Hola a todos!! Gracias para los que siempre están presente esperando por capítulos. Cómo saben, estoy pasando por una etapa muy crítica de salud, incluso tendré que entrar a cirugía próximamente, pero en mis pocos momentos sanos, trato de escribir al menos un párrafo para no dejarlos tanto tiempo sin nada. Lo más deseo es ya salir de esto para estar activa nuevamente con ustedes. Les mando muchos besos.
Uriel permanece mucho rato escondido, esperando a que esa mujer se aleje para buscar la forma de entrar y verificar si Lilith se encuentra aquí. No ha podido verla, tampoco percibe su presencia, pero algo en su corazón le dice que está aquí y no piensa abandonar el sitio hasta comprobarlo. Para su suerte, no hay guardias, ninguno, lo que facilita mucho las cosas.Ya al amanecer, finalmente Carla se aleja de la cabaña y él logra romper el pobre hechizo que tiene la puerta para poder entrar. Jamás pensó que luego de tantos años inactivo, tendría que utilizar sus dones para esto. Se lleva una mano a la nariz cuando el tufo de la humedad y podredumbre le golpea de lleno en la cara. Este lugar es digno de Eisheth. Solo un ser negro y lleno maldad como ella podría aguantar estar aquí. El olor es asqueroso y el ambiente se siente tan pesado que parece aplastar su cabeza y pecho. No puede respirar ni pensar con claridad. Una persona común no podría estar aquí por mucho tiempo. Mientras recor
El gruñido de Kaelan estremece a todo el bosque, incluso Uriel se tapa los oídos, abrumado por la potencia. Saber que ese demonio está por allí, libre y destruyendo a más seres, igual que lo hizo con casi toda su familia, produce en él un dolor y una rabia indescriptibles. No puede soportar la idea de que ella esté viva, de que haya podido salirse con la suya durante todos estos años sin que nadie se haya percatado. —Necesitamos un plan —razona Uriel, pero él está tan furioso que ni siquiera puede controlar su respiración. —Dime dónde está y la mataré, no necesito un plan para eso, solo debo arrancarle la cabeza y quemarla. —Kaelan, por favor. Mi hermana y mi nieta están en sus dominios, mucha gente ya ha muerto en esa manada, y seguirán muriendo. Necesitamos lograr anular su poder antes de exterminarla. Kaelan muestra sus colmillos, disgustado, pero al final asiente. Luego de unos segundos de calma, olisquea el ambiente. Su reino y su manada están a más de quinientos kilómetros d
El gruñido de Jackson desvía la atención, tanto de Selene como de Kaelan, quien le devuelve una mirada de soberbia. Sabe que no representa ningún peligro para él. Los lycan son mucho más grandes, poderosos e incluso viven muchísimos años más que un hombre lobo. Se necesitaría al menos una docena de ellos para hacerle frente.—Calma. —Uriel aparece de la nada y se interpone entre un furioso Jackson y el invitado. Selene se tira en brazos de su abuelo buscando ese consuelo que tanto anhela, sin importar los ojos que tiene encima. Luego de un tiempo, un carraspeo, rompe su abrazo. Selene mira apenada al gigantesco y extravagante hombre que está a un paso, quien no ha apartado la mirada de ella desde que se toparon. Kaelan la observa de manera minuciosa, de arriba abajo, tratando de percibir hasta el más mínimo detalle de ella. Esta pequeña tiene un aroma peculiar, uno que inquieta a su lycan y que no puede descifrar de manera correcta, su aura es poderosa, contrapuesta a su cuerpo tan di
—¿Qué haces aquí, Connor? —Selene le dedica una mirada severa a su mate al verlo entrar a la oficina—. Todavía estás convaleciente.El alfa tiene el rostro tan pálido que parece que va a desmayarse en cualquier momento. Su bata apenas cubre su torso y parte de su muslo. Se ve, no solo destruido y ojeroso, sino también patético con ese mini vestido. Kaelan no hace ningún amague por levantarse, tampoco por mirarlo, aunque puede oler sus celos y sonríe, lo que aumenta el resquemor del alfa. —¿Cómo consiguió entrar este lycan a nuestra manada? —pregunta mirando entre ella y Kaelan—. ¿Por qué nadie me avisó de su llegada?—Connor, Kaelan Darkmane es un viejo amigo mío y vino a acompañarme a hacer algunas diligencias. Lo siento si no te avisé antes, es mi culpa —interviene Uriel. —No es necesario que te expliques, abuelo. —Selene le ofrece una mirada severa a su compañero—. Yo atenderé a las visitas, luego iré a hablar contigo. —Ahora se dirige a Connor—. Vuelve a tu habitación. Le pediré
