Kaldem sujetó a Fisk y saltó hacia atrás justo en el momento en que el terreno se desplomaba bajo sus pies, un siseo de rabia subió por su garganta, ahora sería imposible buscar a Zinnia.
— ¡Demonios! Espero que no hayan quedado enterrados. Fisk exclamó viendo la nube de tierra que se elevaba frente a ellos. El cielo empezó a clarear, Kaldem ordenó detenerse, no podían encontrarlos a ellos dentro del cementerio a esa hora, levantarían sospechas y necesitaban hacer un mejor plan, llevaban bastante tiempo tratando de encontrar una forma de bajar para buscar a Zinnia y Hyllen estaba herido. En la posada Julted ayudaba a su compañero a vendar su brazo, los golpes en sus costillas no eran graves, ninguna costilla estaba rota o trizada, el dolor era lo más molesto, pero se había dislocado un brazo, no lo había notado debido a la adrenalina, Hyllen hacia muecas de dolor mientras Julted lo vendaba, con el brazo frío tardaría en acomodar su brazo y era más complicado su tratamiento. Kaldem hacia crujir los huesos de su cuello, no había notado el estado de Hyllen, estaba demasiado concentrado buscando a Zinnia y el cazador había quedado de lado, de seguro la loba lo atormentaría por siglos por aquel descuido, claro cuando volviera. Fisk se había marchado para conseguir en la biblioteca los mapas antiguos de la ciudad, si Zinnia y el karhu cayeron dentro de algún túnel subterráneo, éste debió de ser construido en la era antigua, debían encontrar esos mapas o les sería imposible buscar a la loba. ...... En la cueva bajo tierra, Zinnia intentó liberarse del abrazo del karhu una vez más, no sabía cuánto tiempo llevaba forcejeando sin ningún resultado, estaba demasiado cansada y adolorida para seguir adelante, el calor del karhu era lo único que evitaba que la humedad del lugar la hiciera temblar de frío. Zinnia se quedó quieta debía pensar como salir de ahí, la respiración pausada del karhu hizo que su cuerpo se relajara más de la cuenta y antes de notarlo sus ojos ya se habían cerrado, la loba se durmió. Birgrem entre sueños escuchó la respiración tranquila a su lado y su oso sonrió satisfecho, ella había aceptado quedarse, ella no lo abandonaría, finalmente después de siglos al fin la había encontrado. ...... Seis siglos atrás. Castillo del clan Medved. Los cristales de los ventanales exploraron creando una fina lluvia de astillas de vidrio que cayeron sobre los combatientes en el patio del castillo, el fuego se extendía por todos lados y los cuerpos empezaban a llenar cada rincón del castillo. Traicionados, el clan completo había sido traicionado y sus cabezas habían sido vendidas a sus enemigos, el karhu traidor observaba con los ojos inyectados de sangre la matanza de los que hace unos días habían sido su familia. En la torre más alta Birgrem se enfrentaba a tres enemigos, estaba solo, la sangre goteaba de su pelaje, la puerta se abrió y apareció la osa por la que habría dado su vida, su corazón se apretó, estaba seguro que ella había logrado huir por los túneles junto con los débiles del clan. — ¿Por qué aún está con vida? La voz de su amada lo golpeó con fuerza, no podía reconocer el amor en su voz, solo había desdén y odio, las flechas y las púas se clavaban en su lomo mientras escuchaba a la que fue su más grande amor reír con desprecio. Lo último que escuchó antes de caer al vacío fueron las palabras de burla de los traidores, lo último que vio fue a su amada besarse con su primo quién tenía los ojos inyectados de sangre, el otro traidor. Mientras su cuerpo caía al vacío desde lo alto de la torre una figura encapuchada lo miraba desde abajo, Birgrem oyó una voz siendo arrastrada por el viento, una propuesta, una maldición. Birgrem apretó los puños y la mandíbula, su corazón se secó en ese momento, el dolor de la traición, el dolor por la muerte de su familia, su clan, la alegría que había sentido cada día durante su vida, todo se secó el momento en que aceptó la propuesta de aquella voz. El cuerpo de Birgrem se estrelló al fondo de la quebrada, sus pulmones se vaciaron y su corazón se partió en cientos de pedazos, sus ojos se apagaron, arriba en lo que quedaba de su clan el viento arrastraba los últimos lamentos de los moribundos y el crujir de las llamas. Birgrem abrió los ojos, no supo cuánto tiempo estuvo en aquel lugar, su tumba, su cuerpo crujió cuando se puso en pie, sus músculos estaban duros y su piel estaba tan fría como las rocas que lo rodeaban. Se detuvo en la entrada del castillo, ya no quedaba nada, las marcas negras del fuego se arrastraban por todo lado, la sangre seca no era más