El rugido del oso se extendió a lo largo y ancho del cementerio, Zinnia y Fisk se dirigieron a toda velocidad hacia su origen, al llegar pudieron observar a un gigantesco karhu dando zarpazos en todas direcciones, Kaldem estaba logrando esquivar por el momento al oso.
— No parece estar luchando en serio. comentó Fisk mientras buscaba un lugar para usarlo como soporte y servir de respaldo a sus compañeros. Zinnia gruñó y se adelantó, era verdad el karhu no estaba atacando con fuerza, ¿Estaba menospreciando a Kaldem por ser un dragnir? o… Una trampa, debía ser una trampa, Zinnia aulló en su carrera contra el karhu, Kaldem poco a poco había estado moviéndose en la dirección que el oso quería. Kaldem escuchó la señal de Zinnia, pero siguió esquivando, Hyllen estaba mal herido entre las lápidas, debía tratar de alejarlo lo más posible antes de regresar por el cazador o el karhu los mataría a los dos. Kaldem estaba llegando a una zona cubierta por maleza, estaba tan alta que apenas se veían las lápidas entre todo ese monte, esquivó otro zarpazo y tropezó con una lápida quebrada, antes de caer y que su visión quedará obstruida por la maleza vio al lobo plomo azulado de Zinnia embestir al oso. El lobo de poco más de dos metros embistió al karhu que media casi cuatro metros, el oso sin embargo no logro resistir la fuerza del embiste y rodó con el lobo dando dentelladas contra su cuello. Las lápidas y los matorrales eran aplastados debajo de las dos criaturas que rugían y gruñían y daban dentelladas y zarpazos, de pronto una nube de polvo se elevó y con un fuerte estruendo los dos combatientes desaparecieron de la vista, la tierra se los había tragado. Kaldem corrió hacia el sitio donde desaparecieron, solo un boquete no más grande que la tapa de un sumidero se veía en el lugar. Fisk llegó corriendo, unos metros más allá Hyllen se sujetaba de una lápida, el cazador se sujetaba con fuerza el costado, el karhu no lo había atacado con la intensión de matarlo o en ese momento sería un inquilino más del cementerio. — ¿Cómo demonios desaparecieron por ese agujero? preguntó el cazador resollando. Kaldem se preguntaba lo mismo, dos bestias de más de dos metros habían desaparecido por un agujero de casi un metro, escucharon un crujido y saltaron hacia atrás, toda el área colapsó y cualquier intento de bajar detrás de Zinnia desapareció. ….. Zinnia vio la diversión brillando en los ojos marrones del karhu, ¿Acaso estaba jugando con ellos? si ese era el caso, ¿Habían más enemigos? La loba escuchó lo que parecía ser la risa de alguien muy lejos de ahí y en ese instante un estruendo hizo temblar la tierra debajo de ellos y todo desapareció. Cuando Zinnia recuperó la conciencia estaba en algún sitio muy oscuro, le dolía todo el cuerpo y sentía que estaba siendo aplastada por alguien, su conciencia despertó de golpe al recordar que estaba en medio de una pelea con un karhu. Con un gruñido logró desembarazarse del cuerpo sobre ella e intentó levantarse, sus costillas se resintieron y su rostro se perlo de sudor, al parecer tenía algunas costillas rotas. Extrajo de su cinturón una piedra lumbre y la golpeó, una pequeña llama se elevó sobre su cabeza y quedó suspendida sobre la piedra como si se tratara de un pequeño globo. Junto a ella estaba un hombre semi desnudo, debía de ser el karhu, tenía un corte sobre la frente, aparte de eso no parecía estar más herido, Zinnia gruñó, tenía mala suerte, habían tenido mala suerte durante toda la misión, ahora estaba en algún lugar junto a su enemigo, estaba herida y se había separado de su equipo. Se concentró y una fina capa de hielo mágico empezó a cubrir su torso, eso debería ser suficiente hasta que su poder de lycan soldara sus costillas. Debía averiguar dónde estaba y qué tan lejos estaba de su equipo, se incorporó con cuidado, estaban bajo tierra, por el olor el aire no se había movido en aquella cueva hace mucho, intentó ver el lugar por el cual habían caído, pero no había señal alguna, estaban enterrados en aquel sitio. Zinnia se concentró, estaba buscando la mente de Kaldem, el dragnir también es un sobrenatural por lo que es más fácil conectar sus mentes que con los humanos, no podía encontrarlo, ¿Dónde estaban? soltó un gruñido de fastidio. — Querida, vuelve a dormir. El corazón de Zinnia empezó a latir con fuerza, esa sin duda alguna era la voz del karhu, ¿Por qué sentía que le era tan familiar? y ¿Por qué le llama querida? Le lanzó una mirada asesina al hombre que en ese momento se movía como si estuviera