Todavía no ha amanecido, Abril sigue presa de sus emociones juntos con sus conflictos internos. Se cuestiona así misma por haber llegado tan lejos, pero era la única opción inmediata que tenía a su disposición, para salvar la vida de su abuelita. No ha podido dormir absolutamente nada, como a las 10 de la noche había recibido un correo de unos de los asistentes de Alex, donde le avisaba que en la universidad estaban al tanto de su situación y por ese medio, recibiría los apuntes de las clases.
Alex tiene muchas personas a su alrededor trabajando para él, es un hombre sumamente importante, en estos momentos Abril piensa renunciar al bufete Lutter, el cual se había presentado en su vida como una excelente oportunidad laboral, no quiere verlo de nuevo a los ojos. Se siente muy avergonzada, por el intenso encuentro sensual que se produjo entre ellos.
Rápidamente se levanta, para buscar su iPod y oír un poco de música a ver si así, tranquiliza sus vibrantes pensamientos.
*****
Al igual que Abril, Alex busca refugio en la música, faltan pocas horas para volver de nuevo a ser un hombre convencional. Es un lobo figuradamente sereno y moderado, está completamente solo esta vez en su apartamento, por lo general los días de luna llena los pasa al lado de sus padres, se sienta en un rincón del suelo con mucha quietud, para escuchar la enajenada melodía en su reproductor, es música clásica. Es una melodía triste e indefensa que busca de oír con embeleso.
A la mañana siguiente, la luz que irradia en la habitación sucumbe en el rostro de Alex, el pelaje, sus garras y la intensidad en su mirada habían desaparecido. Abre sus ojos y vislumbra una bonita mañana de primavera, a sus pies puede completar la increíble vista de la ciudad, que estaba oculta ante sus inconformidades. Quiere llegar velozmente al bufete para ver a Abril, después de lo pasó entre ellos, no deja de pensar en ese extraño encuentro. A pesar de todo, para él era el mejor que había disfrutado hasta ahora.
Examina su rostro frente al espejo, y puede ver a un hombre apuesto, con todo en su lugar, como le gustaría que ese lobo que se aloja en su cuerpo, no haya existido nunca, ese extraño ser que permanece en las sombras para la mayoría, presume que es su condena. Se acicala prontamente para ir al trabajo, es viernes verá si tiene suerte e invitará a Abril, a salir a cenar o ir por unos tragos.
*****
Tiempo después…
Al llegar a la oficina, se encuentra con la dura noticia de la renuncia de Abril, está en su escritorio, sale muy acelerado a conversar con Sandra, la secretaria de su socia Madison.
—¿Qué es esto Sandra?
—Señor, Abril llegó muy temprano y dejó ese documento para usted, realmente no sé de qué trata, salió creo que, a ver su abuela, no me dijo más nada.
—Está bien, Sandra—ingresa nuevamente por su abrigo y sale velozmente, para ir hasta el hospital con su chofer, donde tienen recluida a la abuela de Abril.
Sandra por su parte, llama rápidamente Abril y ésta tiene el celular apagado, no comprende que es lo está pasando con ella. Ni mucho menos, por qué se conmocionó tanto Alexander Lutter. De inmediato llega Madison Hurley, la socia de Alex y le pregunta:
—¿Alex estará en su oficina? No veo a su secretaria.
—Acaba de salir, jefa.
—¿Ambos?
—No, solo el señor Lutter, de Abril no sé nada.
—¿Cómo que no sabes? Eres su mejor amiga.
—Sí, pero llegó esta mañana y se fue. Ahora acaba de irse el doctor Lutter, es lo único que sé—manifiesta Sandra escondiéndose de hombros.
—Muy bien Sandra, vamos a mi oficina necesito que te ocupes de unos pendientes—queda Madison muy pensativa, con la situación que todavía muchos desconocen.
