Menos de una semana le había tomado a Talon averiguar que miembros de la manada no estaban contentos con el alfa. Estaban resentidos por la muerte del líder de los ancianos. No le perdonaban que pusiera el bienestar de una extraña por encima del clan. Con la llegada de él vieron una oportunidad de regresar al orden. O eso pensaban ellos, Talon solo quería tomar el puesto que estaba seguro de que Darius le había robado. En ese instante se encontraban en su casa, quejándose y mostrando lo descontentos que se sentían. Él solo los observaba con satisfacción; por fin, su proyecto ambicioso se estaba por cumplir.Talon nunca se había sentido inferior a Darius, desde pequeños sus padres le habían dado las mismas oportunidades. Nunca habían mostrado favoritismo por su hijo biológico. Los elogios eran para los dos cachorros por igual. Como la maldición recaía por la línea de sangre, había estado seguro de que la responsabilidad iba a caer sobre sus hombros. Pero cuando murió Bjorn y anunciaron
Algunos rayos tenues de la luna se filtraban a través de algunas rendijas en la cabaña que Talon escogió para reunirse con sus seguidores. La luz plateada se mezclaba con la brillante y vacilante de las velas, creando sombras que se deslizaban danzantes por cada lobo presente. La emoción se podía sentir en el aire y la conspiración reinaba en la habitación. Talon recorrió con una mirada llena de satisfacción la mesa que estaba rodeada de aliados decididos a seguirlo en su causa. Se sentía poderoso en la cabecera de esta. Desde allí escuchaba y daba ideas al plan de ataque.—Talon, ¿cuándo tienes pensado llevar a cabo todo esto? —le preguntó Elysian, que se había unido a la reunión con un grupo de miembros de la manada Wolheart.—El segundo día de la luna llena —respondió Talon dirigiendo la mirada a su socio de lucha.—Estamos en el cuarto día de la luna creciente gibosa, ¿por qué debemos esperar cinco días? —inquirió Elysian con el ceño fruncido—. Pensé que querías que todo se hicier
Mientras Kara pasaba el tiempo con algunas lobas de clan, Darius se encontraba en la oficina, sumido en sus pensamientos cuando debía estar prestando atención al inventario de suministro del almacén de la manada. La sensación de peligro no lo dejaba tranquilo, su instinto le decía que se mantuviera alerta. Muchos trataban de ignorar la tensión que embargó el clan con la llegada de Talon, pero era la atmósfera era casi irrespirable.Dejó a un lado el documento del que no leyó ni una letra y se puso de pie; estaba decidido a encontrar las pruebas de la traición de su hermano. Caminó hacia la salida para encontrar algunos miembros leales que pudieran ayudarlo, pero al final cambió de idea. Fue directo a la casa de Leif, era en el único que confiaba al cien por ciento, con los demás siempre tendría una pequeña duda.—¿Tu compañera te abandonó por otras lobas y decidiste buscar consuelo conmigo? —bromeó Leif cuando abrió la puerta, pero al ver la expresión tensa del alfa, quitó la sonrisa
«¿Este embarazo es la confirmación de que soy la elegida, Diosa?». preguntó Kara mentalmente a la diosa luna, mientras se frotaba el vientre en una leve caricia delante del espejo. «¿Estás bendiciendo con un hijo el amor que Rohan y yo sentimos el uno por el otro?» Una sonrisa de felicidad dividió los labios de Kara. En ese instante se sentía la mujer más feliz del mundo. Nada podría oscurecer su alegría. Todo gracias a la Diosa que le había revelado su embarazo en un momento en que se sentía abrumada por el gran día. En unas pocas horas sería coronada como la Luna de la manada y estaba segura de que muchos miembros estarían en contra. Ella misma había tenido dudas, se preguntaba una y otra vez que tenía de especial para tener el favor de la Diosa Luna. Le había dado por compañero a un alfa y no a cualquiera, era la mate del alfa Rohan de la manada Luna Roja. Había crecido entre burlas por su aspecto, no era la loba más hermosa de la manada, ni siquiera estaba entre las más bonitas,