durmiendo en la cama más blanda del mundo, observó con detenimiento sus rasgos, estaba segura de que jamás lo había visto, se acercó un poco más, la luz mágica no iluminaba con mucha fuerza. El karhu se movió más rápido de lo que ella podía esquivar en ese momento y el brazo de él la atrapó con mucha fuerza, Zinnia quedó atrapada en el abrazo del hombre contra su pecho, la loba no podía moverse, el karhu se movió un poco acomodándola sobre él y siguió durmiendo. ¿Era una broma de mal gusto? Zinnia forcejeo intentando librarse, incluso en su forma humana era demasiado fuerte, sus costillas aún no estaban del todo soldadas y no podía cambiar con su loba, no estaba segura que hubiera podido cambiar de todas maneras, estaba atrapada entre dos pinzas de acero. El karhu suspiró y dijo entre dientes: — Te amo, no te vayas. Zinnia contuvo el aliento, la estaba confundiendo con su amada, su corazón empezó a latir otra vez con fuerza, su loba gimió al escucharlo pedirle que no lo dejara. La loba se clavó las uñas en las palmas, ¿Por qué se sentía así? ¿Por qué le dolió escucharlo pedirle que no lo abandonara?Kaldem sujetó a Fisk y saltó hacia atrás justo en el momento en que el terreno se desplomaba bajo sus pies, un siseo de rabia subió por su garganta, ahora sería imposible buscar a Zinnia. — ¡Demonios! Espero que no hayan quedado enterrados. Fisk exclamó viendo la nube de tierra que se elevaba frente a ellos. El cielo empezó a clarear, Kaldem ordenó detenerse, no podían encontrarlos a ellos dentro del cementerio a esa hora, levantarían sospechas y necesitaban hacer un mejor plan, llevaban bastante tiempo tratando de encontrar una forma de bajar para buscar a Zinnia y Hyllen estaba herido. En la posada Julted ayudaba a su compañero a vendar su brazo, los golpes en sus costillas no eran graves, ninguna costilla estaba rota o trizada, el dolor era lo más molesto, pero se había dislocado un brazo, no lo había notado debido a la adrenalina, Hyllen hacia muecas de dolor mientras Julted lo vendaba, con el brazo frío tardaría en acomodar su brazo y era más complicado su tratamiento
Birgrem deambuló por décadas buscando al encapuchado para pedirle que le dejara morir, cuando finalmente lo encontró aquel sujeto estaba agonizando, él había aceptado cambiar su muerte por la maldición del encapuchado. Birgrem empezó a vagar buscando un sitio al cual pertenecer, pero el tiempo no se detiene y todo a su alrededor iba cambiando, los sobrenaturales lo evitaban, nadie quería estar cerca de un maldito, así fue empujado a vivir entre los humanos y los mestizos, pero todos a su alrededor iban envejeciendo y muriendo. Hacia cien años atrás se encontró con una bruja que aceptó averiguar qué clase de maldición tenía y cómo romperla a cambio de que él acabara con la vida de sus enemigos. Birgrem aceptó, no tenía nada que perder, si tenía suerte los enemigos de la bruja serían lo suficientemente fuertes como para matarlo, al final regresó con las cabezas de sus enemigos. La bruja tardó casi tres años en descubrir que tipo de maldición tenía, una poco alentadora, no había f
Zinnia pronto sintió el pelaje del oso contra su cuerpo y pudo sentir el calor que emanaba el animal, ¿Estaba loco?, la aplastaría en aquel lugar, apenas había espacio para moverse. La tierra crujió a su alrededor y escuchó como la tierra empezaba a deslizarse, las rocas rodaban y una nube de tierra se elevó, el suelo cedió debajo de ella y Zinnia contuvo un grito, iban a caer otra vez. Sintió la enorme zarpa del oso debajo de ella sujetándola contra el karhu mientras todo a su alrededor se desplomaba, la gravedad tiró de ella y supo que estaban cayendo. Unos minutos más tarde Zinnia notó que el aire ya no estaba tan viciado y sus pies tocaban tierra firme, la zarpa del oso se convirtió en la mano firme del hombre y el pelaje del oso dio paso al fuerte pecho de Birgrem. Zinnia escuchó a su loba gemir suavemente con el contacto y se mordió el labio, ¿Qué le pasaba a su loba? Él es un enemigo ¿O no? La risa de Birgrem la sobresaltó, ¿Pudo escuchar a su loba?, él es un karhu no
