Termine el maldito trabajo yo sola, lo miraba de reojo y pude ver que él, muy sin vergüenza, me miraba directamente y con una sonrisa retorcida, que a decir verdad lo hacía ver muy guapo, pero a mí me hacía enojar más.
Sonó el Timbre de salida, el profesor no apareció y claro que no le iba a pasar apuntes, pero el idiota arrebató mi cuaderno de la mochila y se salió del salón apresurado, lo vine alcanzando cuando Estelita ya estaba en la entrada con el auto, encendido.
— ¡Cómo les fue, chicos!
— Excelente abue, Andrea es excelente amiga— dijo el idiota sacándome de mis casillas.
Lo odié al instante.
No quise contrariarlo y hacer sentir mal a Estelita, así que me fui enojada todo el trayecto a casa.
Así pasaron varios meses, él me molestaba, yo me fastidiaba e incluso a veces lo golpeaba. No había día en que no nos regañara el profe o la maestra por estar distraídos,
Julio o más bien Jewl (yuul), como le dice su abue de cariño, hizo que nos movieran a Sami y a mí en el equipo, convencí a varios profesores que no sería buena idea, y optaron con dejar a Sami con nosotros…
¡Fue imposible moverlo!
Él se encargaba de hacerme sentir molesta todos los días, a mi amiga Sami no le decía nada, con ella no se metía, hasta amable era el tipo con ella.
Empecé a sospechar que a Julio le gustaba Sami. ¡Pero bueno!
Todas las mañanas, al llegar a la secundaria, había un séquito de chicas esperando a que Jewl bajara del carro para seguirlo por la escuela, y mi amiga esperaba por mí, sentada en una banca.
Llegó en un punto que las cosas entre los dos, cambió mucho, me refiero a Julio y todo fue porque teníamos costumbre de fastidiarnos entre nosotros, había veces que nos hacíamos bromas o cosas así sin llegar a lastimarnos. No, no éramos amigos, pero ya era costumbre hacernos quedar en vergüenza entre nosotros.
Un día, todo cambio entre nosotros dos, ya después de varios meses, de acostumbrarnos a nuestras constantes bromas o comentarios sin sentido, un día otros chicos y chicas quisieron también hacerme bromas, pero la peor parte se la llevó Esteban.
Ese día, después de la comida, llegamos tarde al salón. Aunque el maestro aún no llegaba, nos apresuramos a sentarnos, Sami corrió a su asiento, frente a Sam estaba Julio dormitando como siempre.
Al sentarme, sentí bajo mi falda algo pastoso y húmedo, me levanté para revisar que era, Esteban reía a carcajadas, el muy imbécil, puso un sandwich justo cuando me sentaba, y todo su contenido se embarró en mi uniforme y parte de mi piel.
— ¡Que te pasa idiota!— le grite ya enojada.
Despegue lo que quedó del sandwich y se lo arroje a la mesa sobre su mochila.
Todos seguían riéndose mientras yo despegaba lo sobrante de la falda.
Todo paso tan rápido, estaba entretenida, quitando la suciedad, que no vi venir el momento en el que Jewl se levantó de su lugar, tomado lo que quedó sobre la banca y la mochila, con un golpe lo estampó todo en el rostro de Esteban.
Se hizo un silencio en el salón.
— ¿Que te ocurre imbécil?— le grito Esteban
— ¿Quién te crees tú para hacerle eso a Andrea?
— Yo solo hice lo mismo que tú, quise molestarla, no es algo que tú no hagas.
— Andrea es mi amiga y es un juego entre nosotros, no puedes tocarla, primera y última que le haces algo.
Julio soltó al muchacho y me tomó de la mano, encaminándome hacia afuera del salón. Sentí su agarre muy fuerte, se veía enojado y yo completamente sacada de lugar...
¡Quién era este chico!
Me llevo hasta los lookers y me paso una pantalonera del deportivo. Agradecí con una sonrisa, apenada.
Fui al baño, tomé varias servilletas de papel con agua y jabón, limpie mi piel, no quería andar oliendo a sandwich todo el día y me cambie.
Trate de lavar mi uniforme y lo guarde en una bolsa plástica justo después de ponerla en la secadora para manos.
No sé qué pasaba con él, ni en que momento me considero su amiga. Si yo lo odiaba, odiaba sus bromas, que hasta yo empecé a jugar a su juego.
