—¿En qué años fue la independencia de Canadá? —cuestiona la joven loba a Oliver que lleva un puñado de papas fritas a su boca.
—En el año 1867 —le responde sin dudarlo.
—Bien.
Una semana tiene Blue ayudando a Oliver con sociales y eso ha provocado que la envidia de las porristas aumente. Los rumores de que son parejas también se volvieron más fuertes, sin embargo, ellos no se inmutan y continúan forjando una amistad.
—¿Pensaste en lo que quieres como agradecimiento? —cuestiona.
—Ya te dije que no quiero que me des algo —murmura.
—¿Ni un helado, ropa, maquillaje? No sé, cualquier cosa que les guste a las mujeres —trata de persuadir a Blue.
—No sabes aceptar un favor ¿verdad? —pregunta.
—Eres rara.
—Gracias por recordarme la palabra que escucho todos los días en el pasillo —él frunce su ceño.
—Pensé que todo eso había terminado.
—Solo ignora lo que dije —este niega.
—Dime nombres y los mandaré al odontólogo —enseguida esta niega, lo que menos quiere es que él se busque problemas por ella, Oliver estaba por decir algo, pero el timbre lo interrumpe.
Blue aprovecha para escaparse mientras lo escucha llamarla.
(…)
Todo el día se la pasó evitando a Oliver, se encargó de ser la primera en salir del salón cuando el timbre de finalización de la clase término, camina hacia su casa como todos los días, ya que su padre no puede pasar a buscarla, sin embargo, Blue se ve detenida en un callejón por el equipo de porrista.
—Blue, no me gusta esto —expresa su loba.
—Esperábamos por ti, zorr@ —se aproximan a ella dejándola en medio del grupo con la capitana del equipo.
—¿Qué sucede? —interroga tratando de no verse vulnerable.
—Y se digna a preguntar —dice mientras frunce el ceño—¿Crees que no he notado como te pavoneas frente a Oliver? —cuestiona.
—Yo… es un error —trata de aclararle, sin embargo recibe una bofetada.
—Eres una zorr@ —la empujan y tiran de su cabello, Blue no puede defenderse.
—Por favor, no he hecho nada malo —murmura cubriendo su rostro para que no la sigan golpeando.
—No quiero verte cerca de Oliver, mojigata muerta de hambre —ordena mientras sujeta su cabello para que la mire—. Él nunca se fijaría en alguien tan despreciable como tú ¿Entendiste?
Asiente con miedo.
—No podemos dejarla ir sin castigarla —comenta una del grupo.
—Cierto. Pásame las tijeras —la mira con una sonrisa.
Recibe las tijeras y empieza a cortar el cabello de Blue.
Esta llora viendo como cada mechón de su larga cabellera cae al suelo, Layla se encuentra furiosa por lo que le hacen las humanas.
—No quiero verte cerca de Oliver otra vez —le dice cuando termina de cortarle el cabello.
Blue permanece fija en ese lugar, con sus manos hechas puños y sus uñas enterradas en la palma de su mano. El grupo de porristas se aleja dejándola en el solitario callejón en donde permanece por varias horas tratando de calmarse para luego regresar a su casa.
(…)
Blue llega a casa buscando consuelo en los brazos de su padre, Tagger observa todo el cabello mal cortado de su hija.
—Esto no se puede quedar así, papá —le dice entre sollozo.
—Blue, no debes decirle al director —se aleja de Tagger como si este tuviera la peor enfermedad—. No me veas de ese modo —pide.
—¿Cómo quieres que te mire? Mira lo que le hicieron a mi cabello —trata de entenderlo, ya que cualquier otro padre estaría molesto y presentaría cargos.
—Un caso como este llamaría mucho la atención en el colegio —le dice.
—¡¿Y eso que?! ¡Dañaron nuestro hermoso cabello! —se queja Layla.
»Sabes bien las reglas…
—No llamar la atención y tomar mis pastillas —susurra con tristeza sabiendo que su padre no hará nada para ayudarla.
