Hiro quería gritar, esa mujer enfrente suyo era Venus, no, era Lana Bellic, su mujer ¿Cómo era posible? Estaba enfurecido y sin una sola explicación que fuera coherente en su mente.
—¿Sorprendido? — pregunto ella con un porte inquebrantable.
—Tú…tú…— fue lo único que atinaba a decir.
—Los hombres pierden tan rápido la cabeza ante una mujer bonita que se creen todo — se burló, fue un golpe bajo para Hiro—
—Yo nunca mentí, jamás te mentí — se defendió.
—Yo jamás dije la verdad— escupió como balas, ella y los guardias tras ella se acercaron a los tres hermanos— Enciérrenlos.
—No hagas esto…— suplico el mayor de ellos, los ojos se le volvieron un rio de lágrimas—…te amo…
Lana palideció un segundo, quería decirle que también lo amaba, pero debía ser fuerte, no podía simplemente sucumbir a sus sentimientos y ahora muchos menos debido a su posición.
Pagaras por lo que le hiciste a mi padre
Los tres fueron arrastrados del salón ante la mirada de los asistentes al evento que no podían dar crédito a lo que sus ojos veían, muchos comenzaron a quejarse por tener una mujer entre ellos, entonces la mujer se volvió a ellos.
—Cuidado con sus palabras — ella lanzo una corta risa— Todos ustedes están bebiendo veneno ahora mismo.
Los presentes se quedaron mudos en ese mismo instante.
—Si no quieren salir de aquí muertos, no me hagan enojar, llevemos la fiesta en paz y no tendré que hacerles daño.
Ahí se dieron cuenta que ella no estaba jugando, sangre brotaba de la nariz de cada invitado, hubo gritos de desesperación, le juraron mantener todos los acuerdos, eso quería ella, asi que les otorgo el antídoto, abandono el salón justo cuando su abuelo iba a empezar a cuestionarla sobre lo ocurrido con Hiro.
Camino tan rápido como pudo hasta su habitación, se hiperventilo, arranco el collar de su cuello y comenzó a llorar, le sorprendía como había podido mantener esa dureza frente a él, le dolía el corazón. No volvió a la fiesta, se quedó en su cama llorando hasta las tres de la mañana, bajo descalza, pero aun con el vestido rojo puesto hasta el sótano donde estaban varias celdas construidas, cuando entro escucho llantos, se dirigió hasta donde provenían, ahí estaba su amado llorando, solo.
—Yo quería matarte, el día que te conocí— dijo ella al verlo.
—Hazlo — le respondió y se descubrió el pecho—, de todos modos, estoy muerto ya, lo merezco, merezco la muerte, libérame de este dolor.
—No…yo quiero que sufras— se acercó un poco a las rejas—, como hiciste sufrir a mi padre, dime ¿Disfrutaste matándolo?
—…no, no lo disfrute— confeso—, estaba enojado cuando dijo que tú serias la próxima líder y no yo.
—Ni siquiera eras su hijo.
—Me crio como uno, es el único padre que conocí, merecía más el puesto, soy hombre, soy fuerte— todo aquello lo menciono con burla—, lo era hasta que apareciste.
—Te hare pagar— sus ojos se veían iluminados por la luz que se colaba en las ventanas pequeñas.
—Te amo con todo mi ser— fue lo que contesto—, si he de morir, que sea por tu mano, moriré feliz si es asi.
—¿Cómo puedes decir todo eso?
—Porque te amo tanto que no me importa morir como tu esclavo — el hombre se acercó hasta quedar apoyado en la reja—, nunca ame nada en mi vida, eres todo para mí.
—No puedo amarte — respondió ella—, aun si sabes como el cielo mismo, no está bien.
—¿Por qué no? Yo sé que me amas también.
—No importa si lo hago, eso no lo hace correcto — hablaba, pero sus manos estaban entrelazadas con las ajenas.
—Escapemos de todo esto, en las montañas podemos ser felices, nadie nos buscaría ahí— Lana derramo lágrimas.
—No…eres malo…
—Te juro que me arrepiento, ya nada me importa salvo tú, créeme, cree en nosotros
Tras las rejas estiro sus manos hasta tomarla del rostro, la beso, entre lágrimas se besaron, su amor era peligroso pero inevitable, paso la noche con él dentro de esa celda donde estaba encadenado del pie.
