Zinnia iba a la cabeza del grupo, cinco cazadores en total, tres humanos y un dragnir, un mestizo de vampiro, un dragnir es un caso muy peculiar, un vampiro se alimenta de una mujer embarazada, las toxinas en los colmillos del vampiro atacan directamente al feto y este nace como un mestizo de vampiro, sus casos son contados ya que por lo general el feto muere durante el ataque.
El equipo iba en silencio, las planicies por las que cruzaban tenían muchos ojos y oídos, ellos debían seguir su camino sin despertar ninguna sospecha, entre los sobrenaturales existen las criaturas de las sombras, seres que venden lo que ven y lo que escuchan a cambio de comida, los brujos suelen ser sus principales compradores. Se dirigían hacia el cementerio de la ciudad humana de Goldbek, un cementerio de antes de la era del brujo antiguo, se creía que aquel lugar tenía cerca de mil años de almacenar los huesos de miles de seres, en sus capas más profundas incluso se pueden encontrar restos de sobrenaturales. Kaldem adelantó su montura, el dragnir poseía la fuerza y los sentidos de un vampiro, su naturaleza humana lo mantenía a salvo de morir quemado por el sol y no necesitaba beber sangre, pero esa misma naturaleza evitaba que pudiera transformarse o usar los poderes propios de los vampiros. Zinnia giró levemente el rostro hacia su compañero, si el dragnir rompía la formación era debido a algo importante, Kaldem habló en voz baja: — Nos están siguiendo, parecen ser mestizos. — ¿Crees que sean peligrosos? — No lo sé, pero percibo el olor de la sangre seca sobre ellos. Los ojos verdes de Zinnia se volvieron lobunos y aspiró con fuerza, ella no lograba oler la sangre ni a los mestizos, chasqueó la lengua, podía ser una coincidencia, colocó la mano en la espalda y dio instrucciones por medio de señas, el equipo se preparó para entrar en batalla a la primera señal. Cabalgaron hasta cerca del anochecer, debían buscar un sitio para pasar la noche, los caballos debían descansar y no era prudente viajar durante la noche. La noche es el territorio de los sobrenaturales, los humanos saben por instinto que deben mantenerse a salvo una vez se oculta el sol, cerca del camino encontraron las ruinas de un antiguo templo de la época de antes del tratado, cuando los humanos en su desesperación por sobrevivir ofrecían víctimas a los monstruos de la noche. Aquellas prácticas ya habían desaparecido y los templos ahora no eran más que ruinas y refugios de los viajeros, el ulular de un búho los recibió entre las paredes semi derruidas. Kaldem ató los caballos y se alejó, revisaría el sector, su condición de dragnir lo mantendría a salvo, dentro de las ruinas los cazadores prendían un fuego, Zinnia se sentó en un rincón y cerró los ojos. Las conversaciones de sus compañeros la despertaron, se había quedado dormida, soltó un gruñido, no debía haberse dormido, estaban en medio de una misión, Hyllen se acercó a la loba y le ofreció una taza humeante. — ¿Estás bien? dejaste de moverte casi cinco minutos, ¿Escuchaste algo? ¿Cinco minutos? estaba segura que se había dormido al menos un par de horas, levantó la mirada y vio a Kaldem entrar con el ceño fruncido, parece que iba a ser una larga noche. — Hay rastros de un staigat no muy lejos de aquí. Los cazadores se movieron inquietos con las palabras de Kaldem, un staigat es una criatura errante, se alimenta de la energía de los seres mientras duermen y puebla su mente de pesadillas. Zinnia se rascó la cabeza molesta, parece que deberá levantar una barrera, no quería gastar sus energías antes de llegar al cementerio, pero con un staigat cerca no tenía otra opción. Se levantó y alzó las manos, Hyllen la sujetó de la muñeca para detenerla, ellos podían turnarse para dormir un poco, no estaban cansados y aún tenían un buen camino por delante, además que no sabían lo que les esperaba en el cementerio. Zinnia aceptó a regañadientes, no le gustó para nada haberse quedado dormida esos pocos minutos, en especial porque no notó cuando lo hizo, se transformó en lobo y salió, su lobo era enorme casi dos metros de alto y era de color plomo azulado, un color poco común entre los lycans. La loba se alejó lo suficiente para que no la vieran y empezó a marcar el territorio, si el staigat regresaba debería enfrentarse a su lobo, la criatura debía de estar muy desesperada si lo hacía. Al entrar en las ruinas se encontró con el rostro burlón de Kaldem, ninguno de sus compañeros supo lo que hizo, el dragnir al parecer fue el único, Zinnia gruñó y decidió ignorarlo, Kaldem de seguro esperaría