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Una desilucion y un primer beso pt 3

—Y él jamás la dejará...aun cuando tu lo hayas creado un príncipe de armadura blanca, la verdad es, que es un hombre, y los hombres nos quedamos donde nos dan exactamente lo que queremos…sexo – dijo Caleb con tono meloso y malicioso.

Leia tragó duro… ¿cómo sabía que eso que le decía era verdad?

— Él jamás te mirará como tú quieres…– volvió a asegurar, esta vez, le susurró al oído.

Leia apretó sus manos en el firme pecho masculino, no lo quería tan cerca… pero no podía gritar o hablar fuerte, pues todavía podía escuchar a James cerca.

– No mientras te siga viendo como una dulce hermana — Leia tembló al sentir la calidez de su aliento en su cuello, él sonrió al notarlo.

Ella se sumergió en las palabras dichas por el chico y no quería aceptarlo aun cuando todo lo dicho era verdad…necesitaba retirarse, quería escapar de allí a como diera lugar.

– Debes dejar de ser… su dulce Leia… – susurró Caleb y ella y recordó que así solía llamarle James…las lágrimas nuevamente comenzaron a picar sus ojos.

– Pero…como, ¿Cómo podría hacer que el me viese de otra manera? – cuestiono Leia mas para si misma.

— Yo podría ayudarte con eso… – ofreció Caleb sin desvanecer su sonrisa torcida.

—¿Tú? – preguntó Leia al ser nuevamente consciente de él.

—Mph… ¿y por qué no? – dijo Caleb sin dejar de mirarla.

—¿P-por qué… lo harías? – le cuestionó recelosa, ella no olvidaba lo que Kristel le había dicho de él, y ella concordaba que una persona amable, no era.

— Diversión, tal vez…últimamente me encuentro demasiado aburrido – respondió Caleb y con su sonrisa torcida, ocultó sus verdaderas razones…él quería vengarse de James Miller por quitarle a Emireth y su puesto de capitán.

“¿Diversión?” se cuestionó mentalmente… ella no confiaría en alguien como él… lo veía con recelo, pero su atención se vio interrumpida cuando de manera abrupta la puerta de ese vestidor se abrió, dejando ver un apresurado pelinegro.

Leia se sorprendió, ni siquiera lo sintió acercarse… James se detuvo abruptamente al verlos ahí, juntos… a solas, en ese cuarto.

— Vaya manera la tuya de aparecer – se quejó fríamente el rubio, Leia lo vio sorprendida y James molesto… y a ese par de ojos, se le sumaban otros que los veían de igual forma molestos, detrás del rubio Miller.

—¿Qué haces aquí Leia? – le preguntó a ella, ignorando deliberadamente al rubio frente a él… ¿Desde cuándo estaba ahí? ¿Leia habría escuchado lo que habló con Emireth? -… ¿Y qué haces con este sujeto? – volvió a cuestionar al verla nerviosa, y más porque al entrar, ellos dos estaban demasiado cerca.

Emireth se hubiera molestado por la casi escena de celos que su novio montaba, pero a ella también le interesaba saber ¿qué demonios hacían juntos Caleb Blackburn y esa mocosa patética?

— Somos viejos conocidos…nos encontramos de camino y decidió esperarme para poder acompañarla, ¿Hay algún problema “Capitán”? – interrumpió Caleb, el seguro discurso de disculpas que la tonta chica daría.

James lo vio con el rostro casi desfigurado en molestia, de todas las personas con las que podía esperar ver a Leia, Caleb era al que menos esperaba y toleraba.

—¿Cierto? – preguntó Caleb a la delicada jovencita y la rodeó con un brazo de los hombros.

Todas las miradas pesaron sobre ella.

— Entonces… – habló apartando con su mano libre al desconcertado pelinegro – Si nos permiten, nosotros nos marchamos — mencionó Caleb y se la llevó, pasando de largo también a la lacia pelinegra quien de reojo los vio partir.

Ellos dos permanecieron en el sitio y ambos molestos, los dos también, lograron disimularlo… a ninguno les convenía montar una escena de celos… eso lo sabía perfectamente Caleb, y decidió aprovecharlo.

Las piernas de Leia seguían el lento ritmo impuesto por el ojiazul de cabellos rubios… recorrieron juntos el resto de ese pasillo y atravesaron la puerta de cristal de ese gimnasio… Caleb la jaló al salir y se colocaron bajo la sombra de uno de los frondosos árboles del lugar…

—¿P-por qué… hiciste eso? – preguntó todavía nerviosa cuando él la soltó, alzando su vista a él que la veía divertido.

—¿Querías que le dijera la verdad? – preguntó irónicamente Caleb.

Ella negó avergonzada.

Era cierto… con todos los nervios y la vergüenza a la que fue expuesta, se olvidó por un momento de lo que la tenía ahí en un inicio.

—¿Entonces… aceptas mi ayuda? – presionó el rubio y la tomó con un dedo de la barbilla para obligarla a verlo.

—¿Qué… clase de ayuda? – cuestionó… la verdad era que ver a James molesto, casi celoso, le gustó… esos celos no parecían para una hermana.

