El sol se ocultaba lentamente en el horizonte, bañando la ciudad de Denver con una cálida luz dorada. Eirikr y Everly caminaban juntos hacia el Ocean Prime Greenwood Village, ubicado en el elegante Denver Tech Center. La brisa fresca de la tarde acariciaba sus rostros, y la anticipación de la noche por venir llenaba el aire.Everly había decido usar un vestido azul cielo, con un cuello tipo camisa con un corte holgado con volantes en la parte inferior, que resaltaban sus piernas, pues apenas llegaba a la rodilla.Eirikr, no había querido decirle a dónde iban, quería sorprenderla, pero había pedido que usara algo azul para ir a juego. Cuando él fue a tocar su puerta, se sorprendió mucho al verla.—Estás más preciosa de lo que imaginé —confesó, Eirikr maravillado, de la mujer que tenía frente. Everly había decido usar unos tacones blancos que no hacían más que resaltar sus curvas.—Gracias —murmuró ella aferrada al pequeño bolso que tenía en las manos.—¿Estás lista? —preguntó él.—Sí,
Mientras Eirikr y Everly cenaban, Camila, la ex de Eirikr los acechaba; sin embargo, ella también era acechada por un investigador privado. Este había tomado fotos de todo lo sucedido y las había enviado directamente a Patrick Jackson, el Rey de la mafia en Denver.—¿La señorita St. Clair sigue siendo vigilada? —pregunta el Boss.—Sí, padrino. Se han ido un par de mis mejores investigadores a seguirla —afirma Ross Swan.—Bien, no la pierdan de vista y tengan cuidado de que ninguno de los míos les vean, principalmente mi hijo —demanda, Patrick.—Sí, señor —confirma Ross y cuelga.Patrick toma el móvil en sus manos y revisa de nuevo las imágenes.—¿Estás segura de que es tu hija, Elio? —cuestiona Patrick mirando de reojo a su Avocato y amigo.—Lo estoy, Gio… estoy seguro de q
Capítulo 30 Pequemos JuntosLas luces de la casa estaban todas encendidas. Everly podía sentir cómo su vientre se contraía por la antelación de lo que pudiera pasar esa noche. No era una jovencita a quien le iban a desvirgar, era una mujer que estuvo casada y quien desgraciadamente conoció el lado oscuro del sexo. Uno que no era consensuado, uno que era agresivo y violento.Eirikr sostuvo su mano durante todo el trayecto a casa, en cuanto llegaron bajó del coche para abrir la puerta para ella. Sin embargo, una vez puesto un pie fuera del auto, tenía un séquito de mafiosos rodeándolos.—Dannazione! Vai a casa, non voglio nessuno qui stasera. Vattene, adesso! —exigió en italiano, a sabiendas de que Everly podía entenderlo ahora.*¡Maldita sea! Márchense a casa, esta noche no quiero a nadie aquí. ¡Largo, ya!—Pero, Sr…—No me hagas repetirlo, Nando —la mirada fría y calculadora de Eirikr hizo que todos a su alrededor huyeran inmediatamente, excepto Nano.—Sabes que no podemos irnos. Hay
7 de julio de 2018, Denver.Soy Eirikr, soy el hijo de un mafioso de la familia en De y esta es mi historia.Se escuchan como trotes de cientos de equinos, pero en realidad es el tropel de algunos miembros de la mafia que gobierna Lakewood. Eiríkr corre tan rápido como le permiten sus piernas, sintiéndose fatigado con cada avance que da.—¡Detente, maldito hijo de papi! —grita Jacovy Mangione, quien parece ser la cabecilla de esa banda de criminales.—¡Jódete maldito mafioso de quinta! —le responde Eirikr sonando cansado de tanto correr.Eiríkr ignora el resto de insultos que los demás le lanzan y sigue corriendo en medio de la noche, evadiendo a los transeúntes que se apresuran a salir del cine Álamo Drafthouse. Si no fuera por esas personas que salieron casi todas juntas, el «príncipe de Denver» sería ya el costal de boxeo de los Gold Toad.Sin saber más qué hacer, Eiríkr entra corriendo al callejón más oscuro que se encuentra, con la esperanza de no ser visto por los mafiosos y rog
