*Recuerdo: "Primer día de escuela"
Al llegar a la escuela me senté cercas de la puerta del salón, para cuando llegara la hora de salir y huir del lugar, no tener que ir detrás de nadie.
— Buenos días, jóvenes— saludo una mujer alta, de cabello negro, en voz muy fuerte y autoritaria.
Se acomodó en su escritorio, saco una lista y empezó a tomar... ¿Lista???
Cada que mencionaba a un alumno volteaba a verlo, después de varios alumnos nombrados se detuvo.
— Valla, valla, tenemos compañera nueva— dijo la maestra mientras buscaba en el salón...
Todos voltearon a verme, fue fácil para la maestra encontrarme, juro que quería morir de vergüenza.
No es que fuese tímida ni nada de eso, simplemente no quería ser el centro de atención de nadie, solo quería pasar desapercibida.
— Señorita Andrea, puede ponerse de pie y presentarse al grupo.
La maestra no pidió, exigió que me presentará.
Como el pueblo era pequeño, casi todos venían de la misma escuela, vecinos o familiares, por eso fui yo la única que fue presionada a ser presentada.
Limpie las manos en la pantalonera del deportivo, estaba muy nerviosa y me puse de pie.
Fue más grande mi vergüenza que al querer hablar, La vos me traicionara y me saliera una voz horrible, algo parecido a un ogro ronco, esa cosa incómoda llamada flema, que se atora cuando menos lo piensas.
Los compañeros rieron y quería morir.
— Silencio chicos— pidió la maestra.
— ¡Buenos días!— dije mirando la mesa después de despejar la flema—. Mi nombre es Andrea pero pueden decirme Andy
—Gracias, señorita, puede sentarse—dijo la maestra.
En esta secundaria los profesores son los que se mueven de salón.
Los alumnos nos tomamos un descanso entre cada cambio en lo que llega el siguiente profesor.
Algunos grupos de amigos se me acercaban a conversar conmigo y otros se limitaban a mirarme.
Pero no fue hasta la hora de salir a hacer deporte que conocí a Samanta.
— Buenos días, muchachos, hagan parejas y se ponen en la cancha en una línea— Grito el profesor.
Saben cuál es el colmo de mi profesor de deportes, que usa pantalón de rodeo.
Todos ya tenían pareja, excepto una chica delgada, que se encontraba sentada en el borde de la cancha mirando el piso.
<< ¿Ella está en mi clase? >>
—¡¡Tú!!.— Grito el maestro a mi dirección —. ¿Eres nueva?
— Si profesor— dije apenada
— Excelente, samanta y tú serán parejas, hasta que se termine el ciclo.
La chica dio un salto cundo grito "excelente" el profesor
La chica se acercó apenada a mí.
— Hola Andy, espero me tengas paciencia, no soy buena en deporte— dijo samanta con una vos muy tímida.
<< samanta es realmente muy bonita, solo que sus lentes grandes abarcaban casi toda su cara y su cabello lo traía echo un moño despeinado. pero su sonrisa tierna fue lo que me conmovió, es más pequeña y delgada, pasaría desapercibida como una pequeña niña.>>
Y en verdad, se movía muy despacio en la carrera de relevos, pero quedamos en buen lugar cuando toco mi turno de correr.
Toda la hora de deporte la motivé a que hiciera las actividades que nos ponía el profesor. La pobre terminó perlada en sudor.
En el descanso del deporte nos sentamos juntas y me di cuenta de que es una chica muy divertida pero tímida. De inmediato cambiamos números de celular y ahí empezamos a juntarnos cada día. Empatizamos de inmediato, aunque casi no teníamos cosas en común... y por eso nuestras pláticas eran más entretenidas, creo que es una chica interesante.
Poco a poco Sam y yo, nos íbamos haciendo más amigas, llegué a conocer a sus padres, dos personas muy guapas y sencillas.
Y a donde quieran que iban irradiaba felicidad, un contraste diferente de Sami, pero cuando los tres se juntaban, no desencajaba, al contrario, había una armonía inexplicablemente.
Ese día, que ambos me conocieron, me acogieron como uno más de ellos. Y me la pasaba de lo mejor, cada vez que me quedaba con Sami en su casa.