—Como ya viste, James y yo no nos llevamos bien… – reconoció Caleb y dejó su rostro – y, como seguramente pudiste notarlo, si hay la posibilidad remota de que sienta algo por ti, sin embargo, tu príncipe azul solo lo aceptará si lo llevamos al extremo – dijo y sonrió maliciosamente.

“Si no se llevan bien, y James me ve con él… entonces… él podría cómo odiarme” razonó Leia con miedo.

— Y… ¿harías eso? – cuestionó ella, aunque la posibilidad de ser odiada por él, pesaba… también lo hacía el ser dejada en una zona de amigos… o peor aún, que la viera siempre como una hermana.

—Mph… - la sonrisa torcida del rubio se hizo más notoria, y Leia bajó ligeramente su mirada al notarlo

– Porque yo puedo quitarte esa dulzura, esa inocencia que hace que te vea como una hermana…puedo volverte un poco más maliciosa – dijo y la vio con una perversa diversión.

Ella frunció el ceño… “¿quitarme la dulzura y la inocencia? … ¿volverme maliciosa?”

—Y-yo – dijo y retrocedió un paso, nerviosa y avergonzada – jamás podría hacer eso… – Leia no era tonta, y sabía lo que eso significaba… no podía hacer eso, nunca, ni por James… ella creía firmemente en llegar virgen al matrimonio, tal vez hacer ciertas cosas antes, pero no todo… y solo con James lo podría pensar… no, definitivamente no.

Él sonrió con burla… eso se lo esperaba, la chiquilla retrocedía asustada… ella chocó contra el tronco del árbol al seguir retrocediendo, pues él avanzaba a ella.

La vio divertido y volvió a aprisionarla, esta vez contra el árbol, de nueva cuenta sus manos estaban a cada lado de su cabeza … y si eso frustraba al pelinegro arrogante de Miller…entonces él, iría más allá de eso…

—¿Q-Qué… ha-ces? – preguntó Leia nerviosa cuando él con una mano, la obligó a verlo… él sonreía mientras acercaba su rostro a ella.

—Entonces… – dijo Caleb suavemente sobre sus labios…

Leia quiso echarse hacia atrás pero ya no tenía espacio… vio al joven cerrar sus orbes azules y ella abrió sus ojos con sorpresa … sintió los suaves labios del chico hacer contacto con los suyos y su corazón latió desbocado … sus manos se apretaron en la delgada camisa que el joven vestía … y con una mano atrajo su rostro a él… Leia comenzó a dejarse llevar por ese suave y atrevido beso, cerró mínimamente los ojos… pero, él se separó sin avisar.

— Entonces… olvídalo… Leia… - dijo al apartarse de ella y verla con cierta burla…

Ella abrió los ojos cuando él se apartó…

—¿O-olvidarlo? – dijo desorientada por ese sorpresivo beso… lo vio burlarse y su orgullo se hizo presente… ella podría sufrir por James, pero solo por él.

– Ni siquiera lo estaba considerando — dijo Leia e intentó sonar convincente.

—Mph… claro… lo que digas – respondió Caleb, y tomando la maleta deportiva con la que había llegado se dio media vuelta y se fue de ahí… él estaba seguro que lo conseguiría… la acorralaría de ser necesario… pero Leia, sería su nueva diversión y su mejor venganza, sonrió por ello.

—¿Qué demonios fue eso? – se preguntó asustada y se abrazó a sí misma, algo en el tono usado por ese sujeto le decía que le traería problemas… dio un respingo… —¡no! – dijo con decepción.

—¡¿Leia? ¿Estás bien? – cuestionó apresurada la castaña al salir del gimnasio y verla parada y sola en ese lugar.

—Kristel… - dijo nostálgica.

—¡Lo siento! – dijo y la abrazó… -… te busqué, pero nunca te encontré… ¿dónde estabas? – cuestiono la castaña.

—¿Eh? – se puso nerviosa -… a-aquí… - mintió Leia.

—Oh… por eso no te vi… te busqué adentro, vi a James en los vestidores y supuse que no estarías por ahí… por eso regresé – dijo Kristel apenada por no haberla encontrado antes, Leia debía estarla pasando demasiado mal por culpa de su prometido.

—No te preocupes… vámonos, ¿quieres? – dijo Leia aun sintiendo su corazón latir desbocado.

Kristel asintió y la tomó de la mano para irse… “pobre Leia… ella estaba tan ilusionada con estudiar aquí por estar más cerca de ese imbécil…” “Pero Erick me las pagará por no advertirme…” pensó la castaña realmente enfurecida por lo que había pasado.

Leia olvidó por un momento a James y volteó de medio lado en la dirección por dónde había partido el chico de cabellos rubios … “Ese tonto … ¡ay no! … ese fue mi primer beso …” se lamentó para sus adentros … lo borraría de su mente, y tal vez algún día, podría darle un “nuevo primer beso” a James… porque a él lo amaría siempre…

Y Caleb se fue de ahí, sin saber que le había robado su primer beso… pero seguro que después de ese, vendrían muchos más…

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