Como pude regrese al local, mi cerebro iba en modo automatico mientras mis pies daban tumbos por las calles conocidas a la perfección, la cabeza la tenia hecha un lío, no estaba pensando con claridad, que era lo que había pasado en el bosque, aun no me lo podía creer, me desplome en uno de los sillones del almacén, me sentía muy agitada, apoye los codos en la mesita y me sujete la cabeza con ambas manos en un intento desesperado por calmarme, hice un par de respiraciones y cuando por fin parecía haberme controlado, el corazón me saltaba desbocado. —se hará daño si sigue así señorita— la voz de tamy me llego desde la puerta —debe parar todo esto o ellos acabaran con usted— Levante la cabeza de pronto asustada, que era lo que sabia ella, su expresión estaba serena aunque sus ojos cafés demostraban un atisbo de preocupación. Se acercó y deposito una taza humeante delante de mi, olía maravilloso. —es lavanda, la calmara, vamos tomelo— tomo asiento frente a mi y con una sonrisa me alent
Me desperté sobre saltada por el repique del teléfono de la casa, quien podrá ser, aun es de noche, miro el reloj y son las dos de la madrugada. Salgo de la cama como puedo aun mas dormida que despierta. Hace frío así que me pongo la bata de peluche por encima de la ropa, tanteo en el piso mis pantuflas, el teléfono no ha dejado de sonar, debe ser algo muy importante para insistir de tal manera, espero que no sea llamada de bromas porque estaré muy molesta de ser así, llego a la sala y descuelgo el teléfono —bueno— digo a modo de pregunta.—Señorita Lancaster— me dice una voz roca, me parece familiar pero no logro reconocerla del todo.—si soy yo— digo en medio de un bostezo, si que tengo sueño.—Le habla el oficial Dante, necesito que venga inmediatamente a su local— la voz del oficial sonaba plana, algo no iba bien.—de acuerdo— dije algo dudosa —esta todo bien oficial, sonó mi alarma de incendio— intente indagar un poco más. Tal vez la alarma se había encendido como en otras ocacio
El lugar era un desastre, había sangre en todo el pis, varias sillas y mesas volcadas, la cinta amarilla de seguridad custodiaba el lugar y había u grupo de hombres y mujeres trabajando en la escena, colocando ñu eros en el piso, tomando fotos y recogiendo muestras. Todo lo demás intacto. Dudo mucho que realmente haya sido un oso. Me fallaron las rodillas por lo que termine en el piso intentando respirar, Soria se apresuro a ayudarme. —lo siento tanto cat, se que le tenias un gran aprecio a tamy, como todos en el pueblo.— me dijo sobandome los hombros —él pagara por esto— sentencio mi amiga. —no creerasque fue Jackson— le pregunte presa del pánico, seria posible, el seria capaz de hacer algo así, pero por que si se supone que solo me quieres mi para su ritual. —es el único lobo en el área Catarita— Soria sonaba algo molesta. —pero por que razón atacaría a Tamy— hablábamos bajito. La gente hacia su trabajo pero no sin hecharnos un vistazo de vez en cuando. —es un animal, tal v
Cuenta la leyenda que una noche de luna fría, cuando ésta estaba en su punto más alto congelada y encerrando su fuerza, una manada de hombres lobos decidió atacar a los Lancaster, una familia de humanos bendecidos por la luna con poderes semejantes a los de ella, control sobre las aguas, control sobre las cosechas y especialmente poder sobre los lobos, estos con la idea de arrebatarles este poder a través del ritual Absorptío que consistía en clavar las garras de un alfa en el corazón de uno de los magic's y reclamar el poder, masacraron a los miembros de la familia dejando a Anastasia Lancaster viva para llevar acabo el ritual en ella, sin saber que la joven era una hechicera experta en controlar los poderes lunares incluso en su punto más débil, Anastasia devastada por la pérdida de casi toda su familia, esperanzada con la idea de que algunos jóvenes lograrán escapar y con el deseo de venganza sobre los licántropos, levantó una bruma espesa segándoles, Greco Montego el Alfa de la man
