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La traicion de su prometido pt 2

—¿Y con respecto a Leia? - insistió -… es ​​bonita y cualquiera…

—Ella me ama… aunque nunca ha pasado nada entre nosotros, lo hace… y si se lo pido, me dará el tiempo que necesito…

—Entonces no te preocupes… ¡tienes todo solucionado! - dijo irónicamente mientras se retiraba del vestuario directo a la cancha.

James resopló molesto… ojalá todo fue tan fácil como lo había dicho… ahora tenía en la misma universidad a dos mujeres que de diferente forma lo atraían… pero a diferencia de Leia, Emireth llevaba con ella, la experiencia y nuevas sensaciones que lo enloquecían.

—Mph… eres patético James… - se burló cierto rubio ojiazul que terminaba de colocarse su calzado deportivo, en un sector diferente de esos vestuarios ... había tenido la poca fortuna de escuchar su estúpida charla y ninguno de ellos lo notó. Ahora se levantaba y seguía sus pasos ... ese día, estaba seguro que él sería nombrado nuevo capitán del equipo de baloncesto.

—Es muy bonito… - dijo la pelinegra una vez que entraron al que sería su dormitorio por esos años que permanecerían estudiando.

—Si… es pequeño, pero es bonito… - dijo la castaña observado el reducido espacio, era una sola habitación pero dividida en dos cuartos, uno más pequeño, pero con puerta privada… el otro era en el que se encontraban, con suficiente espacio para colocar el escritorio, un frigobar que ya estaba encargado y tal vez un par de plantas…

—Yo escojo este… - dijo Leia y de inmediato abrió la puerta a su izquierda, se adentró a él y se tiró en el viejo colchón de esa cama individual.

—¡No Leia! ¡Yo quiero este! - se quejó la castaña mientras entraba tras ella.

—¡Jódete Kristel! Yo lo vi primero… - se burló la otra.

—Eres una aprovechada… - dijo la otra que veía que ese era el mejor lugar, a pesar de estar más pequeño, bien podría acomodar un escritorio, un buro, un mueble tal vez, además tenía una pequeña ventana y frente a esta un gran y frondoso árbol de ébano, como muchos que había en el lugar.

—¿Y? ... tú habrías hecho lo mismo… - le reprochó a broma -… oye y… ¿nos dedicamos a ordenar ahora? - dijo con cierto fastidio, todos sus compañeros hacían lo mismo, y las escaleras se encontraban llenas de chicas que subían y bajaban con cosas…

Kristel hizo un puchero de disgusto —no… todo está muy saturado… ¡vayamos a ver a Erick! - optó por ofrecer sin ocultar su emoción.

Leia mordió su labio y sonrió, James estaría con él.

—Vamos… - dijo tomándola de la mano -… hace rato me envió un mensaje y me dijo que estarían en el gimnasio…

—¡Espera! - dijo y se soltó, regresó a su mochila -… el croquis… o nos perderemos…

—Bueno, pero no seas muy obvia al verlo… creerán que somos idiotas… - dijo rascando su cabeza.

Ambas chicas estallaron en una carcajada… —sí que eres tonta… - dijo la pelinegra y salió de la habitación.

Tras salir del edificio de los dormitorios de mujeres y un rápido vistazo al croquis, ubicaron de inmediato el lugar en cuestión y ahí se dirigían.

—Leia sobre James… - habló preocupada la castaña.

—¡Lo sé… lo he pensado! - dijo del mismo modo -… Pero ¿qué es lo peor que puede pasar? ¿Qué ya tenga novia? - mencionó intentando ver lo mejor del asunto -… eso lo sé… me lo he planteado muchas veces.

—Y de ser así… ¿qué harías?

—No lo sé… esperarlo supongo…

—No seas tonta Leia ¿cómo se te ocurre tal cosa?

—Lo amo Kristel…

—No seas absurda… nunca fueron novios… - dijo y desvió el rostro, dijo la verdad, pero no quería ver a Leia entristecer por ello.

—Bueno no, pero…

—Pero nada… si tiene novia, lo mandas al diablo… mira… oferta señalando el lugar—… hay tanto de dónde escoger… - mencionó en busca de no dejarla decaer.

—No seas tonta… no quiero escoger a nadie… - se burló.

—Pues considéralo… - aconsejó -… todavía no entiendo tu devoción a James… conviviste con él toda la niñez, y una vez que ingresaste al internado, ¿lo viste cuánto? ¿Cinco, seis veces? ... no puedes amarlo.— dijo simplemente.

—Ya sé… - aceptó -… pero aun así… yo de verdad creo que algún día nos casaremos… - agregó esperanzada.

—Solo porque sus padres lo dicen, no significa que lo tengan que aceptar…

—A mí no me molesta… y él también había aceptado… me lo dijo— le recordó.

