El beso se intensifica. Everly sabe lo que se siente estar en los brazos de Eirikr Jackson, pero no quiere ceder tan fácil a sus encantos. Así que, aunque siente que sus hormonas toman cada vez más valor por ella, se retira abruptamente.—Espera… no, esto no está bien.—¿Por qué? —inquiere Eirikr confundido—. Te quiero, tú me quieres. ¿Qué hay de malo en eso?—Es muy pronto, apenas no estamos conociendo.—Tienes razón —dice él apartándose para luego abrazarla, estrechándola en sus brazos—. Solo, deja que te conquiste, déjame enamorarte como nadie antes lo ha hecho.Everly siente su corazón hinchado de emoción y lo abraza también.Después de eso, cada uno se despide. Eirikr se marcha a su habitación a pensar en las posibilidades de que Everly al fin acceda a ser su esposa. A la mañana siguiente, ella se despierta temprano para sorprender a Eirikr con el desayuno, pero cuando baja por las escaleras, la sorprendida es ella, pues lo encuentra en la sala con varias personas.—Buenos días —
Eirikr sostiene a Everly entre sus brazos mientras yacen recostados en la cama. En algún punto terminaron acostándose, ella buscaba refugio en el calor humano de la persona que menos se imaginó. Los recuerdos de su madre iban y venían; ella era aún pequeña cuando su madre falleció.Recordó cómo es que una noche antes, su padre había llegado enojado y molesto por haber perdido todo su sueldo y aguinaldo en las apuestas. Solo faltaban dos días para que fuese Navidad y él ya se había gastado todo. Discutieron, como todo el tiempo lo hacían. Solo que esta vez, no fue un golpe de su padre en la mejilla de Giovanna lo que terminaría la discusión como era normal en todas las anteriores ocasiones, sino, que esta vez Silas la golpeó tanto que ella terminó desmayada.Everly había sido arrastrada por su padre hasta su habitación y encerrada ahí. A pesar de las súplicas de la pequeña, todo era en vano. Everly lloraba temiendo que también la golpeara a ella, temía que siguieran haciéndole daño a s
El sol se ocultaba lentamente en el horizonte, bañando la ciudad de Denver con una cálida luz dorada. Eirikr y Everly caminaban juntos hacia el Ocean Prime Greenwood Village, ubicado en el elegante Denver Tech Center. La brisa fresca de la tarde acariciaba sus rostros, y la anticipación de la noche por venir llenaba el aire.Everly había decido usar un vestido azul cielo, con un cuello tipo camisa con un corte holgado con volantes en la parte inferior, que resaltaban sus piernas, pues apenas llegaba a la rodilla.Eirikr, no había querido decirle a dónde iban, quería sorprenderla, pero había pedido que usara algo azul para ir a juego. Cuando él fue a tocar su puerta, se sorprendió mucho al verla.—Estás más preciosa de lo que imaginé —confesó, Eirikr maravillado, de la mujer que tenía frente. Everly había decido usar unos tacones blancos que no hacían más que resaltar sus curvas.—Gracias —murmuró ella aferrada al pequeño bolso que tenía en las manos.—¿Estás lista? —preguntó él.—Sí,
Mientras Eirikr y Everly cenaban, Camila, la ex de Eirikr los acechaba; sin embargo, ella también era acechada por un investigador privado. Este había tomado fotos de todo lo sucedido y las había enviado directamente a Patrick Jackson, el Rey de la mafia en Denver.—¿La señorita St. Clair sigue siendo vigilada? —pregunta el Boss.—Sí, padrino. Se han ido un par de mis mejores investigadores a seguirla —afirma Ross Swan.—Bien, no la pierdan de vista y tengan cuidado de que ninguno de los míos les vean, principalmente mi hijo —demanda, Patrick.—Sí, señor —confirma Ross y cuelga.Patrick toma el móvil en sus manos y revisa de nuevo las imágenes.—¿Estás segura de que es tu hija, Elio? —cuestiona Patrick mirando de reojo a su Avocato y amigo.—Lo estoy, Gio… estoy seguro de q
