—Y él jamás la dejará...aun cuando tu lo hayas creado un príncipe de armadura blanca, la verdad es, que es un hombre, y los hombres nos quedamos donde nos dan exactamente lo que queremos…sexo – dijo Caleb con tono meloso y malicioso.
Leia tragó duro… ¿cómo sabía que eso que le decía era verdad?
— Él jamás te mirará como tú quieres…– volvió a asegurar, esta vez, le susurró al oído.
Leia apretó sus manos en el firme pecho masculino, no lo quería tan cerca… pero no podía gritar o hablar fuerte, pues todavía podía escuchar a James cerca.
– No mientras te siga viendo como una dulce hermana — Leia tembló al sentir la calidez de su aliento en su cuello, él sonrió al notarlo.
Ella se sumergió en las palabras dichas por el chico y no quería aceptarlo aun cuando todo lo dicho era verdad…necesitaba retirarse, quería escapar de allí a como diera lugar.
– Debes dejar de ser… su dulce Leia… – susurró Caleb y ella y recordó que así solía llamarle James…las lágrimas nuevamente comenzaron a picar sus ojos.
– Pero…como, ¿Cómo podría hacer que el me viese de otra manera? – cuestiono Leia mas para si misma.
— Yo podría ayudarte con eso… – ofreció Caleb sin desvanecer su sonrisa torcida.
—¿Tú? – preguntó Leia al ser nuevamente consciente de él.
—Mph… ¿y por qué no? – dijo Caleb sin dejar de mirarla.
—¿P-por qué… lo harías? – le cuestionó recelosa, ella no olvidaba lo que Kristel le había dicho de él, y ella concordaba que una persona amable, no era.
— Diversión, tal vez…últimamente me encuentro demasiado aburrido – respondió Caleb y con su sonrisa torcida, ocultó sus verdaderas razones…él quería vengarse de James Miller por quitarle a Emireth y su puesto de capitán.
“¿Diversión?” se cuestionó mentalmente… ella no confiaría en alguien como él… lo veía con recelo, pero su atención se vio interrumpida cuando de manera abrupta la puerta de ese vestidor se abrió, dejando ver un apresurado pelinegro.
Leia se sorprendió, ni siquiera lo sintió acercarse… James se detuvo abruptamente al verlos ahí, juntos… a solas, en ese cuarto.
— Vaya manera la tuya de aparecer – se quejó fríamente el rubio, Leia lo vio sorprendida y James molesto… y a ese par de ojos, se le sumaban otros que los veían de igual forma molestos, detrás del rubio Miller.
—¿Qué haces aquí Leia? – le preguntó a ella, ignorando deliberadamente al rubio frente a él… ¿Desde cuándo estaba ahí? ¿Leia habría escuchado lo que habló con Emireth? -… ¿Y qué haces con este sujeto? – volvió a cuestionar al verla nerviosa, y más porque al entrar, ellos dos estaban demasiado cerca.
Emireth se hubiera molestado por la casi escena de celos que su novio montaba, pero a ella también le interesaba saber ¿qué demonios hacían juntos Caleb Blackburn y esa mocosa patética?
— Somos viejos conocidos…nos encontramos de camino y decidió esperarme para poder acompañarla, ¿Hay algún problema “Capitán”? – interrumpió Caleb, el seguro discurso de disculpas que la tonta chica daría.
James lo vio con el rostro casi desfigurado en molestia, de todas las personas con las que podía esperar ver a Leia, Caleb era al que menos esperaba y toleraba.
—¿Cierto? – preguntó Caleb a la delicada jovencita y la rodeó con un brazo de los hombros.
Todas las miradas pesaron sobre ella.
— Entonces… – habló apartando con su mano libre al desconcertado pelinegro – Si nos permiten, nosotros nos marchamos — mencionó Caleb y se la llevó, pasando de largo también a la lacia pelinegra quien de reojo los vio partir.
Ellos dos permanecieron en el sitio y ambos molestos, los dos también, lograron disimularlo… a ninguno les convenía montar una escena de celos… eso lo sabía perfectamente Caleb, y decidió aprovecharlo.
