Malak salió escoltada con el grupo hacia el evento en el Desierto de Zagora, iba junto al pequeño Juru, que en esos momentos miraba el paisaje entretenido. La noche estaba cayendo, la oscuridad se apoderaba del desierto y pronto se vería la luna en lo más alto.
Estaba tensa por todo lo vivido en las últimas horas: conocer a su padre biológico, Hanza retornando a su vida, todo lo vivido era demasiado para ella.
Hanza notó su crispación y tomó su mano apretándola con fuerza. Ella lo miró desconcertada por ese gesto de fortaleza de parte suyo y Hanza le dijo a su mujer.
—Todo se resolverá. Él dijo que vendría, se lo prometió a tu madre y cumplió, muchos años después, pero, lo hizo, eso habla bien de él; ahora Juru tendrá un abuelo más que lo consienta.
—Él regresó cuando ya fue tarde para mi madre y para mí.
—Malak, sé que eso no te consuela; pero, hay cosas que sobrepasan nuestro entendimiento—vio su incertidumbre—es Maktud, ya
El bandido de Amed se escapó ¿creen ustedes que se libró de todo? Veremos si eso es cierto.
Meses después… Amed estaba escondido en medio del desierto, sabía que lo buscaban incansablemente. Se había enterado de que Rania se había ido de su vida y su padre lo amparaba en esos momentos. Makir entonces fue a él le anunció. —Ya basta de tristeza, hijo mío, lo reconquistaremos todo de nuevo, envié por unas danzarinas y unas prostitutas para satisfacer nuestros sentidos. Amed sonrió, necesitaba diversión para olvidar que ahora tenía que cuidar sus espaldas. Llegaron al campamento y escucharon que la jarana había comenzado, entonces le dijeron que una danzarina muy excitante deseaba danzar especialmente para él. Eso lo animó, nada como un buen movimiento de caderas y de sexis curvas para entretenerlo. Cuando entró a su tienda vio a la mujer de espaldas y percibió un suave aroma a rosas silvestres, entonces le dijo a la mujer. —Vine para que me diviertas, quiero una danza exótica y sensual. —Claro, señor…—ella se dio la vuelta
—Malak, Malak… Despierta… ¡Malak!Su cuerpo no reaccionaba, ella caía en espirales de oscuridad donde voces se conjugaban en su mente. La voz de un hombre molesto que le decía.—Si te vas, te echo al viento, mujer.—Prefiero al viento de marido que a usted—respondía ella molesta.—Altanera… No te llevarás nada de aquí—dijo molesto arranchándole la maleta de las joyas.—No quiero nada, despreocúpese…La voz de una mujer que decía.—Malak no puedo tener hijos—vio su asombro—es un lamentable problema para mi esposo y para mí, es por eso que… Te elegí para que seas la madre de ese niño.No podía abrir los ojos, los sentía pesados y a su mente otra voz densa, llena de malicia que le dec
Gaela, su jefa estaba haciendo una lista de accesorios y de cosas especializadas que debía añadir a su negocio y cuando tuvo lo necesario, llamó a Malak y a Ali, otra de las chicas. —Quiero que vayas a este sitio de antigüedades y preguntes por botones y broches, dejé separado unos, solo ve y retíralo y no se queden pajareando ¡oh que Alla disminuya sus fuerzas! Ellas salieron a la calle cubiertas con el velo e iban viendo en las tiendas, vestidos y detalles. —Mira Malak, es una pulsera de poderosa—decía Ali. Solían mirar los modelos de las damas de sociedad y comprarse las imitaciones baratas. —Vamos a lo que venimos Le dio una parte de la hoja y ella fue a retirar el pedido en la tienda de antigüedades. —Marhaba— (buenas tardes) —Marhaba, para ti también—dijo la vendedora. —La señora Gaela me dijo que viniera por esto—le entregó la hoja. La mujer se llevó la hoja y ella comenzó a mirar las cosas
