LÁGRIMAS…Ángelo entró en la mansión con Luciano a su lado, ambos envueltos en un silencio sepulcral. El aire parecía denso, como si cada paso que daban aumentara el peso sobre sus hombros. El niño, con la sangre de su padre aún en sus mejillas, se mantenía estoico, con el mentón en alto, como si intentara imitar la firmeza de su tío. Pero sus manos temblaban, y Ángelo lo sabía. Sabía que Luciano estaba al borde de un abismo emocional.Cuando cruzaron el umbral del comedor, la sonrisa de Alana e Ivy se desvaneció en un instante. Alana se puso de pie de golpe, su mirada pasó rápidamente de Luciano a Ángelo, notando el rastro de sangre en su ropa y en sus manos.Su rostro perdió todo color, sus labios se entreabrieron en un intento de decir algo, pero su garganta solo logró emitir un sonido ahogado. Sintió un dolor punzante en el pecho, como si su corazón hubiera sido apretado por un puño invisible.—Qué… ¿Qué pasó? —preguntó con voz quebrada, casi inaudible.Luciano desvió la mirada, t
UN FUTURO QUE JAMÁS LLEGARÍA…Alana se tambaleó, como si sus palabras hubieran sido un golpe físico. Su mente se negaba a aceptar esa acusación, pero en lo más profundo de su ser, la culpa comenzó a germinar como una espina clavada en su pecho. Su respiración se volvió errática, y las lágrimas que había intentado contener comenzaron a brotar con fuerza.Entonces Ángelo frunció el ceño y dio un paso al frente.—No te atrevas a culparla por lo que pasó —su voz era afilada, en modo de defensa. Quería partirle la cara a ese sinvergüenza, pero Alana le puso la mano y lo miró con seriedad.—Ya no me importa lo que diga. Estoy aquí para darle mi adiós a mi hermano, que amo y amaré.Ángelo apretó la mandíbula y acarició su rostro.—Estaré aquí, hasta que decidas irte. No importa que, estoy a tu espalda, siempre.Alana asintió y se acercó ignorando a su padre, y pasó la mano por aquella madera, que tenía encapsulado a su hermano. Habían pasado algunas horas, por lo que Ángelo le relató, pero é
DULCE NOTICIA…Alana estaba un poco inquieta desde que se levantó, hoy era un día importante para ella, sobre todo porque mirándose al espejo, su cuerpo le reflejaba cambios evidentes.El bulto de su panza ya era más pronunciado, y masajeó su vientre bajo con una sonrisa.Por un momento, viéndose a sí misma, su sonrisa se desvaneció. Siempre pasaba cuando volvían los recuerdos. William seguía en su alma como una marca, pero después de dos meses, el dolor ya no era tan grave en su pecho.Tomó una ducha rápida, se puso un vestido ligero y secó su cabello.Ivy se había ido de viaje los meses anteriores a Hawái con Luciano, mientras ellos se habían quedado en la ciudad.Por su propia decisión, había postergado esa luna de miel a la que Ángelo quería invitarla, habían necesitado resolver muchos problemas, y sobre todo, la condena de Isabella.Alana se puso un brillo labial y acomodó su pelo. Bajó los escalones para ver a Ángelo listo, esperándola en la mesa, con el ama de llaves en plena c
ESCAPADA…Después de semanas intensas, llenas de trabajo y, sobre todo, de la culminación del juicio de Isabella, Ángelo soltó el aire, mirando cómo el sol comenzaba a salir desde su balcón.Alana estaba en la cama entre las sábanas, mientras él se preparaba para un día lleno de sorpresas para ella.Le parecía increíble que el tiempo fuese tan deprisa. Increíble cómo Oliver había desaparecido de sus vidas, jubilándose en España, y muy poco se comunicaba con Alana.En cuanto a Isabella, había conseguido cadena perpetua debido a sus influencias. Además, no tenía privilegios, y la cárcel a donde había sido trasladada, no era la de mejores condiciones. Eso de cierta forma, aunque pareciera frío, y no se lo negaba a sí mismo, le daba cierta tranquilidad.La madre de Alana, Isabella, estaba más unida a ella, aunque Alana prefería no hacerse muchas ilusiones.Y en cuando a Ivy, estaba tan emocionada por la bebé, había comprado casi toda una tienda, y ni siquiera había nacido.No habían elegi
