Dicen que cuando te mudas a una nueva ciudad es porque quieres crear una vida nueva, nuevos amigos, vecinos y tal vez en el caso de una joven de diecisiete años; un novio.
Todas esas características no son parte de Blue Harrison que desde su primera transformación ha tenido que tratar de no resaltar en las escuelas que ha asistido. Es un tormento para cualquier adolescente cambiarse de ciudad dos veces en un año.
—Señorita…. Señorita, ¿me está escuchando? —la joven de cabellera rubia ceniza dirige su atención al maestro que la mira con cara de pocos amigos.
—Disculpe, señor…—ella ni siquiera recuerda el apellido del profesor y eso provoca que sus compañeros se rían.
—Fendel —le dice con su ceño fruncido—. Si usted quiere ingresar a mi clase deberá cambiarse ese color de cabello, ya que en este instituto está prohibido teñirse de manera escandalosa —señala su cabellera con disgusto.
—Pero….
—Alguien quiere llamar la atención —se burla uno de atrás ocasionando el murmullo y risa de sus compañeros de clases, Blue no puede evitar sentirse apenada.
—Silencio —pide el maestro.
—Señor Fendel —lo llama, avergonzada, él la mira—. Es mi color natural, no tiño mi cabello —susurra.
—Allí no existe ni un pelo natural —expresa la capitana del equipo de porristas.
—Señorita Harrison, espero pueda uno de sus padres aclarar esta situación porque de lo contrario no la dejará ingresar a mis clases ¿Le quedo claro? —Blue asiente.
—Primer día de instituto y ya somos regañadas —habla Layla a través del enlace que comparte.
—Y decías que sería un día estupendo —le responde Blue con algo de sarcasmo antes de cortar el enlace con su parte animal.
Al terminar la última clase, Blue no puede esperar más a volver a casa y acabar con el día. Corriendo por el pasillo, ella no se percata de que un grupo de chicas se encuentra frente a ella y termina chocando a una.
El sonido de un cristal quebrarse la hace levantar su cabeza.
—¡Idiota! —Grita la chica de cabellera castaña viendo su perfume de Chanel quebrado en el suelo.
—Yo… yo… lo siento.
—¡¿Lo sientes?! —Cuestiona furiosa antes de empujarla provocando que caiga al suelo—. Es un perfume carísimo —le dice roja de la ira—, te aseguro que ni siquiera tienes para pagarlo, —añade.
—De verdad, perdón —se pone de pie y sacude su ropa.
—Estúpida —se retira junto a su grupo de amigas dejando a Blue como una tonta frente a muchas personas de la escuela, ella muy avergonzada por la burla se retira hacia su salón de clases.
—¿Te encuentras bien? —cuestiona su loba Layla que es la única que la hace sentir bien en sus momentos de ansiedad.
—Odio este lugar. En cualquier lado que vaya, no tengo paz
(…)
—Me gustaría correr en ese bosque —la joven deja salir un suspiro.
—Ya sabes que papá no quiere que me convierta en loba.
—Nos mantiene oculta —suelta en protesta.
—Es por nuestro bien, no quiero estar al lado de cualquier alfa y menos convertirme en algo que no deseo —es lo único que le dice a su loba antes de cortar la conexión con ella.
La joven Blue vislumbra la gloria al llegar a casa, no le agrada mucho la cabaña, pero tampoco puede quejarse con su padre que ha hecho todo para que ella esté segura. Ingresa tomando un respiro con el que logra oler a su madrastra, Victoria y su hermanastra Brenda, camina hacia la cocina y estas la miran con desdén.
—¿Se puede saber por qué llegas a esta hora? —cuestiona su madrastra.
—Una maestra…
—Tu padre está muy preocupado y ha tenido que salir de la oficina por ti —le reclama sin siquiera dejar que esta dé una explicación—¿Hasta cuándo seguirás dando problemas? —interroga, mientras que Brenda tiene una sonrisa en sus labios.