—Lo hago por tu bien —murmuró—. Puede haber lobos escondidos en el instituto y un reclamo en la oficina del director llamaría la atención, lo que pondría en riesgo tu identidad —le informó tratando de hacerla entender la gravedad de la situación en la que estarían si eso llegara a suceder.
—Odio este lugar.
Se marcha de la cabaña principal hacia la suya en donde se encierra y pasa toda la noche llorando por lo que le ha hecho el equipo de porrista a su cabello. Nadie se había atrevido a hacerle tanto daño en los institutos anteriores.
En medio del llanto y lágrimas, Blue terminó dormida. Sueña con un enorme lobo negro que llega a reclamarla cómo y en el momento que esta por cambiar de forma la alarma de suena sacándola de su sueño.
Blue tiene sus ojos hinchados, por tanto llorar, se da una ducha rápida y al vestirse se detiene frente al espejo para probarse algunas gorras con la cuales trata de disimular su cabello corto mal cortado.
Para Blue, la noche fue larguísima. Si lo que le hicieron fuera poco, la actitud de su padre fue lo realmente doloroso para ella.
Por fin pudo conciliar el sueño entre lágrimas.
Un enorme lobo negro aparece aullando como si estuviera gritando a la luna por su mate.
Blue hace todo el esfuerzo para cambiar de forma y responderle.
《Riiing…》
La alarma le sacó de su sueño.
Ella saltó de la cama bruscamente y tomó las tijeras.
—¿Qué haces? Por el amor de dios. ¡No vas a quitarte la vida! Estoy a punto de conectarme con mi mate. —grita histéricamente Layla.
Ni caso a Layla, ella agarró las tijeras con fuerza frunciendo su ceño. Era una decisión difícil, pero no le quedaba otra.
Layla ya no se atreve a mirar lo que iba a suceder, cubre los ojos con las manitas.
《Tris tris…》
Layla se asoma entre las patas y ve más pelos caídos al suelo. Levanta la mirada y se queda atónita con el nuevo corte de Blue.
—¡Si la vida me da limones, ve a hacer limonada!
Después de mejorar el corte, Blue se lo cubre con un gorro y va a la cabaña principal para poder desayunar. Al terminar se marcha al instituto en donde solo se habla de una fiesta que se estará realizando.
Escuchó Blue mientras sacaba libros de su casillero.
—Una fiesta para Oliver.
—¿También te llegó la invitación? —cuestiona la chica a su amiga.
—Obvio… todo el instituto está invitado —eso la tomó por sorpresa y mira su teléfono dándose cuenta que no ha recibido ninguna invitación, Blue no le toma importancia en ese momento, ya que piensa que este se la dará en persona y también eso le recuerda la amenaza de las porristas.
—Blue ¿no crees que olvidas algo? —interroga su loba.
—¿Qué cosa?
—Es nuestro cumpleaños —abre su boca sorprendida.
—Bicho raro —expresa una chica a su lado para luego alejarse, Blue agacha su cabeza,
—Será la mejor fiesta —continúa escuchando en el pasillo.
—El cumpleaños de Oliver Lee, es genial —le sorprende que este también cumpla el mismo día que ella.
El timbre que da inicio a la primera hora de clase suena.
El alboroto se apaga.
《 Todo el instituto está invitado》es lo único que le retumba en los oídos.
Claro, todo el mundo. Menos ella.