Ellos nunca preguntaron por mis padres, quizás Sam les comentó un poco de mi vida y agradecí por eso, pues es difícil mencionar que soy huérfana y un tanto incómodo.
.
*Andrea 14 años
El martes por la mañana Estelita pasó por mí, como de costumbre.
— ¡Buenos días, hija!
— Buenos días, Estelita, aquí le manda mi abue— le entregué una caja con galletas y un termo de café.
— ¡Gracias, hija! ¡Qué delicia!— dijo mientras tomaba del termo—. Sabes Andy, en unos días llega mi nieto, él entrará a tu escuela. Espero y puedas guiarlo.
— Claro que sí, no se preocupe.
— Ya han pasado dos años en que conocí a Sam, en ese tiempo cambiamos mucho físicamente y también mentalmente. Sami dejó de ser tan tímida, pero optaba por ser seria y estar resolviendo crucigramas cada vez que puede, y yo descubrí que me gusta dibujar.
Nuestro último pasatiempo fue resolver sudokus y ver películas de romance.
Ya habían pasado varios días desde que había hablado con Estela. Los primeros días, estábamos emocionadas por conocer a su sobrino, pero nunca apareció.
Mi abuela y yo preparamos su café y galletas como de costumbre, ya tenía listo todo, cuando se escuchó el claxon sonar.
Nunca pregunté a qué año iría su sobrino, solo supuse que entraría al primer año, así que el día en que llegó Estelita a recogerme.
Me sorprendió ver a un muchacho muy guapo, aproximadamente de mi edad o más grande.
Pero más me sorprendió cuando miré su brazo, ¡tenía tatuajes!, él rápidamente los cubrió con su manga larga, cuando vio que lo observe.
— ¡Buenos días!— dije mientras me sentaba en el asiento trasero, justo por detrás de Estelita. El chico no dijo nada, solo se limitó a mirar al frente.
Como cada día, le di su café a Estela.
— Gracias hija, ya te dije que no es necesario
— No es molestia Estelita
— mmm almendras, que rico Andy. Mira, este niño tan bonito es mi nieto Julio — y en modo de cuchicheo y burla me dijo—. ¡¡Es guapo, verdad!!
Me reí ante la cara que puso la señora, obviamente me puse roja y causa de que ella estallará en risa.
En trayecto a la escuela miraba a Julio de reojo en cada momento que podía; me llamó mucho la atención su perfil. Pero en sí, un muchacho muy serio, como si estuviera enojado con todo el mundo.
Bajamos del auto y comenzamos a caminar hacia la puerta de la escuela. Busque con la mirada a Sami, pero no la encontré en donde siempre me espera.
— Andrea — me llamó una voz masculina por enfrente de mí. Era Julio que llamaba
— Mmm— solo articulé eso.
Él me miró por un momento sin decir nada
—¿Necesitas ayuda?—le dije
Él solo se dio la vuelta y se fue dejándome ahí hablando sola…
《Pequeño patán》 pensé
Espere un rato para ver si llegaba Sami, pero sonó el timbre y ella no apareció.
Buen momento para olvidar el móvil en casa.
Corrí hacia la clase, rogando que la maestra no haya llegado primero.
La mañana pasó lentamente, Sami nunca llegó y me toco trabajar sola en algunas clases. A la hora del receso pude divisar a Julio sentado en la mesa más alejada de la cafetería. Le quité importancia, sé que no, nos llevaríamos bien.
La siguiente clase era química... Entramos al laboratorio, hoy examinaremos varios objetos en el microscopio. Tomé mi lugar y empecé a trabajar sola, viendo las texturas de varias cosas y anotando en mi cuaderno...
—Julio— el profe nombro.— ¡siéntate con Andrea!, su compañera no vino.
Rogué para que el Julio que nombro no fuera el mismo a quien conocía.
Y que creen, el mismísimo patán.
Se sentó a mi lado y se recostó en la banca.
Como es que está en mi clase si en toda la mañana ni entro, pensé varias veces. En fin le pasé el microscopio para que ayudara.
— ¡Ni lo pienses¡— dijo apenas cuando lo moví—. ¡Termina tú!
—¿Qué te crees?, ¡somos equipo!
— Pues termínalo o tendrás, nota baja. ¡A mí me da igual! … — dijo después de ignorarme.
Claro que me enoje, y no lo podía acusar, ya que el profe había salido.