—Solo me entretuve…
—Mejor termina de desempacar —vuelve a interrumpir y ella no tiene de otra que retirarse de la cocina.
Blue organiza sus cajas por tamaño, ya que todavía no han repartido las habitaciones. Busca en una pequeña donde guardo fotografías, se corta con un cristal y observa el único marco con foto de su madre roto, ella enseguida sospecha de su hermanastra, Tagger llega en ese mismo instante a reclamarle por llegar tarde del instituto.
—Mira lo que hizo Brenda, —ni siquiera el mayor logró abrir su boca.
—Hablaré con ella —ellos van hasta la cocina donde se encuentra la chica.
—Papá —aunque este no es su padre biológico, Brenda lo ve como un padre.
—Blue dice que has roto el cuadro de su madre, ¿es cierto? —la chica abre sus ojos, sorprendida.
—Es mentira —expresa con inocencia.
—¡No seas mentirosa! —grita Blue tratando de no lanzarse sobre ella.
—Papá, lo está montando todo para que me castigues, —suelta casi al borde del llanto.
—Blue —el padre la mira tratando de descifrar porque su hija está acusando a su hermanastra.
—¿Qué está pasando? —Victoria llega al lugar sin comprender la situación.
—Blue dice que Brenda rompió el cuadro de su madre —la madrastra enseguida lleva sus manos a sus labios y mira apenada a la joven de cabellera rubio cenizo.
—Por la diosa, no… Blue se me olvidó decírtelo mientras estuve organizando las cosas de la mudanza, se cayó la caja y el cuadro sea roto, lo siento tanto —expresa mostrándose muy diferente a la madrastra que recibió a la joven con ganas de golpearla, Tagger mira con decepción a su hija mientras niega.
—¿De nuevo esto Blue? —interroga.
—¡Siempre soy la villana! —chilla enrojecida de la rabia, mientras que sus ojos se cristalizan por las lágrimas contenidas, Blue corre fuera de la cabaña ignorando el llamado de Tagger.
La joven ingresa a su cabaña un poco apartada de la principal, ya que solo hay dos habitaciones en la central y Brenda se niega a compartirla con Blue, sin embargo, es un alivio para esta no tener que compartir con su hermanastra un lugar en donde puede ir a refugiarse para encontrar paz.
—Odio a esas mujeres —expresa Layla.
—Padre está metido en una fantasía de familia perfecta —le dice mientras que Layla concuerda con ella, Blue permanece durante dos horas en su cabaña hasta que recuerda que se ha dejado sus pastillas en el baño.
Ingresa a la cabaña principal y para ir al baño debe pasar por el frente de la habitación de su hermanastra, Blue se detiene en su puerta al escuchar murmullo y decide utilizar sus sentidos desarrollados para escuchar lo que hablan.
—Estoy cansada de tenerla cerca —expresa con desdén su hermanastra.
—Debes hacer el esfuerzo de soportarla —pide Victoria.
—¿Hasta cuándo tengo que hacer eso?
—Blue pronto encontrará a su mate y de ese modo nos libraremos de ella —responde la madrastra.
La joven loba frunce su ceño y adelanta el paso al baño para tomar su pastilla.
Antes de regresar a su lugar seguro, Blue toma algunas cosas de la cocina, se va a su cabaña en donde se cambia su ropa por un pijama y luego se va a la cama, esperando que el día de mañana sea mejor que el de hoy.
