—¡Dios mío, ayúdame! Mi hijo tan solo tiene 7 años, aún tiene mucho por vivir, es mi hijo, mi pequeño Connor— con sus manos temblorosas llama nuevamente a Lisandro Caristeas, el padre de sus hijos, pero cae a buzón —cariño, nuestro hijo está enfermo, te necesito por favor, te necesitamos— suplica entre lágrimas y cuelga la llamada
Graciela regresa porque Aileen lloraba desconsoladamente que quería estar con su madre, así que al verla la abraza fuertemente. —tengo mucho miedo mamá— Aileen se aferra a su mamá —Todo va a estar bien cariño, mami tiene que resolver la situación, pero necesito que me ayudes siendo fuerte ¿Bueno? —¿Qué vas a hacer Caroline?— Graciela hace un gesto de tristeza en su rostro —por favor cuida a Aileen, tengo que buscar a Lisandro —quiero ir contigo mami... —no sé puede pequeña, no hay casi dinero y el tiempo es mi enemigo en estos momentos —la cuidare, sabes que quiero mucho a tus hijos —iré a ver a Connor, quédate con Graciela hija, por favor Aileen asienta con la cabeza y por lo que Caroline camina con sus piernas temblorosas donde tienen a su hijo, pero no le permitieron acercarse por lo sucia que está. Tuvo que verlo desde una distancia a través de una gran ventana de cristal. —hijo haré lo que sea por salvar tu vida, te amo cariño, eres mi hombrecito, eres Superman, sí eres Superman...— susurra sin dejar de llorar porque su hijo es fan de Superman . . Caroline llega a su casa y alista lo más necesario, lo único que sabe es que su marido mencionó que iría a Santorini. Sabe la dirección donde está porque a él le llegó un texto días antes de emprender su viaje a Santorini, donde decía que lo necesitaban con carácter urgente en la mansión RESORT SANTORINE Es la primera vez que se va a alejar de sus hijos, pero es por un bien mayor, utilizara sus ahorros para ir a buscarlo y juntos como una familia ayudar a su hijo. Le duele y mucho tener que dejar a Aileen, pero sus ahorros apenas alcanzan para ir a Santorini confiando en que su marido se encargará del resto. Fue al hospital a despedirse de su hijo Connor el cual tiene demacrada apariencia, donde le juro que hará hasta lo imposible por ayudarlo. El viaje ha sido muy difícil para ella, no le apetece comer y aunque siente los párpados pesados no logra dormir porque inmediatamente la viva imagen de su hijo sufriendo la pone en alerta. —tan solo deseo que esto solo sea una pesadilla, tan solo eso— suelta un largo suspiro porque le esperan muchas horas de viaje, pero lo que sea por su hijo Horas después... —señora, señora— la azafata sacude un poco el hombro derecho de Caroline —¡Connor, hijo!— despierta asustada, y la azafata la mira con extrañeza —señora, lamento despertarla, pero hemos llegado y todos los pasajeros ya desalojaron el avión Caroline observa y es cierto, todo está vacío — lo lamento— se quita el cinturón de seguridad —no se preocupe señora ¿Necesita que la ayude en algo? Taylor se coloca de pie y agarra su mochila. —no vengo de vacaciones, vengo a buscar a mi marido, mi hijo está al borde de la muerte —como lo lamento... —¿Usted sabe dónde queda la mansión RESORT SANTORINI? —conozco Santorini a la perfección. Esa mansión está ubicada en la parte resort, son mansiones frente al mar. Entonces su esposo debe ser millonario, allí viven las familias más ricas —no... Mi marido solo es un trabajador —lamento lo inoportuna que soy, le indicare como llegar a esa mansión, pero debemos salir del avión antes que me llamen la atención —sí claro, lo lamento, no quiero meterte en problemas —descuida— le dice con una amplia sonrisa Caroline agarra el taxi que la llevará a la mansión y el camino se le hace eterno, quizás por el temor de saber qué está tan lejos de sus hijos en medio de una tensa situación. —¿Señor aún falta mucho?— pregunta al ver que han pasado 20 minutos —Estamos a punto de ingresar señora, la mansión está retirada porque tiene playa privada ¿Trabajara en esa mansión? Dicen que las empleadas no duran porque la dueña es muy exigente —sí... Pobre de mi marido, debe estar con ganas de huir de ese lugar. No vengo a trabajar, he venido de carácter urgente —que bueno, porque una jovencita tan linda como usted y con mucho respeto lo digo, no está para ser humillada, listo, hemos llegado— Caroline se sorprende al ver la mansión, parece un palacio —esta es la mejor mansión de Santorini —es preciosa, gracias señor— Caroline le paga al taxista, luego suspira profundamente antes de pasar por las grandes rejas de lujos las cuales están abiertas Camina rápidamente para llegar a la gran puerta, siente que el corazón se le va a salir, pues son tantas emociones que sí se desequilibra, puede caer en la oscuridad del dolor. Al tocar el timbre tres veces seguidas, espera impaciente, mira a los lados y es la mansión perfecta, salida de un cuento de princesa como los que le leé a Aileen. Quizás es su impaciencia que se le hace eterno que le abran, por tal razón vuelve a tocar el timbre, pero esta vez dos veces. —¿¡Acaso no hay alguien que abra la puerta!?