Cuando recordaba esa mañana funesta sollozaba, no importaba con que tacto se lo dijeran o la falta de este, la verdad derrumbaba su vida: estaba muriendo, Laila Nafel de Ansar, moría lentamente. Ante el doctor que la veía con regularidad, sus nervios se desbordaban, dentro, muy dentro tenía un mal presentimiento. Veía observar detenidamente los estudios con atención, comenzaba a desesperarse porque sentía que no acababa de decir las cosas, así que rompió el silencio con una pregunta. —¿Cuándo crees que pueda embarazarme? El doctor, viejo amigo de la familia Ansar la miró detenidamente y dijo. —Laila… Te hice estudios porque no era normal que una mujer joven tuviera tantos abortos y... —Sin rodeos por favor. —Lo siento Laila, nunca podrás tener hijos. Eso era muy duro, aunque ya sospechaba algo; pero, lo que siguió fue peor: —Tienes un tumor cancerígeno en el útero y si no actuamos pronto, podrías morir. Fue
Malak estaba en el taller terminando el vestido café que había imaginado y ahora materializaba en esos momentos. Ali al verla trabajar con emoción le dijo a la joven.—No veo porque te empeñas tanto, ella nunca te dará el crédito de nada de lo que haces.—Lo sé, pero saber que alguien utiliza uno de mis vestidos es alucinante.Tal vez nadie entendiera que si algo disfrutaba era poder hacer cosas hermosas, con telas y todas las máquinas que su jefa tenía, piedras, encajes finísimos, botones de toda calidad y un sinnúmero de detalles que volvían a la ropa algo maravilloso. Cuando terminó, su jefa, Gaela entró, vio el hermoso trabajo las capas del vestido café eran hermosas y comentó:—Me quedó perfecto, hay que exhibirlo ahora—llamó a su personal y les dijo a todas—esta es una muestra de que
Malak estaba en shock, sin trabajo, ni un techo para dormir, literalmente sentía que su vida estaba en una pendiente y de paso comenzó a llover. Lograron cubrir las cosas con plástico y una vecina les dio posada esa noche.—Dormirán en la sala solo por esta noche, mi esposo llega mañana y se van.—Sí, gracias, muchas gracias—dijo Malak.No esperaron que el esposo llegara esa noche y alcoholizado, al ver a Malak en el mueble se acercó a admirarla, era hermosa.—Hace tiempo que no veo algo tan bello—sonrió—linda, linda criatura.Tocó la curvatura de su cintura y Malak se levantó asustada.—Tranquila, no le diremos a nadie—la acarició.—Espere… Suélteme.—Ven aquí—la agarró y comenzó a forzarla y ella le pegó—perra, ¿quién eres p
Entonces Malak le preguntó.—¿Me quitaría al bebe?—Claro que no, serías segunda esposa, nadie te quitará al bebe—ella entonces le confió—perdí cinco bebes, fue doloroso para mi esposo y para mí, tenía el sueño de engendrar y de vivir la maternidad y se me negó, espero que a través de ti pueda conseguirlo.No sabía qué decir y Laila continuó.—Tendrás privilegios, joyas y al hombre más maravilloso del mundo en tu vida, Hanza, mi esposo.—Espere… Yo no…— todo le daba vueltas.—Piénsalo Malak, esta es la oportunidad de cambiar tu vida para siempre y darme el hijo que tanto he soñado.Malak comenzó a comprender que todo apuntó siempre a una sola dirección: a ese momento y su mala suerte no fue causada por la vida,
Sumergieron a Malak en una tina con sales y esencias, una joven comenzó a quitarle el esmalte de pies y manos, otra trabajó en su cabello, cortaron sus puntas y le pusieron un brebaje raro.—Esto lo hidratará—explicó una de las empleadas.Trajeron una bandeja con frutas que ayudarían a depurar su organismo, por una semana estuvo allí encerrada y alejada de todo contacto humano fuera del de las empleadas.A la semana entró Him con una bata de seda y le dijo que se cambiara, la llevarían a otra habitación a darle tratamiento a su piel con barro, chocolate y cosas que ella no llegaba a comprender.—¿Creías que las damas poderosas la tenían fácil?—dijo Him—ser bellas es un deber y un trabajo para todas ellas.—¿Conoce a la señora Laila?—La vi… Es de armas tomar y de carácter fuerte, no