Era Marzo y el sol de mediodía brillaba alto, estaba de buen humor atendiendo llenando el inventario, después de graduarme me las había arreglado para tener mi propio negocio, una pastelería donde pudiera hacer felices a los demás con algo dulce, encontré un buen lugar en la avenida 17 cerca de la escuela local y del distrito de comercio, así los niños y los comerciantes tendrían un lugar al cual acudir para alegrar sus días.
La fachada de mi pastelería estaba pintada de rosa chicle y rosado bebe por dentro, con mesas de colores esparcidas por todo el lugar y unos bancos esparcidos por fuera, y las vitrinas rebosantes de dulces. En una de las paredes laterales había colocado una rocola antigua y difundía una suave música por todo el local.Estaba arreglando las tartas de zanahorias cuando de pronto me di cuenta que él estaba ahí, él chico del bosque, cuando lo vi, todo los recuerdos vinieron a mí de golpe que me provoco dolor de cabeza, no había dudas, traía el infierno en sus ojos, recordé aquellos ojos que en el pasado me habían perseguido en las pesadillas, no lo podía creer lo podía ver claramente alto alrededor de un metro ochenta, con su piel oscura como la noche delgado pero no lo suficiente como parecer desnutrido, se le veía en buena forma, traía un corte bajo estilo militar y su sonrisa perfectamente blanca y afilada me estaba sonriendo, estaba parado justo en frente mío mirándome, que tonta debí quedármelo viendo fijamente, apenada le dije–Disculpe ¿en qué puedo ayudarle? –– ¿Cuánto cuestan las tortas de limón?– pregunto aun sonriendo–Diez con treinta– no podía dejar de verle fijamente, que sonrisa tan perfecta tiene, me pago mirándome fijamente a los ojos, de pronto me empecé a sentir extraña su mirada era tan penetrante, me sentí expuesta como si estuviera desnuda delante de su insistente mirada. Le entregue la torta, sabía perfectamente que mi cara estaba ruborizada.–Catarina ¡uhm dulce Catarina!– escuche un ronroneo en mi cabeza y el chasquido de una lengua. Me quede horrorizada, que era aquello y si era que estaba enloqueciendo.–Bueno ha sido un gusto– dice el joven sacándome de mi trance–Catarina– me sobresalto al escuchar como pronuncia mi nombre, siento cierto filo en la forma en que lo dice. Como es que sabe mi nombre, él, al darse cuenta del terror en mis ojos me sonríe amablemente.–Es tu nombre verdad, el que tienes en el delantal ¿o no es tuyo?– señala mi porta nombre con un movimiento de cabeza.–ah esto, si, si ese es mi nombre– le respondo un poco tonta.–Bueno adiós Catarina. No sé si estoy paranoica pero hay algo detrás de su voz cuando pronuncia mi nombre que me envía una ola de escalofríos por todo el cuerpo. Una vez mas no pude dejar de pensar en aquel chico durante todo el día, solo esperaba que las pesadillas no regresaran.Ahí estaba yo nuevamente sin poder dormir recostada en mi cama boca arriba mirando el techo blanco, pensando en aquellos ojos pero más aun pensando en lo que había escuchado sólo en mi cabeza, debo estar volviéndome loca me dije a mi misma, debió haber sido producto de imaginación por tantas pesadillas que tuve en el pasado, mi mente quería convencerme de que no había nada extraño en aquello pero el escalofrío que recorrió mi cuerpo se reusaba a aceptar que todo estaba bien, en algún momento de la noche me quede profundamente dormida. ¡Catarina! ¡Uhm, dulce Catarina!– me llamaba la voz nuevamente, pero estaba vez yo estaba en mi cama en medio de un circulo de fuego y no en la tienda, horrorizada empecé a gritar por ayuda y el fuego se alzaba ante mí, en medio de las llamas podía ver esos ojos, los ojos de aquel hombre de piel oscura, unos ojos fuera de lo común–Regrese por ti Catarina– escuchaba esa voz en mi cabeza como un ronroneo casi como el gruñido de un animal. Las llamas se hacían cada vez más grande y el círculo más pequeño, el grito que proferí salió desgarrándome la garganta seca. Desperté enredada en mis sabanas bañada en sudor y temblando del miedo.–Cat, ¿qué sucede, te encuentras bien?– pestañe un par de veces para que mis ojos se acostumbraran a la poca luz de la habitación, en el marco de la puerta estaba Soria, mi vieja amiga que se había mudado a vivir conmigo hace un par de meses después que la despidieran de su empleo en la casa de antigüedades de Sho.–estoy bien, solo fue una pesadilla– le dije tratando de calmarme. Soria que me conocía hace muchos años desde que llegue a la basílica sin memoria alguna, pareció extrañada.– ¿Qué soñabas Catarina?