el momento perfecto para burlarse de ella. A media noche una criatura que parecía estar hecha de limo, una criatura informe se escurrió por entre los árboles, todo lo que entraba en contacto con su fangoso cuerpo se volvía mustio y parecía perder toda vitalidad. El staigat se detuvo a las afueras del claro, podía sentir la energía de los durmientes, pero había un desagradable olor justo delante de él, «Lobo» borboteo la criatura «¡Lobo!» Adentro de las ruinas Kaldem se puso en pie, él estaba montando guardia en ese momento, al igual que un vampiro, él no necesitaba dormir durante la noche y le era suficiente dormir unas pocas horas durante el día. Zinnia levantó el morro y mostró los colmillos, al parecer tenían visitas y no muy agradables, los cazadores junto a ellos se removieron inquietos entre sueños. — ¿Los despierto? preguntó Kaldem. — No... respondió la loba. — ... si él staigat hace algo contra ellos, nos estará dando el derecho de acabar con su asquerosa presencia. Kaldem se sentó y avivó el fuego, afuera entre las sombras el staigat se movía inquieto, estaba hambriento y su comida estaba custodiada por un lobo, empezó a arrastrarse buscando otra entrada.Hyllen abrió los ojos de golpe y se sentó frotándose el rostro, había soñado con su familia muerta, en su espalda sintió el morro del lobo acariciarlo suavemente, soltó el aire que había estado conteniendo y respondió: — Estoy bien, alfa, solo fue un mal sueño. Kaldem susurró con fastidio: — Parece que la criatura tiene un rango de ataque mayor al que pensamos. En ese momento otro de los cazadores empezó a removerse, su cuerpo empezó a temblar con fuerza y un grito agudo salió de su garganta, mas no despertó, Zinnia se lanzó fuera de las ruinas antes de que nadie pudiera moverse. Hyllen sonrió de medio lado y después intentó despertar a su compañero, era imprescindible sacarlo de aquel estado o el staigat lo dejaría sin fuerza vital. El tercer cazador que aún dormía se llevó la mano al pecho y se sentó jadeando, había tenido un sueño horrible, en ese instante notó que los gritos que había escuchado entre sueños no se habían detenido, giró el rostro y vio a su gamma i
Ciudad humana de Goldbek. Los cazadores llegaron a las afueras de la ciudad justo después del amanecer, las puertas estaban cerradas, aún faltaba una hora para que la ciudad fuera accesible. Como casi todas las ciudades humanas, Goldbek estaba rodeada de un alto muro, legado de la era antigua, los humanos habían mantenido los muros incluso siglos después de que las criaturas de la noche y los monstruos desaparecieran de sus vidas. Zinnia echó un fugaz vistazo a su cazador, Julted se veía un poco pálido, los temblores ya habían cesado, el ataque del staigat había sido demasiado fuerte para él, Julted era el único sobreviviente de toda su aldea, una manada de svinja, animales similares a cerdos de más de un metro de alto con un cuerno dentado sobresaliendo de su frente, el pelaje de un svinja es duro como el metal y está afiliado, corta todo a su paso y los animales son violentos y carnívoros, además son bestias mágicas, su inteligencia es baja, pero tienen la capacidad de hablar
El rugido del oso se extendió a lo largo y ancho del cementerio, Zinnia y Fisk se dirigieron a toda velocidad hacia su origen, al llegar pudieron observar a un gigantesco karhu dando zarpazos en todas direcciones, Kaldem estaba logrando esquivar por el momento al oso. — No parece estar luchando en serio. comentó Fisk mientras buscaba un lugar para usarlo como soporte y servir de respaldo a sus compañeros. Zinnia gruñó y se adelantó, era verdad el karhu no estaba atacando con fuerza, ¿Estaba menospreciando a Kaldem por ser un dragnir? o… Una trampa, debía ser una trampa, Zinnia aulló en su carrera contra el karhu, Kaldem poco a poco había estado moviéndose en la dirección que el oso quería. Kaldem escuchó la señal de Zinnia, pero siguió esquivando, Hyllen estaba mal herido entre las lápidas, debía tratar de alejarlo lo más posible antes de regresar por el cazador o el karhu los mataría a los dos. Kaldem estaba llegando a una zona cubierta por maleza, estaba tan alta que apenas