Un grito en el bosque provoca que Blue salga abruptamente de su sueño. Se escuchan pasos acercarse a la cabaña, Blue muy asustada y curiosa se baja de su cama para poder aproximarse a la puerta. Pega su oreja a está intentando escuchar lo que está ocurriendo fuera. De repente la puerta es forzada bruscamente, dándole un golpe que la hace retroceder unos pasos. Una figura oscura entró a la habitación activando todas las alarmas mentales de Blue. ¡Un intruso! Blue tuvo la intención de gritar por ayuda cuando una mano le tapó la boca con fuerza y la jaló con sus brazos hasta su pecho. Un olor a sangre es lo que desprende el desconocido. —Layla, ¿Qué hacemos? —interroga a su loba observando al hombre en silencio con horror. —Planea algo tú, papá no quiere que utilicemos nuestro poder —responde asustada. —Mierd@ —escucho que dijo el sujeto detrás de ella con su voz ronca. El desconocido retrocedió con Blue mientras que fuera se escucharon más pasos llegar provocando que el corazó
Los pasillos del instituto Moon se encuentran totalmente vacíos, ni un solo alumno caminando por este con excepción de Blue que por lo ocurrido anoche acaba de llegar tarde a su primera clase del día, se detiene frente a la puerta del aula sin idea de qué hacer.—¿Esperas una invitación? —cuestiona una voz gruesa detrás de ella provocando que se asuste, Blue observa al chico con chaqueta negra y de figura imponente.—Yo… no… —balbucea, él pone los ojos en blanco y abre la puerta llamando la atención de todos en el salón.—Señor Lee, tarde como siempre —murmura el maestro mirándolo con decepción.—Le mostraba a la nueva como llegar al salón de clases —dice ingresando al aula quedando Blue descubierta e incómoda por la miradas que van a ella.—Que suertuda —escuchó que dijo una compañera.—Oliver Lee dando a la nueva ¿Qué le vio? —los murmullos comienzan a escucharse bastante altos en el salón.—Silencio —ordena el profesor—. Blue Harrison, ¿cierto? —Ella asiente al maestro—. Pase y tom
—¿En qué años fue la independencia de Canadá? —cuestiona la joven loba a Oliver que lleva un puñado de papas fritas a su boca. —En el año 1867 —le responde sin dudarlo. —Bien. Una semana tiene Blue ayudando a Oliver con sociales y eso ha provocado que la envidia de las porristas aumente. Los rumores de que son parejas también se volvieron más fuertes, sin embargo, ellos no se inmutan y continúan forjando una amistad. —¿Pensaste en lo que quieres como agradecimiento? —cuestiona. —Ya te dije que no quiero que me des algo —murmura. —¿Ni un helado, ropa, maquillaje? No sé, cualquier cosa que les guste a las mujeres —trata de persuadir a Blue. —No sabes aceptar un favor ¿verdad? —pregunta. —Eres rara. —Gracias por recordarme la palabra que escucho todos los días en el pasillo —él frunce su ceño. —Pensé que todo eso había terminado. —Solo ignora lo que dije —este niega. —Dime nombres y los mandaré al odontólogo —enseguida esta niega, lo que menos quiere es que él se busque probl
Oliver no se acercó a Blue en la cafetería como lo hacía hace días. La joven loba se enteró de que lo reintegraron al equipo porque sus calificaciones en sociales mejoraron. Aunque ella no recibió invitación para el cumpleaños de Oliver, Blue trató de verle el lado bueno. Llevaba meses ilusionada con su cumple. Era un día que podía recibir todo el amor de su padre sin tener que compartir con Brenda. Como una pequeña tradición entre Blue y su padre, él solía preparar dos regalos de cumpleaños. Uno de Tagger, otro por parte de su difunta madre. No quería que Blue sintiera la ausencia de su madre. Entre todos los regalos, uno de los favoritos de Blue era el osito de felpa que regaló su padre cuando era muy pequeñita. Le decía Tagger que el osito le protegería por la noche como si estuviera al lado de él. Otro…ahora le hizo recordar a Oliver. Era un collar como regalo por parte de su madre, en forma de media luna que le recordaría a Blue eternamente de dónde proviene y que la mita
Blue observa desde la entrada la lujosa casa, no esperaba encontrarse con este tipo de fiesta en la que todos andan con vasos rojos y fumando en cada esquina, sin embargo, lo que más llama su atención es ver que algunos se encuentran disfrazados. Esto le quita las ganas de querer ingresar. —¿Esperabas una fiesta con payasos y globos? —cuestiona Layla sacándola de su impresión. —Oliver no menciono algo sobre disfraces —habla ignorando el sarcasmo de su loba. Nerviosa e incómoda por algunas miradas decide ingresar a la lujosa casa en donde el ruido es bastante descomunal para los oídos de Blue, camina entre el mar de adolescentes que se mueven al compás de la música. —Las hormonas aquí se encuentran muy alborotadas, no tomes ninguna bebida —le advierte. Blue decide hacerle caso y se dirige a una zona donde hay pocas personas, espera no encontrarse con las del equipo de porristas. No quiere problemas y menos en un lugar donde un escándalo puede llamar la atención de cualquier lobo.