Era algo que no entendía.
Al salir, él seguía ahí afuera esperando.
—No pensé...— comenzó a hablar—. Que, en ningún momento, mis bromas llevaría a otros a querer hacerte lo mismo, ¡discúlpame!
Me sentí asombrada, porque el chico que estaba frente a mí, se estaba sincerando conmigo.
— Ni yo entiendo nada, pero ¡gracias!
— ¿Que te parece si volvemos a empezar?— sonrió y era una sonrisa sincera, no esa retorcida que ocasionalmente tenía para mí al hacerme enojar.
— ¡claro!
Después de ese día, todo cambió, las bromas pesadas de Julio empezaban a hacerme reír, disfrutaba molestarlo y él también empezaba a reírse de mis bromas.
En clases de biología él se quedó dormido y aproveché para maquillarle, al despertarse todos reímos, esperaba a que él se enojara conmigo y su venganza fuera peor. Pero el idiota tomó el suéter color amarillo de Sami, se lo puso y empezó a caminar muy coqueto.
Sam se reía también de las ocurrencias de él
En el almuerzo también empezó a juntarse con nosotras. Para ser sinceras siento que samanta y yo hemos cambiado con la llegada de él, Sami, ya no es tan callada como antes, participa sola en conversaciones, sin necesidad de que la obliguemos a hablar o participar.
Ya no odio a Julio, siento que lo considero un buen amigo.
*Andrea 17 años
Entramos juntos a la universidad, cada quien en una especialidad diferente. Mil cosas han pasado en estos tres años.
Nos habíamos acostumbrado a la ausencia constante de Julio.
Cada cierto tiempo se iba, y regresaba unas semanas después, cansado y serio.
Yo no era raro, ni para Sam ni para mí verlo así, solo era cuestión de que pasarán los días y él regresaría a ser el mismo.
— ¿Nos vemos entonces el fin de semana para ver la película?— dije
— Yo los veo en el cine, tengo algo que hacer antes de verlos— dijo Sam
Se llegó el día del cine, y Julio pidió el carro prestado y fue a recogerme. Esperamos por 20 minutos afuera del lugar y Samanta no llegaba, decidí marcarle, contestó su mamá, ella dijo que Samanta Estaba enferma del estómago, que no nos acompañaría, pero que nosotros prosiguiéramos.
Me sentía extraña que no estuviera Sami con nosotros.
Iría mañana a cuidarla un ratito.
Jew y yo entramos al cine, cambiamos la película, ya que a Samantha no le gustan las de terror y ahora podríamos ver una distinta.
Así que vimos una de terror suspenso muy buena.
Pasamos la tarde paseando por la ciudad y comiendo toda la chuchería que nos encontramos. Platicamos y bromeamos, fue algo distinto a todas las veces que salimos, había algo nuevo.
Camino a casa, Julio paro cercas de un parador, aun lado de la carretera, usado comúnmente para autos averiados.
— ¿Que-qué hacemos aquí?—pregunte
— Ven, te voy a mostrar algo, usualmente vengo aquí solo, a fumar o pasar el rato.
Me encaminó entre el pequeño campo, y empezamos a bajar en una suave pendiente, más delante había una quebrada, es una especie de mini colina, que deja oculto lo que hay más delante, al menos así las conocemos. Al girar llegamos a un lugar con árboles, a un lado corría un riachuelo cristalino, y se veían varios peces y el musgo creciendo en el lugar.
Él caminó hasta un árbol que crecía al ras del suelo y se acostó sobre él.
Yo, me dediqué a ver las flores y mirar el calmado riachuelo.
— Puedes meter los pies, el agua ¡está rica! — me animó Julio a hacerlo.
Traía una falda larga y tenis, me quite un tenis y levante la falda, metí con cuidado el pie, y que maravilla el agua estaba tibia.
Termine sentándome en el pasto al borde del agua con ambos pies dentro, algunos peces sentían curiosidad acercándose a mis dedos lentamente, Me daba risa el toque de sus bocas a mi piel, era muy curioso.
— ¿Desde cuándo conoces este lugar?—pregunte.
— Desde hace mucho, suelo venir seguido.
— ¿Y pensabas quedártelo para ti envidioso?
Me levanté del lugar, seque mis pies agitándolos en el aire, me acerque a él, junto al árbol.
