Capítulo 5

Christopher.

Aspiro las frías ráfagas de aire que golpean mi rostro, con una sonrisa débil veo a mi alrededor, ¿Esto es libertad?

¿Qué era libertad? Yo me había acostumbrado a estar en soledad, no me quejaba tenía todo, pero que había del amor? Yo me encontraba de muchas formas buscándolo, pero nunca lo encontré, solo una falsedad eterna y sin límites.

Nadie puso límite incluso en mi escuela, todos querían estar conmigo, y no era por alardear, pero ninguno me interesaba. Nadie podía comprender lo que se sentía, al principio me costó que todos estuvieran sobre mi, y detrás de mi, al principio mi fobia social no la podía controlar.

Me encerraba casi todas las tarde en el baño de mi escuela por miedo, miedo a los chicos que se acercaban para preguntar por mi papá, miedo a las chica que se me insinuaban, miedo a mis maestros, miedo a todos. Llegué a un punto de mi vida que casi me pierdo por completo, mi respiración era un caos luego de presentar un trabajo, mi corazón bombeó tanta sangre que hasta pude sentir el pulso en mis oídos.

Fue la primera vez que un ataque me dominó, terminé en el hospital. Cuando desperté encontré a mi abuela a mi lado y eso me dio un poco de aliento. Fue la última vez que la ví porque luego de allí, luego al salir la perdí.

Todo en mi vida se convirtió en un caos, los ataques, el acidente y la perdida de mi abuela volvió mi vida una m****a, un infierno.

Y ahora, y ahora me siento libre

El carro transcurre de una manera prudente, los rayos de sol golpean mi brazo apoyado en la ventana baja de el vehículo. Hasley a mi lado suspira pesadamente, como si en algún momento fuera a colapsar.

— ¿Estás bien? — pregunto sin mirarla. Cómo no hubo respuesta lo hago.

Su pecho subía de una manera abrumadora, sus manos en su regazo templando, de su frente caían las cristalinas gotas de sudor. Estaba… sufriendo un ataque de ansiedad.

Pongo mi mano en su hombro y cuando abro mi boca para decir algo pero un fuerte golpe nos impulsa hacia adelante, me apoyo en la silla frente a mi y detengo mi caída, trato de hacer lo mismo con Hasley pero otro golpe nos expulsa hacia un lado, mi cabeza impacta contra el vidrio de la ventana, ahogo un grito y siento el dolor expandirse por toda ella.

— ¡Maldita sea! — Hasley se acerca a mi, me apoya de nuevo en el asiento — ¿Estás bien?

Asiento y suelto un gruñido por un nuevo dolor, está vez en mi brazo, por instinto llevo mi mano allí. Sangre.

— ¡Están disparando! —gritan.

— ¡Joder Will! ¡Dispara también!

El susodicho asiente y nos hace seña para que bajemos la cabeza, sumiso en un dolor obedezco. El moreno saca un arma y se apoya contra el asiento, curva su espalda y dispara a través de la pequeña ventana, está se quiebra y deja a la vista un vehículo negro. Mi corazón empieza a latir de una manera descontrolada, la sangre de mi brazo empezá a aumentar manchado toda mi ropa y las manos de Hasley, quien me sujeta, el palpitar en mi cabeza, el dolor en ella es peor que el del brazo.

Las fuertes punzadas ocasionan ecos, las voces lejanas. El rostro de Hasley preocupado, pasa su mano por el llenandolo de mi sangré, por alguna razón me pareció atractivo esa imagen.

Hasley.

M*****a sea.

— ¡Sea ha desmayado! — grito

— ¡Cállate m*****a sea! — devuelve Bred.

— ¡Que se ha desmayado! — repito — ¿Acaso tú celebro de pene no entiende?

Una fuerte carcajada se escucha a mi lado.

— Está chica es genial — dice el moreno.

— Vuelve a insultarme y…

— ¿Y que? — lo reto — Dudo que seas capaz de matarme.

— Oh gatita — pronuncia Peter — Creeme que si lo es.

Lo ignoro y vuelvo a gritar.

— ¡Una m*****a gasa!

— ¿Gasa? — indaga Will — ¿Acaso te vas sellar tus hermosos labios?, porque creme que yo lo haría de otra forma…

— ¡Se está desangrando!

— ¡Joder baja la cabeza niña! — obedezco y una lluvia de balas pasa por encima de mi — Chica lista.

Lo ignoro y rasgo una parte de mi camisa hasta dejar a la vista mi abdomen y sostén. Will suelta un silbido y hace un asqueroso comentario.

— Si así es cada vez que alguien se desangra — suelta una risita — No quiero imaginar cuando tú lo hagas en mi ca…

— ¡Cierra la m*****a boca Will! — ordena Peter, Will me guiña el ojo y sigue disparando como el maldito psicópata que es.

Termino de envolver el brazo de Christopher. Y suelto un suspiro. La sangre traspasa la tela gris.

Otro golpe, nos expulsa hasta ver por completo, el cuerpo de Christopher antes en mi regazo ahora está sobre mi, muy cerca me permite admirarlo, su cabello negro espeso está desordenado dándole aires sexys. Sus pobladas cejas, y sus labios delgados y pálidos, pero desde cerca se notan sedosos.

Después de segundos, minutos y creo que horas admirando la belleza de Christopher. Hasta que el auto se detiene y me percató de que ya está de noche. Will levanta a Christopher y lo carga hasta afuera.

— ¿Traumada gatita? — la voz de Peter llega a mis odios. Parpadeo varias veces hasta recuperar la cordura.

No me percato que había pasado la lluvia de bala

Lo ignoro y bajo del auto. Mi cuerpo sigue a Will quien se adentra a un motel. Bred habla animadamente con la chica de la recepción hasta que ella le entrega unas llaves. El nos hace seña para que lo sigamos y eso hacemos.

Nos adentramos a la habitación, contempló las tres camas y el pequeño televisor. Will deja a Christopher en una y no dudo en acercarme.

— Guapa, iremos por algo de comida y medicina para tu amigo, no salgas — Will me da una sonrisa y sale junto a Bred.

— ¿Crees que este bien? — pregunto.

No veo a Peter, pero lo escucho responder:

— El siempre está bien — y con eso se aleja.

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