Hola, mis amores. Poco a poco ya estamos llegando a los capítulos finales de esta novela.
Rouse sube a pasos presurosos las escaleras hasta llegar a la habitación de su hermana. Abre la puerta de manera brusca y bufa ante la vista.—¿Todavía no estás lista? —pregunta a pesar de las evidencias frente a sus ojos. Selene está sentada en la cama en bata—. El alfa Connor ya está en la sala esperando. Ethan está con él.Ella se levanta de la cama y reprime su emoción al escuchar que él ya está allí, aunque su hermana igual lo nota. Con una paciencia que solo ella puede tener, agarra el hermoso vestido que Rouse eligió para ella y se lo pone. Rouse se acerca a ayudarla.—Espero que Ethan no haga alguna tontería. —Selene se frota su pronunciada barriga y se observa en el espejo—. Estos dos meses fueron una tortura lidiar con él. Ya no lo soporto.—Está celoso y no sabe cómo luchar contra su instinto de alfa y hermano. Además, todavía no lo perdona. —Tendrá que aprender a hacerlo. Ya no quiero verlos discutir cada vez que Connor viene a buscarme.Selene recuerda con tristeza y fru
—¡¡Seleneee, por favor!! —Rouse llega bufando hasta su cuarto, como siempre—. ¡Hace media hora que debías estar en el salón! ¿Alguna vez vas a prepararte a tiempo?Selene se encoge los hombros y trata de alcanzar infructuosamente su ramo de novia que está puesto en el sillón. —¿Puedes dejar de hostigar a tu hermana? —reprende Katrina a su hija ayudando a alcanzar lo que quiere—. Con esa barriga apenas puede moverse como para que tú también la apures todo el tiempo. Rouse entorna los ojos. Está cansada de oír lo mismo. Todos la miman y consienten demasiado por llevar en su vientre al primer nieto de la familia. Solo está embarazada, no inválida. —Por la diosa, mamá. Es la segunda vez que se casa. Su único trabajo era estar lista para la hora de la ceremonia. Nada más.Selene suelta una risita ante la frustración de su hermana.—Ya estoy lista, relájate. El novio siempre debe esperar por la novia, es la tradición —replica Selene mirando su aspecto una vez más en el espejo. Le encanta
Otro grito retumba dentro de la sala de partos de la clínica. El alfa Connor se aferra a la mano de su compañera, incapaz de soportar el dolor de verla sufrir de esa forma. Está desesperado, se siente impotente, sin saber qué hacer para aliviar su padecimiento.—¡Por la diosa, haz algo! —gruñe amenazante hacia el doctor Moreira. Afortunadamente, él es un humano acostumbrado a los caracteres explosivos de los hombres lobos, ya que desde muy pequeño ha convivido con ellos. No lo asustan, sabe que es una reacción normal de ellos al ver a sus mates en estado de dolor y vulnerabilidad. Ha participado en tantos nacimientos de este tipo que ya perdió la cuenta. Entre ellos, la de Selene y su mellizo Ethan.Con mucha paciencia, verifica el estado de la paciente mientras que el alfa gruñe dentro de la sala en completa histeria. —Ya está coronando —dice el doctor a Selene, quien se encuentra exhausta—. Cuando sienta otra contracción, puje de forma continua todo el tiempo que yo le indique, lu
Rouse está encerrada en su habitación en estos momentos. Se siente terrible por no poder estar con su hermana en el hospital en el nacimiento de Reggan, pero el dolor en su pecho es asfixiante, apenas puede respirar. Su loba, Ryka, está chillando en su mente, ambas están sufriendo mucho luego de tener esas visiones. Es la primera vez pudo ver su propio futuro, y lo que vio le pareció aterrador. Lo único que desea en estos momentos es alejarse de este lugar, irse tan lejos como pueda. No quiere estar ni un día más cerca de él.Un golpe en su ventana la sobresalta. No tiene idea del porqué, pero se levanta y camina de forma mecánica hasta allí, encontrándose con la persona que no quería ver. Todo su cuerpo tiembla cuando la distancia entre ellos disminuye, no puede pensar con claridad, cada segundo que transcurre se siente más asfixiada. Está claro, él también percibió el vínculo, por eso está aquí.—Yo… —Rouse intenta decir algo, pero él la interrumpe.—Finge que nunca pasó lo de esta t
