—¿Cómo están mis amores? —Preguntó efusivo en cuanto acepté la llamada y no supe si sorprenderme o simplemente reír ante su muestra tan falsa de cariño, nunca me habló así en presencia.—Hola —fue mi escueto saludo.—¿Cómo están Mandy? El fin de semana iré a verlos.¡Vaya! Eso era demasiado, para empezar él odiaba llamarme Mandy, decía que él no le daba chiqueos al nombre de nadie y luego que viniera, no.—A ver Arturo, vamos con calma. Primero deja eso de “mis amores" le dije con tono molesto –no me metas a mi en ese costal y por supuesto que no vas a venir, el punto de una separación es justamente no verse. ¿Qué te hace pensar que quiero tenerte aquí?—Eres muy cruel, Amanda. Yo los amo y los extraño como no tienes idea.—Ah, de manera que la crueldad será el tema de hoy. Entonces empiezo por todas las veces que me dijiste que me veía mal con determinadas prendas, con la mayoría de hecho. Cada que me llamaste gorda, celulítica y demás…—Lo siento —me interrumpió —aceptó que me porté
Continuamos charlando durante la comida, me hizo saber que era totalmente formal la propuesta de trabajar con él, pero le dije que no dejaría a Antonio con el trabajo tirado cuando sin remilgos me dio un buen empleo.—Mi buen amigo Antonio está preparando su retiro, Amanda.—¿De verdad? —Le pregunte con asombro.—¿Ha recibido un nuevo cliente? —Me preguntó —al contrario, me ha enviado algunos de sus mejores casos, lo mas razonable sería que me dejara a su mejor elemento y esa eres tú.—Gracias por el cumplido —le dije —pero no creo que sea así.—No digo nada solo por decirlo y lo sabes, te quiero conmigo.No se porque sentí que esas últimas palabras las pronunció con fuerza y decisión, se me erizó la piel al conectar mi mirada con la suya y ver que me sonreía con lo que podía interpretar como malicia.Terminamos la comida y rechacé el postre, no podía quedarme mas porque debía ir a recoger a Emilio a la guardería y luego visitar a mis abuelos que segura estaba de que se estarían pregun
Todo fue planear el futuro, tenía mis reservas dado que Arturo se pondría hecho una fiera en cuanto le hiciera llegar la demanda de divorcio, no sería algo fácil pero ahora menos que nunca consideraría siquiera regresar con él.Pasamos un par de horas hablando de todo y de nada y luego le dije que tenía que irme, Emilio le daba por ponerse llorón antes del baño. Nos despedimos sin quererlo, pero debíamos y quedamos de vernos el fin de semana próximo.Cuando entré a casa Victoria salió a mi encuentro emocionada para que le contara qué había pasado y lo hice luego de que me dijera que Emilio estaba ya en la cama.—¿En serio? Pero se pone algo dramático ¿cómo lo hiciste?—Le dije que mañana lo llevaría por un helado —admite sin la mínima vergüenza.—No puedo creerlo —le digo divertida y ella me hace seña de que guarde silencio o lo despertaré.Le cuento todo lo que pasó en esas horas que estuvimos juntos.—¿Solo eso te dijo? —Me pregunta un poco curiosa.—¿Había algo mas que debiera saber
Apenas dejé a mi hijo en la guardería y fui al trabajo. El despacho había crecido notablemente, era casi el doble de grande en cuanto a espacio y me imagino que también referente al trabajo. Entré y saludé y una chica de unos dos o tres años menos que yo se puso de pie de inmediato y me recibió con tal amabilidad que me sorprendió el hecho.—El doctor pidió que en cuanto llegara pasara a su oficina, venga conmigo por favor.—Gracias, pero puedo esperarlo aquí sin problema.—Fue orden expresa no tenerla en espera, él no tardará en llegar —me dijo —¿Le puedo ofrecer algo?—Estoy bien, gracias.Se retiró y pude ver que no le tenían su café como él lo pedía todas las mañanas. Odiaba tomarlo caliente, así que pedía tenerlo media hora antes para beberlo apenas tibio.Las nueve en punto y la puerta se abría, ni voltear para saber que era él, tan ridículamente puntual y perfecto en todo que casi molestaba.—Sabía que no te dejarías ganar y estarías antes.Sonreí por lo bajo y saludé.—Hola, es