—Sí, sí… pero las cosas cambian… hace dos años que está en la universidad ya pesar que nunca le hemos conocido ninguna novia, no significa que no haya tenido… o que la tenga.— dejó claro.

—Bueno eso es cierto… - aceptó.

—Entonces deberías estar preparada para lo que sea… recuerda, nunca han sido novios… ¡qué digo novios! ... ni siquiera te ha besado.

—¡Oye! Por supuesto que me ha besado — corrigió con burla.

—¿En dónde?

—En el antro, el otro día… - respondió ingenuamente.

Kristel resopló fastidiada —¿en dónde Leia? no en qué lugar… ¿te besó los labios?

Ella negó en silencio y avergonzada —no… aquí… - dijo y se tocó la mejilla.

La castaña dejó caer la cabeza cansada —eres un tonta Leia…

La otra pestañeó un par de veces y después de nueva cuenta, estallaron en risas…

—Bueno, solo no seas tonta y te deseo suerte… - dijo sinceramente la castaña mientras ingresaban al enorme gimnasio.

—¡Prrrrrrr! ¡Prrrrrrrr! - sonó el silbato.

—¡Se acabó el entrenamiento! ... ¡reúnanse chicos! - habló un sujeto calvo y atractivo.

Tanto los jóvenes que se encontraban en la banca como los que estaban agotados en la duela, se acercaron.

—Seguro nombrará al nuevo capitán… - habló un chico ojiazul de coleta alta -… aposté por ti, espero que ganes, Caleb.— dijo palmeando su hombro.

—Ese puesto debió ser mío desde el año pasado… así que no te sorprendas Erick— le respondió soberbio.

—Bueno, aunque James también es un fuerte candidato…

—No me supera… - dijo viéndolo de reojo.

—Por supuesto que no, por eso aposté por ti… - dijo y le sonrió confiado.

—¡James! - escucharon una delgada y fría voz femenina —¡te deseo suerte amor, sé que lo conseguirás!

—Vaya… creí que te daría espacio… - se burló Erick, después de que su mejor amigo le devolviera el saludo.

—Es porrista y ya se va… cómo si no supieras… - dijo con fastidio.

El otro se encogió de hombros sin darle importancia —¿crees que te nombrarán capitán?

—¿A quién más si no?

—Caleb ha mejorado sus números… - recordó.

—No se lo darán… ¿recuerdas su reciente escándalo? - dijo burlón.

—Buen punto ...

—¡SILENCIO! - alzó la voz el entrenador. Todos formaron una media luna y prestaron atención.—… como ya saben, con la partida de los egresados, quedaron libres varios lugares, y también la capitanía de la escuadra…

H**o murmullos y unas últimas apuestas.

—¡Silencio! ... sin más rodeos y para que se vayan a duchar… este año nuestro capitán serás tú Miller… - dijo y le lanzó la codiciada banda que lo distinguía como tal.

Las reacciones no se hicieron esperar, h**o cierto alboroto y los chicos se molestaban unos con otros, al parecer, las apuestas estaban muy cerradas.

—¡¿Qué?! - se escuchó la soberbia y molesta voz del ojiazul. —¿Lo nombrarás a él capitán?

—Háblame con más respeto, Caleb… soy tu coach— dijo el joven calvo mientras sostenía la tablilla con su lapicero y las varias hojas sobre ella.

—¡Que te jodan Carson! - dijo sin contemplación -… tengo los mejores números del equipo… la mayor cantidad de tiros y el mejor porcentaje de encestes y asistencias… - agregado orgulloso.

—Lo sé… conozco tus estadísticas, también eres el segundo más rápido, solo debajo de Erick; el segundo en tiros libres, debajo de Miller… - agregó y el rubio lo vio fijamente, estaba molesto… -… pero también eres indisciplinado, faltas al menos una vez a la semana a los entrenamientos; y eso sin mencionar que estuviste a punto de ser expulsado porque te encontraron mostrando un acto sexual con una señorita en los sanitarios… - volvió a hablar y varios chicos lo vitorearon por lo último.

—Este imbécil no es mejor que yo… - aseguró sin hacer caso de nada.

—Este imbécil es tu nuevo capitán… - aseguró con burla el pelinegro y le mostró una sonrisa torcida de superioridad y en claro desafío a que cambiara las cosas.

—Por mero trámite… jamás serás mejor que yo… - sostuvo su porte altivo.

—Claro, pero ahora ... tú me sigues… - mencionó burlón y Caleb se lanzó contra él, pero fue sujeto por varios compañeros… James no se movió.

—¡Tranquilos muchachos! - se plantó en medio del grupo de jóvenes… —tú… - dijo señalando al ojiazul, modera tu carácter… y tú… - Dijo ahora al pelinegro -… el puesto no es seguro… cuídalo, o lo perderás. - finalizó y tras una mirada molesta, Caleb se dirigió a las gradas por sus cosas…

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