La tarde estaba un poco fría, el cielo repleto de nubes negras que corrían de prisa y se juntaban unas con otras volviéndose más espesas amenazando con volverse tormenta en cualquier momento mientras el viento soplaba sin contemplación trayendo consigo las hojas sueltas de los árboles. Bajaba a paso seguro por una calle empedrada que daba a un pequeño bosquecillo en el cual la gente solía hacer picnic, pasear y acampar, a mí en particular me gustaba sentarme debajo de un gran pino para contemplar el atardecer y esperar la llegada de la luna. No podía contar las veces en que Soria una chica muy sobreprotectora la cual era mi mejor amiga desde hace muchos años, me había sermoneado con que aquello era peligroso, que una chica como yo no debería de andar sola en el bosque, pero mi alma ahí se sentía libre y en paz.Acabe de bajar la pendiente y me interne en aquel hermoso lugar maravillándome al igual que siempre con cada cosa que veía a mi alrededor, era mágico, como atravesar un portal y
Era Marzo y el sol de mediodía brillaba alto, estaba de buen humor atendiendo llenando el inventario, después de graduarme me las había arreglado para tener mi propio negocio, una pastelería donde pudiera hacer felices a los demás con algo dulce, encontré un buen lugar en la avenida 17 cerca de la escuela local y del distrito de comercio, así los niños y los comerciantes tendrían un lugar al cual acudir para alegrar sus días. La fachada de mi pastelería estaba pintada de rosa chicle y rosado bebe por dentro, con mesas de colores esparcidas por todo el lugar y unos bancos esparcidos por fuera, y las vitrinas rebosantes de dulces. En una de las paredes laterales había colocado una rocola antigua y difundía una suave música por todo el local.Estaba arreglando las tartas de zanahorias cuando de pronto me di cuenta que él estaba ahí, él chico del bosque, cuando lo vi, todo los recuerdos vinieron a mí de golpe que me provoco dolor de cabeza, no había dudas, traía el infierno en sus ojos, r
Me levante con las músicas africanas, mi compañera no debía de estar de buen humor siempre que colocaba esas músicas o estaba de malas o algo le preocupaba, me levante pateando a un lado las sabanas y fui dando tras pies a la cocina donde la encontré extrañamente con el ceño fruncido preparando el desayuno, me senté en el taburete cruzando mis piernas y apoyando mis codos en el mostrador de forma que pudiera colocar mi cara entre las manos, la cabeza me dolía.–Y bien ¿cuál de las dos es?– le pregunte a modo de buenos días, ella se volvió y me sonrió– ¿a qué te refieres? Y buenos días para ti también– me dijo fingiendo tranquilidad de repente.–oh ya sabes, ¿molesta o preocupada? Lo digo por la música– hice ademan con una mano al equipo de música que colocábamos en la esquina de la cocina.–que observadora te has vuelto Cat– ríe pero no me responde mi pregunta en realidad, es común en ella que evada los temas que tienen que ver con su privacidad así que la dejo tranquila.–Me iré a pr
El resto del día transcurrió con su habitual normalidad, a medio dio los chiquillos que salían de sus clases venían por sus postrecitos y los adultos que habían salido para almorzar se sentaban en mi local a merendar antes de volver al trabajo. Tamy y John se despidieron de mí para irse a sus clases por la tarde.Me quede sola atendiendo a una que otra persona que venían eventualmente a comprar, pronto se hicieron las siete de la noche y me preparaba para cerrar el negocio.–Catarina– escuche mi nombre pero esta vez no solo en mi cabeza sino en mis oídos me di vuelta para encontrar en el marco de la entrada al hombre de piel oscura y poseedor de aquellos ojos maravillosos que para mí se habían vuelto aterradores, había algo en el que siempre me paralizaba no sabía decir si eran sus ojos o su sonrisa afilada, su sonrisa jamás era cálida, parecía haber algo más detrás de esos perfectos dientes blancos, los nervios se dispararon por mi cuerpo recordando lo que me había dicho Soria esa mañ