que unos débiles manchones, todo había sido destruido. Las aves de rapiña habían limpiado cada hueso, las ratas habían roído todo lo que habían podido y el tiempo se había encargado de borrar todo recuerdo del lugar, Birgrem subió las escaleras hasta lo que un día fue su habitación, se quedó quieto al ver que ahí nada había sido tocado, ni siquiera el fuego había osado entrar. Miró a su alrededor, nada en aquella habitación le traía más que amargura y soledad, esos eran los únicos sentimientos que había conservado su corazón, tomó la espada que colgaba sobre su cama y salió, debía buscar a los traidores y cortarles la cabeza. A Birgrem le tomó cinco años encontrar a la que fue su más grande amor y a su primo, el terror en los ojos de ellos cuando lo vieron aparecer vivo hizo que Birgrem sonriera por primera vez. El karhu no los mató, los dejó y se marchó, había decidido que la muerte rápida era un privilegio del que ellos no eran dignos, los cazó y los atormentó con su presencia durante diez años. Finalmente antes de que sus mentes se rompieran dictó sentencia a los traidores y les cortó la cabeza, su venganza estaba consumada, pensó que era su turno para morir y descansar finalmente, pero se equivocó él ya no podía morir.Birgrem deambuló por décadas buscando al encapuchado para pedirle que le dejara morir, cuando finalmente lo encontró aquel sujeto estaba agonizando, él había aceptado cambiar su muerte por la maldición del encapuchado. Birgrem empezó a vagar buscando un sitio al cual pertenecer, pero el tiempo no se detiene y todo a su alrededor iba cambiando, los sobrenaturales lo evitaban, nadie quería estar cerca de un maldito, así fue empujado a vivir entre los humanos y los mestizos, pero todos a su alrededor iban envejeciendo y muriendo. Hacia cien años atrás se encontró con una bruja que aceptó averiguar qué clase de maldición tenía y cómo romperla a cambio de que él acabara con la vida de sus enemigos. Birgrem aceptó, no tenía nada que perder, si tenía suerte los enemigos de la bruja serían lo suficientemente fuertes como para matarlo, al final regresó con las cabezas de sus enemigos. La bruja tardó casi tres años en descubrir que tipo de maldición tenía, una poco alentadora, no había f
Zinnia pronto sintió el pelaje del oso contra su cuerpo y pudo sentir el calor que emanaba el animal, ¿Estaba loco?, la aplastaría en aquel lugar, apenas había espacio para moverse. La tierra crujió a su alrededor y escuchó como la tierra empezaba a deslizarse, las rocas rodaban y una nube de tierra se elevó, el suelo cedió debajo de ella y Zinnia contuvo un grito, iban a caer otra vez. Sintió la enorme zarpa del oso debajo de ella sujetándola contra el karhu mientras todo a su alrededor se desplomaba, la gravedad tiró de ella y supo que estaban cayendo. Unos minutos más tarde Zinnia notó que el aire ya no estaba tan viciado y sus pies tocaban tierra firme, la zarpa del oso se convirtió en la mano firme del hombre y el pelaje del oso dio paso al fuerte pecho de Birgrem. Zinnia escuchó a su loba gemir suavemente con el contacto y se mordió el labio, ¿Qué le pasaba a su loba? Él es un enemigo ¿O no? La risa de Birgrem la sobresaltó, ¿Pudo escuchar a su loba?, él es un karhu no
Birgrem caminaba con paso tranquilo, dejaba que sus pies lo guiaran, después de vivir tantos años había aprendido a dejar que su instinto lo llevara cuando su mente no podía recordar. Era difícil recordar cada día de siglos de existencia vacía, muchos de esos recuerdos nunca se grabaron con suficiente fuerza en su mente y el tiempo mismo se encargó de borrarlos, otros los perdió en sus múltiples intentos por acabar con la maldición y otros recuerdos no estaba seguro si eran de él o de alguien más. Zinnia caminaba en silencio detrás del karhu, el oso era extraño, no parecía estar muy interesado en nada de lo que ocurría a su alrededor, si ella hubiera estado en su lugar probablemente no lo hubiera dejado con vida, nunca sabes cuándo un enemigo herido o moribundo puede dar un golpe mortal. Llevaban caminando lo que parecían ser horas, su loba se movió inquieta, al parecer ya era de noche, bajo tierra no podía ver el cielo, pero su loba podía sentir la fuerza de la luna incluso en aqu
