ahora tengo las ojeras del tamaño de los cráteres de la luna.—¿Quieres un café? —pregunta.—Pero sin cafeína, o le hará daño al bebé —respondo a Noah.No lo había notado, tal vez porque con mis lentes empañados y mis ojos picosos, no reparé en él anoche. Tiene una herida en el labio y el pómulo ligeramente hinchado.—Noah, ¿qué te sucedió en el rostro?—¿Ah? Nada.—No es cierto, estás herido. ¿Pasó algo ayer cuando fuiste a buscar mis cosas?Él se queda en silencio y se gira hacia la cocina para poner el agua caliente en la tetera.—No sucedió nada, fui a buscar tus cosas y volví. ¡Oh! Sí, creo que
JamesEl primer lugar donde la busco es en la isla. Creo que sería el más obvio de todos, y lo más probable es que no esté ahí, pero no sé dónde más comenzar.Ya intenté buscarla por medio de mí celular, pero al parecer ella descubrió que la espiaba desde ahí, porque ya no me aparece su ubicación por ningún lado.Me siento desesperado, necesito hablar con ella, debo aclararle las cosas, si es posible, le prometeré mil cosas más, aunque soy consciente de que ni la casa más grande puede compensar la forma en la que la he tratado.Lo más importante de todo es que necesito confesarle cuánto la amo, que he sido un tonto al intentar negarlo una y otra vez. Quiero tener a nuestro hijo, quiero que ella sea oficialmente mí esposa.Aprovecho el barco que le compré en su cumpleaños para poder llegar en plena madrugada, definitivamente le causaré una gran impresión a su madre si es que ella no se encuentra ahí.Cuando el barco toca puerto, salgo corriendo en dirección a su casa. No tardó demasiad
JamesDaphne se queda paralizada cuando escucha mi voz. La lluvia le cae a chorros desde el cabello, empapando su cara y su ropa. Mi respiración se vuelve agitada, necesito llegar a ella, pero hay prácticamente un río fluyendo en medio de los dos, además la avenida esta noche, está siendo transitada por varios autos. Cruzar la calle así es una mala idea.—¡Daphne, por favor no te vayas! ¡Necesito hablar contigo! —grito en una súplica.Ella mira a todos lados. La puerta por la que entraron los niños se ha cerrado, y ella misma cerró la de la iglesia. No tiene escapatoria más que enfrentarme.Cruzo la avenida aprovechando que no pasa ningún auto en ese momento. Ella quiere correr, lo noto en la tensión en sus piernas, sin embargo, no lo hace.—No tenemos nada que hablar tú y yo —responde cuando me tiene en frente.—Daphne, ¿por qué huiste de mí? ¿por qué te escondes? —pregunto. Ella da un paso hacia atrás para poner distancia entre los dos.—¿En serio lo preguntas? Mejor vuelve con tu b
Daphne«¿Qué está pasando?, me siento como en un sueño, no entiendo lo que sucede».Lo primero que alcanzo a escuchar son las voces de un montón de personas que no conozco. Siento que colocan cosas sobre mi cuerpo, que me mueven de aquí para allá. No puedo ver nada, todo es oscuridad para mí.De pronto intento abrir los ojos y me doy cuenta de que no estoy soñando, esto está sucediendo de verdad, pero no logro despegar mis pestañas de la cara, y no siento nada de mi cuerpo, en realidad no puedo ni siquiera mover un músculo. ¿Qué me pasó?Lo último que viene a mi mente es James bajo la lluvia, sus palabras tratando de manipularme para que firme ese maldito contrato de aborto, y luego…¡Mi bebé!El accidente, todo viene a mi mente de golpe. El recuerdo vívido del dolor, mi cuerpo chocando contra ese auto que no alcancé a ver bajo la lluvia.Quiero gritar, me desgarro la garganta intentando proferir un grito que salga desde el fondo de mi ser, pero no consigo hacerlo, no consigo que esta