Oliver no se acercó a Blue en la cafetería como lo hacía hace días. La joven loba se enteró de que lo reintegraron al equipo porque sus calificaciones en sociales mejoraron. Aunque ella no recibió invitación para el cumpleaños de Oliver, Blue trató de verle el lado bueno. Llevaba meses ilusionada con su cumple. Era un día que podía recibir todo el amor de su padre sin tener que compartir con Brenda. Como una pequeña tradición entre Blue y su padre, él solía preparar dos regalos de cumpleaños. Uno de Tagger, otro por parte de su difunta madre. No quería que Blue sintiera la ausencia de su madre. Entre todos los regalos, uno de los favoritos de Blue era el osito de felpa que regaló su padre cuando era muy pequeñita. Le decía Tagger que el osito le protegería por la noche como si estuviera al lado de él. Otro…ahora le hizo recordar a Oliver. Era un collar como regalo por parte de su madre, en forma de media luna que le recordaría a Blue eternamente de dónde proviene y que la mita
Blue observa desde la entrada la lujosa casa, no esperaba encontrarse con este tipo de fiesta en la que todos andan con vasos rojos y fumando en cada esquina, sin embargo, lo que más llama su atención es ver que algunos se encuentran disfrazados. Esto le quita las ganas de querer ingresar. —¿Esperabas una fiesta con payasos y globos? —cuestiona Layla sacándola de su impresión. —Oliver no menciono algo sobre disfraces —habla ignorando el sarcasmo de su loba. Nerviosa e incómoda por algunas miradas decide ingresar a la lujosa casa en donde el ruido es bastante descomunal para los oídos de Blue, camina entre el mar de adolescentes que se mueven al compás de la música. —Las hormonas aquí se encuentran muy alborotadas, no tomes ninguna bebida —le advierte. Blue decide hacerle caso y se dirige a una zona donde hay pocas personas, espera no encontrarse con las del equipo de porristas. No quiere problemas y menos en un lugar donde un escándalo puede llamar la atención de cualquier lobo.
—Oliver —este se separa de Blue para llevar su mirada a Dereck su co-capitán. —¿Qué sucede? —interrogó. Dereck de reojo mira a Blue y luego a Oliver, no esperaba verlo con esa chica otra vez y menos después de que en los vestidores le dijo que no tenía nada con ella, ya que conoce a su amigo desde hace mucho tiempo. —Te esperan para hacer un video —le dice, por la mirada que le da a Oliver este enseguida entiende que se trata de chicas deseando felicitarlo. —Voy en un minuto —el co-capitán decide retirarse dejando a Oliver solo con Blue. —Tengo que irme —murmuró la loba después de ver la hora en su teléfono. Blue sigue aturdida por la viagra y el fogoso beso con Oliver. —Es temprano todavía —le dice. —Mi padre no tarda en llegar y… —Sh… tranquila, ¿quieres que te lleve? —interrogó. —No, ve y disfruta de tu fiesta de cumpleaños —este la miro dudoso. —Bien —sujeta su rostro para plantarle un pequeño beso—. Nos vemos en el instituto —se retira dejándola allí parada mirándolo i
Oliver desde muy pequeño ha pasado por el desasosiego de no conocer a su madre, ni una fotografía familiar de ella. Este solo conoce su nombre, Amelia reconocida como una prostituta que durmió con el alfa y que lo coloca a él como un bastardo. No puede dejar de mirar la pantalla de su teléfono, ni siquiera puede regresar a llamada por el simple hecho de que es un número desconocido. —No pienses en eso —pide Raksha. —Me molesta que digan eso, ¿Por qué ahora? —cuestionó. Oliver toda su vida ha odiado a su madre por el sufrimiento que causa en su vida. —Puede ser cualquier persona intentando molestarnos —expresó el lobo. —Debería no intentar joderme en estos momentos —es lo único que dice para luego recoger su mochila e irse al instituto, esperando poder encontrar a su mate entre las chicas de este. (…) Blue despertó con una enorme sonrisa en su rostro mientras que el acontecimiento de anoche sigue burbujeando en su cabeza. En sus labios siente todavía los de Oliver, ella mantien