Birgrem caminaba con paso tranquilo, dejaba que sus pies lo guiaran, después de vivir tantos años había aprendido a dejar que su instinto lo llevara cuando su mente no podía recordar. Era difícil recordar cada día de siglos de existencia vacía, muchos de esos recuerdos nunca se grabaron con suficiente fuerza en su mente y el tiempo mismo se encargó de borrarlos, otros los perdió en sus múltiples intentos por acabar con la maldición y otros recuerdos no estaba seguro si eran de él o de alguien más. Zinnia caminaba en silencio detrás del karhu, el oso era extraño, no parecía estar muy interesado en nada de lo que ocurría a su alrededor, si ella hubiera estado en su lugar probablemente no lo hubiera dejado con vida, nunca sabes cuándo un enemigo herido o moribundo puede dar un golpe mortal. Llevaban caminando lo que parecían ser horas, su loba se movió inquieta, al parecer ya era de noche, bajo tierra no podía ver el cielo, pero su loba podía sentir la fuerza de la luna incluso en aqu
Birgrem cayó hacia adelante totalmente inconciente, Fisk se acercó y con cuidado lo volteó con el pie, el hombre roncaba en ese momento, con incredulidad el cazador se inclinó sobre el karhu y levantó uno de sus párpados cerrados, el hombre soltó un fuerte ronquido. — Vaya, es la primera vez que un prisionero luce tan cómodo después de ser capturado. Zinnia lo observó y frunció la boca, en la cueva después de caer también estaba muy cómodo en aquel lugar, el karhu era realmente extraño, todo un misterio tomando en cuenta de que era capaz de colocar sellos mágicos. Fisk regresó a la ciudad en busca de Hyllen y Julted, no podían llevar al karhu inconsciente todo el camino de regreso y además levantarían sospechas. Birgrem era tan grande que tuvieron que colocarlo sólo en un caballo, Hyllen montó con Julted y partieron de regreso al castillo, no podían permitir que el karhu quedará libre, no hasta que respondiera por sus crímenes. Dos días después el karhu seguía durmiendo, Kald
Limber estaba de pie frente a la ventana de su estudio, desde ahí podía ver con claridad el patio del castillo y vio al equipo de Zinnia regresar con un prisionero. Los cazadores se alejaron con la caballos, desde ahí podía ver que lucían cansados, el prisionero no parecía violento, podía ver que lo traían sin esposas, Limber soltó un gruñido bajo cuando el prisionero levantó el rostro y sus ojos se cruzaron. Halquen, el beta de Limber entró en ese momento y al escuchar el gruñido de su alfa se acercó a la ventana, vio al prisionero mirando directamente hacia ellos, que extraño, la ventana estaba estructurada de tal manera que desde el patio no se podía ver al interior del estudio. ¿Sabía el prisionero que lo estaban observando? Unos minutos después la puerta del estudio se abría y Zinnia entraba seguía del prisionero y Kaldem cerraba la comitiva, los lycans olieron claramente el aroma del oso del hombre. Limber mide casi dos metros de altura y el karhu era mucho más alto, el
— No creo que importe si en verdad nos conocimos en alguna “vida pasada”, el problema es ahora. — ¿Tu loba ha dicho algo? Zinnia puso los ojos en blanco, su loba estaba aún más confundida que ella con toda la situación, deberían intentar averiguar un poco más sobre la maldición del karhu, existía una pequeña posibilidad de que después de caer se activara algo y afectara a Zinnia. ….. Limber esperó a que Zinnia y Kaldem estuvieran un par de pisos lejos de ahí antes de hablar: — Me temo que deberé pedirte que te marches. — Jejeje, que poca hospitalidad, lobo, en especial porque ella dijo que debía venir y quedarme aquí. — Lo dijo en calidad de prisionero. aclaró el beta. Birgrem se encogió de hombros, al parecer el oso se encogía mucho de hombros ante cualquier situación o pregunta, Limber soltó su aura de alfa y gruñó: — Ya que no puedes revertir lo sucedido a mis cazadores, debes marcharte, un maldito no es bienvenido entre nosotros. Birgrem se rascó la b
El mago Uther fue en busca de ayuda a pesar de que Zinnia le aseguró que estaba todo bien, Limber observaba con el ceño tan fruncido que sus ojos casi habían desaparecido detrás de sus cejas, como Halquen y dos lycans más tiraban en vano de los brazos del karhu intentando liberar a Zinnia. La loba esquivaba la mirada aguda de su padre mientras su loba gimoteaba para calmar al lobo de su padre que no había dejado de gruñir desde que entró en la habitación. Después de muchos intentos inútiles Limber sacó a todos de la habitación y se quedó con el mago, ya que estaban en esa situación bien podían aprovecharla y averiguar lo más posible sobre el karhu. El mago Uther se puso serio y empezó a recitar hechizos y a cantar encantamientos, su rostro se iba poniendo cada vez más duro a medida que los hechizos de volvían más complicados. Zinnia estaba muy cansada y muy molesta con ella misma, no podía creer que ella sola se hubiera metido en los brazos del oso otra vez, quería llorar,