Su abuelo le dio un ultimátum cuando se enteró de la relación de ellos, los guardias la delataron y ella no pudo negar el hecho de que estaba acostándose con su prisionero, que era incapaz de matarlo, que lo había perdonado, aunque no lo dijera, lo cierto es que su amor era mayor, no podía vivir sin él.
—Si no lo matas, yo lo haré— dijo su abuelo con ira.
—Lo haré…
Ephel dejo sobre la mesa, el arma, Lana llevaba con esto más de un mes, ya no podría seguir alargando lo inevitable, pero la situación era mucho peor ahora, estaba embarazada, solo ella y su guardia de confianza lo sabían, eso hacia aun mayor el problema.
Su abuelo la llevo a rastras hasta las celdas, pero la condujo hasta el final donde estaba la sala de torturas, al ser abierta vio a Hiro atado y golpeado, su abuelo lo había estado golpeando antes de que la llevara, sus ojos se llenaron de dolor al verlo asi.
—No saldrás de aquí hasta que lo hayas hecho.
El abuelo de la chica se marchó dejándola con solo un guardia, ella estaba muda, no podía articular ninguna palabra, solo tenía el arma en la mano, Hiro ni siquiera la miro.
Todo fue muy rápido, cuando se dio cuenta, su amado se había liberado de sus amarres, corrió hacia ella, activo el arma disparando al guardia, ahí volvió a la realidad, ahora estaba forcejeando con el arma, él intentaba quitársela, pero ella peleaba.
Un disparo se escuchó, Lana cayó al suelo, se tocó el vientre, una bala estaba incrustada en ella, Hiro no la ayudo.
—Adiós, niña tonta — dijo él
Se dio vuelta con la intención de escapar y dejarla ahí sola, ella se llenó de una ira que la cegó, junto fuerza y tomo el arma del guardia muerto, le disparo por la espalda, él cayo volteando a verla, luego disparo a su mano quitándole asi el arma al hombre, no supo cómo, pero logro ponerse de pie, él no intento escapar.
—Nuestro…nuestro hijo…estaba aquí — le confeso con dolor, Hiro abrió los ojos por completo.
—Lana…
—Te amo — llorando le apunto a la cabeza.
—Yo también
El disparo se escuchó, alertados bajaron guardias y el abuelo de Lana que al verla herida corrió por ella justo cuando se desvanecía sobre el cuerpo del hombre que había amado.
Cuando Lana despertó, se encontraba en una cama de hospital, todo se veía borroso, pero conforme pasaron los segundos su imagen se volvió más clara para sus ojos, era de dia, asumió que serían como las once por la cantidad de luz que entraba a la habitación, le molestaba mucho que la luz diera directamente en su cara, le gustaba más la oscuridad porque asi podía dormir sin ninguna preocupación, realmente se despertó por eso.Ladeo la cabeza encontrándose con que su abuelo estaba a su lado, dormía con la cabeza apoyada en la mano, se preguntó cuanto tiempo llevaría ahí, luego bajo la mirada a su vientre, dolía, debía ser por el disparo.— Abuelo — lo llamo a lo que el hombre despertó.— Lana— el hombre se levantó de golpe y abrazo a su nieta—, estaba tan preocupado por ti— Lo siento
Su cabeza estaba apoyada en la ventana, en el primer semáforo le hablo a sus guardias, pensaba en muchas cosas y su acompañante estaba en silencio también, aun se preguntaba si el chico era de fiar o si solo mentía.—Llévenme ahí primero — les dijo y ellos afirmaron—, cuando lleguemos, tú quédate aquí.—¿Por qué? — pregunto él—Porque yo lo ordeno— finalizo ella.Ninguno de los dijo algo mas y al llegar al lugar que la mujer había indicado, el chofer bajo primero para abrirle la puerta, ella bajo de inmediato, se colocó unos lentes oscuros volteando luego hacia el chofer.—No tardo, por favor vigila todo — pidió a lo que el hombre afirmo en silencioFrederick se quedo observado a la figura femenina que se perdía en la entra
El camino no fue silencioso, Frederick le contaba a Lana como había sido su vida en el colegio del extranjero.—Es raro que alguien de la familia Lee sea tan…rubio como tú— confeso ella—Mi padre es rubio, de ojos azules, soy casi idéntico, salvo por el tamaño de mis ojos son pequeños como los de mi mamá.—Si, la conozco, cuando cumplí los dieciocho estuvo en mi fiesta, es una mujer muy agradable.—Lo es, ella siempre dijo que tu eres la mujer mas hermosa que ha visto, que, si pudiera escogerme una esposa, te escogería a ti.—¿Es eso una propuesta? — pregunto con un tono de broma, el hombre se puso rojo y que los guardias rieron bajo—N…no…como crees eso — exclamo muy nervioso—Acepto — dijo ella y el auto freno de golpe, todos los hombres dentro del auto voltearon a verla<
