La custodia de mis hijos

—quiero mucho más que eso, quiero tu corazón

—¡Espera! Te estas equivocando de mujer. Acabó de pasar una situación dolorosa

—no pienses tanto Caroline, esto lo hablamos luego, por ahora, vamos que tu hijo te necesita— Patrick no puede dejar de mirar a Caroline, es ella, es identifica a los recuerdos que invaden su mente constantemente

Pero Caroline se siente incómoda de que alguien tan extraño para ella la quiera ayudar, pero luego piensa que quizás es un ángel que Dios puso en su camino para ayudarle.

Lo peor de todo es que apenas es el dolor de dolores porque Caroline deberá enfrentar grandes desafíos al llegar a Seattle. Patrick le dio su espacio, incluso ella agradeció que él no hablará más ya que sus ánimos están por el suelo.

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En el hospital.

Caroline llega afanada al hospital, donde quedó en verde con Graciela, cuando Patrick ve a Aileen, sonríe a sus adentros por lo adorable que es.

—¡Mamita te extrañe! Quiero ver a mi hermanito, pero no me dejan

—hija mía— la abraza fuertemente, eso era lo que necesitaba un abrazo sincero —todo va estar bien mi pequeña Aileen, te presentó a Patrick es un amigo

—Hola... — se hace atrás de Caroline porque ella no es tan sociable, es muy penosa

—no temas hija, él va a ayudar a tu hermanito

—¿Y papi?

Caroline mira a Patrick y luego suspira profundamente. —pensé que vendrás con él

—Graciela tenías razón respecto a Lisandro, lo hablaremos luego

—¡Quiero ver a mi papi!— la niña empieza a llorar porque toda esta situación la entristece

—¡Aqui estoy mi princesa!— la voz de Caristeas detuvo el corazón de Caroline por segundos, quien no pudo evitar mirarlo

—¿¡Qué haces aquí!? — trata de no ser tan indiferente por su hija

—soy el padre de tus hijos y vengo a ver a mi campeón antes de que lo trasladen

—¡Papito que bueno que llegas! Mi hermanito está enfermo y necesito que le hagas cosquillas para que se sane— usa un tono de voz consentida

—papi va a solucionar porque yo soy tu padre— dijo y mira a Patrick con desdén

—¿Por qué dices que van a trasladar a Connor?

—porque cuando se trata de mis hijos no me importa pasar por encima de quien sea, Caroline. Connor necesita una clínica de alto prestigio, así que lo llevaré a Santorini

—¡Encima de mi cadáver!— exclamó Caroline asustando a Aileen

—creo que mejor llevó a Aileen a comprar una golosina— sugiere Graciela al percibir que Caroline no está bien

—aquí también hay clínicas especialistas, deja en paz a Caroline y regresa a tu vida ambicioso

—¡Callate! Eres un puto intruso, así que te largas

—mami... ¿Por que discuten?— la niña la mira con temor

—Lisandro, dame a la niña

—hablemos a solas, hagámoslo antes de que lleve a Connor conmigo— le pide y Caroline termina aceptando

Graciela se hace cargo de Aileen, mientras que Patrick procede hacer unas llamadas, pero el problema es que sí, él es millonario, pero Lisandro es multimillonario y tiene mucha influencia.

Al Lisandro estar a solas con Caroline en un solitario pasillo, la acorrala contra la fría pared. —¡Ni se te ocurra quitarme a mis hijos porque por ellos me vuelvo una gata!— balbucea mirándolo con odio

—Caroline te quiero lejos de Patrick. Entiendo que estés enojada

—¡No quiero escucharte!

—¡Joder, me desespera que me mires con odio! — musitó y la besa a la fuerza, llevaba casi un mes sin verla y besarla es un deleite al ingresar su lengua en ella deseando que Caroline ceda al beso, pero lo que recibió es una fuerte mordida en el labio que lo hizo sangrar

—¡Tú no me conoces Lisandro! A Connor no te lo llevas a ningún lado

—Caroline, no me dejas otra opción, o te alejas de Patrick o exijo la custodia de mis hijos y te aseguró que la puedo obtener en un abrir y cerrar de ojos

Escritora Palacio

holaaa preciosas lectoras espero que les guste, estaré leyendo sus comentarios y calificaciones.

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