En los pasillos del instituto no paran de hablar de lo ocurrido, Oliver Lee el más popular siendo abofeteado por una don nadie. —Sandro ¿Qué te ocurrió? —interroga Blue al verlo llegar con yeso en su brazo. La noticia de la bofetada fue más grande que la fractura de Sandro. —Tu novio —expresó con disgusto—. No quiero tenerte cerca —fue lo que le dijo antes de pasar de ella. Blue enseguida se sintió pésima por eso, no tenía tanto tiempo conociendo a Sandro, pero le cae bien. —¿Ahora viviremos acosadas? —preguntó Layla. —Debo hablar con Oliver —le responde, ella tomó sus cosas y se retiró del salón de clase. (…) —Fuiste muy imprudente —le regañó su mejor amigo a Oliver. —No estaba pensando con claridad —murmuró. —Pudiste matarlo, Oliver —este es consciente de lo que dice. —Le coquetea a Blue. —¡No es tu luna! —gritó enojado. Oliver deja salir un gruñido molesto. —Maldición, lo sé —pasó una mano por su cabello negro y tiro de este con frustración. —Oliver —la voz de Blue p
Como cada mañana Blue despierta por el estridente ruido de su alarma, se arregla para ir al instituto y luego busca el frasco de su pastilla. Al destaparlo el olor de algo distinto en ellas provoca que Layla haga acto de presencia.—No la tomes —pide alarmada.—¿Por qué no debo hacerlo? —cuestionó Blue.—El olor de los componentes es distinto —Blue observa la pastilla, no le quedaban muchas en el frasco.—Un día sin tomarla seguro no es un riesgo —dice.La joven lleva las pastillas que quedan y la lanza por el retrete.Al salir de su cabaña se encuentra con su padre.—Blue, no quiero que lo de ayer lo tomes a la ligera —expresó.—No afecta nuestra seguridad —Blue trata de hacerlo entrar en razón.—Solo no te acerques a ese chico. No quiero que andes con alguien que tiene mala influencia —suelta con seriedad.—Padre…—Hazme caso —ordenó.—Necesito más pastillas —trata de cambiarle el tema.—¿Cuántas te quedan? —interrogó.—La última la tome hoy —miente.Blue se da cuenta que últimament
—Él es nuestro mate —no puede dejar de mirar el rostro del hombre frente a ella. —No entiendo —susurró el alfa. Oliver no imaginó que ella fuera una loba, ni siquiera supuso que en el instituto existen más lobos a parte de Dereck y que su alma gemela estuviera frente suyo todo este tiempo, es la sorpresa más grande. Frunce su ceño. »¿Por qué ocultas tu olor? —le cuestiono a Blue. —Lo mismo te pregunto —este ingresa a la cabaña sin siquiera pedirle permiso. El alfa camina de un lado a otro como perro enjaulado, Oliver nunca ha buscado a su mate y siempre confió en que ella llegaría sin tener la necesidad de recorrer medio mundo en su búsqueda. —Esto cambia todo —susurró. —Ella es hermosa —ahora su lobo no podía dejar de admirar la belleza de Blue. —Cállate —pide, él no quiere perder concentración, muere por traerla a sus brazos y ahora solo necesita información de Blue. —¿De qué manada eres? —preguntó. —No tengo una manada —este frunció el ceño aún más. —Eres una roguer —le
El tiempo transcurre mientras Blue permanece al lado del lobezno, no se da cuenta de que tan tarde es y mucho menos tiene ganas de regresar a su casa, Tagger por otro lado se encuentra preocupado por su hija. —¿Crees que su madre regrese? —cuestionó Blue a su loba. —Esperemos que lo haga —le respondió manteniendo su mirada en la entrada de la cueva. El joven Oliver llegó molesto a su casa, no le gusto que Blue lo alejara de ese modo sin siquiera pensar en cómo este lo tomaría, pero en el fondo él se siente feliz porque al fin la ha encontrado. —El padre de nuestra luna es un hombre extraño —murmuró Raksha. —No quiere a Blue cerca de nosotros, pero no nos alejaremos tan fácil —le comunica mientras camina a su habitación. —Alfa se lo juro, era blanca —se detiene al escuchar lo que dicen. —Pudo ser un lobo salvaje —trata de buscarle lógica a la información que le da el centinela. —Un lobo salvaje no puede ser de ese tamaño, le aseguro que es cambiante —dice con seguridad—. ¿Y si e