Las piernas de Leia seguían el lento ritmo impuesto por el ojiazul de cabellos rubios… recorrieron juntos el resto de ese pasillo y atravesaron la puerta de cristal de ese gimnasio… Caleb la jaló al salir y se colocaron bajo la sombra de uno de los frondosos árboles del lugar…
—¿P-por qué… hiciste eso? – preguntó todavía nerviosa cuando él la soltó, alzando su vista a él que la veía divertido.
—¿Querías que le dijera la verdad? – preguntó irónicamente Caleb.
Ella negó avergonzada.
Era cierto… con todos los nervios y la vergüenza a la que fue expuesta, se olvidó por un momento de lo que la tenía ahí en un inicio.
—¿Entonces… aceptas mi ayuda? – presionó el rubio y la tomó con un dedo de la barbilla para obligarla a verlo.
—¿Qué… clase de ayuda? – cuestionó… la verdad era que ver a James molesto, casi celoso, le gustó… esos celos no parecían para una hermana.
—Como ya viste, James y yo no nos llevamos bien… – reconoció Caleb y dejó su rostro – y, como seguramente pudiste notarlo, si hay la posibilidad remota de que sienta algo por ti, sin embargo, tu príncipe azul solo lo aceptará si lo llevamos al extremo – dijo y sonrió maliciosamente.
“Si no se llevan bien, y James me ve con él… entonces… él podría cómo odiarme” razonó Leia con miedo.
— Y… ¿harías eso? – cuestionó ella, aunque la posibilidad de ser odiada por él, pesaba… también lo hacía el ser dejada en una zona de amigos… o peor aún, que la viera siempre como una hermana.
—Mph… - la sonrisa torcida del rubio se hizo más notoria, y Leia bajó ligeramente su mirada al notarlo
– Porque yo puedo quitarte esa dulzura, esa inocencia que hace que te vea como una hermana…puedo volverte un poco más maliciosa – dijo y la vio con una perversa diversión.
Ella frunció el ceño… “¿quitarme la dulzura y la inocencia? … ¿volverme maliciosa?”
—Y-yo – dijo y retrocedió un paso, nerviosa y avergonzada – jamás podría hacer eso… – Leia no era tonta, y sabía lo que eso significaba… no podía hacer eso, nunca, ni por James… ella creía firmemente en llegar virgen al matrimonio, tal vez hacer ciertas cosas antes, pero no todo… y solo con James lo podría pensar… no, definitivamente no.
Él sonrió con burla… eso se lo esperaba, la chiquilla retrocedía asustada… ella chocó contra el tronco del árbol al seguir retrocediendo, pues él avanzaba a ella.
La vio divertido y volvió a aprisionarla, esta vez contra el árbol, de nueva cuenta sus manos estaban a cada lado de su cabeza … y si eso frustraba al pelinegro arrogante de Miller…entonces él, iría más allá de eso…
—¿Q-Qué… ha-ces? – preguntó Leia nerviosa cuando él con una mano, la obligó a verlo… él sonreía mientras acercaba su rostro a ella.
—Entonces… – dijo Caleb suavemente sobre sus labios…
Leia quiso echarse hacia atrás pero ya no tenía espacio… vio al joven cerrar sus orbes azules y ella abrió sus ojos con sorpresa … sintió los suaves labios del chico hacer contacto con los suyos y su corazón latió desbocado … sus manos se apretaron en la delgada camisa que el joven vestía … y con una mano atrajo su rostro a él… Leia comenzó a dejarse llevar por ese suave y atrevido beso, cerró mínimamente los ojos… pero, él se separó sin avisar.
— Entonces… olvídalo… Leia… - dijo al apartarse de ella y verla con cierta burla…
Ella abrió los ojos cuando él se apartó…
—¿O-olvidarlo? – dijo desorientada por ese sorpresivo beso… lo vio burlarse y su orgullo se hizo presente… ella podría sufrir por James, pero solo por él.
– Ni siquiera lo estaba considerando — dijo Leia e intentó sonar convincente.
