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Capítulo 4. Segundo Intento.

Tiempo después…

Se internan en un íntimo restaurante de aspecto rudimentario, Alex busca la manera de ser cortés con Abril, aparta su silla para que se siente y luego toma él su lugar. De inmediato, frunce el entrecejo, al sentirla tan distante y silente.

—Dos copas de vino blanco, por favor—asienta Alex al mozo.

—No quiero ingerir licor—refuta ágilmente Abril.

—Un jugo de melocotón para la señorita.

—Al menos deje que yo ordene.

—Lo siento—se siente Alex cohibido.

—Así está bien, joven—se contradice Abril, producto del nerviosismo que está soportando. Al irse el mozo, Alex le dice:

—No tienes, por qué estar a la defensiva, constantemente conmigo—inmediatamente ella arruga la frente; haciendo un gesto hostil con sus labios.

—Si me trajo aquí, para que desista de irme de la oficina, le advierto que no hay marcha atrás, solo vine porque a usted le debemos la mejoría de la abuela.

—¿Está bien tu abuela?

—Aparentemente está bien, ayer llegamos justo a tiempo para socorrerla.

—¡Qué bueno!

—Siento que usted, es un cara dura.

—Ya no sé cómo pedirte perdón, mujer.

—No es fácil para mí, usted es hombre, por eso no me entiende.

Musita velozmente Alex para sí mismo:

«Soy un hombre lobo, que agoniza en una larga espera». Rápidamente impacta su firme mirar en ella, y siente Abril con un fuerte hormigueo se posiciona en su abdomen.

La intensidad de sus ojos ardientes, hacen que su respiración se entrecorte. Alex ladea la cabeza y suelta una risita, que velozmente inquieta a la bella Abril.

—¿De qué se ríe?

—De nosotros.

—No conjugue un nosotros, no es posible. Usted y yo somos de mundos muy distintos, donde la compostura no existe.

—¿Te he tratado mal?

—Es suficiente señor Lutter, mejor me voy, creo que no fue buena idea haber venido, con usted. Le agradezco que haya pagado los gastos del hospital, espero no verlo nunca más y no me siga—expresa Abril con hostilidad antes de salir, rápidamente percibe que el lugar estaba algo apartado de la ciudad, se oculta, llama a su prima y mejor amiga Rita, para que la auxilie.

Se retira Alexander intempestivamente del restaurante, busca a Abril con la mirada y no la haya, se sorprende, debido a que no concibe como se fue tan rápido sin auto. Ella por su parte, lo observada partir, estaba oculta entre unos arbustos, luego en unos minutos se aproxima su prima a rescatarla.

—¿Y tú pareces una ardilla, de quien te escondes? —señala Rita con jocosidad.

—Gracias a Dios, que llegas—se interna Abril, en el auto de su prima y comienza a platicar con ella.

—¿Se puede saber que está pasando, Abril? Porque no entiendo nada.

—Es muy confuso, cuando lleguemos a casa te cuento todo.

—¿No vamos a ir al hospital?

—Al rato, necesito desahogarme primero.

—Entonces pararemos en el primer café, que hallemos en el camino.

—Necesito ir a la casa.

—Muy bien.

*****

Tiempo después…

Bufete Lutter.

—¿Qué ocurre contigo Alex? ¿Por qué tanto misterio?

—No ocurre nada, Madison.

—¿Se trata de Abril? Al parecer vino y se fue

—Le di el día, tiene a su abuela muy enferma.

—¿De cuándo acá tú tan considerado con los empleados?

—No, soy un animal—internamente recuerda, que uno convive en su interior y se contradice.

—Ya Alex, lo siento. Quiero presentarte un caso, es bastante ambiguo.

—Porque no se lo das a Edward, tengo algunos compromisos con mis otros negocios y también, recuerda que llevo un caso bastante delicado de fraude.

—Cierto, el de los Harrison.

—Así es, estoy atiborrado de trabajo.

—¿No me dirás que te pasa?

—Te juro que no me pasa nada Madison, estas muy insistente hoy.