— la voz molesta de una mujer resuena en la gran sala Al abrir la puerta, Caroline la mira con preocupación. —¿Por qué tocas la puerta de esa manera?— la mira con desdén y luego de pies a cabeza mostrando su despreció porque percibe lo pobre que es Caroline —disculpe señorita... —¡Señora! Para tu información ahora dime ¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? ¡Ay, por supuesto! Por tus fachas percibo que eres la nueva empleada, pues apúrate que tienes mucho trabajo, esta noche hay una cena especial Caroline al ver que la mujer de cabello castaño la iba a dejar sola, se apresura a hablar. —disculpe señora, estoy buscando a Lisandro Caristeas La mujer se detiene y la voltea a mirar con intriga. —¿Para que buscas a mi esposo? —¿Esposo? —¿Estás sorda? ¡Mi esposo! Soy la señora Caristeas Taylor siente como si le hubieran dado una fuerte bofetada, como si le agarran el corazón y lo estrujaran. —¡Responde!— en ese momento llega un Ferrari color blanco, del cual baja precisamente Lisandro CaristeasEl hombre viste muy elegante, nada comparado a como viste cuando está con Caroline, ni siquiera se ha percatado de la situación. —¡Mi amor!— Irene corre a los brazos de Lisandro, el cual mira por fin a la mujer que está de espaldasCaroline siente que la tierra tiembla, que su corazón deja de palpitar por segundos al girarse y mirar a su marido, el padre de sus mellizos, con otra mujer. Cuando él la mira, palidece y se miran por segundos sabiendo que su gran fachada se ha arruinado y que Caroline está lastimada. —cariño, esa mujer te está buscando— señala a Caroline, la cual alza su mentón para evitar que las lágrimas broten y mostrar debilidad —Lisandro...— lo menciona con dolor —Caroline... — Lisandro no lo puede creer, es ella, la madre de sus mellizos —¡Me explican ya lo que está pasando!— ordena Irene al ver la forma en que se miran Los ojos color miel de Caroline se fijan en el anillo que tiene Lisandro, anillo que indica que es un hombre casado. —descuide señora Caristeas.
—que equivocado estas, a partir de hoy, escúchame muy bien Lisandro, dejaré de ser tú amante— se aparta bruscamente de él—sube al auto— le pide Patrick mirando desafiante de Lisandro y viceversaCaroline obedece al hombre que es desconocido para ella, pero es porque está consternada con tanta información nefasta, está herida por lo falso que fue su ahora ex marido. —¡Caroline, no puedes irte con él! ¡Baja del auto ahora mismo!— su orden no fue concedida, porque Patrick subió al auto y se apresuró a arrancar —¡Caroline!— Caristeas la menciona desesperado —vamos rápido por favor— suplicó la mujer para no escucharlo más Lisandro pasa su mano derecha por la cabeza del desespero, al ver que la madre de sus hijos se ha ido con su peor enemigo y que él ha roto el encanto del amor. Tuvo que regresar a casa caminando y lo peor de todo es que al ingresar, su madre lo espera junto a Irene, la cual está llorando haciendo semejante teatro. —¡Joder!— musitó y camina hacia su despacho, nece
—quiero mucho más que eso, quiero tu corazón —¡Espera! Te estas equivocando de mujer. Acabó de pasar una situación dolorosa —no pienses tanto Caroline, esto lo hablamos luego, por ahora, vamos que tu hijo te necesita— Patrick no puede dejar de mirar a Caroline, es ella, es identifica a los recuerdos que invaden su mente constantemente Pero Caroline se siente incómoda de que alguien tan extraño para ella la quiera ayudar, pero luego piensa que quizás es un ángel que Dios puso en su camino para ayudarle. Lo peor de todo es que apenas es el dolor de dolores porque Caroline deberá enfrentar grandes desafíos al llegar a Seattle. Patrick le dio su espacio, incluso ella agradeció que él no hablará más ya que sus ánimos están por el suelo. . . En el hospital. Caroline llega afanada al hospital, donde quedó en verde con Graciela, cuando Patrick ve a Aileen, sonríe a sus adentros por lo adorable que es. —¡Mamita te extrañe! Quiero ver a mi hermanito, pero no me dejan —hija mía—