Kara esperaba que Rohan comenzara a reír y le dijera que era una broma. Que lo que estaba sucediendo era parte de la ceremonia. Era solo una prueba de la manada para comprobar cualquier elemento que necesitaran y que ella no lograba entender. Sin embargo, el alfa permanecía en silencio. La miraba sin emociones reflejadas en el rostro. En sus ojos no lograba ver al compañero que visitaba su cama cada noche.Decepcionada, Kara estaba a punto de marcharse, pero un carraspeo llamó su atención. La mujer que permanecía al lado del alfa la miró con una sonrisa irónica antes de comenzar a hablar.—He estado ausente por un tiempo, por algo que no es de tu incumbencia. Es comprensible que mi amor tenga las necesidades de un hombre. Pero no esperaba… —La mujer hizo una pausa, miró a Kara de arriba abajo con un claro desdén. Luego continuó con un tono cargado de sarcasmo—: Su gusto ha disminuido muy rápidamente. Debe haberme extrañado tanto que ya no elige la comida. Pero eso es bueno, también me
El dolor que estaba recibiendo el cuerpo de Kara era tan fuerte que no pudo conservar su forma humana. Su lobo emergió mientras ella estaba inconsciente, queriendo curarla y ayudarla a eliminar el abrumador sufrimiento que estaba sintiendo. Pero no era suficiente, a pesar de recuperar la conciencia, Kara no podía cambiar, estaba atrapada en su forma de lobo impidiéndole comunicarse. La desesperación la embargó al sentirse atrapada, mientras su loba exigía la conexión que la unía a su pareja. Su inquietud aumentó cuando escuchó que alguien le preguntaba al alfa que harían con ella. Se preguntó si la llevarían a la cabaña de la sanadora en ese momento o la llevarían a su cabaña para que se curara sola. Un grito ahogado se quedó atrapado detrás de sus labios cuando escuchó la respuesta de Rohan.—Tírala en la selva, lo que suceda con ella depende de su destino —dijo Rohan, sin compasión.«¡No, por favor, no! No daré problemas. Me iré lejos y dejaré que seas feliz con la mujer que elegist
Kara abrió los ojos, sintiéndose aturdida y pestañeó varias veces cuando la luz le molestó. ¿Había perdido la consciencia otra vez? ¿Cuánto tiempo llevaba dormida? Preguntas sin respuestas llegaban a su mente, aunque sabía que ninguna sería contestada. De lo único que estaba segura era que debía mantenerse tranquila, para recuperar todos sus sentidos y movilidad. Respiró profundo y cuando su vista se adaptó a la luz del sitio en el que se encontraba, miró hasta donde le fue posible desde su posición, pero no reconoció el lugar. Si bien su vista todavía se encontraba borrosa, estaba segura de que nunca había puesto un pie o una pata de su loba en esa habitación.Kara intentó incorporarse para explorar y encontrar respuesta a su pregunta de por qué el lobo la llevó allí y no la mató en la jungla. Al levantarse se dio cuenta de que estaba acostada en una cama de suave colchón y había regresado a su forma humana. Sonrió al descubrir que había recuperado su capacidad de transformación, era
Las manos de Kara comenzaron a sudar. Seguía sin entender por qué la ira de ese hombre iba dirigida hacia ella. ¿Le había molestado que no quisiera su ayuda? ¿El alfa lo iba a castigar si no lograba complacerla? Kara se estrujó las manos con nerviosismo y en el estómago se le creó un nudo por el miedo que le generó la incertidumbre de haber actuado mal. Aunque no conocía las costumbres de la manada, le dio ansiedad que por su culpa otra persona fuera dañada.—No sé qué te enviaron a hacer por mí, pero si es importante para ti, te doy permiso para que lo hagas —le dijo ella, con palabras atropelladas.El hombre, de piel atezada, la miró con desdén, se rio con condescendencia y luego su rostro volvió a una expresión pétrea.La preocupación de Kara aumentó, se preguntó si había malinterpretado al beta pensando que la estaban cuidando hasta que se recuperara. ¿Las intenciones del alfa con ella eran otras y por eso envió al hombre cruel que ahora la miraba con ojos fríos?«¿Por qué no pued