CAPÍTULO 72 DE RODILLAS

DE RODILLAS…

Alana sintió cómo el aire se volvía espeso a su alrededor. La presencia de Ángelo lo cambiaba todo. Su mirada fría e indescifrable la traspasó, esperando una respuesta. No podía cometer errores, no ahora que todo estaba sobre la mesa.

—Mi plan… —murmuró, intentando ganar tiempo. Sabía que Ángelo no tenía paciencia para juegos, y mucho menos para traiciones. Aun así, su mente trabajaba a toda velocidad.

Él soltó el humo de su cigarro y dejó que la pregunta flotara en el aire por unos segundos más.

—No tengo toda la noche, Alana.

Ruchina sonrió con malicia, disfrutando del espectáculo. Sabía que, si Alana no manejaba bien la situación, podría ser su sentencia de muerte.

—No hay ningún plan —respondió finalmente ella, con la voz firme—. Solo una decisión. Quiero alejarme de todo esto, de los juegos, de las estrategias, de ti…

Ángelo la observó en silencio. Su mandíbula se tensó ligeramente antes de que apagara el cigarro en el cenicero de cristal frente a él.

—¿Y crees que s
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