Christopher.
Aspiro las frías ráfagas de aire que golpean mi rostro, con una sonrisa débil veo a mi alrededor, ¿Esto es libertad?
¿Qué era libertad? Yo me había acostumbrado a estar en soledad, no me quejaba tenía todo, pero que había del amor? Yo me encontraba de muchas formas buscándolo, pero nunca lo encontré, solo una falsedad eterna y sin límites.
Nadie puso límite incluso en mi escuela, todos querían estar conmigo, y no era por alardear, pero ninguno me interesaba. Nadie podía comprender lo que se sentía, al principio me costó que todos estuvieran sobre mi, y detrás de mi, al principio mi fobia social no la podía controlar.
Me encerraba casi todas las tarde en el baño de mi escuela por miedo, miedo a los chicos que se acercaban para preguntar por mi papá, miedo a las chica que se me insinuaban, miedo a mis maestros, miedo a todos. Llegué a un punto de mi vida que casi me pierdo por completo, mi respiración era un caos luego de presentar un trabajo, mi corazón bombeó tanta sangre que hasta pude sentir el pulso en mis oídos.
Fue la primera vez que un ataque me dominó, terminé en el hospital. Cuando desperté encontré a mi abuela a mi lado y eso me dio un poco de aliento. Fue la última vez que la ví porque luego de allí, luego al salir la perdí.
Todo en mi vida se convirtió en un caos, los ataques, el acidente y la perdida de mi abuela volvió mi vida una m****a, un infierno.
Y ahora, y ahora me siento libre
El carro transcurre de una manera prudente, los rayos de sol golpean mi brazo apoyado en la ventana baja de el vehículo. Hasley a mi lado suspira pesadamente, como si en algún momento fuera a colapsar.
— ¿Estás bien? — pregunto sin mirarla. Cómo no hubo respuesta lo hago.
Su pecho subía de una manera abrumadora, sus manos en su regazo templando, de su frente caían las cristalinas gotas de sudor. Estaba… sufriendo un ataque de ansiedad.
Pongo mi mano en su hombro y cuando abro mi boca para decir algo pero un fuerte golpe nos impulsa hacia adelante, me apoyo en la silla frente a mi y detengo mi caída, trato de hacer lo mismo con Hasley pero otro golpe nos expulsa hacia un lado, mi cabeza impacta contra el vidrio de la ventana, ahogo un grito y siento el dolor expandirse por toda ella.
— ¡Maldita sea! — Hasley se acerca a mi, me apoya de nuevo en el asiento — ¿Estás bien?
Asiento y suelto un gruñido por un nuevo dolor, está vez en mi brazo, por instinto llevo mi mano allí. Sangre.
— ¡Están disparando! —gritan.
— ¡Joder Will! ¡Dispara también!
El susodicho asiente y nos hace seña para que bajemos la cabeza, sumiso en un dolor obedezco. El moreno saca un arma y se apoya contra el asiento, curva su espalda y dispara a través de la pequeña ventana, está se quiebra y deja a la vista un vehículo negro. Mi corazón empieza a latir de una manera descontrolada, la sangre de mi brazo empezá a aumentar manchado toda mi ropa y las manos de Hasley, quien me sujeta, el palpitar en mi cabeza, el dolor en ella es peor que el del brazo.
Las fuertes punzadas ocasionan ecos, las voces lejanas. El rostro de Hasley preocupado, pasa su mano por el llenandolo de mi sangré, por alguna razón me pareció atractivo esa imagen.
Hasley.
M*****a sea.
— ¡Sea ha desmayado! — grito
— ¡Cállate m*****a sea! — devuelve Bred.
— ¡Que se ha desmayado! — repito — ¿Acaso tú celebro de pene no entiende?
Una fuerte carcajada se escucha a mi lado.
— Está chica es genial — dice el moreno.
— Vuelve a insultarme y…
— ¿Y que? — lo reto — Dudo que seas capaz de matarme.
— Oh gatita — pronuncia Peter — Creeme que si lo es.
Lo ignoro y vuelvo a gritar.
— ¡Una m*****a gasa!
— ¿Gasa? — indaga Will — ¿Acaso te vas sellar tus hermosos labios?, porque creme que yo lo haría de otra forma…
— ¡Se está desangrando!
— ¡Joder baja la cabeza niña! — obedezco y una lluvia de balas pasa por encima de mi — Chica lista.
Lo ignoro y rasgo una parte de mi camisa hasta dejar a la vista mi abdomen y sostén. Will suelta un silbido y hace un asqueroso comentario.
— Si así es cada vez que alguien se desangra — suelta una risita — No quiero imaginar cuando tú lo hagas en mi ca…
— ¡Cierra la m*****a boca Will! — ordena Peter, Will me guiña el ojo y sigue disparando como el maldito psicópata que es.
Termino de envolver el brazo de Christopher. Y suelto un suspiro. La sangre traspasa la tela gris.
