La última hija de la luna
La última hija de la luna
Por: Yerimil Perez
Capítulo I

Dicen que cuando te mudas a una nueva ciudad es porque quieres crear una vida nueva, nuevos amigos, vecinos y tal vez en el caso de una joven de diecisiete años; un novio. 

Todas esas características no son parte de Blue Harrison que desde su primera transformación ha tenido que tratar de no resaltar en las escuelas que ha asistido. Es un tormento para cualquier adolescente cambiarse de ciudad dos veces en un año. 

—Señorita…. Señorita, ¿me está escuchando? —la joven de cabellera rubia ceniza dirige su atención al maestro que la mira con cara de pocos amigos.

—Disculpe, señor…—ella ni siquiera recuerda el apellido del profesor y eso provoca que sus compañeros se rían.

—Fendel —le dice con su ceño fruncido—. Si usted quiere ingresar a mi clase deberá cambiarse ese color de cabello, ya que en este instituto está prohibido teñirse de manera escandalosa —señala su cabellera con disgusto.

—Pero….

—Alguien quiere llamar la atención —se burla uno de atrás ocasionando el murmullo y risa de sus compañeros de clases, Blue no puede evitar sentirse apenada.

—Silencio —pide el maestro.

—Señor Fendel —lo llama, avergonzada, él la mira—. Es mi color natural, no tiño mi cabello —susurra.

—Allí no existe ni un pelo natural —expresa la capitana del equipo de porristas.

—Señorita Harrison, espero pueda uno de sus padres aclarar esta situación porque de lo contrario no la dejará ingresar a mis clases ¿Le quedo claro? —Blue asiente.

Primer día de instituto y ya somos regañadas —habla Layla a través del enlace que comparte.

Y decías que sería un día estupendo —le responde Blue con algo de sarcasmo antes de cortar el enlace con su parte animal.

Al terminar la última clase, Blue no puede esperar más a volver a casa y acabar con el día. Corriendo por el pasillo, ella no se percata de que un grupo de chicas se encuentra frente a ella y termina chocando a una.

El sonido de un cristal quebrarse la hace levantar su cabeza.

—¡Idiota! —Grita la chica de cabellera castaña viendo su perfume de Chanel quebrado en el suelo.

—Yo… yo… lo siento.

—¡¿Lo sientes?! —Cuestiona furiosa antes de empujarla provocando que caiga al suelo—. Es un perfume carísimo —le dice roja de la ira—, te aseguro que ni siquiera tienes para pagarlo, —añade.

—De verdad, perdón —se pone de pie y sacude su ropa.

—Estúpida —se retira junto a su grupo de amigas dejando a Blue como una tonta frente a muchas personas de la escuela, ella muy avergonzada por la burla se retira hacia su salón de clases.

¿Te encuentras bien? —cuestiona su loba Layla que es la única que la hace sentir bien en sus momentos de ansiedad.

Odio este lugar. En cualquier lado que vaya, no tengo paz

(…)

Me gustaría correr en ese bosque —la joven deja salir un suspiro.

Ya sabes que papá no quiere que me convierta en loba.

Nos mantiene oculta —suelta en protesta.

Es por nuestro bien, no quiero estar al lado de cualquier alfa y menos convertirme en algo que no deseo —es lo único que le dice a su loba antes de cortar la conexión con ella.

La joven Blue vislumbra la gloria al llegar a casa, no le agrada mucho la cabaña, pero tampoco puede quejarse con su padre que ha hecho todo para que ella esté segura. Ingresa tomando un respiro con el que logra oler a su madrastra, Victoria y su hermanastra Brenda, camina hacia la cocina y estas la miran con desdén.

—¿Se puede saber por qué llegas a esta hora? —cuestiona su madrastra.

—Una maestra…

—Tu padre está muy preocupado y ha tenido que salir de la oficina por ti —le reclama sin siquiera dejar que esta dé una explicación—¿Hasta cuándo seguirás dando problemas? —interroga, mientras que Brenda tiene una sonrisa en sus labios.

—Solo me entretuve…

—Mejor termina de desempacar —vuelve a interrumpir y ella no tiene de otra que retirarse de la cocina.

Blue organiza sus cajas por tamaño, ya que todavía no han repartido las habitaciones. Busca en una pequeña donde guardo fotografías, se corta con un cristal y observa el único marco con foto de su madre roto, ella enseguida sospecha de su hermanastra, Tagger llega en ese mismo instante a reclamarle por llegar tarde del instituto.

—Mira lo que hizo Brenda, —ni siquiera el mayor logró abrir su boca.

—Hablaré con ella —ellos van hasta la cocina donde se encuentra la chica.

—Papá —aunque este no es su padre biológico, Brenda lo ve como un padre.

—Blue dice que has roto el cuadro de su madre, ¿es cierto? —la chica abre sus ojos, sorprendida.

—Es mentira —expresa con inocencia.

—¡No seas mentirosa! —grita Blue tratando de no lanzarse sobre ella.

—Papá, lo está montando todo para que me castigues, —suelta casi al borde del llanto.

—Blue —el padre la mira tratando de descifrar porque su hija está acusando a su hermanastra.

—¿Qué está pasando? —Victoria llega al lugar sin comprender la situación.

—Blue dice que Brenda rompió el cuadro de su madre —la madrastra enseguida lleva sus manos a sus labios y mira apenada a la joven de cabellera rubio cenizo.

—Por la diosa, no… Blue se me olvidó decírtelo mientras estuve organizando las cosas de la mudanza, se cayó la caja y el cuadro sea roto, lo siento tanto —expresa mostrándose muy diferente a la madrastra que recibió a la joven con ganas de golpearla, Tagger mira con decepción a su hija mientras niega.

—¿De nuevo esto Blue? —interroga.

—¡Siempre soy la villana! —chilla enrojecida de la rabia, mientras que sus ojos se cristalizan por las lágrimas contenidas, Blue corre fuera de la cabaña ignorando el llamado de Tagger.

La joven ingresa a su cabaña un poco apartada de la principal, ya que solo hay dos habitaciones en la central y Brenda se niega a compartirla con Blue, sin embargo, es un alivio para esta no tener que compartir con su hermanastra un lugar en donde puede ir a refugiarse para encontrar paz.

Odio a esas mujeres —expresa Layla.

Padre está metido en una fantasía de familia perfecta —le dice mientras que Layla concuerda con ella, Blue permanece durante dos horas en su cabaña hasta que recuerda que se ha dejado sus pastillas en el baño.

Ingresa a la cabaña principal y para ir al baño debe pasar por el frente de la habitación de su hermanastra, Blue se detiene en su puerta al escuchar murmullo y decide utilizar sus sentidos desarrollados para escuchar lo que hablan.

—Estoy cansada de tenerla cerca —expresa con desdén su hermanastra.

—Debes hacer el esfuerzo de soportarla —pide Victoria.

—¿Hasta cuándo tengo que hacer eso?

—Blue pronto encontrará a su mate y de ese modo nos libraremos de ella —responde la madrastra.

La joven loba frunce su ceño y adelanta el paso al baño para tomar su pastilla. 

Antes de regresar a su lugar seguro, Blue toma algunas cosas de la cocina, se va a su cabaña en donde se cambia su ropa por un pijama y luego se va a la cama, esperando que el día de mañana sea mejor que el de hoy. 

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo