Queridos lectores,
La historia de Idris ha llegado a su fin. Espero que hayáis disfrutando leyendo sus aventuras, y sobre todo, que os hayáis emocionado tanto como yo con su historia de amor.
La aventura que se inició con la Hija del Alfa, continuó con Luna Solitaria... pero no ha acabado aún, pues en mi próxima novela, la Decisión del Beta, voy a explorar la historia de Danisa.
¿Tenéis curiosidad por saber que ocurrió con los otros miembros de la manada? ¿Queréis saber más sobre sus vidas? ¿O simplemente os gustan las historias de hombres lobo?
En ese caso, no os podéis perder la Decisión del Beta, una historia cargada de erotismo, pasión y que obligará a nuestra protagonista a enfrentarse a un mundo desconocido.
¿Podrá la valiente Danisa olvidar a Michael, el Beta con el que vivió una t&o
Camila notó las primeras contracciones, que indicaban la inminente llegada de su bebé al mundo, a primera hora de la tarde. Maldijo entre dientes, porque era una tarde lluviosa, y porque su marido estaba fuera, ayudando al Alfa de la manada a cuidar de los siervos de los alrededores.Se dirigió hacia la casa que compartía con su marido, y con su hermana pequeña, y se sentó en una silla intentando aguantar el dolor.- Camila, ¿dónde estás? Me ha parecido escuchar el sonido de la puerta de entrada.Camila nunca se había sentido tan feliz como ahora al escuchar la voz de su hermana pequeña. La vio entrar en el salón, y se fijó en su joven rostro ovalado, y en su cabello rojizo cayendo sobre los hombros. Su expresión dulce adquirió un tono preocupado en cuanto vio a su hermana respirando entrecortadamente, y con la
Diecinueve años despuésIdris se despertó con el sonido de un mensaje de móvil, y se incorporó en la cama con la sensación de que algo malo sucedía. Si alguien le hubiera preguntado, no habría sabido decir de qué se trataba, pero lo cierto es que la sensación le recorría las entrañas. Agarró su teléfono móvil,y vio un mensaje con una fotografía adjunta que hizo que su orgullo se partiera en pedazos. En la fotografía estaba el hombre que le había prometido fidelidad y seguridad, llevando a otra muchacha en brazos, y eso fue mucho más de lo que pudo soportar.Por supuesto, necesitaba confirmar personalmente que era cierto, por lo que salió de su cuarto aún en pijama, y bajó las escaleras a toda velocidad. No se molestó en saludar a nadie, simplemente bajó los escalones sin saludar a los prese
Mi madre se echó a llorar de una forma tan dramática, que no me quedó más remedio que acercarme a ella, y tratar de consolarla. Se fundió entre mis brazos, y me pidió que no me fuera de una forma casi demencial. Yo me mantuve firme, aunque he de reconocer que verla así me partía en dos por dentro. Yo nunca he querido otra cosa salvo una buena vida para mi, y para mi madre; pero hasta ahora, lo único que he hecho, ha sido darle trabajo y preocupaciones.- Idris.- dijo ella serenándose un poco.- si te vas a ir, no puedes hacerlo así, a lo loco, sin pensar, necesitas un plan.- Está bien, me parece razonable.- Si vas a abandonar esta casa, hay cosas que debes saber antes de irte.- ¿Qué clase de cosas? Ya sé que el mundo exterior es peligroso, pero sé cuidarme, y estoy perfectamente entrenada para vencer a cualquier lobo en batalla.- No me
Salir de la casa de la manada no fue difícil. Todos los miembros de seguridad con un mínimo de experiencia en el puesto estaban ocupados, por lo que salir de allí no fue muy complicado. Los pocos que quedaban al cargo de la manada eran muy jóvenes, e inexpertos, así que les dije como que no quiere la cosa que iba a hacer unos recados para el Alfa, y como mi cara les sonaba vagamente, me dejaron salir sin más preguntas.No es que el Alfa nos tenga retenidos, o nos prohiba salir de este recinto, de hecho, es más bien al contrario, él está de acuerdo con que vivamos nuestra vida libremente, y salamos fuera, o incluso abandonemos la casa. Pero en estos momentos no quería dar explicaciones, ya que sé que si hubiera dicho claramente que me iba para no volver, me hubieran atosigado a preguntas, y al final hubieran llamado a algún miembro de la manada con mayor nivel de responsabilidad, que me hubiera
- Hola, Bri, no te imaginas las ganas que tenía de verte.La mujer me miró de arriba a abajo, poniendo especial énfasis en mi cara, y después de escrutarse durante un par de minutos, se colocó las manos en las caderas, y me habló con toda sinceridad.- He de decirte la verdad, no tengo ni idea de quien eres.- Tranquila, es normal que no sepas quien soy. Soy Idris, me envía Alana.Me cuesta pronunciar su nombre, y busco la mejor forma de decir que nos conocemos, sin decirle que es mi madre, porque a estas horas, ya soy vagamente consciente de que ni es mi madre, ni yo soy la misma inocente de hace unos días.- Pasa, tenemos habitaciones libres, y aunque no las tuviéramos, para los amigos de Alana siempre hay un hueco.Brizna me lleva hasta una habitación con chimenea de leña, y el hecho de que esté encendida me reconforta, porque estoy helada después d
Me revuelvo entre las sábanas de mi cama, y cuando me doy por vencido, y sé que estoy completamente desvelado, doy un puñetazo sobre el colchón. Sé de donde proviene mi frustración, y es de esa loba con la que me he cruzado hoy en el bosque.Cuando la olí por primera vez, algo en su aroma me atrajo irremediablemente, tanto es así, que abandoné la misión que mis hombres y yo estábamos llevando a cabo en esos momentos, y me dediqué a perseguirla.No sé muy bien porqué lo hice, nunca antes me había ocurrido algo semejante. Soy un solitario, y por definición, no siento mucho entusiasmo ante la perspectiva de conocer a otros lobos. Es cierto que vivo dentro de una pequeña comunidad de lobos solitarios, juntos hemos formado un campamento en la parte alta de las montañas, donde nadie puede acceder, y vivimos tranquilamente. Pero esta asociación
Aunque estaba horriblmente agotada por el día anterior, me desperté antes de que amaneciera. Miré a mi alrededor, y al encontrarme en esta habitación extraña, una sensación de pena se instaló en mi alma. Sé que no tengo derecho a quejarme, pues he sido yo misma quien ha querido escapar de su casa, y quien se ha metido en esta situación; pero ello no impide que me sienta triste y abatida.Pienso en Alana, y me siento mezquina por haberla tratado con frialdad en nuestro último encuentro. En mi mente, ella es mi madre; y aunque biológicamente no lo sea… ¿realmente importa tanto? Ha sacrificado toda su juventud para sacarme adelante, lo que sin duda tiene aún más mérito, pensando que ni siquiera soy hija suya.Siento la cabeza abotargada con todos los pensamientos que la recorren, y deseo disculparme con ella; pero
En cuanto cruzo la puerta de la posada, Briana se acerca corriendo a mi.- Hija, menos mal que estás aquí, creí que te habían asaltado.Noto como ella me cubre con su cuerpo, y su agarre en mi brazo derecho es tan fuerte, que incluso me hace daño. Tira de mi hacia la cocina, y yo la sigo sin pronunciar palabra, pues puedo ver que no desea que lo haga. En cuanto cruzamos la puerta de la cocina, me veo inmersa en una enorme habitación con ollas borbotantes, platos sucios acumulados en la pila, y olores diversos combinándose.- ¿A qué ha venido eso, Bri?- Ay, Idris, es que acaban de llegar unos soldados de tu manada. Están preguntando a todo el que se encuentran en la sala.- ¿Y tú les has dicho algo sobre mi presencia aquí?- No, pequeña, ya te dije que cualquier amigo o familiar de Alana es bien recibido, ella me ha ayudado tanto a lo largo de e