LOBOS, CRÓNICAS DE CAZADORES
Año 521 de la era del brujo antiguo. Limber es el actual líder de la orden de los cazadores, humanos que actúan en las sombras para proteger a la humanidad de los seres mágicos o sobrenaturales que traspasan los límites del tratado. En el año 1376 de la era antigua los sobrenaturales actuaban con total libertad y la humanidad poco a poco iba desapareciendo, los humanos eran cazados, esclavizados y exterminados por todas partes hasta que atacaron a la mujer equivocada. Hagarond el lycan sin manada más poderoso que ha existido, su padre un alfa y su madre una bruja oscura, Hagarond heredó la fuerza de lycan de su padre y parte de la magia de su madre convirtiéndose en un lobo mágico. Hagarond se enamoró perdidamente de una mujer humana, en el año 1340 de la era antigua el lycan estaba siendo atacado por un grupo de cambia formas, así los llamaban los humanos, maoren es la raza de aquellos que tienen el poder de cambiar su cuerpo humano por el de un felino. Hagarond logró escapar del ataque de los maoren, pero resultó gravemente herido, una joven lo encontró y lo cuido hasta que estuviera sano, el lycan no se marchó, se quedó junto a la muchacha y la amo todos los días de su vida, sin embargo sus enemigos no descansaron y lo buscaron bajo cada piedra y en los rincones más apartados. Un día el lycan regresaba de cazar junto a sus dos cachorros cuando olió la sangre, al llegar vio a un grupo de maoren riendo junto al cuerpo de su compañera, el lycan enloqueció y acabó con cada uno de ellos, pero eso no traería de nuevo a la vida a su amada. Fue cuando declaró la guerra a su mundo, al mundo de las sombras, el mundo en donde viven los sobrenaturales, sus hijos eran tan fuertes como él y entre los tres empezaron a defender a la humanidad. Reinos humanos se unieron a los tres lycans y con ellos lo hicieron varios mestizos que al igual que Hagarond habían perdido a sus familias a manos de otros sobrenaturales, así nacieron los cazadores. En el año 1386 de la era antigua un grupo de representantes de los clanes más grandes y fuertes entre los sobrenaturales se dirigió en son de paz ante Hagarond y sus cazadores, de seguir la lucha ninguna raza saldría victoriosa. Se creó el tratado y así comenzó la nueva era, la era el brujo antiguo, un hechicero poderoso creo la gema del pacto y con ella los dos bandos crearon un convenio, cada uno se mantendría en su lado del mundo y no actuarían en contra de los otros. El convenio se mantuvo por un par de décadas y hubo armonía entre humanos y sobrenaturales, las criaturas mágicas se alejaron y su recuerdo se convirtió en historias y leyendas, pero el mal es parte de los corazones y algunos empezaron a ser corrompidos. Los cazadores se movieron, los cazadores tienen un único objetivo, proteger a los humanos de los seres mágicos, ellos no se meten en peleas ni disputas de clanes ni razas. ….. Limber estaba en el estudio principal frente a él tenía el informe del último grupo de caza, el informe apenas si contenía un par de líneas, un gruñido bajo salió de su garganta al tiempo que sus ojos tomaban un ligero brillo dorado. La puerta se abrió y la cabeza de una muchacha apareció parpadeando con sus cuatro ojos azules, con voz tímida dijo: — Alfa Limber, el mago Uther lo busca. Con una señal la puerta se abrió y el mencionado mago entró arrastrando los pies, el sobrenatural tenía más de quinientos años, una edad bastante considerable incluso entre los suyos. Los cazadores se manejan con el mismo orden y la misma jerarquía que una manada de lycans, independientemente de si se es humano, mestizo o sobrenatural, todos son tratados como miembros de la manada. El mago Uther está al mando de la unidad de investigación, sus pies se arrastraron hasta el escritorio en donde pacientemente esperaba el alfa y con un exagerado crujido de huesos se sentó, soltó un hondo suspiro y su voz que no coincidía para nada con su aspecto habló: — Tengo el informe del equipo que me enviaste, me temo que no puedo hacer mucho con sus recuerdos… Aquel equipo era el mismo que había entregado aquel informe de tan solo dos líneas, según las palabras del mago Uther sus memorias fueron alteradas al punto en que sus recuerdos eran imposibles de recuperar. Limber gruñó nuevamente, no eran buenas noticias, el grupo se encontraba realizando una inspección de rutina en uno de los cementerios antiguos de una ciudad humana, según el tratado ningún sobrenatural debía cohabitar con los humanos. Si se daba el caso de que un humano quisiera vivir junto