—¿A dónde vas? – cuestionó molesta Emireth, pero sin alzar la voz. —Tú y yo hablaremos después – dijo del mismo modo el pelinegro y corrió tras Leia. Emireth comenzó a odiar a esa tipa… pero si James pensaba que podría humillarla al dejarla parada en medio de la cancha, estaba muy equivocado, molesta, pero lentamente lo siguió. —Soy una tonta…en verdad, soy una tonta – se dijo Leia amargamente mientras se recargaba en una fría pared, había corrido, pero ya no quiso parecer tan estúpida y dejó de hacerlo, estaba a punto de llorar y si alguien la veía de tal modo solo iba a quedar en ridículo, tal como hace unos momentos.– ¿Pero qué demonios esperabas Leia? … era obvio… él es tan guapo – se repetía, tení
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