Norte de México. —¿Me mandó a llamar, señor?— el chico aparece en la oficina, sus manos detrás de su espalda y con una postura rígida. —Toma asiento, Peter— el hombre gira su silla encarando al joven, sus ojos azules analizan al chico y luego juega un poco con su trago de whisky para después: —. Quiero a mi hija. Ya. El chico asiente y se levanta para agregar: — La tendrá, Diablo. Capitulo 1 Hasley. Arrastro mis pies por el frio pavimento y siento mis heridas palpitar, el ardor en mi cara me agobia, suelto un quejido de dolor y llevo una mano a mi estomago. Puedo ver como los hematomas aparecen en mi piel —¡Mierda!— mascullo, al no poder seguir con mi camino. El sabor a sangre se mezcla con mi saliva, hago una mueca de asco mientras limpió la herida de mi labio. Suspire con el último aliento que me quede y seguí mi camino. Unas horas antes: —¡Hasley Williams!— llamó Arianny; mi mejor amiga —. No quiero escuchar a mi hermano. Otra vez—suspira. Bufé frustrada por
ChristopherUna ráfaga de viento azotó mi cuerpo, froto mis brazos buscando un poco de calor. La oscuridad me abraza y no deja que pueda ver nada. Sigo transitando, pero está vez no fue el viendo que choco contra mi cuerpo, fueron las gotas de lluvia. Maldigo por mi suerte. Mi piel se eriza, frotó mis manos y levanto mi vista. Mi cuerpo se tensa y una electricidad sube a mi pecho. Hay una silueta a pocos pasos de mi, creo que trata de levantarse, doy un paso hacia atrás hasta que me percató que es una chica. Dudo unos segundos hasta que me acerco cuidadosamente. Su rostro está cubierto por varios mechones negros, no la alcanzo a ver. La pelinegra suelta un gemido de dolor y allí me doy cuenta de que está herida. Me tomo unos minutos hasta ponerme a su altura, pongo una mano en su espalda y siento como se tensa y musita: —Suéltame— la frialdad en qué pronuncia sus palabras ocasiones que mi piel se erice, retrocedo obediente y ella gira de una manera brusca hasta caer de culo —. ¡Mal
Hasley.La ancha espalda del chico es lo único que puedo notar cuando su cuerpo se detiene y toma el pomo de la puerta, está sale disparada de golpe junto con el chico. Dos hombres con armas cada uno apuntandole a cada rincón de la casa entran, me tumbó al suelo por instinto y me arrastro hacia dónde tenía el arma, pero dos fuertes manos me toman y me levantan. En mi campo de visión aparece Christopher con una cara de asco, sujetado por un hombre quien tiene un pasamontañas. Apuntandole.Mierda, jodida mierda.Analizo mi entorno y busco la manera de liberarme del agarre y liberar a ese idiota.¿Cómo carajos me metí en esto?Doy un cabezazo hacia atrás y le golpeó la nariz a el hombre que hace unos minutos me sujetaba.—¡Perra!— exclama del dolor, soltando el arma. Le doy una sonrisa y me abalanzo hacia donde se encontraba el arma, el sigue sobando su nariz pero el sonido de mi arma cargándose lo pone atento, le sonrio y apunto—. Eres buena — levanta sus manos.Hago un mohín restándole
Peter.— ¿Está todo listo? — suelto apenas me acerco a Bred.El pelirrojo me mira malhumorado y luego suelta:—Hay un motel a 3 km de aquí— anuncia—. La noche está a 40 dólares.Asiento.—¿Dónde está Will?—Salió a calentar la polla— responde cortante.Suelto un suspiro, y me veo de malhumor de nuevo—Joder Bred, son las diez de la mañana.El se encoge de hombros y luego me ve, sus ojos verdes están sin expresión alguna. ¿Cómo diablos puede ser menor que yo? Se ve más viejo.—Dicelo a el, sabes que el no pierde el tiempo — revisa su celular—. Hay que irnos — ordena y me da la espalda para marcharse.— ¡Oye idiota! — lo llamo — Las órdenes las doy yo — anuncio y tomo camino a la tienda.Una ruidosa y horrible música se adentra a mi sistema auditorio, hago una mueca, ¿Qué diablos escuchan los jóvenes hoy en día? Sigo mi camino. Detengo mis pasos frente a una chica, la rubia atiende a una fila de personas.Me acerco a ella sin hacer la fila, escucho muchos reclamos, volteo y me encuentro