— ¡Me gustas!
Escuche esas palabras y mi corazón dio un salto, y empezó a agitarse muy rápidamente, una sonrisa escapo de mi boca, y no tengo la más mínima idea del porqué.No tenía idea de lo que él veía en mí en ese momento. — Desde hace mucho tiempo comenzaste a gustarme, no me atrevía a decirte, porque tampoco quiero arruinar nuestra amistad. — Ya no quiero ser más tu amigo Andrea— tomó mi mano—. Si me permites, yo quiero ir un poco más allá— volteo a verme justo cuando yo levante el rostro para mirarle. Si el chico me gustaba, pero no me imaginaba que para otra cosa, ya que los tres teníamos una relación estupenda. Muchas veces, me pregunté, el "por qué" no podía andar con él, siendo un chico guapo, bien parecido, con la carita más linda que he visto y su porte de chico malo de película. Al principio, yo creía que a él le gustaba Sami, ya que a ella le hablaba muy bien, mientras a mí me fastidiaba, luego poco a poco, nos trataba casi igual, pero con la diferencia que seguíamos molestándo
* Recuerdo Andrea, 5 años de edad. Estábamos en casa de mi tita, ella es la abuelita más cariñosa de todo el mundo, me hace galletas y pasteles, por eso la amo. Comía mis galletas con leche sentada en una mesita de plástico para niños que tita me compro. Mientras comía tarareaba una canción que me enseñó papi. Mi papá y mi tita hablaban en vos muy baja, papa tenía su cara roja, parecía que haría boom. — ¡Princesa!— llamó papa — Ti — Por qué no vas a dar una vuelta a la casita bebe — ¿Puedo salir? — No bebe, está lloviendo fuerte — Puedo ver las fotos de tita — Nada más no las vayas a agarrar, ni a tirar. — Ti papi Me bajé de la silla y empecé a cantar mis canciones favoritas mientras veía las fotos de mi abuelita. Estrellita donde estás, quiero verte titilaaaar... Cantaba y caminaba mientras recorría la sala. Había un sapo, sapo, sapo, que nadaba en el río, río, río, con un traje, vede, vede, vede, que temblaba de fío, fío, fio... Entre caminando, saltando y cantand
* Relata JewlMi corazón se estrujó al escuchar la voz de Andy por un teléfono desconocido, apenas escuche mi nombre, tomé mi mochila con algunas cosas, mientras esperaba sus indicaciones... y literal corrí por la casa, saltando la cerca para llegar a mi moto. La aceleré a todo sin siquiera ponerme el casco. Cuando llegue al comercio ahí estaba ella. Sentada en una banca mirando hacia todos lados. Como si se cuidara de alguien... Dio un salto cuando escucho el motor de la moto. Apenas espero a que bajara y se arrojó a mis brazos. Temblaba, no sabía si por lo fresco que empezaba a hacer o por el miedo, no sabía qué pasaba, pero tenía que sacarla de aquí... — Vamos a llevarte a casa— Le sugerí, pero sus ojos desorbitados y un NO rotundo me puso sobre alerta. Fue ahí cuando le puse más atención, ella llevaba un chort y una blusa pequeña, que hacía resaltar sus pechos sin sujetador. Y unas sandalias. En todos estos años nunca me imagine verla así. Siempre andaba muy linda en faldas
*Narra JulioEntre sueños escuché un grito de horror, me desperté inmediatamente y corrí hacia mi habitación, mi abuela se asomaba por la puerta de su cuarto ya con luz encendida. La miré por un momento, ella giró su cabeza hacia mi cuarto y entendí que daba su permiso de entrar. Entre a mi cuarto encendiendo la luz. Andrea gritó al verme pasar. — Tranquila, soy yo— me acerqué lentamente a ella, que estaba sentada en mi cama agarrando fuertemente el edredón. — Lo escuché de nuevo Jewl, Escuche el rugido — Tranquila Andy, aquí no hay nadie, todo está en tu cabeza. Me senté a su lado y la atraje a mis brazos, ella sudaba mucho. — Ven vamos al baño La hice darse un baño. Andrea estaba irreconocible, tenía pánico de todo. Me hizo esperarla afuera del baño con la puerta abierta y con la condición de que no me asomara. Y así lo hice. Antes habíamos alistado mi pijama para que ella pudiera dormir a gusto, y otra para mí. En que consistía su pijama, bueno en pantalón de "falsa" seda
