Me levante con las músicas africanas, mi compañera no debía de estar de buen humor siempre que colocaba esas músicas o estaba de malas o algo le preocupaba, me levante pateando a un lado las sabanas y fui dando tras pies a la cocina donde la encontré extrañamente con el ceño fruncido preparando el desayuno, me senté en el taburete cruzando mis piernas y apoyando mis codos en el mostrador de forma que pudiera colocar mi cara entre las manos, la cabeza me dolía.
–Y bien ¿cuál de las dos es?– le pregunte a modo de buenos días, ella se volvió y me sonrió– ¿a qué te refieres? Y buenos días para ti también– me dijo fingiendo tranquilidad de repente.–oh ya sabes, ¿molesta o preocupada? Lo digo por la música– hice ademan con una mano al equipo de música que colocábamos en la esquina de la cocina.–que observadora te has vuelto Cat– ríe pero no me responde mi pregunta en realidad, es común en ella que evada los temas que tienen que ver con su privacidad así que la dejo tranquila.–Me iré a preparar para ir al trabajo, guárdame un poco de eso que estas preparando, huele delicioso– me levante del asiento dando brinquitos.–vale te espero para desayunar, hay un par de cosas que quiero hablar contigo– había un matiz de algo que no pude descifrar en la voz de Soria. Levanto una ceja pero ella se voltea y continúa cocinando. Me voy a mi habitación, recojo el desorden de mi cama y entro en la ducha para abrir el grifo del agua fría, aunque algunas personas prefieren el agua caliente yo no, siento que el agua helada me llena de nueva vida. Decidí colocarme un vestido floreado acampanado y con una última mirada en el espejo recogí mi bolso para verificar que todo estuviera ahí, muchas veces eh olvidado las llaves del local por lo tanto ahora todas las mañana corroboró que estén en mi bolso.Me siento enfrente de Soria en la mesa con el desayuno ya listo– ¿Y bien, que es eso tan importante que tienes que decirme?– pregunto midiéndole la expresión.–Quiero que te cuides de ese tipo extraño, no quiero que vuelvan tus pesadillas, no te quedes sola con él en la pastelería vale– dice todo con tanta tranquilidad que no es común en ella, todo esto me toma un poco desprevenida no pensé que el tema a conversación seria sobre mí.–vale, no tienes de que preocuparte, las pesadillas seguro se debieron a los recuerdos solo eso, no tiene nada que ver con el tipo, pero no me mires así– digo rápidamente al ver su cara contorsionarse –de igual manera te haré caso y tratare de no estar a solas– me siento mal de preocuparla.–Tratar no basta Catarina– dice mi amiga y al darse cuenta de su arrebato suspira y se pasa las manos por su cabello –lo siento cat solo me preocupo por ti––lo se mi solcito, pero no tienes que hacerlo, de veras– le digo sonriendo y empiezo mi desayuno.Media hora después iba caminando por las calles del pueblo que apenas empezaba a cobrar vida, sin previo aviso un escalofrió recorrió mi nuca e hizo que me volteara a ver a todos lados, sentía como si alguien me miraba, la calle estaba vacía, apure mi paso para llegar a la esquina y al doblar choque con el señor Miguel un viejito que hacia el transporte del colegio.-lo siento mucho señor, no lo he visto- me disculpo de inmediato apenada.-Cati querida- me saluda el viejo haciendo caso omiso del atropellamiento por mi parte–Tiempo sin verte niña- me paso la mano por el brazo haciéndome a un lado cuídate cat, llevo prisa- se despidió de aquella manera tan común en él. Me reí en mi interior, algunas cosas no parecían cambiar nunca. Mientras abría el negocio sentía aun que alguien me observaba pero las pocas personas que iban pasando me saludaron con sonrisas cálidas y siguieron su camino. Estando ya dentro me prepare un té para tranquilizar los nervios, estaba tan desconcertada por mi comportamiento, no entendía que me sucedía. El reloj detrás del mostrador marcaban las ochos en punto cuando escuche la puerta abrirse y vi entrar a mis ayudantes Thamara Hurtado y John Sáez ambos cursantes del último año del colegio local, me gustaba ayudar a los jóvenes como otros me habían ayudado a mí al darme techo, estudios y empleo para sobrevivir estando tan sola, me identificaba con ambos ya que también eran huérfanos y habían crecido en la basílica.Éramos un gran equipo, nos encontrábamos sentados en el piso detrás del mostrados conversando animosamente sobre la creación de nuevos postres cuando de repente lo escuche, otra vez ese gruñido en mi cabeza –¡Catarina!