Kaldem sujetó a Fisk y saltó hacia atrás justo en el momento en que el terreno se desplomaba bajo sus pies, un siseo de rabia subió por su garganta, ahora sería imposible buscar a Zinnia. — ¡Demonios! Espero que no hayan quedado enterrados. Fisk exclamó viendo la nube de tierra que se elevaba frente a ellos. El cielo empezó a clarear, Kaldem ordenó detenerse, no podían encontrarlos a ellos dentro del cementerio a esa hora, levantarían sospechas y necesitaban hacer un mejor plan, llevaban bastante tiempo tratando de encontrar una forma de bajar para buscar a Zinnia y Hyllen estaba herido. En la posada Julted ayudaba a su compañero a vendar su brazo, los golpes en sus costillas no eran graves, ninguna costilla estaba rota o trizada, el dolor era lo más molesto, pero se había dislocado un brazo, no lo había notado debido a la adrenalina, Hyllen hacia muecas de dolor mientras Julted lo vendaba, con el brazo frío tardaría en acomodar su brazo y era más complicado su tratamiento
Birgrem deambuló por décadas buscando al encapuchado para pedirle que le dejara morir, cuando finalmente lo encontró aquel sujeto estaba agonizando, él había aceptado cambiar su muerte por la maldición del encapuchado. Birgrem empezó a vagar buscando un sitio al cual pertenecer, pero el tiempo no se detiene y todo a su alrededor iba cambiando, los sobrenaturales lo evitaban, nadie quería estar cerca de un maldito, así fue empujado a vivir entre los humanos y los mestizos, pero todos a su alrededor iban envejeciendo y muriendo. Hacia cien años atrás se encontró con una bruja que aceptó averiguar qué clase de maldición tenía y cómo romperla a cambio de que él acabara con la vida de sus enemigos. Birgrem aceptó, no tenía nada que perder, si tenía suerte los enemigos de la bruja serían lo suficientemente fuertes como para matarlo, al final regresó con las cabezas de sus enemigos. La bruja tardó casi tres años en descubrir que tipo de maldición tenía, una poco alentadora, no había f
Zinnia pronto sintió el pelaje del oso contra su cuerpo y pudo sentir el calor que emanaba el animal, ¿Estaba loco?, la aplastaría en aquel lugar, apenas había espacio para moverse. La tierra crujió a su alrededor y escuchó como la tierra empezaba a deslizarse, las rocas rodaban y una nube de tierra se elevó, el suelo cedió debajo de ella y Zinnia contuvo un grito, iban a caer otra vez. Sintió la enorme zarpa del oso debajo de ella sujetándola contra el karhu mientras todo a su alrededor se desplomaba, la gravedad tiró de ella y supo que estaban cayendo. Unos minutos más tarde Zinnia notó que el aire ya no estaba tan viciado y sus pies tocaban tierra firme, la zarpa del oso se convirtió en la mano firme del hombre y el pelaje del oso dio paso al fuerte pecho de Birgrem. Zinnia escuchó a su loba gemir suavemente con el contacto y se mordió el labio, ¿Qué le pasaba a su loba? Él es un enemigo ¿O no? La risa de Birgrem la sobresaltó, ¿Pudo escuchar a su loba?, él es un karhu no
Birgrem caminaba con paso tranquilo, dejaba que sus pies lo guiaran, después de vivir tantos años había aprendido a dejar que su instinto lo llevara cuando su mente no podía recordar. Era difícil recordar cada día de siglos de existencia vacía, muchos de esos recuerdos nunca se grabaron con suficiente fuerza en su mente y el tiempo mismo se encargó de borrarlos, otros los perdió en sus múltiples intentos por acabar con la maldición y otros recuerdos no estaba seguro si eran de él o de alguien más. Zinnia caminaba en silencio detrás del karhu, el oso era extraño, no parecía estar muy interesado en nada de lo que ocurría a su alrededor, si ella hubiera estado en su lugar probablemente no lo hubiera dejado con vida, nunca sabes cuándo un enemigo herido o moribundo puede dar un golpe mortal. Llevaban caminando lo que parecían ser horas, su loba se movió inquieta, al parecer ya era de noche, bajo tierra no podía ver el cielo, pero su loba podía sentir la fuerza de la luna incluso en aqu
Birgrem cayó hacia adelante totalmente inconciente, Fisk se acercó y con cuidado lo volteó con el pie, el hombre roncaba en ese momento, con incredulidad el cazador se inclinó sobre el karhu y levantó uno de sus párpados cerrados, el hombre soltó un fuerte ronquido. — Vaya, es la primera vez que un prisionero luce tan cómodo después de ser capturado. Zinnia lo observó y frunció la boca, en la cueva después de caer también estaba muy cómodo en aquel lugar, el karhu era realmente extraño, todo un misterio tomando en cuenta de que era capaz de colocar sellos mágicos. Fisk regresó a la ciudad en busca de Hyllen y Julted, no podían llevar al karhu inconsciente todo el camino de regreso y además levantarían sospechas. Birgrem era tan grande que tuvieron que colocarlo sólo en un caballo, Hyllen montó con Julted y partieron de regreso al castillo, no podían permitir que el karhu quedará libre, no hasta que respondiera por sus crímenes. Dos días después el karhu seguía durmiendo, Kald