*****
Velozmente ingresa Alex hecho una furia al hospital, no entiendo porque Abril reaccionó de forma tan radical, mira para todos lados, y de pronto hace contacto visual, con la madre de ella y le pregunta:
—Buen día señora, ¿y Abril?
—Acaba de ir al cafetín.
—Gracias, voy a buscarla.
—Espere joven, déjeme darle las gracias por tan noble gesto, si no hubiera sido por usted a mi madre, no la estarían operando en este momento.
—No se preocupe señora, agradézcale a su hija—intempestivamente llega Abril y lo mira con asombro, no se imaginaba hallarlo allí al lado de su madre. Le entrega a su mamá el café y se aparta por un momento con Alex.
—¿Qué hace usted aquí?
—¿Por qué renunciaste?
—Vamos afuera, mi madre nos puede oír y no quiero que se angustie—le hace una seña a su madre, y está asienta con una tímida sonrisa. Al salir y estar fuera del alcance de la señora, comienzan los reclamos, entre ellos:
—No te puedes ir ahora, tu abuela más que nunca necesitará a ti.
—¿Por qué no me puedo ir? ¿Piensa que me convertiré en su amante, es eso señor Lutter?
—No digas eso, no pretendo que seas mi amante.
—Claro, ayer me trató peor que una. Me pagó, 200 mil por unas cuantas horas de pasión. Usted piensa que soy una ramera.
—Basta Abril, me torturas con tus palabras.
—Y usted torturó ayer todo mi cuerpo, era mi primera vez, todavía siento mucho dolor. El peor de todos es el dolor del alma, golpeó muy duro en mi ego.
—No sé qué decirte, yo la pasé increíble, créeme.
—Usted es un loco, un enfermo. Yo solo accedí por necesidad, no pretendo ir mas al bufete, ahora váyase y déjeme en paz.
—Tu renuncia quedará sin efectos. Ven conmigo, no me puedo ir y dejarte así tan dolida.
—¿Quiere que acueste de nuevo con usted?
—Ya Abril, te miro y me siento cómo una escoria.
—Lo siento.
—Ven conmigo.
—Está bien, le avisaré a mi madre. Y ni piense que me va a persuadir nuevamente, ya tomé mi decisión.
Al cabo de unos minutos, Abril se reencuentra con él nuevamente, se toma unos segundos con detenimiento y distingue un aire dulce y jovial en la mirada de Alex, sin embargo, la oscuridad de aquel furtivo encuentro hace eco en su corazón y toda la ternura que Alex le inspiro hace rato, queda en el olvido. Y enseguida pone sus ojos en blancos y oculta velozmente, la tenue sonrisa que iba a bosquejar.
—Abril te suplico, que por favor no te vayas.
—Ya está decidido, no podría trabajar nuevamente con usted, sin sentir vergüenza de mi misma.
—Juro que te respetaré, pero no me pidas que olvide ese momento. Por qué jamás lo haría—ambos se callan por un instante y acuciosamente Alex, clava sus intrépidos ojos grises en ella.
Tiempo después…Se internan en un íntimo restaurante de aspecto rudimentario, Alex busca la manera de ser cortés con Abril, aparta su silla para que se siente y luego toma él su lugar. De inmediato, frunce el entrecejo, al sentirla tan distante y silente.—Dos copas de vino blanco, por favor—asienta Alex al mozo.—No quiero ingerir licor—refuta ágilmente Abril.—Un jugo de melocotón para la señorita.—Al menos deje que yo ordene.—Lo siento—se siente Alex cohibido.—Así está bien, joven—se contradice Abril, producto del nerviosismo que está soportando. Al irse el mozo, Alex le dice:—No tienes, por qué estar a la defensiva, constantemente conmigo—inmediatamente ella arruga la frente; haciendo un gesto hostil con sus labios.—Si me trajo aquí, para que desista de irme de la oficina, le advierto que no hay marcha atrás, solo vine porque a usted le debemos la mejoría de la abuela.—¿Está bien tu abuela?—Aparentemente está bien, ayer llegamos justo a tiempo para socorrerla.—¡Qué bueno!