SIGO ESCURRIENDO POR TI… Alessia, con sus rizos oscuros y ojos vivaces, corría descalza por el suelo de madera con una muñeca en brazos, mientras su madre, la perseguía entre risas. A sus tres años, irradiaba una energía inagotable y una alegría contagiosa.—¡Alessia, ven aquí! —exclamó Alana entre risas—. ¡Es hora del baño!—¡Nooo, papi me salva! —gritó la niña entre carcajadas, corriendo hacia la terraza donde Ángelo se preparaba para una reunión.Al verla acercarse, Ángelo se giró rápido y abrió los brazos justo a tiempo para atraparla.—¿Necesitas ayuda, mi pequeña bandida? —preguntó él con una sonrisa.Alessia asintió con entusiasmo, escondiendo su carita en el pecho de su padre.—No puedes protegerla siempre —dijo Alana con los brazos en la cintura, fingiendo molestia.—Pero hoy sí —respondió él con una mirada cómplice, besando la cabeza de su hija.Alana suspiró y se dejó caer en la silla frente a él, observando la escena con ternura. Su corazón latía con una calidez indescrip
ACCIDENTEAlana tembló mientras las lágrimas cayeron de forma rápida por sus mejillas.Estaba lloviendo a cántaros y su ropa estaba empapada y pegada a su cuerpo cuando se bajó del auto y vio a la persona que había atropellado, tirada en el piso.Ella sacó su teléfono con urgencia, y se arrodilló para tomarle el pulso al hombre, mientras un sollozo escapó de su boca. La sangre se veía esparcida en el suelo, y él no se movía, y por más de que estaba tratando de retener su agonía, estaba desesperada.El tono del móvil repicando se escuchó en sus oídos, y su mano titiló mientras su boca no dejaba de moverse.—Por favor, por favor, contesta… —¿Alana?—¡Papá…! —ella soltó su primer gemido—. ¡Papá, necesito tu ayuda… he atropellado a un hombre…! Y creo… creo que él está muerto.Hubo un silencio muy largo. Alana sollozó mirando hacia todas partes, pero la calle estaba totalmente desierta.Un escenario realmente casi diseñado.—¡Por Dios santo, Alana! ¿Dónde estás? —Oliver preguntó con la vo
¿ESTÁS LOCA?Dos semanas después, Alana estaba sentada en un auto, con los ojos en blanco, preguntándose cuál sería su destino. Ella simplemente apretó una hoja de papel que decía que estaba libre, y que el juez había cerrado su caso por inconsistencias, mientras el auto se dirigía a la casa de su padre.La habían liberado de su condena, pero en su conciencia sabía que había matado a un hombre.Eso, sumado a todo este tiempo aislada de su familia, y totalmente de su alma.Ella tenía una lista larga en su cabeza, durante todo este tiempo, ese hombre misterioso le había dado instrucciones específicas y suficientes para seguir al pie de la letra, y ahora que estaba fuera de esa prisión, sabía que cualquier cosa, era mejor que estar detrás de las rejas.Sobre todo, porque, no la criaron para ser fuerte, era un montón de partículas hechas mierd@ y llenas de mucho miedo.El chofer manejó en silencio hasta la mansión de su padre, al que no había podido ver en dos largas semanas después del a
EL GRAN DÍAÁngelo Denaro volvió a ver las cámaras y hundió el botón para hundir el botón de pausar.Acercó el Zoom de la cámara y la vio.Estaba más incómodo de lo que pensaba. Lo último que recordaba de Alana, era una niña de apenas doce años. La niña consentida de la familia Duncan y realmente el motivo por el que Eliana Duncan se quedó más tiempo con su marido, tratando de aparentar un matrimonio fallido. Sin embargo, ahora ella era completamente una mujer, y aunque nunca pensó admitirlo, sí, era mucho más bella que Isabella.Él apretó la mandíbula y luego volvió a presionar el botón para verla salir de la cárcel y cuando la subieron a uno de sus autos. Se recostó en la silla e hizo un triángulo con sus manos, para fruncir su ceño. Encima de su mesa, estaba la invitación de boda que uno de sus hombres le había traído, y era realmente una burla para la prensa que una de las hijas del prestigioso Oliver Duncan, estuviera anunciando su matrimonio a solo cinco días, sin el nombre de