Creí por un momento que me estaba volviendo loca y que mi creativa mente estaba imaginando cosas que no eran, y es que era muy dada a elaborar cuentos que iban mas allá de la realidad, y me dije a mi misma que era un imposible, que lo que yo pensaba en esos momentos sobre los tratos de Julián para conmigo era una simple mala interpretación de parte mía. ¿Quién en su sano juicio iba a mirar de manera lasciva a alguien como yo? ¿Quién? Definitivamente no alguien como él, un hombre maduro y con el porte de él, un exitoso abogado, miembro respetable de la sociedad y además de eso guapísimo, porque lo era, en verdad lo era. Lo vi avanzar unos pasos con lentitud, llegó hasta donde yo estaba, me encontraba perdida en mi debate interno.—¿En qué piensas? —Me soltó y yo me giré a mirarlo con cara de no saber qué decirle.Intenté responder y no pude porque ya estaba totalmente pegado a mi y con una mano descendiendo por mi espalda.—¿Qué haces? —Conseguí preguntar y la respuesta fue contundente,
Puso el seguro, lo que me recordó que no estábamos solos, en ese momento agradecí que Victoria hubiera reconsiderado el vivir aquí, solo debía ser cuidadosa de no hacer escándalo por Emilio, pero él solía tener un sueño bastante pesado.Me detuve para apagar la luz y él la encendió de nuevo.—No, apágala —le pedí y él negó con la cabeza.—Te voy a quitar el único defecto que tienes —lo pensó un momento y se corrigió —bueno, en realidad son dos, esa ropa que llevas encima y la inseguridad que algún imbécil te dejó.¡Madre mía! Sus palabras fueron música para mis oídos y aún así estaba temblando, estaba muerta de miedo de que al verme desnuda saliera corriendo, notó ese temor y se ocupó de ir poco a poco disipando mis fantasmas.Cerré los ojos para no mirarme, sentía repulsión por mi propio cuerpo, me limité a solo sentir y me gustaban las sensaciones que experimentaba. No fue directo a desvestirme, se dio el tiempo de besarme de una manera tan dulce que resultaba perversa y ardiente, su
Pasaron días en los que tuve que comenzar a adaptarme a mi nueva realidad, porque Julián regresó cada día, después del trabajo a veces me traía y se quedaba o si tenía mas pendientes después venía por la noche y cenaba con nosotros y se quedaba a dormir, siempre se quedaba. Luego de no se cuanto tiempo regresó mi ingrata amiga y como lo temía, venía devastada.—Es un sinvergüenza, me la volvió a aplicar.—Yo sabía, tú no cambiaste de idea solo porque sí, Iván tuvo que ver en todo esto.—Es que me prometió que iba a ser distinto —me dijo entre lágrimas.—Es que es distinto, solo que tú no lo aceptas con sus diferencias.—¡Se cogió a un tipo! —Me gritó molesta.—¡Es bisexual, Vicky! ¿Sabes lo que eso significa?Se sentó en el sillón a llorar a mares. Mi primo era así, liberal en todos aspectos y muy sincero con sus parejas en turno, no admitía sentimientos mas allá del deseo y sin embargo se enamoraron, solo que mi amiga concibe un tipo de amor distinto al de él; para ella es solo hombre
—¿Entonces ese bombón y tú tienen algo?—Sí, estamos en algo que ni se cómo se llama —le dije frustrada, parte de no darle un nombre a esa relación era por mi, yo se lo pedí y él accedió.—¿Por qué lo dices así? El tipo además de buenísimo se ve que es un encanto —dijo mi amiga con la mas pura expresión de lujuria y yo reí con ello.—Lo es, tiene todo lo que siempre soñé encontrar en un hombre. Pero ve que complicada estoy, hace apenas dos meses dejé a mi esposo y me reencontré con mi primer amor que creí que era el amor de mi vida y al mes ya me estaba involucrando con Julián. Y por involucrarme no me refiero a acostarme con él, bueno también eso —aclaré y mi amiga se soltó a reír —me refiero a sentimentalmente, me refiero a que me enamoré Vicky, y eso me hace sentir mal porque Alberto piensa que algún día tendremos nuevamente la oportunidad de estar juntos y no es así, siento que le fallé.—Sí que eres tonta —me reprendió mi amiga —tú conoces a Alberto mejor que nadie, él estaría fel