Ya ha culminado el efecto de la luna llena, la fase tan solo dura tres días, sin embargo, son los suficientemente sombríos para Alex. Este cénit, se le revela como el aliciente a las noches de tormentos, que sufrió recientemente.En la universidad, Abril no logra concentrarse a pesar de la mejoría de su abuela, ahora el dueño de sus inquietantes pensamientos es Alex, justo ahora lo puede ver revolotear en su cabeza, de pronto escucha murmullos por parte de sus compañeras de adelante, no entendiendo la causa del desorden. Sale rápidamente el profesor, para saludar a su buen amigo Alexandre Lutter, ella se incomoda y se hunde en su silla, en cuestión de segundos sus miradas se cruzan, busca de mostrarse serena, pero su incomodidad se lo impide, se ruboriza y se inmoviliza grácilmente.Rápidamente Abril respira muy hondo, al mirar de nuevo a Alex, éste le esboza una tierna sonrisa. Ella cierra los ojos por un instante tratando de hallar sosiego, termina la clase, ella sale al pasillo y l
Hospital central de Londres. Abril, ya estaba decidida dejar el bufete para siempre, sin embargo, su madre tiene algo que decirle: —Hija, menos mal que tienes tu empleo en el bufete, se nos vienen gastos muy fuertes con tu abuela. Yo mi parte veré la manera de conseguir un empleo, Rita también nos ayudará con los gastos, todo sea por el bien de la abuela—expone su madre con melancolía y Abril siente, como se inquieta su corazón. —Mamá, todo en la vida es tan complicado, el dinero es la causa de todos los males de la humanidad—se aflige la pobre Abril. —Lamentablemente es así, mi pequeña. Hija, no creas que no me he dado cuenta, pero te noto distinta y tus ojos brillan de manera diferente. —No tengo nada, mamá. —Soy tu madre, Abril, entre las dos nunca ha habido secretos, ¿tienes algo que me quieres contar? —No…—de improvisto llega Rita su prima, Abril es salvada por la campana, ante los cuestionamientos de su madre. —Hola tía, ¿cómo sigue la abuela? —Está mejor, pero aun no no
Minutos después… Se conducen a un pequeño e íntimo restaurante, este lugar se veía muy bien para Abril, quien es una chica sencilla, rápidamente el mozo los lleva a una mesa para dos, de inmediato Abril se siente un poco aprensiva, desconociendo que le dirá el apuesto Alex. —Pide lo que quieras, Abril, allí tienes la carta. —Quiero bistec, con papas fritas y ensalada de vegetales, por favor. —¡Muy ligero! —exclama Alex con ironía, esbozando una suave sonrisa. —Tengo la ventaja, que no engordo. —Sí, tienes un cuerpo increíble. —¡Por favor! —objeta a toda prisa. —No me puedo, andar disculpando cada vez que estoy contigo—refuta Alex también, ante lo aprensiva que es ella. —Entonces bájele el contenido a sus palabras. —Eres muy áspera, Abril. Eres muy dura con los demás. —No me trate de persuadir. —Siempre andas a la defensiva, si quieres nos podemos ir ahora mismo, creo que se me quitó el hambre. —Señor Lutter, disfrutemos el almuerzo, a mí me gusta el lu
Juntos llegan a un hotel de lujo, en la cuidad de Londres, Abril se paraliza en la entrada, de inmediato se contradice:—¿Qué significa esto?—Ya fuiste mía, Abril. Déjame ahora hacer las cosas bien, te lo suplico, está será la primera vez que tanto has anhelado.—Yo no tengo intensiones de acostarme con usted de nuevo.—No es solo sexo lo que quiero compartir contigo, escucha los latidos de mi corazón—coloca su mano en su pecho, y ella siente su palpitar.Antes de entrar al hotel ella se siente muy confundida, debido a que su primera vez con Alex; asume que no la disfrutó, estaba de por medio la salud de su abuela y el absurdo recurso que utilizó él para ayudarla. De pronto, se le acerca y la mira con mucho detenimiento cómo preguntándose, ¿de qué tanto se queja? Y desaprobando ahora mismo su duro carácter. La toma por el rostro y la obliga a mirarlo con esmero, arruga la frente y dice:—Todo estará bien, subamos a la habitación y verás la gran sorpresa que te tengo. Si no quieres, n
