ElleT: Entre el amor y el odio

¿ElleT? Ahora recuerdo. Desde hace un año Lina se queja amargamente de una compañera de la carrera. Decía que era una malcriada, que entró a esa universidad sólo por haberse hecho famosa haciendo comerciales y videos desde pequeña y por eso le dieron una beca, pero que no tenía ni dinero ni talento. Cuando le dije que al final eso se notaría y si no daba el ancho terminaría siendo expulsada, me dijo que usaba sus encantos para convencer a los profesores de que le dieran buenas calificaciones y la eligieran primero para los eventos. La gota que derramó el vaso fue una pasantía en la semana de la moda en Nueva York y que era la puerta para sus iguales en Paris y Milán. Lina no durmió casi durante un mes para preparar su presentación y sus diseños, hasta Santiago me llamó preocupado porque la veía muy débil, pero no pudimos persuadirla, estaba decidida. Una noche antes del examen, un error en el sistema contra incendios del taller provocó que se activaran los aspersores y varios de los atuendos quedaron arruinados porque estaban aún frescos los últimos detalles que había pintado a mano para darle más impacto. La pasantía se la dieron entonces a ElleT y mi hija lloró durante dos semanas porque estaba segura que la había saboteado.

Así la conoció Víctor. Él había trabajado con la compañía de seguridad que estaba en el edificio donde se encontraba el taller y los convenció para que le dieran los videos de seguridad de ese día. Se veía una figura de complexión pequeña pero no se distinguía el rostro. Decidió entonces acercarse a la principal sospechosa sin revelar que era hermano de Lina y tratar de sacarle la verdad. Lo último que me dijo es que su hermana estaba siendo injusta y se dejaba llevar por sus prejuicios, porque la chica era inocente, había tenido una infancia muy difícil, ya que, a diferencia de los niños normales, ella no había podido jugar ni ir a la escuela de manera regular por su carrera artística. El poder entrar a la Universidad y estudiar diseño de modas era un sueño hecho realidad para ella porque así podría demostrar su valor por su talento y no por su apariencia…

Ahora lamento no haberles hecho mucho caso a ninguno de los dos. Me enfrasqué en las preocupaciones y responsabilidades del trabajo. Pensé que era sólo un berrinche de mi hija, una rivalidad infantil agravada por la frustración de lo que había pasado con la pasantía y, dado que Víctor estaba en Europa y esta chica en Nueva York, ese aparente enamoramiento se le pasaría rápido; creía que sólo estaba buscando llevarle la contraria a su hermana porque siempre se han fastidiado.

- Entiendo que siga molesta conmigo. Además, algo tan difícil como la muerte de su madre… Cómo estaba en el hospital, no sé bien que pasó, sólo que un accidente…

La mirada de Víctor se ensombreció y yo me estremecí sin saber por qué.

- Mi madre siempre ponía su trabajo por encima de todo lo demás. No podía alejarse ni en su día de descanso, porque creía que era indispensable y nadie podía hacer nada si no estaba ella. Mi hermano dice que seguramente estaba agotada y eso afectó sus reflejos, que de por si se van deteriorando con la edad…

Las palabras de mi hijo me hirieron más que la traición de Mario. Todo lo que trabajé, los puestos que escalé, los sacrificios, todo lo había hecho para que a ellos no les faltara nada, para que tuvieran acceso a las mejores escuelas, para que cumplieran su sueño de hacer posgrados en el extranjero… Pero al parecer, en lugar de un bien, les hice daño porque sentían que los había descuidado y que no había estado cerca de ellos lo suficiente…

- Todo lo hice… Seguro todo lo hizo por ustedes. Así como mis padres se sacrificaron para llevarme a las audiciones, a las grabaciones…

- ¿De qué hablas? Tus padres viven desde hace mucho tiempo de lo que generas. Tú misma me lo dijiste.

- ¿Si? Bueno, así lo debo haber sentido en algún momento, pero ahora, viéndolos sufrir por mi…

- ¿Todo está perdonado ya? ¿Sufren por verte mal o por que no vas a poder actuar o hacer contenido y, por tanto, no vas a generar ingresos?

No pude contestarle. Aún no conocía tanto a Michelle. Vi a Mario salir a fumar. Abril venía tras de él. Me hirvió la sangre.

- ¿Es tú padre?

- Sí, así es.

- ¿Y esa mujer?

- ¿Abril? Es la asistente de mi mamá. Y uno de sus proyectos de caridad. A veces sentimos que estaba más al pendiente de ella que de nosotros. Pero cuando nos atrevimos a reclamar, nos decía que los tres crecimos con todos los privilegios, que nunca habíamos sufrido carencias como ella y por eso no sabíamos lo que era luchar para tener lo más básico.

- Idiota…

- ¿Perdón?

- Que… esa ideota que tenía suena a lo típico que dicen las madres…

Qué imbécil fui. Siempre cuidándola por su triste pasado y ella clavándome un puñal por la espalda, metiéndose con mi marido y conspirando en mi contra. Víctor se rio. Tuve ganas de darle una bofetada.

- Ellet, no te preocupes por nada, como te dije, yo veré como ayudarte para…

- No necesito tú ayuda, gracias.

Me di media vuelta y volví a entrar a la funeraria, esta vez, cuidándome de que no viera Mario, Abril, Santiago o Lina. Necesitaba escuchar más sobre lo que pensaban de mí los que supuestamente me querían y admiraban.

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