—Oliver —este se separa de Blue para llevar su mirada a Dereck su co-capitán. —¿Qué sucede? —interrogó. Dereck de reojo mira a Blue y luego a Oliver, no esperaba verlo con esa chica otra vez y menos después de que en los vestidores le dijo que no tenía nada con ella, ya que conoce a su amigo desde hace mucho tiempo. —Te esperan para hacer un video —le dice, por la mirada que le da a Oliver este enseguida entiende que se trata de chicas deseando felicitarlo. —Voy en un minuto —el co-capitán decide retirarse dejando a Oliver solo con Blue. —Tengo que irme —murmuró la loba después de ver la hora en su teléfono. Blue sigue aturdida por la viagra y el fogoso beso con Oliver. —Es temprano todavía —le dice. —Mi padre no tarda en llegar y… —Sh… tranquila, ¿quieres que te lleve? —interrogó. —No, ve y disfruta de tu fiesta de cumpleaños —este la miro dudoso. —Bien —sujeta su rostro para plantarle un pequeño beso—. Nos vemos en el instituto —se retira dejándola allí parada mirándolo i
Oliver desde muy pequeño ha pasado por el desasosiego de no conocer a su madre, ni una fotografía familiar de ella. Este solo conoce su nombre, Amelia reconocida como una prostituta que durmió con el alfa y que lo coloca a él como un bastardo. No puede dejar de mirar la pantalla de su teléfono, ni siquiera puede regresar a llamada por el simple hecho de que es un número desconocido. —No pienses en eso —pide Raksha. —Me molesta que digan eso, ¿Por qué ahora? —cuestionó. Oliver toda su vida ha odiado a su madre por el sufrimiento que causa en su vida. —Puede ser cualquier persona intentando molestarnos —expresó el lobo. —Debería no intentar joderme en estos momentos —es lo único que dice para luego recoger su mochila e irse al instituto, esperando poder encontrar a su mate entre las chicas de este. (…) Blue despertó con una enorme sonrisa en su rostro mientras que el acontecimiento de anoche sigue burbujeando en su cabeza. En sus labios siente todavía los de Oliver, ella mantien
En los pasillos del instituto no paran de hablar de lo ocurrido, Oliver Lee el más popular siendo abofeteado por una don nadie. —Sandro ¿Qué te ocurrió? —interroga Blue al verlo llegar con yeso en su brazo. La noticia de la bofetada fue más grande que la fractura de Sandro. —Tu novio —expresó con disgusto—. No quiero tenerte cerca —fue lo que le dijo antes de pasar de ella. Blue enseguida se sintió pésima por eso, no tenía tanto tiempo conociendo a Sandro, pero le cae bien. —¿Ahora viviremos acosadas? —preguntó Layla. —Debo hablar con Oliver —le responde, ella tomó sus cosas y se retiró del salón de clase. (…) —Fuiste muy imprudente —le regañó su mejor amigo a Oliver. —No estaba pensando con claridad —murmuró. —Pudiste matarlo, Oliver —este es consciente de lo que dice. —Le coquetea a Blue. —¡No es tu luna! —gritó enojado. Oliver deja salir un gruñido molesto. —Maldición, lo sé —pasó una mano por su cabello negro y tiro de este con frustración. —Oliver —la voz de Blue p