—Mph… claro… lo que digas – respondió Caleb, y tomando la maleta deportiva con la que había llegado se dio media vuelta y se fue de ahí… él estaba seguro que lo conseguiría… la acorralaría de ser necesario… pero Leia, sería su nueva diversión y su mejor venganza, sonrió por ello.
—¿Qué demonios fue eso? – se preguntó asustada y se abrazó a sí misma, algo en el tono usado por ese sujeto le decía que le traería problemas… dio un respingo… —¡no! – dijo con decepción.
—¡¿Leia? ¿Estás bien? – cuestionó apresurada la castaña al salir del gimnasio y verla parada y sola en ese lugar.
—Kristel… - dijo nostálgica.
—¡Lo siento! – dijo y la abrazó… -… te busqué, pero nunca te encontré… ¿dónde estabas? – cuestiono la castaña.
—¿Eh? – se puso nerviosa -… a-aquí… - mintió Leia.
—Oh… por eso no te vi… te busqué adentro, vi a James en los vestidores y supuse que no estarías por ahí… por eso regresé – dijo Kristel apenada por no haberla encontrado antes, Leia debía estarla pasando demasiado mal por culpa de su prometido.
—No te preocupes… vámonos, ¿quieres? – dijo Leia aun sintiendo su corazón latir desbocado.
Kristel asintió y la tomó de la mano para irse… “pobre Leia… ella estaba tan ilusionada con estudiar aquí por estar más cerca de ese imbécil…” “Pero Erick me las pagará por no advertirme…” pensó la castaña realmente enfurecida por lo que había pasado.
Leia olvidó por un momento a James y volteó de medio lado en la dirección por dónde había partido el chico de cabellos rubios … “Ese tonto … ¡ay no! … ese fue mi primer beso …” se lamentó para sus adentros … lo borraría de su mente, y tal vez algún día, podría darle un “nuevo primer beso” a James… porque a él lo amaría siempre…
Y Caleb se fue de ahí, sin saber que le había robado su primer beso… pero seguro que después de ese, vendrían muchos más…
—Te aconsejaría que reconsideraras…— habló con voz ronca un alto y fuerte pelinegro, sentado detrás de su escritorio.— No hay nada que reconsiderar… últimamente he perdido varios socios en el extranjero, y los que quedan son muy pocos…— mencionó un hombre maduro y castaño, frente a él —…además el ramo automotriz es sumamente lucrativo — aseguró acomodándose en su asiento.— Concuerdo contigo Enzo… pero también es muy inestable… ese tipo de sociedades de responsiva ilimitada, están casi extintas por el riesgo que conllevan, no creo que estés en posición de riesgos – dijo Jacob Miller a su colega y amigo de demasiados años.—Tranquilo Jacob… —mencionó relajado el castaño —…confió en el señor Stefano Blackburn, tengo años de conocerlo y la asociación q
Kristel resopló frustrada. – Tarde o temprano tendrás que afrontarlo, Leia…se que es duro para ti todo esto, pero si no lo enfrentas, no lograras dejar atrás lo que ocurrió – dijo Kristel tocando el hombro de su mejor amiga. —Pero ahora deben estar entrenando…— debatió la nombrada. —Precisamente por eso… les mostraré a mi top cinco de los chicos más guapos…— animó Hilary. —¿Acaso has estado viendo a todos los chicos? — cuestionó sorprendida la castaña, mientras caminaba y forzaba a Leia a hacer lo mismo. —Por supuesto que sí… ¿qué creen que hice todo el día de ayer? — cuestionó indignada. —Creí que mudarte, pero ya veo que no…— mencionó la castaña ya sin sorpresa. —¡Por supuesto que no!… la tal Melissa ya tenía todo listo y arreglado, yo solo llegué a acomodar mi ropa…— dijo Hilary fastidiada. —Bueno y
—Tal vez tienen algo oculto, algo que ni Kristel sabe… conoces a Caleb, no sería raro…— dijo Erick, que de cierta forma le gustaba ver frustrado a su estúpido amigo.El rubio le sonrió a la joven y ella lo vio con miedo, definitivamente era un mujeriego.—También conozco a Leia, ella jamás tendría algo que ver con ese imbécil— aseguró James molesto.—Ah, cómo sea… me tengo que ir… supongo que ahora que ya sabe lo de Emireth, tú y ella…— quiso dejar claro.—Quiero a Leia, pero lo de Emireth se está volviendo algo más serio – dijo James con sinceridad.—¿Qué quieres decir? — cuestionó Erick con interés, mismo que compartían los otros dos oyentes.&mda