—Te conozco Alex, recuerda que tú y yo fuimos más que amigos.

—Eso fue en el pasado.

—Lo sé, pero te conozco más que nadie. Y estas más enigmático de lo normal, sabes algo, siempre he creído, que me has ocultado algo y muy grave.

—¿Cómo qué?

—No lo sé, dímelo tú.

—Te pones pesada, sabes muy bien que no me gusta que me cuestionen.

—Y también sabes que soy muy insistente, pero mejor me voy, por lo visto no estás de buen humor—se retira muy ágilmente Madison.

Madison Hurley, es una guapa e inteligente abogada, también una de las socias principales de Alex en el bufete. En el pasado ambos mantuvieron un tórrido romance, que no transcendió a causa del secreto de Alex, quien no se aventuró a ir más allá con ella por temor a ser rechazado, con el tiempo perdió interés en la joven y solo ha mantenido romances casuales sin compromisos, para algunos Alexander Lutter es el soltero más cotizado de la ciudad, al menos así lo señala la revista Forbes.

*****

Casa de Abril.

Rápidamente al salir de su habitación, luego de haberse alistado para ir al hospital, la intercepta su prima quien estaba muy ansiosa por saber qué era eso, que tiene tan conmocionaba a su prima.

—¿Ahora si me vas a contar?

—Sí, tenemos tiempo.

—Dime, estoy que me muerdo las uñas.

—Ayer me acosté con mi jefe, perdí mi virginidad con él—va Abril directamente al grano.

—¡Ya va! La equilibrada y culta Abril Wilson, ¿hizo qué?

—No te burles, Rita. Déjame explicarte sin interrupciones—Rita se tapa velozmente la boca, para evitar interrumpirla—lo hice por necesidad y por qué no tenía otra salida, ayer le pedí en la mañana que prestara el dinero para la operación de la abuela, me propuso dármelo a cambio que me acostará con él, obviamente al principio me negué, luego me llama mi mamá toda angustiada, porque los doctores querían sacar a la abuela del hospital, ya que no contamos con seguro médico. En medio del caos, no tuve más remedio que acceder y fui así, como di a parar con mi jefe a su apartamento.

—Me dejaste con el ojos cuadrado, prima ¡Oh por Dios, te acostaste con Alexander Lutter! El hombre más rico del país y de toda Europa me atrevería a decir.

—Cierra la boca, Rita. Ya te expliqué porque lo hice y ya no volverá a pasar, desterrare ese oscuro episodio de mi vida, te lo juro.

—Ya Abril, serénate. Aún no salgo de mi asombro, ¿era de él que te ocultabas?

—Sí, me llevo a ese lugar a platicar, supuestamente. Hoy renuncié al bufete.

—¿Ahora que harás? Es uno de los más prestigiosos del país, ¿dónde vas a conseguir una oportunidad como esa? No seas soberbia, Abril.

—Y mi dignidad que Rita, tu nunca entiendes nada.

—Pues, no te entiendo. Perdiste tu virginidad con Alexander Lutter no es un hombre cualquiera, en cambio yo, con uno común y corriente de mi barrio.

—No digas tonterías, Rita.

—No entiendo cuál es tu drama. Insisto que exageras, eso de renunciar es un completa locura, ese lugar se moldeaba perfectamente a ti. Reflexiona y habla con tu jefe, dile que lo pensaste mejor y…—rápidamente Abril la inmoviliza:

—De ninguna manera, yo no vuelo al Bufete Lutter y punto. Ah ni una sola palabra más del tema, porque me vas hacer enojar, ya vamos debemos saber de la Abuela—se encoje rápidamente Rita de hombros.

Rita Wilson es prima de Abril, sus padres murieron hace algunos años, quedando al cuidado de su abuela y de su tía Elizabeth, actualmente Rita cuenta con 25 años y trabaja como estilista en un reconocido salón de belleza. Viven muy cerca, a diferencia de Abril, ella es más extrovertida y alocada, siempre esta presta para la diversión es una chica independiente, por lo que vive su vida en total libertad.

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