DaphneComienzo a despertar de lo que parece un largo sueño. Parpadeo varias veces algo confundida, en un principio no recuerdo dónde estoy. Cuando mi vista se aclara, logro ver el suero conectado a una cánula que va hasta mi brazo. Estoy en el hospital. Intento levantar la cabeza, pero no puedo moverme.Me siento pesada, no me duele nada, sin embargo, es imposible para mí lograr moverme como siempre.—Daphne.Mi madre se levanta de la silla que está a un lado, en una esquina lejana y se acerca a la camilla donde me encuentro. Me mira con compasión, quizá lástima. Acaricia mi cabello suavemente y me da un beso en la frente.»Has despertado, eso es maravilloso —asegura con lágrimas en sus ojos.Nunca creí que viviría para ver el día en que mi madre llorase de alegría por mí. O quizá llora porque sobreviví.—A… agua —pido con la voz rasposa.Ella toma un baso con pajilla y me lo pasa. El líquido está a temperatura ambiente, yo esperaba que estuviese frío al menos.—Voy a llamar al docto
James—Déjame pasar ahora mismo —exijo.Vine a penas supe que ella despertó. He pasado los peores días de mi vida, viniendo a visitarla día y noche. Verla inconsciente en esa cama me rompe el alma. Saber que perdimos a nuestro hijo empeora todavía más la situación. —Ella no quiere volver a verte, déjala en paz y solo lárgate de aquí —espeta el imbécil de Noah.Me contengo todo lo que puedo porque estoy en el hospital, sin embargo, no sé si pueda controlar la ira que siento hacia él, odio que esté cerca de ella, odio que Daphne lo deje entrar en su vida. No quiero perderla.—Si eso es cierto, quiero que me lo diga a la cara.—Lo siento señor King, pero es lo que ella ha pedido. En su estado, no puedo permitir que tenga más estrés. Por favor váyase, no cause más problemas —me dice su madre.¡Maldita sea!—¡Daphne! —grito.Yo sé que ella me está escuchando, la puerta de su habitación está entre abierta.—Señor por favor, tiene que retirarse, está alterando a los pacientes, este no es el
—Mira, pequeño. Estos somos tu padre y yo cuando nos casamos en la iglesia —le digo a mi bebé.Un nuevo año y medio ha pasado. James y yo nos casamos, y ahora tenemos a un hermoso bebé al que nombramos Arthur. Mi pequeño arcoíris es todo un solecito, es idéntico a su padre, por suerte. Ahora mismo estamos en nuestra casa en los suburbios. Es el cumpleaños de la abuela Regina. —Daphne, mi amor, vamos. Ya llegó la abuela.Cargo al bebé en mis brazos, empieza a balbucear y se emociona cuando ve a su padre.—Toma, quiere estar contigo.—Es que soy su papá favorito —bromea.—Y tú mi esposo favorito —respondo. Él me rodea entre sus brazos, los tres ahora somos una hermosa familia feliz.Salimos al jardín, donde mi madre y mi hermana se encuentran reunidas, junto al resto de la familia y nuestros amigos. Incluso Noah vino. Por fortuna, había conocido a una chica hermosa, que logró conquistar su corazón, ahora él también es feliz, y eso me alegra mucho.Frank sale de la cocina con la gran to
Daphne Foster—¿Aló? —contesto la llamada del celular que suena por enésima vez. Estoy demasiado ocupada en la oficina como para prestarle atención al número de remitente que me llama, pero el timbre me tiene harta así que decido responder.Al otro lado de la línea una señorita con voz amable me contesta.—¿Es usted Daphne Foster?—Sí, soy yo, ¿qué sucede? ¿quién es?—La llamamos del banco para recordarle que el fin de mes debe cancelar la deuda de su tarjeta de crédito.Abro los ojos como platos y llevo una mano a mi cabeza. Había olvidado por completo la fecha límite de pago en la tarjeta. Muerdo con insistencia el lápiz que tengo entre los dedos, presa del pánico.—Ah… eh… sí, por supuesto, pagaré —tartamudeo con nerviosismo. La realidad es que no tengo para pagar esa deuda, sin embargo, en mi corazón sé que ha valido la pena cada gasto, cada centavo y cada dólar, pues todo lo había invertido en el hombre que amo con locura, el amor de mi vida, mi perfecto novio.—Muy bien, la espe