– pregunto la africana con genuina curiosidad, me removí incómoda en mi cama, no olvidaba cuantas veces se quedó a dormir Soria conmigo tratando de alejar las pesadillas en los años pasado, ella al verme lo supo. Entro a mi habitación con ese caminar suyo, que parecía como si estuviera danzando y se sentó en mi cama.–Pensé que hace mucho ya no las tenías Cat– su tono era de reproche ¿sucedió algo en especial ayer?– su pregunta me tomo por sorpresa, aunque no debería, ella siempre era capaz de leerme con gran facilidad, tenía un don. Así que tome aire y le conté todo sin omitir ningún detalle, no tenía sentido ocultarle algo, ella terminaría descubriéndolo todo.Soria me miraba en silencio con una expresión alarmante en sus ojos mezclada con algo de rabia, al final solo suspiro, sabía que estaba tratando de mantener el control.–Te preparare un té dijo y salió con la misma gracia con la que había entrado. Me quede recostada tratando de dirigir mis pensamientos a otro lado muy lejos de las pesadillas, oí el deslizar de la perta de mi habitación después de unos minutos.Aquí lo tienes- me tendió una taza humeante. –Duerme Cati, no te angusties lo resolveremos– y con eso volvió a salir de mi habitación, tome a sorbos largos mi té, cuando termine deje la taza en la mesita de noche junto a mi cama y me envolví en las sabanas, al instante me volví a quedar dormida.Me levante con las músicas africanas, mi compañera no debía de estar de buen humor siempre que colocaba esas músicas o estaba de malas o algo le preocupaba, me levante pateando a un lado las sabanas y fui dando tras pies a la cocina donde la encontré extrañamente con el ceño fruncido preparando el desayuno, me senté en el taburete cruzando mis piernas y apoyando mis codos en el mostrador de forma que pudiera colocar mi cara entre las manos, la cabeza me dolía.–Y bien ¿cuál de las dos es?– le pregunte a modo de buenos días, ella se volvió y me sonrió– ¿a qué te refieres? Y buenos días para ti también– me dijo fingiendo tranquilidad de repente.–oh ya sabes, ¿molesta o preocupada? Lo digo por la música– hice ademan con una mano al equipo de música que colocábamos en la esquina de la cocina.–que observadora te has vuelto Cat– ríe pero no me responde mi pregunta en realidad, es común en ella que evada los temas que tienen que ver con su privacidad así que la dejo tranquila.–Me iré a pr
El resto del día transcurrió con su habitual normalidad, a medio dio los chiquillos que salían de sus clases venían por sus postrecitos y los adultos que habían salido para almorzar se sentaban en mi local a merendar antes de volver al trabajo. Tamy y John se despidieron de mí para irse a sus clases por la tarde.Me quede sola atendiendo a una que otra persona que venían eventualmente a comprar, pronto se hicieron las siete de la noche y me preparaba para cerrar el negocio.–Catarina– escuche mi nombre pero esta vez no solo en mi cabeza sino en mis oídos me di vuelta para encontrar en el marco de la entrada al hombre de piel oscura y poseedor de aquellos ojos maravillosos que para mí se habían vuelto aterradores, había algo en el que siempre me paralizaba no sabía decir si eran sus ojos o su sonrisa afilada, su sonrisa jamás era cálida, parecía haber algo más detrás de esos perfectos dientes blancos, los nervios se dispararon por mi cuerpo recordando lo que me había dicho Soria esa mañ
Me sentía exhausta la mañana siguiente cuando desperté, las pesadillas acabarían conmigo. Me quede tumbada en mi cama un largo rato, tratando de tomar una decisión. Después de un tiempo tome el móvil y le marque a Tamy. Atendió al tercer timbre.-Buenos días señorita Catarina, ya en unos minutos salgo, no se me ha hecho tarde o ¿sí?- Tamy solía ser una chica responsable. - No Tamy, todo bien, solo quería pedirles a ti y a John que se hicieran cargo hoy del local medio día, necesito hacer otras cosas.- le explique rápidamente y ella accedió con gusto. Colgué el teléfono, me duche y prepare un morral para Salir.Cuando llegue a la cocina me sorprendí de que Soria no estuviese pero eso hacia las cosas más fáciles, tome fruta envolviéndolas para llevármelas junto con mi termo de agua. Tenía un par de años que no iba a ese lugar, desde el incidente en el que pare en el hospital.Cuando llegue a la entrada del bosque mi corazón latía n mi pecho con una gran fuerza. Sentía que me faltaba el