Birgrem cayó hacia adelante totalmente inconciente, Fisk se acercó y con cuidado lo volteó con el pie, el hombre roncaba en ese momento, con incredulidad el cazador se inclinó sobre el karhu y levantó uno de sus párpados cerrados, el hombre soltó un fuerte ronquido. — Vaya, es la primera vez que un prisionero luce tan cómodo después de ser capturado. Zinnia lo observó y frunció la boca, en la cueva después de caer también estaba muy cómodo en aquel lugar, el karhu era realmente extraño, todo un misterio tomando en cuenta de que era capaz de colocar sellos mágicos. Fisk regresó a la ciudad en busca de Hyllen y Julted, no podían llevar al karhu inconsciente todo el camino de regreso y además levantarían sospechas. Birgrem era tan grande que tuvieron que colocarlo sólo en un caballo, Hyllen montó con Julted y partieron de regreso al castillo, no podían permitir que el karhu quedará libre, no hasta que respondiera por sus crímenes. Dos días después el karhu seguía durmiendo, Kald
Limber estaba de pie frente a la ventana de su estudio, desde ahí podía ver con claridad el patio del castillo y vio al equipo de Zinnia regresar con un prisionero. Los cazadores se alejaron con la caballos, desde ahí podía ver que lucían cansados, el prisionero no parecía violento, podía ver que lo traían sin esposas, Limber soltó un gruñido bajo cuando el prisionero levantó el rostro y sus ojos se cruzaron. Halquen, el beta de Limber entró en ese momento y al escuchar el gruñido de su alfa se acercó a la ventana, vio al prisionero mirando directamente hacia ellos, que extraño, la ventana estaba estructurada de tal manera que desde el patio no se podía ver al interior del estudio. ¿Sabía el prisionero que lo estaban observando? Unos minutos después la puerta del estudio se abría y Zinnia entraba seguía del prisionero y Kaldem cerraba la comitiva, los lycans olieron claramente el aroma del oso del hombre. Limber mide casi dos metros de altura y el karhu era mucho más alto, el
— No creo que importe si en verdad nos conocimos en alguna “vida pasada”, el problema es ahora. — ¿Tu loba ha dicho algo? Zinnia puso los ojos en blanco, su loba estaba aún más confundida que ella con toda la situación, deberían intentar averiguar un poco más sobre la maldición del karhu, existía una pequeña posibilidad de que después de caer se activara algo y afectara a Zinnia. ….. Limber esperó a que Zinnia y Kaldem estuvieran un par de pisos lejos de ahí antes de hablar: — Me temo que deberé pedirte que te marches. — Jejeje, que poca hospitalidad, lobo, en especial porque ella dijo que debía venir y quedarme aquí. — Lo dijo en calidad de prisionero. aclaró el beta. Birgrem se encogió de hombros, al parecer el oso se encogía mucho de hombros ante cualquier situación o pregunta, Limber soltó su aura de alfa y gruñó: — Ya que no puedes revertir lo sucedido a mis cazadores, debes marcharte, un maldito no es bienvenido entre nosotros. Birgrem se rascó la b
El mago Uther fue en busca de ayuda a pesar de que Zinnia le aseguró que estaba todo bien, Limber observaba con el ceño tan fruncido que sus ojos casi habían desaparecido detrás de sus cejas, como Halquen y dos lycans más tiraban en vano de los brazos del karhu intentando liberar a Zinnia. La loba esquivaba la mirada aguda de su padre mientras su loba gimoteaba para calmar al lobo de su padre que no había dejado de gruñir desde que entró en la habitación. Después de muchos intentos inútiles Limber sacó a todos de la habitación y se quedó con el mago, ya que estaban en esa situación bien podían aprovecharla y averiguar lo más posible sobre el karhu. El mago Uther se puso serio y empezó a recitar hechizos y a cantar encantamientos, su rostro se iba poniendo cada vez más duro a medida que los hechizos de volvían más complicados. Zinnia estaba muy cansada y muy molesta con ella misma, no podía creer que ella sola se hubiera metido en los brazos del oso otra vez, quería llorar,
LOBOS, CRÓNICAS DE CAZADORESAño 521 de la era del brujo antiguo. Limber es el actual líder de la orden de los cazadores, humanos que actúan en las sombras para proteger a la humanidad de los seres mágicos o sobrenaturales que traspasan los límites del tratado. En el año 1376 de la era antigua los sobrenaturales actuaban con total libertad y la humanidad poco a poco iba desapareciendo, los humanos eran cazados, esclavizados y exterminados por todas partes hasta que atacaron a la mujer equivocada. Hagarond el lycan sin manada más poderoso que ha existido, su padre un alfa y su madre una bruja oscura, Hagarond heredó la fuerza de lycan de su padre y parte de la magia de su madre convirtiéndose en un lobo mágico. Hagarond se enamoró perdidamente de una mujer humana, en el año 1340 de la era antigua el lycan estaba siendo atacado por un grupo de cambia formas, así los llamaban los humanos, maoren es la raza de aquellos que tienen el poder de cambiar su cuerpo humano por el de un felin