Los primeros rayos de sol atravesaban los ventanales de la habitación. Su tenue luz alumbraba en dirección a la figura de la joven acostada. La cuál no paraba de removerse en el colchón.
Su pecho le palpitaba con fuerza, provocando que su respiración se volviera inestable.Una capa de sudor gélido brotaba desde su frente, cayendo a ambos costados de su pálido rostro.Sollozos intermitentes dejaban sus labios con temor.Súbitamente se despertó del estado somnoliento en el que se encontraba.Atemorizada por la pesadilla en la que se había sumergido. Con su antebrazo retiró cualquier rastro de sudor presente.Soltando un sonoro suspiro, se dirigió rumbo al baño.Ya habían pasado dos días desde que tocó en el Téâtre des Variétés y la imagen del hombre que la había ido a visitar al camerino aún la tenía pensante.Buscando en la vitrina, dio con un frasco repleto de pastillas. Vertió el recipiente en su mano para poder consumirlas.Sus ojos grisáceos se encontraron con su reflejo en el espejo. Estaba aterrada. Hoy retomaría nuevamente las clases en una nueva universidad.Desviando la vista del espejo, se encaminó al dormitorio.Estaba amaneciendo. Combinaciones de naranjas con amarillos, teñían el cielo. Dando indicios de un nuevo día.El irritante sonido de la alarma hizo presencia en la habitación. Entrecerrando los ojos pudo visualizar la hora en el reloj.Tenía que correr. Se dispuso a darse una rápida ducha para luego vestirse.La brisa fresca del otoño la recibió al salir por la puerta. Hojas rojizas, se encontraban derramadas por las calles de la ciudad.Una limosina negra, se hallaba aparcada a un costado de la acera, aguardando a qué la joven hiciera acto de presencia. Lo cual provocó a qué esta acelerara el paso.Un hombre con semblante ceñudo la recibió._ Llega tarde Srta. Strange. _ Anunció con un palpable reproche en su voz._ Mejor tarde que nunca Blake. _ Levantando con sumo sigilo su gabardina azulada, se adentró a la limosina....La École Normale Supérieure, una edificación con aspecto ciclópleo y tamaño colosal se encontraba ubicada a las afueras de la ciudad de París.Arbustos amarillentos circundaban la facultad, creando pequeños laberintos entre estos. Mesas con asientos de piedra integraban el lugar.Siendo aquello lo último que admiró antes de cruzar por unas formidables puertas.La ostentosidad del sitio era impresionante. Compuesto por una infinidad de salones y con decoraciones sumamente lujosas.No podía detenerse a observar los detalles, tenía que apresurarse. Encaminándose por los extensos pasillos dio con el salón número veintitrés, Finanzas.Tres toques en la puerta hicieron que el profesor detuviera su charla, teniendo que abrir esta._ ¿Y usted es?. _ Elevando el dedo anular para sujetar sus anteojos que se resbalaban debido a la grasa, expresó aquellas palabras con una nota de molestia en su voz. Ser interrumpido a mitad de la clase, no lo ponía de buen humor._ Adeline Strange Sr. _ Se presentó con seriedad, tendiendo el horario hacia él. _ Tengo clase con usted.El profesor se hizo a un lado para permitirle la entrada, no sin antes concederle una mirada cargada de represión.Encontró un asiento vacío y se sentó, sin prestar atención a las miradas curiosas que eran lanzadas por los estudiantes.La clase siguió su curso y solo por un instante cerró sus ojos, debido al cansancio que sentía....El estridente sonido de la campana resonó por toda la facultad, dando aviso al cambio de clase.Con desconcierto, se levantó de su asiento.No obstante, un carraspeo impidió a qué esta saliera por la puerta.Volteándose sobre sus talones se encontró con un par de ojos esmeraldas que la asechaban desde la fila de atrás._ Adeline Strange. _ Pronunció con un tono de satisfacción en su voz. _ Te dije que nos volveríamos a ver. _ Retirando sus lustrosos zapatos de la mesa, acomodó su chaqueta de cuero negra._ Vaya suerte la mía. _ Respondió con fastidio._ Que modales los míos. _ Ignorando por completo la respuesta de ella, se levantó. _ Soy Gianluca Sonobe, aunque supongo que ya debes saber quién soy. _ Anunció mientras doblaba las mangas de la chaqueta.Al escuchar esas palabras, ella hundió el entrecejo. Evidenciando su confusión respecto a lo dicho._ ¿Sonobe?. _ Mencionó con obviedad. _ Mi apellido es conocido por todo el mundo, deberías saberlo._ ¿En verdad?. _ Expresó con fingido asombro. _ ¿Conoces el apellido Strange?. _ Ladeando la cabeza, le dirigió una mirada maliciosa._ No. _ Admitió él, ahora con confusión._ Bueno así de insignificante me resulta tu apellido como lo es el mío para ti. _ Puntualizó ella._ Me agradabas más dormida. _ Rodando los ojos, ladeó su cabeza en ambas direcciones cómo gesto de molestia. _ Es hora de irnos. _ Sentenció, encaminándose a la puerta. _ Al ver qué ella no se movía, agregó. _ ¿O prefieres llegar tarde de nuevo?. Te tomó bastante tiempo en encontrar el salón de finanzas, no me imagino lo que tardarás buscando el de economía. _ Se marchó del sitio, ocasionando que Adeline fuera tras él.Ambos se adentraron al salón, siendo recibidos por la profesora._ Buenos días mis queridos estudiantes. _ Expresó la mujer con entusiasmo. _ Me llamo Katrina y seré su profesora de economía. _ Informó con voz cantarina, sentándose en la mesa del escritorio. _ Por lo general, al llegar al tercer año de carrera, suelo hacer una dinámica con mis estudiantes. Consiste en un trabajo de investigación, ya saben encuestas y todo eso. _ Su sonrisa se ensanchó al mencionarlo. _ Además podrán escoger las parejas ustedes.Una mano levantada apareció en su campo de visión._ ¿Si joven Sonobe?._ La Srta. Strange será mi compañera. _ Su intensa mirada se encontró con la de Adeline, quién irradiaba enojo ante su petición.....Al salir de clases, Gianluca la persiguió hasta el aparcamiento._ ¿A dónde crees qué vas?. _ Extendió su mano para agarrar el antebrazo de ella, girándola ante él._ ¿A dónde más? Iré a casa. _ Intentando soltarse del agarre, respondió a la incógnita. _ Suéltame. _ Pronunció con histeria._ ¿Acaso se te ha olvidado qué debemos hacer una investigación?. _ Dijo, simulando inquietud._ ¿Jugarás ese papel?. Ambos sabemos que no te interesa hacerla. _ Expresando con tono suspicaz, lo encaró._ Pero a la profesora sí. Además no creo que sea para nada profesional que tu odio hacia mí interfiera en el trabajo. _ Mencionó con picardía para seguidamente soltarla.No estaba segura de aceptar. Aunque después de todo, no le quedaban opciones. La primera impresión que obtuvo el profesor de finanzas sobre ella no había sido para nada buena y no quería que eso ocurriera también con la de economía._ De acuerdo, terminemos con esto. _ Concretó, dejando escapar un hastío suspiro._ Después de ti. _ Haciendo un ademán con sus manos, le señaló un Mercedes-Benz de color gris descapotado.Ella desvío su mirada, posicionándola al frente. Para luego pasarle por un lado, concediéndole un leve empujón.La elegancia que emprendía al andar era impecable. Siendo para él, la mejor vista contemplada.Siguiéndole el paso, se adentraron al vehículo. Poniéndolo en marcha, para así partir rumbo a su hogar...._ Dime Adeline Strange. ¿Por qué te empeñas tanto en odiarme?. _ Con sus manos en el volante, la miró._ Ojos al frente. _ Dijo en modo de advertencia. _ Y no, no te mereces ni siquiera mi odio. _ Respondió, para nuevamente sumirse en la lectura._ Me gustaría una explicación más amplia al respecto. _ Frunciendo su entrecejo, expresó con una notable curiosidad en su voz._ Me desagrada el complejo de superioridad. _ Argumentó ella, sin despegar los ojos del libro.La boca de Gianluca se abrió en una gran O._ Es difícil no alardear cuando tienes razones para hacerlo. _ Dijo con arrogancia._ Necesitas un par de lecciones de humildad. _ Tornando los ojos, pasó la página.La reacción de Adeline lo hizo reír. Fastidiarla le era entretenido.Después de unas horas, finalmente llegaron.Un gesto de asombro hizo aparición en su rostro, al contemplar a través de sus ojos grisáceos