No me quedo de otra más que avanzar y esperar a que llegara el profesor.
Termine el maldito trabajo yo sola, lo miraba de reojo y pude ver que él, muy sin vergüenza, me miraba directamente y con una sonrisa retorcida, que a decir verdad lo hacía ver muy guapo, pero a mí me hacía enojar más.Sonó el Timbre de salida, el profesor no apareció y claro que no le iba a pasar apuntes, pero el idiota arrebató mi cuaderno de la mochila y se salió del salón apresurado, lo vine alcanzando cuando Estelita ya estaba en la entrada con el auto, encendido.— ¡Cómo les fue, chicos!— Excelente abue, Andrea es excelente amiga— dijo el idiota sacándome de mis casillas.Lo odié al instante.No quise contrariarlo y hacer sentir mal a Estelita, así que me fui enojada todo el trayecto a casa.Así pasaron varios meses, él me molestaba, yo me fastidiaba e incluso a veces lo golpeaba. No había día en que no nos regañara el profe o la maestra por estar distraídos,Julio o más bien Jewl (yuul), como le dice su abue de cariño, hizo que nos movieran a Sami y a mí en el equipo, convencí
Escuche esas palabras y mi corazón dio un salto, y empezó a agitarse muy rápidamente, una sonrisa escapo de mi boca, y no tengo la más mínima idea del porqué.No tenía idea de lo que él veía en mí en ese momento. — Desde hace mucho tiempo comenzaste a gustarme, no me atrevía a decirte, porque tampoco quiero arruinar nuestra amistad. — Ya no quiero ser más tu amigo Andrea— tomó mi mano—. Si me permites, yo quiero ir un poco más allá— volteo a verme justo cuando yo levante el rostro para mirarle. Si el chico me gustaba, pero no me imaginaba que para otra cosa, ya que los tres teníamos una relación estupenda. Muchas veces, me pregunté, el "por qué" no podía andar con él, siendo un chico guapo, bien parecido, con la carita más linda que he visto y su porte de chico malo de película. Al principio, yo creía que a él le gustaba Sami, ya que a ella le hablaba muy bien, mientras a mí me fastidiaba, luego poco a poco, nos trataba casi igual, pero con la diferencia que seguíamos molestándo
* Recuerdo Andrea, 5 años de edad. Estábamos en casa de mi tita, ella es la abuelita más cariñosa de todo el mundo, me hace galletas y pasteles, por eso la amo. Comía mis galletas con leche sentada en una mesita de plástico para niños que tita me compro. Mientras comía tarareaba una canción que me enseñó papi. Mi papá y mi tita hablaban en vos muy baja, papa tenía su cara roja, parecía que haría boom. — ¡Princesa!— llamó papa — Ti — Por qué no vas a dar una vuelta a la casita bebe — ¿Puedo salir? — No bebe, está lloviendo fuerte — Puedo ver las fotos de tita — Nada más no las vayas a agarrar, ni a tirar. — Ti papi Me bajé de la silla y empecé a cantar mis canciones favoritas mientras veía las fotos de mi abuelita. Estrellita donde estás, quiero verte titilaaaar... Cantaba y caminaba mientras recorría la sala. Había un sapo, sapo, sapo, que nadaba en el río, río, río, con un traje, vede, vede, vede, que temblaba de fío, fío, fio... Entre caminando, saltando y cantand
* Relata JewlMi corazón se estrujó al escuchar la voz de Andy por un teléfono desconocido, apenas escuche mi nombre, tomé mi mochila con algunas cosas, mientras esperaba sus indicaciones... y literal corrí por la casa, saltando la cerca para llegar a mi moto. La aceleré a todo sin siquiera ponerme el casco. Cuando llegue al comercio ahí estaba ella. Sentada en una banca mirando hacia todos lados. Como si se cuidara de alguien... Dio un salto cuando escucho el motor de la moto. Apenas espero a que bajara y se arrojó a mis brazos. Temblaba, no sabía si por lo fresco que empezaba a hacer o por el miedo, no sabía qué pasaba, pero tenía que sacarla de aquí... — Vamos a llevarte a casa— Le sugerí, pero sus ojos desorbitados y un NO rotundo me puso sobre alerta. Fue ahí cuando le puse más atención, ella llevaba un chort y una blusa pequeña, que hacía resaltar sus pechos sin sujetador. Y unas sandalias. En todos estos años nunca me imagine verla así. Siempre andaba muy linda en faldas