Se acercaba el 180 aniversario del pueblo, el día en que por fin lo nombrarían como pueblo oficialmente, ya que aún era muy pequeño y rural para llegar a ciudad.Además, que la población era igual de pequeña, a pesar de que año con año salían profesionistas, pero ellos buscaban mejores oportunidades en otras ciudades, incluso otros países.Haciendo que el pueblo, no aumentará ni disminuyera, en población.En esta fecha importante habría celebración, como cada año, desfiles, comida y jugos.En las escuelas pidieron a todas asistir al desfile, el año pasado nuestra escuela participo como danza típica de la región.*Relata JulioCuando mi profe de taller comentó que él estaría a cargo del grupo, maldije muy dentro de mí, había muy pocas chicas en nuestro grupo, quizás me tocaría con alguna de ella o quizás nos acoplaran a otro grupo, pero como siempre me dispongo a desaparecer y no participar.El profe corría de un lado a otro en lo que esperábamos noticias, de qué grupo se uniría a noso
*Relata SamantaEl camión que la escuela rento para transportarnos al pueblo estaba muy lleno, íbamos demasiadas personas.Cuando subimos al camión, me senté junto a Julio que agarro a lado de la ventana. Cuando el camión poco a poco empezó a llenarse, supe que había sido mala idea, los muchachos se empujaban unos a otros, y empezaban a aventar papeles.Julio me cambió de lugar, y con su cuerpo me cubrió de varios golpes.Desde hace días lo he notado muy cansado e irritado. Sé que se desespera por no saber de Andrea, pero se le nota ya ojeras y se cansa muy rápido últimamente.Saque una botella de agua de mi mochila y una toalla, se las tendí.Pronto se iría, su cansancio e irritabilidad y esos ojos negros que, de vez en cuando dan miedo, empezaba a hacerse presente.Me entristeció saber que tendría a Andrea muy sentimental por su alejamiento...A pesar de que este par disimulaba no tener una relación, ambos se delataban en la forma en la que se miraban o el cómo se agarraban la mano
*Relata a Andrea Post Desfile Estaba emocionada pensando que me tocaría estar con Julio para la ceremonia de aniversario, fue decepcionante cuando la maestra dijo que no. Sabía qué julio me miraba de vez en cuando, pero no quería voltear a verlo para que él pusiera atención, aunque sí me daba tristeza el no estar con él y con Sam. El día de desfile llegó. Julio pasó por mí en la moto, verlo a él con otro color que no fuera negro, fue espectacular, se veía más guapo, pero vi en sus ojitos de niño, malo que estaba molesto, y sabía que era por la ropa. Nos fuimos directamente a la escuela, ya que nos iríamos en unos camiones que habían contratado, cuál fue mi sorpresa que solamente contrataron 2 camiones para toda la escuela, sé que no somos muchos estudiantes, pero aun así no era suficiente. Mi grupo y el Aliado iríamos en un mismo camión, sinceramente no cabíamos, íbamos apretados. Durante todos los ensayos un chico estuvo muy cerca de mí, me sacaba plática y no vi razón
*Relata Julio Regresaba del campo, había terminado mi proyecto de descanso en menos tiempo de lo esperado, ya que quería llevar a mi chica linda y tener una tarde romántica entre besos y platicas, un muy bonito recuerdo para hacer.Tarde mucho tiempo eligiendo que ponerme. maldición, todo mi guardarropa consiste en ropa negra.Negro obscuro, negro bajito, negro viejito, negro humo.Esa es mi manera de vestir, todo negro, tengo desde trajes de vestir negros hasta pantalones de ejercicio negros.Tendría que moverme rápido para comprar algo, quiero verme bien para ella.luego de haber comprado ropa, me bañe y me cambie, tendría que sacar a mi proyecto, al bebe de la casa a dar una vuelta.Llegué a la casa de Andy, baje y llegué al porche, sacudí un poco mi ropa, mientras escuchaba los pasos detrás de la puerta, sabía que ella esperaba ya a por mi, toque una ves y la puerta se abrió. Sonrió al mismo tiempo que yo la observaba, lucia bellísima.Un vestido muy sencillo con finos tirantes,