—Sé que odias a mi madre por la forma en que te ha tratado desde que llegaste, pero esto es demasiado. ¿Tienes pruebas de lo que estás diciendo? ¿Por qué ella haría algo como eso contra su propia manada? Selene le dedica una sonrisa triste mientras niega con la cabeza.—¿Alguna vez confiarás en algo que yo te diga? —La pregunta de Selene cae como balde de agua fría en el rostro del alfa. Connor intenta decir algo, pero ella lo interrumpe—. Ya sé la respuesta y francamente, no sé por qué sigo aquí pretendiendo abrir los ojos de alguien que prefiere seguir en la oscuridad. No vales mi esfuerzo, alfa Blazeheart.—Doctor Moreira, abuelo, todos, por favor, explíquenle al alfa el tratamiento que vamos a hacer con los niños. Nada más. —Selene ordena con voz firme a todos.Se levanta de la silla y sale raudamente de la habitación. Escucha a su compañero llamarla, pero no tiene ni las ganas ni la paciencia para seguir luchando.Una vez fuera de la clínica, toma el camino al bosque a toda prisa
—Sé que nada de lo que pueda decirte ahora, podrá sanar la herida que tienes en tu corazón por lo que viste, pero te ruego que escuches a Connor. Tu alejamiento lo está matando, ni siquiera ha podido sanar como es debido. Por favor, Selene, no lo dejes morir. —Él tomó sus propias decisiones, Clarisse, igual que todos ustedes. Prefirieron mentirme antes de hacerme parte de lo que estaba sucediendo para buscar una solución. Nunca me consideraron parte de su manada en realidad, ni su luna, me hicieron quedar como tonta, como la burla de todos.Clarisse empieza a sollozar.—Nunca quisimos que eso pasara. Te lo juro. Tratamos por todos los medios de que no sufrieras por esto.—¡Pero pasó, y me temo que ya es muy tarde para enmendarlo! —exclama Selene. De pronto, un mareo intenso la ataca y tras intentar agarrarse de la puerta, cae al suelo, desmayada. Clarisse empieza a gritar con todas sus fuerzas. Pronto, unas omegas que se encontraban en la casa, la ayudan. Beltrán la lleva hasta la cl
Carla camina intranquila, acaparando con su nerviosismo el reducido espacio. Su aura se siente tan pesada que es imposible respirar a su lado. —¿Qué pasa, tía? —pregunta Inés al notar su intranquilidad a tope. Nunca la había visto en ese estado. Incluso parece tener miedo, pero ¿a qué?—¡No me llames así! —grita la mujer emitiendo un extraño rugido que deja más confundida a Inés—. No.vuelvas.a.llamarme.así.nunca.más.La joven se mueve hacia atrás hasta que su espalda da para una rígida y fría estructura, tratando de procesar lo que está pasando. Carla se está comportando de una manera muy extraña desde antes de ayer. Ella, aunque conoce sus múltiples caracteres como nadie en la manada, ahora mismo la observa como si estuviera viendo a una desconocida. —Tal vez si me dices por qué nos estamos escondiendo, pueda ayudar.—Lo único que debes hacer es mantener a ese cachorro en tu vientre vivo hasta su nacimiento. Por lo menos eso, ya que ni siquiera fuiste capaz en todos estos años de co
El aire se espesó con un silencio cargado de tragedia mientras Selene observaba horrorizada la escena ante sus ojos. El cuerpo de su amado yacía inerte en el suelo, rodeado por la oscuridad de la noche y la crueldad de los rogues. Las lágrimas amenazaban con desbordarse de sus ojos, pero su corazón se negaba a creer lo que veía. No podía ser verdad. No podía aceptar que el hombre con el que estaba destinada a pasar la eternidad, el que había marcado su alma bajo la luz de la luna, ahora yaciera frío y sin vida frente a ella. —Dexter, por favor, despierta. ¡No puedes dejarme así! —suplicó Selene, con la voz quebrada por la angustia, sin embargo, no hubo respuesta.Ya era demasiado tarde, Dexter estaba muerto y el corazón de Selene estaba destrozado. De su marca empezó a exudar un líquido rojo acuoso, muy parecido a la sangre, su cuerpo tembló terriblemente y los latidos de su corazón empezaron a ralentizarse al punto de que ella creyó que también iba a fallecer. —Por favor… —dijo de