GINEBRA. Pasé por mis brazos un suéter, me calce unos zapatos y tome un arma, salí junto con Piero. Pierina también había salido y Harry con su novia, los niños y Georgiano con su prometida. Nos mirábamos entre sí, todos sin saber que rayos había sucedido. hasta que me atreví a salir de la casa, había mucho humo y las alarmas de los autos se encendieron. Mi corazón se aceleró y comenzó a latir con mucha fuerza, cuando al final logré divisar la casa de mi padre hecha escombros, había explotado, pero lo que más temía era saber quiénes estaban dentro.—¡Mi madre! —gritó Georgiano y corrió despavorido hasta su casa, lo seguí haciendo un esfuerzo. Aun me dolía un poco la herida, pero la abuela era más importante que cualquier otra cosa.Georgiano enloqueció cuando llegamos hasta la que era su casa y no había absolutamente nada, todo se volvió añicos, permanecieron algunas columnas bien
FINAL.NARRADOR OMNISCIENTEEn ese instante, Georgiano tomó su arma y aprovechó disparándole en la frente a esa mujer sedienta de venganza. Sintiéndose muy culpable de todo lo relatado por ella, pero no podía permitir que el esfuerzo de su hija por salvarle la vida fuera en vano. El cuerpo de Ginebra yacía a un lado de él, pero la conmoción del momento lo había dejado totalmente en shock, hasta que el fuerte impacto del cuerpo de Michelle cayendo al suelo sin vida, hizo que Georgiano despertará de su estado. Gritó muy fuerte al cielo, la lluvia caía sobre él y sobre el cuerpo de su hija. Se preguntaba así mismo ¿por qué ella decidió salvarle la vida luego de escuchar la historia de Michelle? Sí notó la decepción en sus ojos, pero no podría saberlo nunca. Recogió el cuerpo de su hija y lo llevó hasta el auto, condujo como un maniaco hasta la residencia donde lo esperaban todos sin saber la terrible noticia. Al llegar se aparcó en el estacionamiento, bajo del auto y ahí estaba Piero, e
EXTRA.1Años después...Gian se despertó enérgico, hoy era un día muy ambivalente, por un lado, se encontraba feliz muy feliz, por otro sentía una extraña tristeza. ¿Quién lo diría? Gian, iría a Royal College of Art. A cumplir su sueño de estudiar arte, había logrado entrar por su mérito sin ayuda de las influencias de Georgiano. Después de un año difícil, consiguió lograr lo que tanto anhelaba desde niño. Estudiaría artes plásticas, comenzaba en dos semanas y media, pero hoy debía irse a Londres. Junto a Liam y Alessandro habían arrendado un enorme departamento, para vivir todos juntos. Sí, Liam creció y se negaba a que Gian se fuera a otro país sin él, así que les pidió a Ginebra y Piero, que lo enviaran a un instituto en la ciudad, para él poder asistir en conjunto de su tío, que quería como su fuese hermano. Así que irían juntos además de Alessandro quien también ya era grande y cercano a Liam. Entonces todos vivirían en grupo, Piero se encargó de conseguirles un lindo departament
Tiempo después.Harry echó una última mirada al espejo, su smoking estaba perfectamente arreglado, no había rastro de ninguna arruga, su cabello está peinado delicadamente hacía la izquierda, perfumó cada rincón de su cuerpo y estaba más que listo, ¿ella ya estará lista? ¿estará tan nerviosa como yo? Se preguntaba una y otra, ansioso y muerto de nervios. Se sentó en el taburete de la habitación del hotel, el lugar de ensueño para una boda.Unos toques en la puerta lo sacan de su ensimismamiento, con algo de torpeza camina hasta ella, toma el picaporte y lo gira abriendo.—¿Harry? ¿estas listo?— inquiere Piero, mirando con orgullo a su muchacho. Después de tanto, Harry era como como otro hijo para él. Y sabía que casarse era tan complicado como tan emocionante. —, ella está lista, campeón. —le aviso, Harry le sonrió y asintió. Piero lo acompañó guiándolo por los pasillos hasta el gran salón. Al llegar al gran salón allí se encontraba un altar improvisado, sillas, la infaltable alfomb