—Aqui estas, sana y salva en tu pasteleria— Jackson me sonrió.—Gracias, no tenias porque traerme— aun me sentía apenada.—No iba a dejarte sola después de lo sucedido en el bosque— Jackson parecía preocupado y complacido a la vez, realmente era difícil adivinar que estaba pensando.—por favor, no lo menciones— le pedí —Hagamos como que no sucedió——Lo de las pesadillas o lo de nuestro encuentro— pregunto él sin ninguna intensión aparente de olvidar el tema.—Olvidalo— le dije dándome vuelta y entrando a mi local. Había un par de clientes en algunas mesas, y otros mas en la barra siendo atendidos por Tamny.Me fui directo al almacén para chequear que todo estuviera en orden, hice anotaciones de lo que faltaba para luego hacer el pedido, escuche correrce la cortina y levante la vista para ver a John entrando con una cesta de panes de coco en la mano, los dejo en el escritorio con una sonrisa.—tiene cara de no haber comido señorita——Gracias, que considerado eres— me reí y fui por los p
Me sentía desorientada cuando desperté, el cuerpo me dolía producto de los nervios, me quede tumbada tratando de empatar los fragmentos que se deslizaban en mi memoria, me di cuenta que no estaba en mi cama, esta era demasiado dura y el olor en la habitación no pertenecía al mio, mi cuerpo se tenso pero no había sensación de peligro ahí, decidi esperar un poco mas antes de levantarme, dejar que mi cuerpo se recuperara un poco mas para luego ir a ver donde estaba y que estaba pasando, no había manera de que lo ultimo que recordara fuera cierto, como podría haber un lobo de ese tamaño, es imposible me dije una y otra vez, pero algo en mi interior sabia que si era cierto, y el hecho de que intentara atacarme lo era aun mas, el tenia su vista fija en mi,y si fuera poco se había estado divirtiendo asustándose, jugando con su presa, aunque pensando bien si no fuera por ese hecho Soria no hubiese llegado a tiempo para salvarme, pero como lo hizo, como es que ella no le tuvo miedo. Pase un bue
—Estamos debajo de la biblioteca donde el consejo lleva acabo sus reuniones y algunos miembros residen— me iba explicando Soria —esta protegida contra hombres lobos y otros seres sobrenaturales malignos——o sea que todos los lobos son malos— le pregunte sin poder contenerme y ella me dio una mirada dudosa.—no exactamente, hay familias de lobos muy respetuosas que con los años se han domesticado por así decirlo, así como hay otras que aun permanecen salvajes——wao! Si que es mucho para procesar— ya la cabeza me dolía con todo aquello.Entramos en un salón donde había bancos claramente antiguos y bien conservados, estos estaban ocupados por un puñado de hombres y mujeres de la tribu de Soria, reconocí a algunos. El lugar era precioso, se podia sentir la magia imponente en aquel lugar. Había candelabros en las paredes a los lados del salón, pero estos no contenían vela, en su lugar había piedras preciosas que se iluminaron cuando entre.Se escucho un jadeo por parte de los miembros del
Las cartas que mi padre había dejado para mi eran como un vistazo al pasado, conforme iba leyendo sus historias, mi mente evocaba vivas imágenes, era mi historia, corría por mis venas. Mi padre había tenido también una visión de su accidente y por eso tomo sus previsiones para dejarme todas aquellas cartas."Mi preciosa luna, perdón por abandonarte tan temprano en esta vida, pero es necesario que entiendas que no puedo alterar el curso del tiempo, la madre lunar me mostró mi muerte no para que lo evitara, sino para que te preparará para tu futuro, en vista que aun eres una jovencita opté por dejar cartas para cuando llegue el momento así dejarte vivir una vida tranquila, confió que cuando llegue la hora estarás lista para enfrentar tu destino y tomar la mejor desicion, papá y mamá te aman cariño"Pequeñas gotas resbalaban por mi rostro callendo en las hojas blancas con tita roja, extrañaba tanto a mis padres y ahora mi mente los recordaba con mas claridad."Eres libre Cat, que nadie,
Eran las seis con quince de la mañana cuando estábamos ya cerca de la pastelería, cuando sentí el impulso de ir al bosque, algo me decía que ahí podría encontrar a Jackson y tenia que verlo, tenia que buscar mis propias respuestas, después de todo tenia el polvo que me había dado Soria, podría protegerme a mi misma esta vez si es que el era quien el jefe del consejo decía quien era, aunque si lo fuera, no me haría daño hasta la próxima luna fría.—Tamy, ten las llaves, por favor abre y hasta cargo del local un rato esta mañana mientras resuelvo un asunto personal.— le dije a la joven tan rápido como pude mientras rebuscaba en mi bolso en busca del juego de llaves.—esta bien, no hay problemas señorita, Catarina— me respondió siempre tan amable y dispuesta a ayudar. —Cuidese mucho— culmino.—Gracias, lo hare— le dije mientras me apresuraba a cambiar mi ruta.Iba caminando tan de prisa que sentía que casi corría. Llegue a la entrada del bosquesillo y era como ver un paisaje nuevo, un lu