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—¡Lisandro, quiero una explicación!— musitó su padre con voz de orden —sí hermano, diles a nuestros padres ¿Qué escondes?— sonríe ampliamente y Lisandro le lanza una mirada asesina —¡Lisandro! Estamos esperando— su madre está eufórica, ha estado anhelando que Lisandro embaracé a Irene para que la familia Caristeas y Georgiou se unan para siempre —no es el momento— Lisandro se siente tenso —¡Lisandro!— lo menciona Irene, quien está sentada a su derecha y él la voltea a mirar, lo que le faltaba dar explicaciones cuando es algo que a él le causa estrés —¿Tienes un hijo?— pregunta con voz entrecortada —Lisandro, estamos esperando, somos tu familia y merecemos una explicación— Parker esta disfrutando el momento, su relación con Lisandro no ha sido tan buena, debido a que él ha sido un cero a la izquierda y sus padres no lo toman en cuenta —yo lo puedo explicar— interviene Patrick, el cual tiene la atención de la familia Caristeas, pero más de Lisandro, quién siente su sangre hervir
—definitivamente convivir con madre es de alto riesgo, ya te pareces a ella— Lisandro le ordena a Kiran que detenga el auto ya que estaba manejando sin rumbo fijo. Al detenerse, Lisandro baja del auto, Irene quedó en total silencio, lo que Lisandro le dijo la dejó estática —Señora Caristeas ¿A donde la llevó?— pregunta al mirarla por el retrovisor, pero literalmente Irene quedó sin palabras Lisandro se sube en el otro auto, donde van sus escoltas y se apresura a llamar a Bastián, el cual contesta rápidamente. —jefe... —¿Dónde está ella?— le pregunta con voz prepotente Caroline tiene su móvil cargando por esa razón no se percató de la llamada. Está bebiendo una taza de té, mientras tiene una platica con Dios donde le ha suplicado sin parar que salve la vida de su hijo. Dios es testigo de sus lágrimas y el dolor que desgarra su alma, al cerrar sus ojos para divagar en los pensamientos del pasado, donde ella y su pequeña familia era feliz, la voz del hombre que ama la impacta hac
—¡Mamiiiiii!— el gritó aterrador de Aileen corta totalmente la pasión entre Caroline y Lisandro. —¡Dios, esto no está bien!— Caroline lo hace a un lado y entre la oscuridad busca su camisa —¡Mamá!— Aileen no le gusta la oscuridad y mucho menos saber que está solita —Caroline, yo... —tú nada Lisandro, esto no debió pasar— encuentra la camisa y se la coloca —¡Joder!— Lisandro busca su camisa y se la coloca para luego acomodarse el pantalón Caroline al estar arreglada, corre hacia la habitación donde está su hija y al encender la luz puede ver el temor a través de su mirada. —¡Aquí estoy mi amor!— se acerca rápidamente y la abraza —tengo miedo mamá, tuve una pesadilla, quiero a mi hermanito de vuelta Palabras que alcanza escuchar Lisandro ya que iba entrando a la habitación. —no tengas miedo mi niña —papito— dice al verlo y Caroline tuvo que soltarla al percibir que Aileen quería estar con su padre —ven mi princesa— la carga entre sus brazos mientras es observado por Carol
El momento se vuelve tenso y silencioso. Caroline esta sorprendida, sintiendo ese fuerte ardor en su mejilla, mientras que el doctor y Lisandro están sin palabras. —Jamás serás una Caristeas— agrega Berenice —personas pobres como tú, no merecen tener piedad, eres una interesada que te embarazaste de mi hijo para obtener dinero, pero primero muerta, muerta antes de que tengas nuestro apellido. Tú y esos mocosos jamás harán parte de mi familia —¡Te dije que con mis hijos no te metas!— cada palabra fueron dagas para el corazón de Caroline porque para ella sus hijos son sangrados por esa razón reaccionó siendo una fiera al regresarle la bofetada a Berenice, quién se encendió aún más de cólera y le fue a golpear en la otra mejilla. Caroline esperaba aquel golpe, pero Lisandro no pudo soportarlo, no quiere que el problema aumente más, porque Caroline es la mujer que ama, la madre de sus hijos y Berenice es su madre, una mujer inteligente que si quiere te aplasta como una cucaracha.