Capítulo 30 Pequemos JuntosLas luces de la casa estaban todas encendidas. Everly podía sentir cómo su vientre se contraía por la antelación de lo que pudiera pasar esa noche. No era una jovencita a quien le iban a desvirgar, era una mujer que estuvo casada y quien desgraciadamente conoció el lado oscuro del sexo. Uno que no era consensuado, uno que era agresivo y violento.Eirikr sostuvo su mano durante todo el trayecto a casa, en cuanto llegaron bajó del coche para abrir la puerta para ella. Sin embargo, una vez puesto un pie fuera del auto, tenía un séquito de mafiosos rodeándolos.—Dannazione! Vai a casa, non voglio nessuno qui stasera. Vattene, adesso! —exigió en italiano, a sabiendas de que Everly podía entenderlo ahora.*¡Maldita sea! Márchense a casa, esta noche no quiero a nadie aquí. ¡Largo, ya!—Pero, Sr…—No me hagas repetirlo, Nando —la mirada fría y calculadora de Eirikr hizo que todos a su alrededor huyeran inmediatamente, excepto Nano.—Sabes que no podemos irnos. Hay
7 de julio de 2018, Denver.Soy Eirikr, soy el hijo de un mafioso de la familia en De y esta es mi historia.Se escuchan como trotes de cientos de equinos, pero en realidad es el tropel de algunos miembros de la mafia que gobierna Lakewood. Eiríkr corre tan rápido como le permiten sus piernas, sintiéndose fatigado con cada avance que da.—¡Detente, maldito hijo de papi! —grita Jacovy Mangione, quien parece ser la cabecilla de esa banda de criminales.—¡Jódete maldito mafioso de quinta! —le responde Eirikr sonando cansado de tanto correr.Eiríkr ignora el resto de insultos que los demás le lanzan y sigue corriendo en medio de la noche, evadiendo a los transeúntes que se apresuran a salir del cine Álamo Drafthouse. Si no fuera por esas personas que salieron casi todas juntas, el «príncipe de Denver» sería ya el costal de boxeo de los Gold Toad.Sin saber más qué hacer, Eiríkr entra corriendo al callejón más oscuro que se encuentra, con la esperanza de no ser visto por los mafiosos y rog
La puerta estaba abierta, sabía que era así porque la camioneta de Otto estaba parqueada fuera de la casa. Se desanuda un poco el cinturón de la gabardina y retoca su pintalabios. Luego de volver a ver su maquillaje en el espejo por cuarta vez, decide bajar del viejo Mercedes con nada más y nada menos que el coordinado de lencería más sexi que tenía. Estaba cubierta solamente por el abrigo raído que su esposo le regaló en su primer aniversario y de eso hace ya cuatro años.Lo quería, tenían una hija en común y para ella era importante esa fecha. Los Jimmy Choo de segunda le lucían espectaculares, se sentía bella, empoderada y pronto se sentiría amada por su marido.Abre la puerta con calma, deja sobre el sofá su bolso y se quita el pedazo de tela llamado gabardina para luego caminar a su habitación a buscar a Otto. Al principio no era consciente del ruido, pero inmediatamente luego de percatarse sintió cómo un golpe le era dado en la boca del estómago. Los gemidos de placer de una voz
La luz entra por la ventana iluminando su rostro e impidiendo su sueño. Se despereza y al abrir los ojos, la realidad le pega de lleno en el corazón. Su hija, Otto, le había quitado lo que más amaba, además de haberla humillado frente a su ex mejor amiga.La suavidad de las sábanas satinadas se deslizan fácilmente por su piel, se da cuenta de que está desnuda haciendo que se avergüence por ello inmediatamente.—Buenos días —saluda el hombre de nombre desconocido sentado junto a ella con el semblante serio y la mirada fría.Everly se cubre rápidamente con las sábanas lo más que puede. Su pulso se acelera, no recuerda muy bien lo que sucedió anoche, pero de algo está segura y es que no conoce del todo al tipo frente a ella.El hombre se acerca a ella aprisionándola con su cuerpo, la tensión entre ellos se siente. Eirikr vuelve a ver esos hermosos ojos que le han mantenido cautivo desde aquel día que la conoció. Everly intenta recordarlo, no se parece mucho al hombre que conoció, ahora e