Christopher.Aspiro las frías ráfagas de aire que golpean mi rostro, con una sonrisa débil veo a mi alrededor, ¿Esto es libertad?¿Qué era libertad? Yo me había acostumbrado a estar en soledad, no me quejaba tenía todo, pero que había del amor? Yo me encontraba de muchas formas buscándolo, pero nunca lo encontré, solo una falsedad eterna y sin límites.Nadie puso límite incluso en mi escuela, todos querían estar conmigo, y no era por alardear, pero ninguno me interesaba. Nadie podía comprender lo que se sentía, al principio me costó que todos estuvieran sobre mi, y detrás de mi, al principio mi fobia social no la podía controlar.Me encerraba casi todas las tarde en el baño de mi escuela por miedo, miedo a los chicos que se acercaban para preguntar por mi papá, miedo a las chica que se me insinuaban, miedo a mis maestros, miedo a todos. Llegué a un punto de mi vida que casi me pierdo por completo, mi respiración era un caos luego de presentar un trabajo, mi corazón bombeó tanta sangre
Christopher.La pesadez en mi cuerpo no me permite mover ni el más mínimo órgano, el dolor se esparce desde mi hombro hasta mi muñeca adormeciendo mi brazo, al intentar moverlo el dolor se hace aún más presente es… inexplicable. Los rayos de luz se filtran por la ventana y caen sobre mi rostro afectando mis ojos. En un intento fallido muevo un poco mi cuerpo entumido, entre abro mi boca y no llego a formular una palabra por la carencia de saliva en mi garganta. Muevo de nuevo mi cuerpo y siento unas fuertes punzadas en mi brazo. Suelto un gruñido apretando mis ojos por el dolor palpitante.—¡Ey! — escucho la voz de Hasley cerca de mí —. ¿Te duele?Entre abro mis labios y paso la lengua por ellos, trago un poco de saliva y siento como mi corazón empieza a palpitar más rápido.—Luz — alcanzo a formular —. Estorba — no puedo ver a la pelinegra pero puedo percibir como se aleja, un sonido haciendo click me indica que hizo lo que pedí o lo que intente.—¿Puedes abrir los ojos? — pregunt
Christopher. El cuerpo húmedo de Hasley reposaba en mi regazo, sus pálidos labios entre abiertos con tonos morado podía escuchar pequeños suspiros. Su cuerpo se extreme ante la fría brisa que se cola por la ventana del auto. Retiro el grueso abrigo de mi cuerpo y lo reposo en el suyo. —¡¿Cómo carajos nos encontraron?!—exclama Bred, exaltado. —¿Qué crees que soy?—indaga Peter, la vena en su frente se hace más notoria—¡¿Dios o que?! —¡¿Pueden calmarse?!—grita Will, su expresión de horror pintada en su rostro. —¡Jodete!—exclama Bred y Peter al unirismo, el moreno rueda los ojos y se concentra en la carretera, sigue con el ceño muy fruncido. Ignoro la discusión entre Bred y Peter y sigo observando el rostro de Hasley, puedo verla más detalladamente; sus grandes pestañas descansan sobre sus lindos ojos, sus labios tienen un tono demasiado pálido, sus mejillas tienen un color rosa pastel. Ante mis ojos se volvió perfecta, y tal vez no quise aceptarlo pero una parte de mi sabía que yo q
Peter.Ya se hacía de tarde, la oscuridad se apoderaba del día, habíamos parado para hacer unas compras, Will había estacionado el auto y yo había bajado para comprar algo de comida.Todo parecía absurdo, el beso, el comportamiento de los chicos, Christopher e incluso yo cuando me di cuenta que pensaba en los labios de la chica.Nunca había sentido culpa, pero algo tenía reprimido, y era que tal vez ese beso implicaba la decepción de alguien importante para mí.Hasley era impulsiva y yo lo sabía desde la primera vez que la vi, ella había logrado arrebatarle el arma a Will incluso a mí. Pero había algo que no entendía, ¿Qué hacía ese chico esa noche? ¿Qué tenía que ver Christopher con Hasley para desear venir con ella? ¿Le gustaba tanto que arriesgó su vida?Ignore las preguntas que me hacía y seguí con la compra, pero ese beso se reprodujo en mi cabeza como un maldito CD rayado.—¿Te gusta tanto la chica?— Will aparece de la nada y pone su mano en mi hombro.Solté una carcajada por lo