Capítulo 4

Peter.

— ¿Está todo listo? — suelto apenas me acerco a Bred.

El pelirrojo me mira malhumorado y luego suelta:

—Hay un motel a 3 km de aquí— anuncia—. La noche está a 40 dólares.

Asiento.

—¿Dónde está Will?

—Salió a calentar la polla— responde cortante.

Suelto un suspiro, y me veo de malhumor de nuevo

—Joder Bred, son las diez de la mañana.

El se encoge de hombros y luego me ve, sus ojos verdes están sin expresión alguna. ¿Cómo diablos puede ser menor que yo? Se ve más viejo.

—Dicelo a el, sabes que el no pierde el tiempo — revisa su celular—. Hay que irnos — ordena y me da la espalda para marcharse.

— ¡Oye idiota! — lo llamo — Las órdenes las doy yo — anuncio y tomo camino a la tienda.

Una ruidosa y horrible música se adentra a mi sistema auditorio, hago una mueca, ¿Qué diablos escuchan los jóvenes hoy en día? Sigo mi camino. Detengo mis pasos frente a una chica, la rubia atiende a una fila de personas.

Me acerco a ella sin hacer la fila, escucho muchos reclamos, volteo y me encuentro a un hombre gordo, le saco el del de el medio y continúo.

— Hola guapa — saludo y la chica deja de revisar la caja para verme, sus ojos marrones se abren y remoja sus labios para después sonrojarse. Que descarada — ¿Has visto a un chico de unos 21 años, cabello negro, tez morena? — pregunto, ella solo asiente y me señala los baños. Le sonrió coqueto y le guiño el ojo para después irme.

Me adentro en el baño y el mal olor en mis fosas nasales, el estado está asqueroso, empiezo a revisar cada cabina, hasta que unos gemidos me alertan. Me acerco a el último y me encuentro unas piernas femeninas.

«No tiene mal gusto»

Apoyo las manos de cada lado para adentrarme más al baño.

— Lamento interrumpir sus minutos de placer — las nalgas de la chica empiezan a rebotar más rápido sobre la entrepierna de mi amigo, que asco — ¡Joder, Will! — grito.

La mujer deja sus movimientos y se acorruca en el pecho del moreno, Will abré sus ojos y trata de cubrir a la mujer con una… ¿Tanga? No puedo enviar reírme.

Joder son ridículos.

— ¿Qué carajos Peter? — espeta, trato de reprimir una sonrisa y señaló el reloj

— Tic Tac, conejito— sonrio — Hora de irnos.

— Jodete — deja a la mujer a un lado y trata de vestirse — ¿Qué mierdas haces allí parado, cerdo?

— ¡Oh vamos! — exclamo — Como soy yo el que tiene sexo a las diez de la mañana — digo burlón — Además sin contar que estás en un ba…

No me dejó terminar porque abandona el baño y me da un empujón.

— Jodete Peter — escupe.

Me quedo viendo por dónde se fue hasta que la mujer carraspea.

— Bonitos senos — le sonrió y le doy la espalda, antes de salir me detengo — Ah, olvide decirte, el no te llamará.

Salgo del asqueroso baño.

Recorro la tienda y busco la caja de cigarros más barata. Cuándo ya la tengo en mis manos dirijo mi cuerpo hacía la rubia.

Le entrego la caja y ella la envuelve y me la tiende.

— Tres dólares.

Saco mi billetera y busco algunos billetes, cuando tengo la intención de entregarlos, la castaña aparece. Detiene mi mano con la suya y la acaricia negando.

— Esto — señala los cigarros — Lo pagaré yo.

Le sonrio y nos alejamos.

— ¿Sabes? — indaga — Te estuve observando.

— Bueno, yo estuve observando tus senos — me encojo de hombros.

— Sincero — dice para ella — Me gusta.

— Eso también se lo dijiste a Will, cuando te follaba — escupo y me alejo de ella, y volteo a ver dónde están los chicos.

Bred está hablando por teléfono con la cara ligeramente roja y el ceño fruncido, Hasley está en la misma posición; sobre el vehículo y fumando, el chico despertó y esta alejado con un cigarro en la mano, y Will está cruzado de brazos con una mirada asesina.

— Ahora coqueteando con mis liges.

— Tus liges coqueteando conmigo — corrijo — Además me regaló unos cigarros, es genial.

— ¡Que te den!

Suelto un carcajada y poso mi vista en el chico. Me acerco a el y tomo asiento a su lado, abro la caja de cigarros y enciendo uno.

— ¿Quieres volver a casa? — suelto el humo.

— Primero muerto — repite mi acción.

¿Entonces es el novio de Hasley?

— Si el jefe se entera que te llevo, te va a matar ¿Sabes? — sigo sin rodeos, y lo noto tragar saliva.

Ladeo mi cabeza y lo observo detalladamente, el chico es alto y delgado, muy delgado creo que en su vida a tenido un arma en su vida, si, definitivamente nunca.

— ¿Qué saben de mi?

— Más de lo que puedes llegar a imaginar.

El suelta una risa seca y pronuncia:

— Joder, todo el mundo sabe de mi vida.

— Pero a nadie le interesa — completo soltando el humo — la mayoría solo quiere sacarle algunos dólares a tu Papi — inhalo.

— ¿Puedo quedarme contigo? — pregunta, y juro que casi me ahogo con el humo — Odio mi vida — agrega.

— Joder niño, eres el primero que me pide eso.

El se encoge de hombros y me sonríe.

— Siempre hay una primera vez.

— En este jodido mundo no hay nada — escupo y me alejo de el.

No había nada interesante en el mundo en el que me veía envuelto, tampoco podía quejarme, tenía todo lo que quería incluso amigos. Pero si yo hubiera eligido dónde nacer era preciso que en este mundo no.

El chico me recordó a alguien que conocí, y trajo recuerdos con sus palabras.

Hay personas que me atraen recuerdos, hay personas que son una pieza de mi doloroso pasado y por un momento me vi reflejado en el.

Y no quiero que el sea igual que yo, no quiero que cometan los mismos errores que yo cometí.

Niño, si yo fuera tu me quedara en mi lindo penhouse con una botella de alcohol y muchas chicas, nunca le pediría a un secuestrador que me lleve con el.

Pero a él le faltaba mucho por conocer, y que mejor que yo lo lleve a eso ¿No?

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