Levantándose, Leia caminó hacia la playa en donde Caleb y su hijo jugaban alegremente. Lucia muy embarazada, estaban esperando a su segundo hijo…a su segundo ángel, y ella simplemente era feliz, tan radiante y tan bella como nunca antes se sintió, hoy en sus días todo era felicidad, y todo aquel dolor que habían atravesado, se había compensado maravillosamente.—Caleb… yo… yo… acepto esa…oferta…— se obligó a hablar antes de que se fuera.—Olvídalo, ya no me interesa — dijo el y pretendió seguir avanzando, varias personas los rodeaban, pero ninguna les prestaba verdadera atención.—¡Espera! … haré lo que me pides – dijo Leia y lo detuvo… él tenía razón, si no tomaba esa decisión en ese momento, sería capaz de quedarse mirando mientras la persona que amaba se enamoraba perdidamente de otra.Él sonrió arrogantemente sin que ella lo viera… era tan predecible, ese era el momento de presionar.—¿En serio? … pues, las cosas han cambiado – dijo Caleb con arrogancia y volteó a verla.—¿De qué
—Necesito ese dinero… — mencionó Caleb Blackburn fríamente observando desde su balcón el atardecer de la ciudad— Y será mejor que lo arregles Sorin — ordenó el rubio sujetando sin mucha presión el móvil en su mano.—Sabes bien que no se puede, desde que cometiste esa estupidez en la universidad tu mesada se redujo al mínimo… — escuchó el joven esa respuesta del otro lado de la línea.—Esa solo es una excusa… siempre se puede y lo sabes — insistió el rubio mientras el viento fresco ondeaba su ámbar cabellera.—El imbécil del abuelo jamás aceptara… aunque… — dijo Sorin al otro lado de la línea haciendo sonreír al rubio que seguía contemplado la ciudad desde su alto departamento
Leia pestañeó un par de veces… ¿le dijo puberta? ¿Qué demonios se creía?, ella estaba por cumplir dieciocho años, casi era una adulta…abrió la boca para replicar, pero estaba tan molesta e indignada que no pudo decir nada y solo lo vio partir, el estúpido sujeto ni siquiera la volteó a ver.— Leia… ¿estás bien? - preguntó la castaña cuidadosamente, ella había visto toda la escena y escuchado eso último, honestamente, luchaba por no reír.—M-me… ¡Me llamó puberta! - dijo Leia volteando a verla.Y Kristel no pudo más, estalló en una carcajada.—¿De qué demonios te ríes? — cuestiono la cobriza que a la molestia inicial, se le agregó esta.Tras varios segundos K
—¿Y con respecto a Leia? - insistió -… es bonita y cualquiera…—Ella me ama… aunque nunca ha pasado nada entre nosotros, lo hace… y si se lo pido, me dará el tiempo que necesito…—Entonces no te preocupes… ¡tienes todo solucionado! - dijo irónicamente mientras se retiraba del vestuario directo a la cancha.James resopló molesto… ojalá todo fue tan fácil como lo había dicho… ahora tenía en la misma universidad a dos mujeres que de diferente forma lo atraían… pero a diferencia de Leia, Emireth llevaba con ella, la experiencia y nuevas sensaciones que lo enloquecían.—Mph… eres patético James… - se burló cierto rubio ojiazul que terminaba de colocarse su calzado deportivo, en un sector diferente de esos ves
—¡Felicidades mi amor! - habló fuerte y emocionada una lacia y sumamente delgada pelinegra -… siempre supe que lo conseguirías… no tienes competencia… - aseguró mientras lo abrazaba, la chica lanzó una sonrisa y mirada con burla al rubio que los observaba molesto .—Gracias Emireth… - dijo el pelinegro mientras la sostenía por la cintura… -… pero, creo que debes irte…—Ahhh… - bufó molesta -… me quedo para felicitarte y lo único que gano es tu desprecio… - dijo molesta ignorando que el ojiazul la veía ahora con burla.—Ya habíamos hablado de esto… - dijo y la tomó por la barbilla.—Arregla las cosas con esa mocosa… no te daré otro día más… - aseguró y molesta salió de ah&i
—¿A dónde vas? – cuestionó molesta Emireth, pero sin alzar la voz.—Tú y yo hablaremos después – dijo del mismo modo el pelinegro y corrió tras Leia.Emireth comenzó a odiar a esa tipa… pero si James pensaba que podría humillarla al dejarla parada en medio de la cancha, estaba muy equivocado, molesta, pero lentamente lo siguió.—Soy una tonta…en verdad, soy una tonta – se dijo Leia amargamente mientras se recargaba en una fría pared, había corrido, pero ya no quiso parecer tan estúpida y dejó de hacerlo, estaba a punto de llorar y si alguien la veía de tal modo solo iba a quedar en ridículo, tal como hace unos momentos.– ¿Pero qué demonios esperabas Leia? … era obvio… él es tan guapo – se repetía, tení
—Y él jamás la dejará...aun cuando tu lo hayas creado un príncipe de armadura blanca, la verdad es, que es un hombre, y los hombres nos quedamos donde nos dan exactamente lo que queremos…sexo – dijo Caleb con tono meloso y malicioso. Leia tragó duro… ¿cómo sabía que eso que le decía era verdad? — Él jamás te mirará como tú quieres…– volvió a asegurar, esta vez, le susurró al oído. Leia apretó sus manos en el firme pecho masculino, no lo quería tan cerca… pero no podía gritar o hablar fuerte, pues todavía podía escuchar a James cerca. – No mientras te siga viendo como una dulce hermana — Leia tembló al sentir la calidez de su aliento en su cuello, él sonrió al notarlo. Ella se sumergió en las palabras dichas por el chico y no quería aceptarlo aun cuando todo lo dicho era verdad…necesitaba retirarse, quería escapar de allí a como diera lugar. – Debes dejar de ser… su dulce Leia… – susurró Caleb y ella y reco
—Te aconsejaría que reconsideraras…— habló con voz ronca un alto y fuerte pelinegro, sentado detrás de su escritorio.— No hay nada que reconsiderar… últimamente he perdido varios socios en el extranjero, y los que quedan son muy pocos…— mencionó un hombre maduro y castaño, frente a él —…además el ramo automotriz es sumamente lucrativo — aseguró acomodándose en su asiento.— Concuerdo contigo Enzo… pero también es muy inestable… ese tipo de sociedades de responsiva ilimitada, están casi extintas por el riesgo que conllevan, no creo que estés en posición de riesgos – dijo Jacob Miller a su colega y amigo de demasiados años.—Tranquilo Jacob… —mencionó relajado el castaño —…confió en el señor Stefano Blackburn, tengo años de conocerlo y la asociación q