Por la mañana cuando Lana bajo a desayunar se topó con Frederick que estaba ya terminando sus alimentos, se encontraba aun revisando los contratos con una gran concentración, tanta que no se dio cuenta de la presencia de ella hasta que hablo.—Buenos días — dijo y él se levantó de inmediato—Lo siento, no te vi entrar—Esta bien, te mirabas muy concentrado de todos modos — dijo ella tomando asiento.—Te ves hermosa esta mañana— dijo él de forma sincera.—GraciasLa chica peino un poco su cabello hacia atrás, esto antes de comenzar a comer finalmente, no hablaron mucho porque el hombre estaba concentrado en terminar de señalar lo que no le parecía necesario de los contratos o alguna que otra irregularidad que viera en ellos, Lana por su parte no quitaba los ojos de él, se veía m
Estando en casa, era muy difícil que pudieran mantener las manos quietas, apenas pisaron la propiedad, Lana se fue encima de Frederick, a duras penas llegaron a la habitación de ella, la manera en que ese chico la poseía la volvía loca, solo quería tenerlo dentro, con sus manos recorriéndole el cuerpo, probar todas las posiciones que existieran y ser su mujer, principalmente sentirse su mujer.Ella reposaba sobre su pecho, escuchaba los latidos de su corazón, alzo la vista para ver esos preciosos ojos azules mirarla con detenimiento, se acerco a besarlo y él correspondió, la envolvió en sus fuertes brazos, la coloco bajo su cuerpo, al separarse recorrió su cuello con besos cortos.—Aun no me das mi regalo— dijo ella juguetona—Tal vez porque me ves y me quieres arrancar la ropa—¿Me dirás que te molesta?—Para nada&
—¡¿Cómo es posible que se case con él?! — se escuchaban varios gritos yo cosas romperse—Tenemos que deshacernos de ella antes de lo planeado — un hombre de mediana edad encendía un puro luego de hablar.—No puedo creer que ese bastardo sea mejor partido que yo — el que se encontraba alterado se daba tirones de cabello.—Pensé que iba a reconsiderar la oferta que le dio nuestro padre — menciono el mayor al soltar el humo—. Tenemos el mismo prestigio de los Lee, incluso somos mejores—Hermano — se acerco el otro hasta ponerse sobre una rodilla junto a su hermano —, dime que tengo que hacer—Vas a tener que adoptar un estilo que ella encontrara irresistible—No me convertiré en el doble de Hiro— menciono con asco—Ah perdóneme su majestad ¿Pedí tu maldita opini
Lana sintió que todo el mundo se le venia abajo cuando observo a Michael Black con el cabello hasta los hombros, alborotado y con una pinta que lo hacia muy similar a Hiro, tenia una mezcla de sentimientos alborotándose en su interior que no supo como fue capaz de guardar la compostura, pero manteniendo fuerza ejercida en la mano de Frederick.—Lamento mucho la tardanza— se excuso Michael tomando asiento junto a su hermano —, pase mucho tiempo hoy recortando mi cabello—Ese estilo te va fatal — escupió Lana— ¿Exactamente que traman?—¿A qué te refieres? — pregunto Lucien fingiendo sorpresa—Me refiero a esta estupidez de que Michael adopte el estilo de Hiro— la mujer se levantó sin demostrar emoción alguna — ¿Qué pensaron? ¿Qué me desharía al verlo asi? Porque si fue eso, entonces son m&
Perdió la noción del tiempo al haber llorado tanto, solo recordaba que llego un momento en que sus lagrimas simplemente dejaron de salir de sus ojos, pensó que se le habían agotado, no sabia si eso era bueno o malo, asi que luego de eso volvieron a casa en completo silencio.Cuando bajo del auto no dirigió palabra alguna al rubio, solo entro y se condujo a su habitación, quería tumbarse en la cama y dormir todo lo que pudiera, el dia que venía seria todavía más abrumador, todas las familias se iban a reunir para discutir ciertos asuntos que en ese momento eran de vital importancia.—Lana, debes despertar — Mikkel entro a la habitación de su hermana a las siete de la mañana—¿Ya es hora? — pregunto ella con los ojos cerrados—Si, no podemos llegar tarde—Ya bajoEl joven asintió sali