Caroline derrama lágrimas de dolor haciendo que Lisandro se sienta miserable y lamentó haber dicho algo que le causó más decepción a la madre de sus hijos. —¿Éste eres el verdadero Lisandro, verdad?— pregunta balbuceando —Caroline...— ella lo interrumpe—mírame muy bien Lisandro, para que jamás borres esta escena de tu memoria. Esta es la última vez que me verás llorar por ti— lo empujó fuertemente —¡Jamás me vas a alejar de mis hijos, jamás! Primero me matas antes de quitarmelosLisandro se siente tenso, no la quiere perder, por eso la agarra de la mano y la atrae para luego tomarla de la cintura. —yo no amó a Irene, lo juro— confiesa y Caroline niega con la cabeza —¡Déjame en paz, no creo en tí! Eres falso, tan falso como el amor que decias sentir por mi, como esos besos de ternura y las veces que me hacías el amor jurando que soy el amor de tu vida —¡Joder! ¡Lo eres Caroline! Tengo una puta vida muy complicada—¡Entonces hubiera solucionado tu vida, antes de venir como el supue
—te estaré informando— dijo Lisandro sin dejarla de mirar —no necesito de tus avisos. Iré a Santorini, estaré con mi hijo y eso es algo que no vamos discutir—es por tu bien Caroline—descuida Caristeas, ella no está sola, yo la llevaré— sonríe maliciosamente, provocando una ira de celos en Lisandro—vete... Pero algo si te digo Lisandro, ellos tienen una sola madre— Caroline trata de calmarse, pero el dolor y el rencor que tiene su en corazón no le es fácilLisandro se acerca a Aileen y le propina un beso en la frente para luego mirar a Caroline diciendo con la mirada lo que sus labios no pueden pronunciar. Luego mira a Patrick de manera amenazante. —Kiran— lo menciona al estar cerca y luego le susurra —quiero que vigilen a Caroline— al terminar de dar su orden se marcha, la situación lo tiene abrumado —¿Entonces te vas?— Caroline y sus hijos es todo lo que tiene Graciela—sí... Necesito estar cerca de mi hijo —los voy a extrañar mucho— hace carita triste—Usted puede venir señ
—Caroline— la agarra de la mano y ambos sienten una corriente eléctrica recorrer sus cuerpos mientra que Aileen los observa en silencio Lisandro desea poder decirle toda la verdad, pero sintió que no era el momento adecuado, deben estar solos y sin interrupciones. Un lugar donde pueda tener a Caroline encerrada hasta que escuche su versión completa. —no me vuelvas a tocar— se suelta de su agarre y le toma la mano a su hija para irse —papito... — Aileen extiende su mano para entrelazar con la de su padre, pero lo que consigue es una leve caricia —hija...— susurra Lisandro y luego al ver a las dos mujeres que más ama en este mundo alejarse, se siente cansado, siente como si le estrujaran el corazón —señor, es hora de abordar— le informa Kiran Lisandro vuelve a fijar su mirada por el rumbo que iba Caroline y su hija, pero ya no están. Tratando de controlar sus emociones para estar fuerte ante su hijo, ingresa al Jet para ir de rumbo a Santorini. Connor al ver a su padre, sonrí
Bastián asienta con la cabeza, tratando de tener una apariencia normal, los Caristeas muestran no tener sentimientos, se creen los Reyes y que todos deben besar sus pies, pero Lisandro tiene algo diferente a todos ellos, una pequeña familia que le demostró que el amor sí existe. Vuelve a llamar a su jefe, pero esta vez Lisandro no contesta. —Doctor, debo salir a una importante reunión, no importa la hora, llámame ¿Entendido? —sí señor, haré todo lo posible ¿La madre del niño lo va a suplantar en su ausencia —mi mujer para su información, y en este momento ella no podrá, pero nos vamos a organizar, hasta luego— sale del consultorio, se iba a despedir de su hijo, pero hay dos enfermeras haciéndole revisión, así que luego de soltar un largo suspiro se marcha rápidamente. —este será tu nuevo hogar, pero si no te gusta, buscaré otro— Patrick contempla como Caroline, junto a Graciela observan la pequeña casa —es perfecta para nosotras, muchas gracias señor Patrick— Graciela le sonr
—¡Lisandro, quiero una explicación!— musitó su padre con voz de orden —sí hermano, diles a nuestros padres ¿Qué escondes?— sonríe ampliamente y Lisandro le lanza una mirada asesina —¡Lisandro! Estamos esperando— su madre está eufórica, ha estado anhelando que Lisandro embaracé a Irene para que la familia Caristeas y Georgiou se unan para siempre —no es el momento— Lisandro se siente tenso —¡Lisandro!— lo menciona Irene, quien está sentada a su derecha y él la voltea a mirar, lo que le faltaba dar explicaciones cuando es algo que a él le causa estrés —¿Tienes un hijo?— pregunta con voz entrecortada —Lisandro, estamos esperando, somos tu familia y merecemos una explicación— Parker esta disfrutando el momento, su relación con Lisandro no ha sido tan buena, debido a que él ha sido un cero a la izquierda y sus padres no lo toman en cuenta —yo lo puedo explicar— interviene Patrick, el cual tiene la atención de la familia Caristeas, pero más de Lisandro, quién siente su sangre hervir