Otro golpe, nos expulsa hasta ver por completo, el cuerpo de Christopher antes en mi regazo ahora está sobre mi, muy cerca me permite admirarlo, su cabello negro espeso está desordenado dándole aires sexys. Sus pobladas cejas, y sus labios delgados y pálidos, pero desde cerca se notan sedosos.
Después de segundos, minutos y creo que horas admirando la belleza de Christopher. Hasta que el auto se detiene y me percató de que ya está de noche. Will levanta a Christopher y lo carga hasta afuera.
— ¿Traumada gatita? — la voz de Peter llega a mis odios. Parpadeo varias veces hasta recuperar la cordura.
No me percato que había pasado la lluvia de bala
Lo ignoro y bajo del auto. Mi cuerpo sigue a Will quien se adentra a un motel. Bred habla animadamente con la chica de la recepción hasta que ella le entrega unas llaves. El nos hace seña para que lo sigamos y eso hacemos.
Nos adentramos a la habitación, contempló las tres camas y el pequeño televisor. Will deja a Christopher en una y no dudo en acercarme.
— Guapa, iremos por algo de comida y medicina para tu amigo, no salgas — Will me da una sonrisa y sale junto a Bred.
— ¿Crees que este bien? — pregunto.
No veo a Peter, pero lo escucho responder:
— El siempre está bien — y con eso se aleja.
Christopher.La pesadez en mi cuerpo no me permite mover ni el más mínimo órgano, el dolor se esparce desde mi hombro hasta mi muñeca adormeciendo mi brazo, al intentar moverlo el dolor se hace aún más presente es… inexplicable. Los rayos de luz se filtran por la ventana y caen sobre mi rostro afectando mis ojos. En un intento fallido muevo un poco mi cuerpo entumido, entre abro mi boca y no llego a formular una palabra por la carencia de saliva en mi garganta. Muevo de nuevo mi cuerpo y siento unas fuertes punzadas en mi brazo. Suelto un gruñido apretando mis ojos por el dolor palpitante.—¡Ey! — escucho la voz de Hasley cerca de mí —. ¿Te duele?Entre abro mis labios y paso la lengua por ellos, trago un poco de saliva y siento como mi corazón empieza a palpitar más rápido.—Luz — alcanzo a formular —. Estorba — no puedo ver a la pelinegra pero puedo percibir como se aleja, un sonido haciendo click me indica que hizo lo que pedí o lo que intente.—¿Puedes abrir los ojos? — pregunt
Christopher. El cuerpo húmedo de Hasley reposaba en mi regazo, sus pálidos labios entre abiertos con tonos morado podía escuchar pequeños suspiros. Su cuerpo se extreme ante la fría brisa que se cola por la ventana del auto. Retiro el grueso abrigo de mi cuerpo y lo reposo en el suyo. —¡¿Cómo carajos nos encontraron?!—exclama Bred, exaltado. —¿Qué crees que soy?—indaga Peter, la vena en su frente se hace más notoria—¡¿Dios o que?! —¡¿Pueden calmarse?!—grita Will, su expresión de horror pintada en su rostro. —¡Jodete!—exclama Bred y Peter al unirismo, el moreno rueda los ojos y se concentra en la carretera, sigue con el ceño muy fruncido. Ignoro la discusión entre Bred y Peter y sigo observando el rostro de Hasley, puedo verla más detalladamente; sus grandes pestañas descansan sobre sus lindos ojos, sus labios tienen un tono demasiado pálido, sus mejillas tienen un color rosa pastel. Ante mis ojos se volvió perfecta, y tal vez no quise aceptarlo pero una parte de mi sabía que yo q
Peter.Ya se hacía de tarde, la oscuridad se apoderaba del día, habíamos parado para hacer unas compras, Will había estacionado el auto y yo había bajado para comprar algo de comida.Todo parecía absurdo, el beso, el comportamiento de los chicos, Christopher e incluso yo cuando me di cuenta que pensaba en los labios de la chica.Nunca había sentido culpa, pero algo tenía reprimido, y era que tal vez ese beso implicaba la decepción de alguien importante para mí.Hasley era impulsiva y yo lo sabía desde la primera vez que la vi, ella había logrado arrebatarle el arma a Will incluso a mí. Pero había algo que no entendía, ¿Qué hacía ese chico esa noche? ¿Qué tenía que ver Christopher con Hasley para desear venir con ella? ¿Le gustaba tanto que arriesgó su vida?Ignore las preguntas que me hacía y seguí con la compra, pero ese beso se reprodujo en mi cabeza como un maldito CD rayado.—¿Te gusta tanto la chica?— Will aparece de la nada y pone su mano en mi hombro.Solté una carcajada por lo