1. Desde pequeña siempre me sentí querida y afortunada, mi madre cuidaba de mi hermana y de mi con tanta paciencia, cariño y amor como le era prudente, nos dedicaba todo el tiempo, siempre me dijo que seria alguien grande e importante, que era inteligente y amable, claro que, a veces era muy notoria su preferencia por mi hermana gemela, Giselle. A veces quisiera devolver el tiempo a cuando todo marchaba mejor, cuando la empresa de mi padre estaba en el ápice del éxito, tenía una empresa de perfumes, creaba las mejores fragancias a nivel mundial. Cuando era una niña feliz, alegre, que veía la vida con ojos de colores e inocencia, jugaba junto a mi hermana, siendo siempre atendidas. De la empresa de mi padre aprendí que los sentimientos, objetos, situaciones y lugares tienen su propio olor. Tan sencillo como el olor del café recién hecho por las mañanas que, hacia mi madre, el olor a romero y tabaco que impregnaba la ropa del abuelo, el olor a tierra mojada del jardín de mi abuelita que
Son alrededor de las tres de la mañana y no logro conciliar el sueño, me remuevo en mi cama una y otra vez. Pensando que hacer con mi vida, peor no podría estar. Hago comparaciones tontas de mi situación, es decir mi vida parece un cubo de Rubik, cuando por fin logro acomodar una parte, la otra se descuadra. Y así sucesivamente. ¿Por qué de todos los vicios del mundo, mi fulano padre tenía que caer en las apuestas?, no es que diga que los demás vicios están bien, pero detesto que sea apostador y que no le importe su familia. Entiendo que la muerte de Gisselle nos jodio la vida a todos, la echaba tanto de menos como ellos, pero era imposible seguir varados en la misma situación y luto, teníamos que seguir, estaba segura que ella así lo hubiese deseado. Dios esto no podría estar peor, perderemos la casa, perderemos las pocas cosas que nos quedan y todo gracias a Lauro. Mi vida cada vez se agrava más, creo firmemente en la reencarnación e imagino que en alguna vida fui una terrible per
Miraba por la ventana del auto mientras lágrimas frías bajaban por mis mejillas, los recuerdos abrumaban mi mente, no podía creer lo que estaba sucediendo. Mi propio padre, el que me creo, el que se supone que debía siempre cuidar de mí y querer lo mejor para mí, me había entregado como si fuera un objeto a un desconocido. A alguien extranjero, sin saber nada de él. ¿Por qué me tocó vivir esto a mí? Esa pregunta retumba en mi cabeza, no puedo pensar claramente, pues nunca creí que mi vida podía ser peor. Creí ver luz, al final del túnel, que al fin sería libre y ya no estaría en casa de los Bell. ¿Pero esto? Esto jamás se cruzó por mi mente, no sé a dónde me llevan ni quien es este chico. No sé qué quieren de mi o que harán conmigo. La angustia invade todo mi ser, mientras sólo pienso en que esto acabe ya. He dejado de ver el asfalto, ahora vamos por un camino verde, de tierra. Al fondo del camino se ve una verja muy grande negra con cables eléctricos y muchos hombres vestidos de traj
Desperté al escuchar el sonido de las llaves quitando el seguro de la puerta. Seguido entró la dulce señora del día anterior. —Buenos días, señorita Ginebra. Aquí tiene su desayuno, dice el joven que hoy puede salir de su habitación, ya no tendrá seguro. Sólo que si intenta escapar no le irá nada bien.—dice en tono amenazador, pero sé que son palabras de su jefe. No de ella. Asiento tranquilamente.¿Escaparme? ¿Para volver a dónde? ¿A dónde el padre que me vendió? Ya no tengo ni mis ahorros. No tengo nada, ¿A dónde me escaparía? Recibo la bandeja que me ofrece y se lleva la de la noche anterior. Veo un desayuno digno de otro banquete como la cena, wafles recién hechos, con mucha mantequilla y queso. Fruta picada en cuadritos, café caliente como me gusta y un rico jugo de naranja. Ni en mis mejores años comía así de bien, sólo a veces que comía en la cafetería. Luego de irse Margaret como me dijo que se llamaba, intento abrir la puerta y el picaporte gira sin problemas, ya no estoy e