la suntuosa mansión de los Sonobe...Unas imponentes rejas cedían el paso a un amplio jardín, el cual contenía una exuberante vegetación. En el centro, una cascada con forma indescifrable concedía un aire regio al lugar.Gianluca percibió el asombramiento que esta sentía ante lo contemplado._ No es tan impresionante como esto. _ Expresó con entusiasmo, dirigiéndola a lo que parecía ser una gran cochera con docenas de vehículos adentro. Distintos colores y marcas lo conformaban. Estos se hallaban aparcados en numerosas filas._ Woow. ¿En serio le das uso a todos?. _ Murmuró ella, bajándose del coche._ Por supuesto, es como cambiarse de ropa para mí. _ Respondió tranquilamente. _ Además, no todos los que ves me pertenecen, muchos de ellos son propiedad de mis otros hermanos. _ Dijo mientras se estacionaba en su respectivo espacio.Adeline salió del trance atónito en el que se encontraba, rodando los ojos ante la respuesta de él._ Muy bien, ahora a buscar. _ Expresó con osadía, para luego adentrarse a un Ferrari F8 Tribu
Adeline presenció el acercamiento del hombre._ ¿Con quién tengo el placer?. _ Avanzando lentamente a ella, pronunció con una patente formalidad en su voz._ Adeline Strange. _ Respondió un tanto incómoda por como la miraba._ Srta. Strange, soy Jean Paul Sonobe. _ Se presentó, elevando su palma para que esta la estrechara.Tal gesto fue aceptado por ella.Sus manos entrelazadas se mantuvieron de ese modo por más tiempo del previsto, ya que él no se dignaba a dejarla ir.Aquel encuentro fue interrumpido por el menor de los Sonobe, quien se adentraba al comedor._ Mira a quién tenemos aquí. Haz llegado justo a tiempo hermanito. _ Expresó Gianluca con recelo._ Conocía a tu nueva amiga. _ Respondió Jean Paul, ignorando lo dicho anteriormente por su hermano. _ Es bastante agradable. _ Dirigió nuevamente su atención a ella.Adeline percibió un sentimiento de antipatía mutuo. Era evidente que los hermanos no se llevaban del todo bien.El suceso presenciado por Gianluca hace un rato, no fue
Suspiros agonizantes brotaban de ella.Sus intentos desesperados por recuperar el aliento, aumentaban el precio. Cada vez que procuraba atrapar bocanadas de aire para poder respirar, el dolor la sometía nuevamente a la asfixia.La sangre fluía a través de su herida, cubriéndola como un manto.El cansancio la doblegaba, provocando que sus ojos grisáceos se fueran cerrando lentamente._ Resiste por favor, quédate conmigo. _ La voz suplicante de él se escuchaba lejana para Adeline, quien aún así resistió a la tentación de caer ante la extenuación que sentía....La estancia se encontraba compuesta por un conjunto de médicos, los cuales al verla llegar se encaminaron rápidamente a atenderla.Si no lo hacemos ahora, morirá. _ Sentenció una mujer rugosa, examinando la herida. _ Esto le dolerá, así que tendrá que sujetarla para que no realice ningún movimiento. _ Concluyó ubicando los instrumentos quirúrgicos en la mesa.Asintió Jean Paul aterrado ante lo dicho por la mujer.El miedo se refle
En la mansión Sonobe, Gianluca descargaba su ira contra un saco de boxeo. Su definido torso desnudo desprendía sudor al propinar golpes en secuencia dirigidos al saco, el cual se zarandeaba con fuerza hacia delante para después volver nuevamente a su posición inicial.Su furioso comportamiento se debía a solamente una razón, Adeline. No había contestado ninguna llamada ni mensaje de texto suyo y eso lo ponía de muy mal humor. No tener respuesta de ella, lo enloquecía por completo.Después del suceso trascurrido en la cena, él fue a su búsqueda. Tal acto fue en vano cuando no dio con ella. Intuyó que posiblemente esta ya se encontraba rumbo a su casa. Por lo que vio como mejor opción concederle algo de espacio.El segundo hermano de los Sonobe hizo presencia en la estancia. Inclinando su cuerpo en el umbral de la puerta, entrelazó sus brazos._ Alguien amaneció de mal humor. _ Mencionó desviando sus ojos dorados del saco, hasta posicionarlos en su hermano menor.Al no captar su atenció
