¿Ella o yo? ¡Elige!
Amelie se quedó boquiabierta, como si no pudiera creer lo que acababa de escuchar. Dio un paso hacia atrás, su rostro cambiando entre incredulidad y rabia.

—¿Hacer una escena? ¡No puedo creer que estés diciendo esto! —gritó, apuntando a Ariadna con el dedo—. ¡Ella está destruyendo todo lo que hemos construido juntos! Y tú solo te quedas ahí, defendiéndola como si nada.

Maximiliano dejó escapar un suspiro largo y pesado, sintiendo que la situación se le escapaba de las manos.

—Amelie, no estoy defendiéndola. Estoy tratando de manejar una situación que tú no estás ayudando a mejorar.

—¡¿Manejar la situación?! —se burló Amelie, soltando una carcajada amarga—. Lo único que estás haciendo es darle a esta niña todo lo que quiere. ¿Y qué hay de mí, Maximiliano? ¿Qué hay de lo que yo necesito? ¿De lo que nosotros queremos?

Maximiliano la miró fijamente, su paciencia finalmente agotada.

—Amelie, si no puedes entender que esta situación es temporal y que no tengo otra opción, entonces quizás deb
Maye Lyn

¡Feliz martes! Espero que estés disfrutando de la novela.

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