Protegidas
Camila St. Clair sabía de la existencia de la nueva mujer en la vida de su amado Eirikr Jackson. Ella la vio alejarse cuando fue echada por él de su edificio. Había estado intentando llamar a Vincent y que este le diera detalles de la chica, pero era imposible. No le contestaba.

—Papi, debes de averiguar qué está pasando. Sé que hay algo raro —dice con voz melosa a su padre.

—Cariño, lo que suceda o no, no es tu asunto. Deja de andar rogándole a ese pendejo —pide su padre sin siquiera mirarla.

Era su hija mayor y, por lo tanto, la más consentida de familia. Distaba mucho en su forma de ser de sus demás hermanos. Los demás, varones todos. Eran personas sensatas, aunque seguían los pasos de su padre en la mafia, no les interesaba tales banalidades como perseguir el amor o en su defecto, a alguien por una obsesión.

—¡Eirikr Jackson, no es un pendejo! ¡Es uno de los hombres más ricos de la ciudad y próximamente del estado, papi! —recuerda a su progenitor, logrando que este pare su lect
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