*Narra JulioEntre sueños escuché un grito de horror, me desperté inmediatamente y corrí hacia mi habitación, mi abuela se asomaba por la puerta de su cuarto ya con luz encendida. La miré por un momento, ella giró su cabeza hacia mi cuarto y entendí que daba su permiso de entrar. Entre a mi cuarto encendiendo la luz. Andrea gritó al verme pasar. — Tranquila, soy yo— me acerqué lentamente a ella, que estaba sentada en mi cama agarrando fuertemente el edredón. — Lo escuché de nuevo Jewl, Escuche el rugido — Tranquila Andy, aquí no hay nadie, todo está en tu cabeza. Me senté a su lado y la atraje a mis brazos, ella sudaba mucho. — Ven vamos al baño La hice darse un baño. Andrea estaba irreconocible, tenía pánico de todo. Me hizo esperarla afuera del baño con la puerta abierta y con la condición de que no me asomara. Y así lo hice. Antes habíamos alistado mi pijama para que ella pudiera dormir a gusto, y otra para mí. En que consistía su pijama, bueno en pantalón de "falsa" seda
Se acercaba el 180 aniversario del pueblo, el día en que por fin lo nombrarían como pueblo oficialmente, ya que aún era muy pequeño y rural para llegar a ciudad.Además, que la población era igual de pequeña, a pesar de que año con año salían profesionistas, pero ellos buscaban mejores oportunidades en otras ciudades, incluso otros países.Haciendo que el pueblo, no aumentará ni disminuyera, en población.En esta fecha importante habría celebración, como cada año, desfiles, comida y jugos.En las escuelas pidieron a todas asistir al desfile, el año pasado nuestra escuela participo como danza típica de la región.*Relata JulioCuando mi profe de taller comentó que él estaría a cargo del grupo, maldije muy dentro de mí, había muy pocas chicas en nuestro grupo, quizás me tocaría con alguna de ella o quizás nos acoplaran a otro grupo, pero como siempre me dispongo a desaparecer y no participar.El profe corría de un lado a otro en lo que esperábamos noticias, de qué grupo se uniría a noso
*Relata SamantaEl camión que la escuela rento para transportarnos al pueblo estaba muy lleno, íbamos demasiadas personas.Cuando subimos al camión, me senté junto a Julio que agarro a lado de la ventana. Cuando el camión poco a poco empezó a llenarse, supe que había sido mala idea, los muchachos se empujaban unos a otros, y empezaban a aventar papeles.Julio me cambió de lugar, y con su cuerpo me cubrió de varios golpes.Desde hace días lo he notado muy cansado e irritado. Sé que se desespera por no saber de Andrea, pero se le nota ya ojeras y se cansa muy rápido últimamente.Saque una botella de agua de mi mochila y una toalla, se las tendí.Pronto se iría, su cansancio e irritabilidad y esos ojos negros que, de vez en cuando dan miedo, empezaba a hacerse presente.Me entristeció saber que tendría a Andrea muy sentimental por su alejamiento...A pesar de que este par disimulaba no tener una relación, ambos se delataban en la forma en la que se miraban o el cómo se agarraban la mano
*Relata a Andrea Post Desfile Estaba emocionada pensando que me tocaría estar con Julio para la ceremonia de aniversario, fue decepcionante cuando la maestra dijo que no. Sabía qué julio me miraba de vez en cuando, pero no quería voltear a verlo para que él pusiera atención, aunque sí me daba tristeza el no estar con él y con Sam. El día de desfile llegó. Julio pasó por mí en la moto, verlo a él con otro color que no fuera negro, fue espectacular, se veía más guapo, pero vi en sus ojitos de niño, malo que estaba molesto, y sabía que era por la ropa. Nos fuimos directamente a la escuela, ya que nos iríamos en unos camiones que habían contratado, cuál fue mi sorpresa que solamente contrataron 2 camiones para toda la escuela, sé que no somos muchos estudiantes, pero aun así no era suficiente. Mi grupo y el Aliado iríamos en un mismo camión, sinceramente no cabíamos, íbamos apretados. Durante todos los ensayos un chico estuvo muy cerca de mí, me sacaba plática y no vi razón