Selene camina muy despacio hacia el cunero. El pitido de la máquina unida al pequeño y débil cuerpo hace eco doloroso en sus sienes. Siente mucha impotencia y también mucha tristeza. En la sala no hay nadie más, excepto ella y ese bebé que está luchando por sobrevivir. Cuando se acerca lo suficiente, escudriña su rostro con un nudo gigante en su garganta. No quiere ni imaginar cómo sería si fuera Reggan el que está en este estado. Saya, dentro de su mente, también observa a ese pequeño ser que es la prueba viviente de la traición de su pareja, pero por increíble que parezca, ninguna de las dos tiene resentimiento hacia él, por el contrario, comparten una necesidad impensable de protegerlo y amarlo. —¿Luna? —Ayanell entra en la sala, se sorprende de encontrarla allí.—¿Cuál es su estado de salud? —pregunta y lleva sus dedos hacia Rinno para acariciar sus manitas.—Es grave, luna. Tiene insuficiencia orgánica múltiple. Es un milagro que esté con vida. Hacemos lo que podemos por ayudarl
Casi dieciocho años después…Reggan entra a la mansión bufando y golpeando con fuerza la puerta. Su enojo se siente en el aire mientras sube las escaleras a toda prisa. Rinno entra detrás de él, y por su rostro, también está bastante molesto.—¿Qué sucede, hijo? —pregunta Selene desde el comedor, pero él la ignora. Antes de que llegue a la sala, él ya entró a su habitación.Ella observa con ceño fruncido el comportamiento de sus hijos. Es la primera vez que los ve de esa forma. Rinno se acerca a ella y como hace siempre, deja un beso en cada mejilla de su madre y coloca su cara en el cuello, abrazándola fuerte. Eso consigue calmarlo.—Se molestó porque me negué a luchar con él en el entrenamiento. Estaba iracundo, como si buscara a alguien a quien lastimar para desahogarse, irreconocible. No tenía por qué ser su saco de boxeo, mami.Selene no pregunta nada más, porque sabe muy bien que la única que logra mover todos los puntos débiles de Reggan de esa forma es Julia. Está segura de que
El aire se espesó con un silencio cargado de tragedia mientras Selene observaba horrorizada la escena ante sus ojos. El cuerpo de su amado yacía inerte en el suelo, rodeado por la oscuridad de la noche y la crueldad de los rogues. Las lágrimas amenazaban con desbordarse de sus ojos, pero su corazón se negaba a creer lo que veía. No podía ser verdad. No podía aceptar que el hombre con el que estaba destinada a pasar la eternidad, el que había marcado su alma bajo la luz de la luna, ahora yaciera frío y sin vida frente a ella. —Dexter, por favor, despierta. ¡No puedes dejarme así! —suplicó Selene, con la voz quebrada por la angustia, sin embargo, no hubo respuesta.Ya era demasiado tarde, Dexter estaba muerto y el corazón de Selene estaba destrozado. De su marca empezó a exudar un líquido rojo acuoso, muy parecido a la sangre, su cuerpo tembló terriblemente y los latidos de su corazón empezaron a ralentizarse al punto de que ella creyó que también iba a fallecer. —Por favor… —dijo de
Un año después del ataque…—¿Qué tal se me ve este vestido? —Rouse da la vuelta frente a su hermana con una sonrisa ancha en su rostro— Creo que este color es divino, además a mamá le gusta mucho el blanco y este definitivamente lo aprobará. Rouse mira a Selene por medio del espejo y niega. Su hermana está absorta en su celular, ignorando completamente lo dicho por ella.—¡¿Selene?! —Llama con las manos en la cadera y mirándola con el ceño fruncido. Rouse es una joven muy tierna y encantadora, pero odia que su hermana haga eso.—¡¿Qué?! —La pregunta de Selene no hace más que confirmar a Rouse que ella no le ha prestado atención en nada. Claro, podría hasta decirse que solamente vino por obligación, ya que Katrina se lo había ordenado.—Deberías elegir el tuyo. Esta es la última tienda que visitamos, hermana, y no has probado ni comprado nada. Nuestra madre se va a enojar si no estás vestida adecuadamente, recuerda que mu…—Muchas manadas de todo el planeta estarán presentes. Hay que