—¡Qué día! – se quejó la cobriza al finalizar su primer bloque de clases, estaba entrando a su habitación.—¿Leia? ¿Eres tú? – escuchó la voz de Kristel desde su pequeño cuarto.—¿Quién más si no? – preguntó irónicamente al entrar al lugar.—Hola Leia… - saludó desinteresada Hilary, mientras seguía con su vista fija en el portátil en el escritorio de la cobriza que recién llegaba.—Hola… ¿y qué hacen? – preguntó mientras dejaba de lado sus libros y se sentaba en la cama, veía con poco interés a las dos chicas entretenidas en el aparato.—Solo revisamos unos perfiles en la red social – contestó Kristel sin voltear a verla.&
—¿Lo es? – se preguntó mientras agrandaba una de esas fotografías, en ella se podía ver al joven de ojos celestes rotando el balón en uno de sus dedos, permanecía de perfil, al parecer, no se había percatado de estar siendo fotografiado… “¿quién será Darlene? “, se preguntó al ver el nombre de la dueña de la foto, en el que se encontró la etiqueta del joven.—A mí qué me importa…es un imbécil pervertido y engreído – se dijo Leia molesta al prestarle atención de más y cerró de golpe el aparato.Se levantó de la silla y se dirigió al pequeño closet que había en su cuarto… pensaba en buscar algo para la fiesta y se encontró con la camisa que el rubio le había prestado para que saliera completamente empapada de los vestidore
—¡Date prisa Leia! – apresuró Kristel con medio tono de molestia.—Solo un momento…ya voy – dijo ella mientras se terminaba de colocar los delgados y finos aretes de plata.—Tardaste demasiado – se quejó Kristel cuando llegó a su lado.—No sabía que ponerme – se defendió Leia.—Debiste usar algo de mi ropa… o pedirle a Hilary…en fin – mencionó Kristel mientras cerraba su habitación.—Ese no es mi estilo…y lo sabes – respondió Leia con molestia.—Bueno, entonces, pronto nos iremos de compras y encontraremos tú estilo… - advirtió la castaña divertida.Leia solo sonrió… dudaba todavía de verse bien, se había atrevido a us
—Hay demasiada gente…no creí que serían tantos los invitados – habló Leia al entrar, todo el living y parte de la gran sala estaban llenas de personas, chicos y chicas, cada uno bailando o conversando en diversos grupos, todos parecían conocerse muy bien entre ellos y se sintieron fuera de lugar…Leia de nuevo giró su vista a las grandes escaleras que también eran ocupadas por los jóvenes y lo vio…—Sígueme – dijo Kristel al tomarla de la mano.—¿Qué hace él aquí? – preguntó Leia para nadie en concreto con molestia y se quedó parada en ese saturado lugar, su vista fija en el cuerpo del joven.—¿A quién te refieres? – preguntó la castaña, su voz fue elevada, pues la música sonaba alta.Observó en la direcci&oac
El sol de las ocho de la mañana iluminaba los jardines del campus, el vaivén de estudiantes comenzaba su trajín diario y el desfile daba comienzo en filas interminables que buscaban llegar a tiempo para sus clases, Leia se sentía disgustada con ella misma, se había desvelado en aquella fiesta y ahora mismo sufría las consecuencias de ello…era mejor pensar solo en eso que seguir meditando las palabras dichas por Caleb Blackburn y lo que había visto que ocurría entre James y esa chica Emireth…definitivamente era mejor.—Solo a mí se me ocurre desvelarme cuando tengo clases temprano…— se lamentó en voz baja la joven Leia, mientras descansaba su rostro apoyado en su mano, veía sin mucho interés lo que su profesor estaba escribiendo en la enorme pizarra, sin embargo, e inevitablemente, por más que deseara no pensar en ello, de pronto dejó de prestar at