Christopher.Después de unos minutos mi cuerpo seguía estático, Peter seguía con un sonrisa luego de tomar a la chica y atarla a un Stan.—¿Cómo?— solté sin poder asimilar nada aún.—Son vendedores de órganos— soltó Peter, y me lanzó otro bate—. Ten, cuidado aquí todos te conocen.—¿Cómo es que supiste que estaba aquí?Peter soltó una carcajada, sostuvo su estómago y limpio una lágrima falsa:—No te creas importante niño, estoy aquí porque casi me matan también —lo dijo tan tranquilo que me dio escalofrío.Habíamos salido de aquella tienda, Peter aún tenía una sonrisa de arrogante plasmada en su cara. No habíamos tocado más el tema, solo buscábamos a los demás para de nuevo tomar un rumbo desconocido para mí, yo no tenía fuerzas; estaba cansado y con hambre. Mi estómago rugía y creo que Peter lo noto:—¿Quieres comer algo?— lo miré sorprendido por lo amable que estaba siendo —. No es que me interese tu salud niño.Asentí y nos sumergimos por un callejón, al fondo pude reconocer un pue
Hasley.Todo mi cuerpo estaba entumecido, mi cabeza dolía, y el dolor de mi cuerpo se hacía más presente. Un poco de luz se adentró en la habitación, mi rostro parpadeó y asimiló dónde me encuentro, estoy en la misma posición desde el día anterior, estiro mi cuerpo y busco la manera de levantarme del suelo, mi cuerpo duele.Camino hacia el cuarto del baño y me adentro a el, me apoyo del lava manos y veo mi reflejo; mis ojos estan hinchados, rojos, y pequeñas ojeras alrededor de éste, mis mejillas húmedas y mis labios resecos. Estoy destruída. Entonces no pienso más y me adentro a la ducha. Cierro mis ojos y dejo que caiga el agua fría en toda mi piel sucia.—¡Mamá, mamá!Corrí hacia aquella mujer de cabellera negra.—¿Qué pasa cielo?—¿Dónde está papá? Prometió venir en mi cumpleaños.—Mi amor, papá debe trabajar, te envío una carta y un regalo.—Como todos los años— solté triste, y me deje caer en el jardín.—Eso no es verdad, papá es un hombre ocupado, cielo.—Papá es una mierda.
Christopher Mazón quien era el hombre que me nos había secuestrado era nada más ni nada menos que un mafioso mexicano buscado por la DEA, pero estaba interesado en un senador estadounidense corrupto quien fue su mejor amigo y ahora mi querido padre, Bonita historia ¿no? Los dos habíamos salido de su oficina, Mazón me invitó a conocer el lugar. Los dos caminamos frente a unos grandes ventanales dónde la vista era un campo grande. —¿Entrenan?— indague luego de ver algunos hombres hacerlo. Escuché la risa del Mazón. —Siempre vamos a un paso de las tendencias militares. No dije nada, y luego salimos al campo de entrenamiento, nos acercamos al MMA me sorprendí por la pelea que presenciaba ahora mismo; una chica delgada y muy ágil estaba peleando un hombre que le sacaba tres cabeza y 50 kg más. La chica en un movimiento rápido envolvió sus pierdas alrededor del cuello de aquel hombre y se dejó caer junto con él. El hombre con golpes trató de sacarse del agarre de la chica pero ella re
En algún lugar del mundo. El hombre seguía en su auto, tenía el brazo apoyado en la ventana de este mientras fumaba. Otro hombre lo veía por el espejo retrovisor, impacientes esperando a su jefe. Esa mañana el hombre había salido a una reunión importante, o más bien a estar en una sala con unos idiotas sin creatividad para crear una estrategia, eso pensó cuando terminó de fumar, tiró el resto por la ventana y le hizo una seña a su hombre para que arrancara la camioneta. El camino se le hizo corto y cuando pasaron por frente de los guardas, el hombre bajó el vidrio y le sonrió a la cámara de seguridad. —Segundo piso habitación 245— repitió el joven las indicaciones que le habían dicho. Su jefe lo miro mal y siguió su camino adentrándose en la lujosa mansión. Mientras caminaba se le unió una mujer. —Tiempo sin verte, Pizzo— el hombre hizo un gesto de fastidio y camino junto a la mujer escaleras arriba. —Hacerte esposa de Franco te sentó bien, eh— dijo Pizzo cuando giraron por el pa
Christopher Me dejé caer en el colchón junto con un largo suspiro, aún sentía los labios de Hasley sobre los míos. Se había convertido en el día más bonito. Le sonreí a la nada, y cerré mis ojos esperanzado de volverla a ver, pero no podía dormir. Seguía mirando el techo por los seguientes minutos, ¿Había cambiado? Solo llevaba unos días y ya no pensaba en mis padres, ¿Lo había aceptado? ¿Había aceptado que a final de cuentas no le interesaba? O ¿Solo seguía ignorando lo que siento? Me imaginé que esto sería como en las películas y los libros, dónde los secuestradores te torturan hasta el punto de tú mismo desear la muerte. En cambio Mazón solo buscaba hacerme sentir cómodo. ¿Era él el verdadero secuestraron? Su rostro era inexpresivo cómo el de todos aquí, pero eran más acciones que palabras. Me levanté de golpe de inmediato, Mazón no es nuestro secuestrador, hay alguien más detrás de él. Traté de levantarme del colchón pero un mareo me ganó, no sé que había pasado pero ahora mi