– me levante de un salto mirando en todas las direcciones sin encontrar a nadie más que solo nosotros tres– ¿Lo han escuchado?– les pregunte a ambos jóvenes que me miraban extrañados– ¿Escuchar que?– Tamy lanzo miradas furtivas a John quien se encogió de hombros–Yo no escuche nada ¿a qué se refiere señorita Catarina?– John se puso de pie junto con Tamy y ambos empezaron a ver alrededor buscando algo que los ayudara a comprender.No era posible que me estuviese volviendo loca, suspire pasándole las manos por la cara. No puede ser que este perdiendo la razón siendo tan joven.Sería recordada por siempre como la joven que perdió la cabeza cosas que sólo a mi podrían pasarme ¡genial!Así que decidí fingir.–No ha sido nada chicos– me fui hasta el almacén de la parte trasera por un vaso de agua, Soria me había dejado pensativa y un poco alarmada por su petición en el desayuno, que tenía ese tipo que causaba esas reacciones en mí. Mi mente debía estar jugándome una broma, digerí el agua y me dispuse a atender el local con la mejor actitud.El resto del día transcurrió con su habitual normalidad, a medio dio los chiquillos que salían de sus clases venían por sus postrecitos y los adultos que habían salido para almorzar se sentaban en mi local a merendar antes de volver al trabajo. Tamy y John se despidieron de mí para irse a sus clases por la tarde.Me quede sola atendiendo a una que otra persona que venían eventualmente a comprar, pronto se hicieron las siete de la noche y me preparaba para cerrar el negocio.–Catarina– escuche mi nombre pero esta vez no solo en mi cabeza sino en mis oídos me di vuelta para encontrar en el marco de la entrada al hombre de piel oscura y poseedor de aquellos ojos maravillosos que para mí se habían vuelto aterradores, había algo en el que siempre me paralizaba no sabía decir si eran sus ojos o su sonrisa afilada, su sonrisa jamás era cálida, parecía haber algo más detrás de esos perfectos dientes blancos, los nervios se dispararon por mi cuerpo recordando lo que me había dicho Soria esa mañ
Me sentía exhausta la mañana siguiente cuando desperté, las pesadillas acabarían conmigo. Me quede tumbada en mi cama un largo rato, tratando de tomar una decisión. Después de un tiempo tome el móvil y le marque a Tamy. Atendió al tercer timbre.-Buenos días señorita Catarina, ya en unos minutos salgo, no se me ha hecho tarde o ¿sí?- Tamy solía ser una chica responsable. - No Tamy, todo bien, solo quería pedirles a ti y a John que se hicieran cargo hoy del local medio día, necesito hacer otras cosas.- le explique rápidamente y ella accedió con gusto. Colgué el teléfono, me duche y prepare un morral para Salir.Cuando llegue a la cocina me sorprendí de que Soria no estuviese pero eso hacia las cosas más fáciles, tome fruta envolviéndolas para llevármelas junto con mi termo de agua. Tenía un par de años que no iba a ese lugar, desde el incidente en el que pare en el hospital.Cuando llegue a la entrada del bosque mi corazón latía n mi pecho con una gran fuerza. Sentía que me faltaba el
—Aqui estas, sana y salva en tu pasteleria— Jackson me sonrió.—Gracias, no tenias porque traerme— aun me sentía apenada.—No iba a dejarte sola después de lo sucedido en el bosque— Jackson parecía preocupado y complacido a la vez, realmente era difícil adivinar que estaba pensando.—por favor, no lo menciones— le pedí —Hagamos como que no sucedió——Lo de las pesadillas o lo de nuestro encuentro— pregunto él sin ninguna intensión aparente de olvidar el tema.—Olvidalo— le dije dándome vuelta y entrando a mi local. Había un par de clientes en algunas mesas, y otros mas en la barra siendo atendidos por Tamny.Me fui directo al almacén para chequear que todo estuviera en orden, hice anotaciones de lo que faltaba para luego hacer el pedido, escuche correrce la cortina y levante la vista para ver a John entrando con una cesta de panes de coco en la mano, los dejo en el escritorio con una sonrisa.—tiene cara de no haber comido señorita——Gracias, que considerado eres— me reí y fui por los p
