Christopher. El cuerpo húmedo de Hasley reposaba en mi regazo, sus pálidos labios entre abiertos con tonos morado podía escuchar pequeños suspiros. Su cuerpo se extreme ante la fría brisa que se cola por la ventana del auto. Retiro el grueso abrigo de mi cuerpo y lo reposo en el suyo. —¡¿Cómo carajos nos encontraron?!—exclama Bred, exaltado. —¿Qué crees que soy?—indaga Peter, la vena en su frente se hace más notoria—¡¿Dios o que?! —¡¿Pueden calmarse?!—grita Will, su expresión de horror pintada en su rostro. —¡Jodete!—exclama Bred y Peter al unirismo, el moreno rueda los ojos y se concentra en la carretera, sigue con el ceño muy fruncido. Ignoro la discusión entre Bred y Peter y sigo observando el rostro de Hasley, puedo verla más detalladamente; sus grandes pestañas descansan sobre sus lindos ojos, sus labios tienen un tono demasiado pálido, sus mejillas tienen un color rosa pastel. Ante mis ojos se volvió perfecta, y tal vez no quise aceptarlo pero una parte de mi sabía que yo q
Peter.Ya se hacía de tarde, la oscuridad se apoderaba del día, habíamos parado para hacer unas compras, Will había estacionado el auto y yo había bajado para comprar algo de comida.Todo parecía absurdo, el beso, el comportamiento de los chicos, Christopher e incluso yo cuando me di cuenta que pensaba en los labios de la chica.Nunca había sentido culpa, pero algo tenía reprimido, y era que tal vez ese beso implicaba la decepción de alguien importante para mí.Hasley era impulsiva y yo lo sabía desde la primera vez que la vi, ella había logrado arrebatarle el arma a Will incluso a mí. Pero había algo que no entendía, ¿Qué hacía ese chico esa noche? ¿Qué tenía que ver Christopher con Hasley para desear venir con ella? ¿Le gustaba tanto que arriesgó su vida?Ignore las preguntas que me hacía y seguí con la compra, pero ese beso se reprodujo en mi cabeza como un maldito CD rayado.—¿Te gusta tanto la chica?— Will aparece de la nada y pone su mano en mi hombro.Solté una carcajada por lo
Christopher.Después de unos minutos mi cuerpo seguía estático, Peter seguía con un sonrisa luego de tomar a la chica y atarla a un Stan.—¿Cómo?— solté sin poder asimilar nada aún.—Son vendedores de órganos— soltó Peter, y me lanzó otro bate—. Ten, cuidado aquí todos te conocen.—¿Cómo es que supiste que estaba aquí?Peter soltó una carcajada, sostuvo su estómago y limpio una lágrima falsa:—No te creas importante niño, estoy aquí porque casi me matan también —lo dijo tan tranquilo que me dio escalofrío.Habíamos salido de aquella tienda, Peter aún tenía una sonrisa de arrogante plasmada en su cara. No habíamos tocado más el tema, solo buscábamos a los demás para de nuevo tomar un rumbo desconocido para mí, yo no tenía fuerzas; estaba cansado y con hambre. Mi estómago rugía y creo que Peter lo noto:—¿Quieres comer algo?— lo miré sorprendido por lo amable que estaba siendo —. No es que me interese tu salud niño.Asentí y nos sumergimos por un callejón, al fondo pude reconocer un pue
Hasley.Todo mi cuerpo estaba entumecido, mi cabeza dolía, y el dolor de mi cuerpo se hacía más presente. Un poco de luz se adentró en la habitación, mi rostro parpadeó y asimiló dónde me encuentro, estoy en la misma posición desde el día anterior, estiro mi cuerpo y busco la manera de levantarme del suelo, mi cuerpo duele.Camino hacia el cuarto del baño y me adentro a el, me apoyo del lava manos y veo mi reflejo; mis ojos estan hinchados, rojos, y pequeñas ojeras alrededor de éste, mis mejillas húmedas y mis labios resecos. Estoy destruída. Entonces no pienso más y me adentro a la ducha. Cierro mis ojos y dejo que caiga el agua fría en toda mi piel sucia.—¡Mamá, mamá!Corrí hacia aquella mujer de cabellera negra.—¿Qué pasa cielo?—¿Dónde está papá? Prometió venir en mi cumpleaños.—Mi amor, papá debe trabajar, te envío una carta y un regalo.—Como todos los años— solté triste, y me deje caer en el jardín.—Eso no es verdad, papá es un hombre ocupado, cielo.—Papá es una mierda.