Casa de Harry. —No sabes todo lo que estoy sintiendo, hermano, tus consejos me fueron de mucha utilidad. Abril y yo estamos juntos, claro aún no acepta formalmente ser mi novia, pero sé que lo hará, ahora me mira con amor y lo siento en el alma…—se calla Alex y observa que su hermano, está muy distraído por alguna razón—¿Qué pasa Harry, tienes algún problema? —El que está en serios problemas, eres tu hermano. —¿Por qué lo dices? —Seamos honestos, esa chica cuando sepa quién eres realmente, saldrá corriendo. Ayer estuve conversando de nuevo con mamá y… —Basta Harry, no permitiré que me arruinen la felicidad, así tenga que pelear en una batalla cuerpo a cuerpo, con el maldito e infame lobo que habita en mí, dominaré a la bestia por ella—expone Alex con brío. —Te has puesto a pensar, que excusa le darás en las noches de luna llena ¿Qué le dirás en ese periodo de tiempo?, ¿qué estás enfermo?, ¿qué te vas viaje?, ¿o simplemente qué eres mitad lobo? Seamos realista Alexander, tu caso e
Fin de semana.Cae la noche todo está en completo silencio, tienen encendida la chimenea. Se hallan muy cómodos abrazados, calentitos, en medio del tranquilo y sereno crepúsculo. Enseguida escuchan unos aullidos, Abril se espanta y Alex aún más, su mente revolotea; recuerda sus frías y tormentosas noches de luna llena, sus sombras hacen eco en sus pensamientos y se ubican en un lugar privilegiado dentro de su cabeza.—¿Le tienes miedo a los lobos? —pregunta Alex mirándola con detenimiento.—Mucho, son animales salvajes.—No creo, que todos lo sean.—¡¿Sabes mucho de lobos?! —exclama Abril con grácil asombro.—Algo.—Es usted una caja de pandoras, señor Lutter—asienta Abril en tono jocoso.Poco a poco, Alexander, comienza a torturarse con imágenes fragmentarias de sus mutaciones, y por un momento palidece.—¿Te pasa algo Alex?—No cariño, solo que me parece mentira que estés aquí conmigo, y más disfrutado de este especial anochecer.—¿Qué tiene de especial?—Tu compañía, mi vida.—Jamá
Comienzo de semana.Bosque Sherwood Forest. Un Lugar apartado del Reino Unido.—¿Seguro que es porque aquí, Harry? No veo nada inusual—advierte Alex.—Sí, es esta la dirección que me dieron.—Gracias hermano, eres el mejor amigo el mundo. Posiblemente este hombre tenga algo que decirme, puede tener la cura a mis males.—No tan rápido, Alexander, tienes que tener en cuenta algo, lo que te ocurre no es una enfermedad es algo que, vive en ti, que te corresponde y te pertenece.—No digas tonterías, yo no pertenezco a un mundo sombrío.—¿Es así como has imaginado a los hombres lobos?—Sí, hermano, siempre los he imaginado cubiertos de intensas sombras, las mismas que me persiguen y no me dejan vivir, las que me aíslan de vivir mi vida como alguien normal. Ahora que hallé Abril tenlo por seguro que no la perderé.—Sigamos Alex, creo que es por acá.*****Bufete Lutter.Rita, va por su prima Abril al trabajo para invitarla almorzar, mira todo con asombro diciendo:—Este lugar es lindísimo, s