Me sentía desorientada cuando desperté, el cuerpo me dolía producto de los nervios, me quede tumbada tratando de empatar los fragmentos que se deslizaban en mi memoria, me di cuenta que no estaba en mi cama, esta era demasiado dura y el olor en la habitación no pertenecía al mio, mi cuerpo se tenso pero no había sensación de peligro ahí, decidi esperar un poco mas antes de levantarme, dejar que mi cuerpo se recuperara un poco mas para luego ir a ver donde estaba y que estaba pasando, no había manera de que lo ultimo que recordara fuera cierto, como podría haber un lobo de ese tamaño, es imposible me dije una y otra vez, pero algo en mi interior sabia que si era cierto, y el hecho de que intentara atacarme lo era aun mas, el tenia su vista fija en mi,y si fuera poco se había estado divirtiendo asustándose, jugando con su presa, aunque pensando bien si no fuera por ese hecho Soria no hubiese llegado a tiempo para salvarme, pero como lo hizo, como es que ella no le tuvo miedo. Pase un bue
—Estamos debajo de la biblioteca donde el consejo lleva acabo sus reuniones y algunos miembros residen— me iba explicando Soria —esta protegida contra hombres lobos y otros seres sobrenaturales malignos——o sea que todos los lobos son malos— le pregunte sin poder contenerme y ella me dio una mirada dudosa.—no exactamente, hay familias de lobos muy respetuosas que con los años se han domesticado por así decirlo, así como hay otras que aun permanecen salvajes——wao! Si que es mucho para procesar— ya la cabeza me dolía con todo aquello.Entramos en un salón donde había bancos claramente antiguos y bien conservados, estos estaban ocupados por un puñado de hombres y mujeres de la tribu de Soria, reconocí a algunos. El lugar era precioso, se podia sentir la magia imponente en aquel lugar. Había candelabros en las paredes a los lados del salón, pero estos no contenían vela, en su lugar había piedras preciosas que se iluminaron cuando entre.Se escucho un jadeo por parte de los miembros del
Las cartas que mi padre había dejado para mi eran como un vistazo al pasado, conforme iba leyendo sus historias, mi mente evocaba vivas imágenes, era mi historia, corría por mis venas. Mi padre había tenido también una visión de su accidente y por eso tomo sus previsiones para dejarme todas aquellas cartas."Mi preciosa luna, perdón por abandonarte tan temprano en esta vida, pero es necesario que entiendas que no puedo alterar el curso del tiempo, la madre lunar me mostró mi muerte no para que lo evitara, sino para que te preparará para tu futuro, en vista que aun eres una jovencita opté por dejar cartas para cuando llegue el momento así dejarte vivir una vida tranquila, confió que cuando llegue la hora estarás lista para enfrentar tu destino y tomar la mejor desicion, papá y mamá te aman cariño"Pequeñas gotas resbalaban por mi rostro callendo en las hojas blancas con tita roja, extrañaba tanto a mis padres y ahora mi mente los recordaba con mas claridad."Eres libre Cat, que nadie,
Eran las seis con quince de la mañana cuando estábamos ya cerca de la pastelería, cuando sentí el impulso de ir al bosque, algo me decía que ahí podría encontrar a Jackson y tenia que verlo, tenia que buscar mis propias respuestas, después de todo tenia el polvo que me había dado Soria, podría protegerme a mi misma esta vez si es que el era quien el jefe del consejo decía quien era, aunque si lo fuera, no me haría daño hasta la próxima luna fría.—Tamy, ten las llaves, por favor abre y hasta cargo del local un rato esta mañana mientras resuelvo un asunto personal.— le dije a la joven tan rápido como pude mientras rebuscaba en mi bolso en busca del juego de llaves.—esta bien, no hay problemas señorita, Catarina— me respondió siempre tan amable y dispuesta a ayudar. —Cuidese mucho— culmino.—Gracias, lo hare— le dije mientras me apresuraba a cambiar mi ruta.Iba caminando tan de prisa que sentía que casi corría. Llegue a la entrada del bosquesillo y era como ver un paisaje nuevo, un lu
Cuenta la leyenda que una noche de luna fría, cuando ésta estaba en su punto más alto congelada y encerrando su fuerza, una manada de hombres lobos decidió atacar a los Lancaster, una familia de humanos bendecidos por la luna con poderes semejantes a los de ella, control sobre las aguas, control sobre las cosechas y especialmente poder sobre los lobos, estos con la idea de arrebatarles este poder a través del ritual Absorptío que consistía en clavar las garras de un alfa en el corazón de uno de los magic's y reclamar el poder, masacraron a los miembros de la familia dejando a Anastasia Lancaster viva para llevar acabo el ritual en ella, sin saber que la joven era una hechicera experta en controlar los poderes lunares incluso en su punto más débil, Anastasia devastada por la pérdida de casi toda su familia, esperanzada con la idea de que algunos jóvenes lograrán escapar y con el deseo de venganza sobre los licántropos, levantó una bruma espesa segándoles, Greco Montego el Alfa de la man