Es de madrugada y Caroline está al lado de su hijo, mirándolo mientras le canta una hermosa canción. La niña Aileen está durmiendo en el sillón mientras que Lisandro está en la sala de espera hablando por teléfono con Bastián porque sabe que al su madre saber la verdad se ha desatado un caos que si no lo maneja bien, se le puede salir de las manos. Caroline termina de cantar y luego cuidadosamente se aparta de Connor para luego caminar hacia la ventana y fijar su mirada en la luna. A veces siente que no puede, que el dolor la consume tanto que siente decaer en un abismo. Pero también sabe que rendirse no puede hacerlo, sus hijos cuentan con ella, es tan doloroso que de un momento a otro tu mundo de felicidad se esfume dándole paso al dolor, la desesperación y entre otras cosas que lo único que hacen es oprimir. —Caroline... — la voz de Lisandro la hace bajar su mirada y secar rápidamente sus lágrimas —traje té... — le entrega la taza de té y ella lo recibe sin mirarlo a los ojos —
—de mis hijos me encargo yo, gracias, por tu generosidad— habla sarcástico al percibir la manipulación de Irene—¡Espera...!— ella se acerca posando sus manos en los brazos formados de Lisandro. Su deseo por él es demasiado y añora que él la haga suya—Irene, no más— se gira tomándola de las manos quedando frente a frente —no puedo seguir contigo, estoy perdiendo a Caroline y no pienso perderla ni a ella ni a mi hijos. Tú no me amas, solo tienes una obsesión y te has dejado manipular por mi madre, ya por favor, deja de hacerte daño—tú me haces daño con tú rechazo. Si tan solo te fijaras en mí, verás lo buena mujer que soy. Por favor Lisandro, mírame, estamos casados, vamos a recuperar nuestro matrimonio... Podemos vivir con tus hijos en otra casa si quieres. Puedo poner el mundo a tus pies—yo puedo resolver mi vida— se aparta de ella y se dispone a alistar su equipaje y pertenencias—piensa bien las cosas Lisandro. Si esa mujer te amara pensara en tí también. Sé que ella está con
—¡Jefe responda por favor!— insiste Bastián y al no tener respuesta, se dispone a mirar la ubicación de su CaristeasPor otro lado Caroline siente una punzada en su pecho, llevando su mano derecha a su corazón sin dejar de mirar a su hijo. —mami... ¿Te duele?— preguntó Connor con debilidad —no hijo... Estoy bien, lo estás haciendo muy bien— le dice al ver que se está dejando inyectar—mami, no sueltes mi mano— le suplica y ella pasa saliva, siente que algo está pasando y los nervios empezaron hacer estragos—tranquilo mi amor, estoy contigo— le sonríe con debilidad. Al Bastián llegar al lugar junto a Kiran, pegó un grito de desesperación. Un auto chocó fuertemente por la parte trasera del auto y Lisandro del impacto se golpeó fuertemente la cabeza y más porque no tenía puesto el cinturón de seguridad. —¡Nooooo! ¡Noooo!— Bastián abre la puerta del auto que estaba a punto de caer y mira a su jefe sangrar en abundancia —¿Como no lo cuidaron?— pregunta enojado —el jefe me dio la ord
—¡Jamás destruiría un matrimonio! ¡Jamás!— Caroline alza su voz porque está cansada del maltrato de los Caristeas —¡Lisandro me ocultó que era casado! Porque de lo contrario, nunca le hubiera abierto mi corazón. Soy una mujer con valores y, lastimosamente, aunque no les agrada mi presencia, Lisandro es el padre de mis hijos y estoy preocupada por él. —Retoma aire— Mis hijos no tienen la culpa de nada y necesito ver a Lisandro.—¡Vienes aquí con tu carita de "yo no fui" y tus lágrimas de cocodrilo!— Irene está furiosa —No pienso permitir que veas a Lisandro, es mi esposo y soy la única que debe estar a su lado— habla con firmeza —¡Un momento!— El señor Caristeas se acerca a Caroline —¿Cómo es eso de que Lisandro tiene hijos?—¡Ella es una intrusa!— interviene Berenice —Y tú, Patrick, me decepciona que estés con una mujer como esa— la mira con desprecio —Muy equivocada, señora Caristeas. Me decepciona trabajar con personas como ustedes. Vamos, Caroline— le pide porque ve que se están