La puerta estaba abierta, sabía que era así porque la camioneta de Otto estaba parqueada fuera de la casa. Se desanuda un poco el cinturón de la gabardina y retoca su pintalabios. Luego de volver a ver su maquillaje en el espejo por cuarta vez, decide bajar del viejo Mercedes con nada más y nada menos que el coordinado de lencería más sexi que tenía. Estaba cubierta solamente por el abrigo raído que su esposo le regaló en su primer aniversario y de eso hace ya cuatro años.Lo quería, tenían una hija en común y para ella era importante esa fecha. Los Jimmy Choo de segunda le lucían espectaculares, se sentía bella, empoderada y pronto se sentiría amada por su marido.Abre la puerta con calma, deja sobre el sofá su bolso y se quita el pedazo de tela llamado gabardina para luego caminar a su habitación a buscar a Otto. Al principio no era consciente del ruido, pero inmediatamente luego de percatarse sintió cómo un golpe le era dado en la boca del estómago. Los gemidos de placer de una voz
La luz entra por la ventana iluminando su rostro e impidiendo su sueño. Se despereza y al abrir los ojos, la realidad le pega de lleno en el corazón. Su hija, Otto, le había quitado lo que más amaba, además de haberla humillado frente a su ex mejor amiga.La suavidad de las sábanas satinadas se deslizan fácilmente por su piel, se da cuenta de que está desnuda haciendo que se avergüence por ello inmediatamente.—Buenos días —saluda el hombre de nombre desconocido sentado junto a ella con el semblante serio y la mirada fría.Everly se cubre rápidamente con las sábanas lo más que puede. Su pulso se acelera, no recuerda muy bien lo que sucedió anoche, pero de algo está segura y es que no conoce del todo al tipo frente a ella.El hombre se acerca a ella aprisionándola con su cuerpo, la tensión entre ellos se siente. Eirikr vuelve a ver esos hermosos ojos que le han mantenido cautivo desde aquel día que la conoció. Everly intenta recordarlo, no se parece mucho al hombre que conoció, ahora e
La puerta de enfrente se abre abruptamente, los compañeros de Otto entran a ver que ha sucedido, encontrándose con su amigo tirado en el suelo con el brazo ensangrentado y a una Everly asustada con el arma en la mano.—¿Qué diablos ha pasado?—¡Ella, ha intentado matarme! ¡Llamen a la policía! —grita Otto haciéndose la víctima.—¡Everly, baja eso! —dice Tom, uno de los amigos de su marido.La mujer asustada deja el arma en el suelo.—Fue un accidente, solo quería ver a mi hija —llora Everly desconsoladamente.Stefany, que había permanecido en la habitación profundamente dormida, cuando escuchó el disparo se levantó, encontrando a Deneb corriendo. Ella la atrapó consolándola, pues llora asustada.—Ven cariño, mamá, no te hará daño —implora Everly a su pequeña que permanece aferrada al abrazo de la amiga de su madre.—No la sueltes, Stef. Sabrá Dios que daño pueda hacerle está loca —arremete Otto quejándose de dolor.—No te muevas, estás sangrando mucho —comenta Darwin, el otro compañer
—¿Quién diablos te ha hecho esto? —inquiere el hombre mientras aparta el cabello del rostro de Everly e ignora al hombrecito al lado de esta con aspecto de abogado defensor.—No es nada —musita ella sintiéndose acorralada.—Maldita sea si no es nada, vamos, tenemos que ir a un hospital —masculla el recién llegado con mucha preocupación.—Espera, debo escuchar primero su testimonio —advierte el abogado.—Testimonio, mis huevos, vamos —dice Eirikr mirando con fiereza al individuo.Everly nota como el rostro de Neil se enrojece y para evitar problemas decide marcharse con su salvador.—Vamos —anuncia tomándolo de la chaqueta y empujándolo hacia fuera.—Necesito mantenerme en contacto —dice Neil antes de que desaparezcan.—Toma —Eirikr saca una tarjeta de su bolsillo y se la entrega—. Avísame cualquier cosa.Eirikr se gira y levanta a Everly del suelo en un abrir y cerrar de ojos y la carga cuál esposo a su esposa en la noche de bodas.—¡No pesas nada! —menciona él sumamente preocupado po