Ya era medio día. Todos los empleados comenzaron a salir de sus respectivas oficinas dirigiéndose al mismo destino, la cafetería. Tras la reunión, Jean Paul condujo a Adeline hacia la salida._ Quiero que trabajes aquí. _ Sus ojos avellana la contemplaron suplicantes. _ Así que por eso aceptarás la pasantía en administración que te concederé. _ Sentenció, aflojando su corbata._ Supongo que todavía no podré deshacerme de ti. _ Rodando sus ojos, ella sonrió. _ Será grandioso trabajar aquí, tendré que acostumbrarme a ti pero por lo demás creo que estaré bien.Una auténtica sonrisa se asomó en el rostro de él. Su apariencia impecable de hace un rato, había cambiado por completo. Las faldas de su camisa blanca se encontraban por fuera otorgándole un semblante despreocupado. _ No podré llevarte a casa, debo solucionar algunos asuntos de trabajo, así que Adler te llevará. _ Explicó, abriéndole la puerta de la limusina. _ Nos volveremos a ver Srta. Strange. _ Advirtió, admirando aquellos e
Cegado por el deseo, Gianluca se encaminó con paso determinante hacia ella. Sus ojos esmeraldas fulguraban con intensidad mientras la miraba.La desesperación se adueñó de él cuando un grupo de personas interceptaron su campo de visión, provocando que este la perdiera de vista.Estaba enloqueciendo...Su necesidad por saber cómo se encontraba, lo carcomía por dentro.Ya habían pasado tres días desde aquel incidente. Tres días sin saber de ella, lo cual justificaba su histérico comportamiento. Así que sin más se adentró con osadía a la mansión, en busca de Adeline....La presentación era en una hora así que para agotar el tiempo Adeline se dispuso a caminar por el Gran salón, el cual se hallaba atestado de personas adineradas. Todos estos aristócratas lucían atuendos sumamente extravagantes que eran presumidos al merodear con aire de superioridad por el sitio. Mantenían risas falsas junto a conversaciones poco interesantes con respecto a la cantidad de dinero que poseían o al partido
Al apretar el gatillo, vislumbró como la sangre se impregnaba a su rostro manchando el pavimento del líquido rojo que se escabullía de su mentón al bajar como hilos desenfrenados por este.Todavía retumbaba el ensordecedor sonido de la bala al disparar en sus oídos. A pesar de que en aquel instante se encontraba tocando las cuerdas frontales del violín ante una infinidad de espectadores, no podía librarse de aquellos oscuros recuerdos que tanto se había empeñado en ocultar.El arco en compañía de sus dedos se desplazaban con destreza por el violín, innovando melodías jamás escuchadas por la audiencia. Pero su enfoque no estaba en todos esos aristócratas que la admiraban tocar. Más bien se sentía atrapada en aquel cuerpo danzante que se movía con gracia al compás de la música, mientras que su mente se hallaba abismada en un tormentoso viaje a su pasado.Las huellas de sangre que dejaba al correr por el escarpado camino, produjeron que el dolor se acentuara en sus plantillas al pisar l
_ Si sabes que esto es aburrido no?. _ Gianluca estiró sus brazos, soltando un sonoro bostezo.Mientras que Adeline ladeó su cabeza aún contemplando con meticulosidad el techo de color gris azabache del aposento de Gianluca.Habían trascurrido tres semanas desde que se hospedó en la mansión. Posteriormente de la misteriosa explosión que arrasó con su hogar y de la cual fue salvada por Jean Pierre, quien sufrió quemaduras por adentrarse con osadía al edificio en llamas solo para rescatarla.Después del suceso no tuvo oportunidad de agradecerle, dado a que Jean Pierre, la evadía siempre que podía, así que desistió y decidió apartarse de él como este lo quería.Por otro lado, se volvió más unida al menor de los Sonobe. Tanto que esta empezaba a disfrutar de su compañía sin fastidiarle tanto su presencia._ Y tú crees qué para mí no lo es?. Tu hermano tiene rodeada esta mansión como si fuera una maldita cárcel. _ Liberando un exasperado bufido, entrelazó sus brazos. _ Lo único que me fal