Cerrando ciclos de dolor y enemistad

—¡Mi hija…!— Caroline no lo puede creer y su reacción fue mirar a Lisandro, pero él tiene su mirada en su pequeña hija, la cual es llevada antes el juez con ayuda de Graciela quien se prestó para el deseo de Aileen

Resulta que Aileen escuchó la conversación que tuvo su madre con su tio Parker y le suplicó a Graciela que ella quería hablar con su papá, por lo tanto ella se lo concedió, y por más que Lisandro le dijo que no, la niña insistió por lo que él no se pudo negar. —¿Cómo te llamas pequeña?— el juez la mira de manera adorable porque le hace acordar a sus nietas

—muy bien señor— sonríe, pero al ver a Berenice, su sonrisa se esfuma y el juez se percata de ello

—dime pequeña princesa, ¿A qué has venido a este lugar?— le habla dulcemente para que la niña se sienta en confianza —no la mires a ella, mírame a mí— le pide y Aileen mira hacia atrás donde ve a su madre hecha un mar de lágrimas

—no llores mamita, mi hermanito me ha dado de su fuerza para venir a defenderte— Aileen mira
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