con un sobrenatural, éste debería cortar todo lazo con la humanidad y desaparecer entre las sombras. — ¿Hay alguna pista de la criatura que los atacó? El mago Uther sacudió la cabeza de manera negativa, no había nada, no habían rastros de algún hechizo, maleficio o toxina en sus cuerpos, tampoco tenían rastros de heridas, marcas o fluidos en ellos, además era un grupo variopinto, entre ellos incluso había un madhoo, ese era el nombre dado a los sobrenaturales puros que se unían a los cazadores. Un par de días después un nuevo equipo se dirigía hacia el cementerio, algo o alguien había atacado a los cazadores en terreno humano, debían capturar o eliminar la amenaza antes de que fuera demasiado tarde. Limber observaba al equipo cruzar el puente que lleva al exterior del castillo, volvió a soltar un gruñido, no le gustaba enviar a ese tipo de misiones a su hija, pero no tenía más opciones, después de todo un wizwolf es más poderoso que un sobrenatural, incluso siendo ellos mestizos. Los descendientes de Hagarond recibieron el sobrenombre de wizwolf, a pesar de ser mestizos ninguno de ellos perdió su herencia de lycan ni sus poderes mágicos.Zinnia iba a la cabeza del grupo, cinco cazadores en total, tres humanos y un dragnir, un mestizo de vampiro, un dragnir es un caso muy peculiar, un vampiro se alimenta de una mujer embarazada, las toxinas en los colmillos del vampiro atacan directamente al feto y este nace como un mestizo de vampiro, sus casos son contados ya que por lo general el feto muere durante el ataque. El equipo iba en silencio, las planicies por las que cruzaban tenían muchos ojos y oídos, ellos debían seguir su camino sin despertar ninguna sospecha, entre los sobrenaturales existen las criaturas de las sombras, seres que venden lo que ven y lo que escuchan a cambio de comida, los brujos suelen ser sus principales compradores. Se dirigían hacia el cementerio de la ciudad humana de Goldbek, un cementerio de antes de la era del brujo antiguo, se creía que aquel lugar tenía cerca de mil años de almacenar los huesos de miles de seres, en sus capas más profundas incluso se pueden encontrar restos de sobrenatura
Hyllen abrió los ojos de golpe y se sentó frotándose el rostro, había soñado con su familia muerta, en su espalda sintió el morro del lobo acariciarlo suavemente, soltó el aire que había estado conteniendo y respondió: — Estoy bien, alfa, solo fue un mal sueño. Kaldem susurró con fastidio: — Parece que la criatura tiene un rango de ataque mayor al que pensamos. En ese momento otro de los cazadores empezó a removerse, su cuerpo empezó a temblar con fuerza y un grito agudo salió de su garganta, mas no despertó, Zinnia se lanzó fuera de las ruinas antes de que nadie pudiera moverse. Hyllen sonrió de medio lado y después intentó despertar a su compañero, era imprescindible sacarlo de aquel estado o el staigat lo dejaría sin fuerza vital. El tercer cazador que aún dormía se llevó la mano al pecho y se sentó jadeando, había tenido un sueño horrible, en ese instante notó que los gritos que había escuchado entre sueños no se habían detenido, giró el rostro y vio a su gamma i
Ciudad humana de Goldbek. Los cazadores llegaron a las afueras de la ciudad justo después del amanecer, las puertas estaban cerradas, aún faltaba una hora para que la ciudad fuera accesible. Como casi todas las ciudades humanas, Goldbek estaba rodeada de un alto muro, legado de la era antigua, los humanos habían mantenido los muros incluso siglos después de que las criaturas de la noche y los monstruos desaparecieran de sus vidas. Zinnia echó un fugaz vistazo a su cazador, Julted se veía un poco pálido, los temblores ya habían cesado, el ataque del staigat había sido demasiado fuerte para él, Julted era el único sobreviviente de toda su aldea, una manada de svinja, animales similares a cerdos de más de un metro de alto con un cuerno dentado sobresaliendo de su frente, el pelaje de un svinja es duro como el metal y está afiliado, corta todo a su paso y los animales son violentos y carnívoros, además son bestias mágicas, su inteligencia es baja, pero tienen la capacidad de hablar