Christopher Mazón quien era el hombre que me nos había secuestrado era nada más ni nada menos que un mafioso mexicano buscado por la DEA, pero estaba interesado en un senador estadounidense corrupto quien fue su mejor amigo y ahora mi querido padre, Bonita historia ¿no? Los dos habíamos salido de su oficina, Mazón me invitó a conocer el lugar. Los dos caminamos frente a unos grandes ventanales dónde la vista era un campo grande. —¿Entrenan?— indague luego de ver algunos hombres hacerlo. Escuché la risa del Mazón. —Siempre vamos a un paso de las tendencias militares. No dije nada, y luego salimos al campo de entrenamiento, nos acercamos al MMA me sorprendí por la pelea que presenciaba ahora mismo; una chica delgada y muy ágil estaba peleando un hombre que le sacaba tres cabeza y 50 kg más. La chica en un movimiento rápido envolvió sus pierdas alrededor del cuello de aquel hombre y se dejó caer junto con él. El hombre con golpes trató de sacarse del agarre de la chica pero ella re
En algún lugar del mundo. El hombre seguía en su auto, tenía el brazo apoyado en la ventana de este mientras fumaba. Otro hombre lo veía por el espejo retrovisor, impacientes esperando a su jefe. Esa mañana el hombre había salido a una reunión importante, o más bien a estar en una sala con unos idiotas sin creatividad para crear una estrategia, eso pensó cuando terminó de fumar, tiró el resto por la ventana y le hizo una seña a su hombre para que arrancara la camioneta. El camino se le hizo corto y cuando pasaron por frente de los guardas, el hombre bajó el vidrio y le sonrió a la cámara de seguridad. —Segundo piso habitación 245— repitió el joven las indicaciones que le habían dicho. Su jefe lo miro mal y siguió su camino adentrándose en la lujosa mansión. Mientras caminaba se le unió una mujer. —Tiempo sin verte, Pizzo— el hombre hizo un gesto de fastidio y camino junto a la mujer escaleras arriba. —Hacerte esposa de Franco te sentó bien, eh— dijo Pizzo cuando giraron por el pa
Christopher Me dejé caer en el colchón junto con un largo suspiro, aún sentía los labios de Hasley sobre los míos. Se había convertido en el día más bonito. Le sonreí a la nada, y cerré mis ojos esperanzado de volverla a ver, pero no podía dormir. Seguía mirando el techo por los seguientes minutos, ¿Había cambiado? Solo llevaba unos días y ya no pensaba en mis padres, ¿Lo había aceptado? ¿Había aceptado que a final de cuentas no le interesaba? O ¿Solo seguía ignorando lo que siento? Me imaginé que esto sería como en las películas y los libros, dónde los secuestradores te torturan hasta el punto de tú mismo desear la muerte. En cambio Mazón solo buscaba hacerme sentir cómodo. ¿Era él el verdadero secuestraron? Su rostro era inexpresivo cómo el de todos aquí, pero eran más acciones que palabras. Me levanté de golpe de inmediato, Mazón no es nuestro secuestrador, hay alguien más detrás de él. Traté de levantarme del colchón pero un mareo me ganó, no sé que había pasado pero ahora mi
Hasley La mañana transcurría tranquila, mi hombro había sonado por completo pero Peter seguía cuidando de mi. Según sus excusas era que aún veía mi herida sin curar.Suspiré lento, eran las 7 de la mañana y Peter seguía en mi habitación. Su presencia no era molesta pero sentía que ya era innecesario sus cuidados.—Ya es hora de la píldora, Hasley— la voz de Peter llamó mi atención de nuevo.Mmm, fastidio.Me moví de la cama inquieta, tire las sábanas de nuevo sobre mi y me quejé.—Estoy dormida.—¿Ah sí? ¿Quién es la que responde, gatita?Me estremecí por un momento, había olvidado su apodo.—¡Que no me llames así!—Yo te llamo como me da la gana, ahora venga que es hora de la píldora.Me levanté perezosa y le seguí, Peter me había llevado a la cocina. Tendió un vaso y junto con el las pildoras. Mientras bebía el agua Bred apreció en nuestro campo de visión; traía unos audífonos y unos lentes de protección, ¿A dónde iría?Se acercó al refrigerador ignorandonos completamente y luego s