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Capítulo 2. Misión de media noche.

Zinnia iba a la cabeza del grupo, cinco cazadores en total, tres humanos y un dragnir, un mestizo de vampiro, un dragnir es un caso muy peculiar, un vampiro se alimenta de una mujer embarazada, las toxinas en los colmillos del vampiro atacan directamente al feto y este nace como un mestizo de vampiro, sus casos son contados ya que por lo general el feto muere durante el ataque.

El equipo iba en silencio, las planicies por las que cruzaban tenían muchos ojos y oídos, ellos debían seguir su camino sin despertar ninguna sospecha, entre los sobrenaturales existen las criaturas de las sombras, seres que venden lo que ven y lo que escuchan a cambio de comida, los brujos suelen ser sus principales compradores.

Se dirigían hacia el cementerio de la ciudad humana de Goldbek, un cementerio de antes de la era del brujo antiguo, se creía que aquel lugar tenía cerca de mil años de almacenar los huesos de miles de seres, en sus capas más profundas incluso se pueden encontrar restos de sobrenaturales.

Kaldem adelantó su montura, el dragnir poseía la fuerza y los sentidos de un vampiro, su naturaleza humana lo mantenía a salvo de morir quemado por el sol y no necesitaba beber sangre, pero esa misma naturaleza evitaba que pudiera transformarse o usar los poderes propios de los vampiros.

Zinnia giró levemente el rostro hacia su compañero, si el dragnir rompía la formación era debido a algo importante, Kaldem habló en voz baja:

— Nos están siguiendo, parecen ser mestizos.

— ¿Crees que sean peligrosos?

— No lo sé, pero percibo el olor de la sangre seca sobre ellos.

Los ojos verdes de Zinnia se volvieron lobunos y aspiró con fuerza, ella no lograba oler la sangre ni a los mestizos, chasqueó la lengua, podía ser una coincidencia, colocó la mano en la espalda y dio instrucciones por medio de señas, el equipo se preparó para entrar en batalla a la primera señal.

Cabalgaron hasta cerca del anochecer, debían buscar un sitio para pasar la noche, los caballos debían descansar y no era prudente viajar durante la noche.

La noche es el territorio de los sobrenaturales, los humanos saben por instinto que deben mantenerse a salvo una vez se oculta el sol, cerca del camino encontraron las ruinas de un antiguo templo de la época de antes del tratado, cuando los humanos en su desesperación por sobrevivir ofrecían víctimas a los monstruos de la noche.

Aquellas prácticas ya habían desaparecido y los templos ahora no eran más que ruinas y refugios de los viajeros, el ulular de un búho los recibió entre las paredes semi derruidas.

Kaldem ató los caballos y se alejó, revisaría el sector, su condición de dragnir lo mantendría a salvo, dentro de las ruinas los cazadores prendían un fuego, Zinnia se sentó en un rincón y cerró los ojos.

Las conversaciones de sus compañeros la despertaron, se había quedado dormida, soltó un gruñido, no debía haberse dormido, estaban en medio de una misión, Hyllen se acercó a la loba y le ofreció una taza humeante.

— ¿Estás bien? dejaste de moverte casi cinco minutos, ¿Escuchaste algo?

¿Cinco minutos? estaba segura que se había dormido al menos un par de horas, levantó la mirada y vio a Kaldem entrar con el ceño fruncido, parece que iba a ser una larga noche.

— Hay rastros de un staigat no muy lejos de aquí.

Los cazadores se movieron inquietos con las palabras de Kaldem, un staigat es una criatura errante, se alimenta de la energía de los seres mientras duermen y puebla su mente de pesadillas.

Zinnia se rascó la cabeza molesta, parece que deberá levantar una barrera, no quería gastar sus energías antes de llegar al cementerio, pero con un staigat cerca no tenía otra opción.

Se levantó y alzó las manos, Hyllen la sujetó de la muñeca para detenerla, ellos podían turnarse para dormir un poco, no estaban cansados y aún tenían un buen camino por delante, además que no sabían lo que les esperaba en el cementerio.

Zinnia aceptó a regañadientes, no le gustó para nada haberse quedado dormida esos pocos minutos, en especial porque no notó cuando lo hizo, se transformó en lobo y salió, su lobo era enorme casi dos metros de alto y era de color plomo azulado, un color poco común entre los lycans.

La loba se alejó lo suficiente para que no la vieran y empezó a marcar el territorio, si el staigat regresaba debería enfrentarse a su lobo, la criatura debía de estar muy desesperada si lo hacía.

Al entrar en las ruinas se encontró con el rostro burlón de Kaldem, ninguno de sus compañeros supo lo que hizo, el dragnir al parecer fue el único, Zinnia gruñó y decidió ignorarlo, Kaldem de seguro esperaría el momento perfecto para burlarse de ella.

A media noche una criatura que parecía estar hecha de limo, una criatura informe se escurrió por entre los árboles, todo lo que entraba en contacto con su fangoso cuerpo se volvía mustio y parecía perder toda vitalidad.

El staigat se detuvo a las afueras del claro, podía sentir la energía de los durmientes, pero había un desagradable olor justo delante de él, «Lobo» borboteo la criatura «¡Lobo!»

Adentro de las ruinas Kaldem se puso en pie, él estaba montando guardia en ese momento, al igual que un vampiro, él no necesitaba dormir durante la noche y le era suficiente dormir unas pocas horas durante el día.

Zinnia levantó el morro y mostró los colmillos, al parecer tenían visitas y no muy agradables, los cazadores junto a ellos se removieron inquietos entre sueños.

— ¿Los despierto?

preguntó Kaldem.

— No...

respondió la loba.

— ... si él staigat hace algo contra ellos, nos estará dando el derecho de acabar con su asquerosa presencia.

Kaldem se sentó y avivó el fuego, afuera entre las sombras el staigat se movía inquieto, estaba hambriento y su comida estaba custodiada por un lobo, empezó a arrastrarse buscando otra entrada.

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