El rugido del oso se extendió a lo largo y ancho del cementerio, Zinnia y Fisk se dirigieron a toda velocidad hacia su origen, al llegar pudieron observar a un gigantesco karhu dando zarpazos en todas direcciones, Kaldem estaba logrando esquivar por el momento al oso. — No parece estar luchando en serio. comentó Fisk mientras buscaba un lugar para usarlo como soporte y servir de respaldo a sus compañeros. Zinnia gruñó y se adelantó, era verdad el karhu no estaba atacando con fuerza, ¿Estaba menospreciando a Kaldem por ser un dragnir? o… Una trampa, debía ser una trampa, Zinnia aulló en su carrera contra el karhu, Kaldem poco a poco había estado moviéndose en la dirección que el oso quería. Kaldem escuchó la señal de Zinnia, pero siguió esquivando, Hyllen estaba mal herido entre las lápidas, debía tratar de alejarlo lo más posible antes de regresar por el cazador o el karhu los mataría a los dos. Kaldem estaba llegando a una zona cubierta por maleza, estaba tan alta que apenas
Kaldem sujetó a Fisk y saltó hacia atrás justo en el momento en que el terreno se desplomaba bajo sus pies, un siseo de rabia subió por su garganta, ahora sería imposible buscar a Zinnia. — ¡Demonios! Espero que no hayan quedado enterrados. Fisk exclamó viendo la nube de tierra que se elevaba frente a ellos. El cielo empezó a clarear, Kaldem ordenó detenerse, no podían encontrarlos a ellos dentro del cementerio a esa hora, levantarían sospechas y necesitaban hacer un mejor plan, llevaban bastante tiempo tratando de encontrar una forma de bajar para buscar a Zinnia y Hyllen estaba herido. En la posada Julted ayudaba a su compañero a vendar su brazo, los golpes en sus costillas no eran graves, ninguna costilla estaba rota o trizada, el dolor era lo más molesto, pero se había dislocado un brazo, no lo había notado debido a la adrenalina, Hyllen hacia muecas de dolor mientras Julted lo vendaba, con el brazo frío tardaría en acomodar su brazo y era más complicado su tratamiento
Birgrem deambuló por décadas buscando al encapuchado para pedirle que le dejara morir, cuando finalmente lo encontró aquel sujeto estaba agonizando, él había aceptado cambiar su muerte por la maldición del encapuchado. Birgrem empezó a vagar buscando un sitio al cual pertenecer, pero el tiempo no se detiene y todo a su alrededor iba cambiando, los sobrenaturales lo evitaban, nadie quería estar cerca de un maldito, así fue empujado a vivir entre los humanos y los mestizos, pero todos a su alrededor iban envejeciendo y muriendo. Hacia cien años atrás se encontró con una bruja que aceptó averiguar qué clase de maldición tenía y cómo romperla a cambio de que él acabara con la vida de sus enemigos. Birgrem aceptó, no tenía nada que perder, si tenía suerte los enemigos de la bruja serían lo suficientemente fuertes como para matarlo, al final regresó con las cabezas de sus enemigos. La bruja tardó casi tres años en descubrir que tipo de maldición tenía, una poco alentadora, no había f
Zinnia pronto sintió el pelaje del oso contra su cuerpo y pudo sentir el calor que emanaba el animal, ¿Estaba loco?, la aplastaría en aquel lugar, apenas había espacio para moverse. La tierra crujió a su alrededor y escuchó como la tierra empezaba a deslizarse, las rocas rodaban y una nube de tierra se elevó, el suelo cedió debajo de ella y Zinnia contuvo un grito, iban a caer otra vez. Sintió la enorme zarpa del oso debajo de ella sujetándola contra el karhu mientras todo a su alrededor se desplomaba, la gravedad tiró de ella y supo que estaban cayendo. Unos minutos más tarde Zinnia notó que el aire ya no estaba tan viciado y sus pies tocaban tierra firme, la zarpa del oso se convirtió en la mano firme del hombre y el pelaje del oso dio paso al fuerte pecho de Birgrem. Zinnia escuchó a su loba gemir suavemente con el contacto y se mordió el labio, ¿Qué le pasaba a su loba? Él es un enemigo ¿O no? La risa de Birgrem la sobresaltó, ¿Pudo escuchar a su loba?, él es un karhu no
Birgrem caminaba con paso tranquilo, dejaba que sus pies lo guiaran, después de vivir tantos años había aprendido a dejar que su instinto lo llevara cuando su mente no podía recordar. Era difícil recordar cada día de siglos de existencia vacía, muchos de esos recuerdos nunca se grabaron con suficiente fuerza en su mente y el tiempo mismo se encargó de borrarlos, otros los perdió en sus múltiples intentos por acabar con la maldición y otros recuerdos no estaba seguro si eran de él o de alguien más. Zinnia caminaba en silencio detrás del karhu, el oso era extraño, no parecía estar muy interesado en nada de lo que ocurría a su alrededor, si ella hubiera estado en su lugar probablemente no lo hubiera dejado con vida, nunca sabes cuándo un enemigo herido o moribundo puede dar un golpe mortal. Llevaban caminando lo que parecían ser horas, su loba se movió inquieta, al parecer ya era de noche, bajo tierra no podía ver el cielo, pero su loba podía sentir la fuerza de la luna incluso en aqu