* Pensé que haber ganado la pasantía para la semana de la moda, y más, habérsela ganado a Lina, me haría feliz. Sobre todo, pensando en que eso significaba que podría ir a Paris y Milán. No es que no los conozca, pero por fin iría yo sola, sin mis padres. Los primeros días saltaba de felicidad y hacía mil planes, pero entonces mi mamá empezó a bombardearme con pendientes y reclamos, diciendo que el trato para que yo pudiera estudiar diseño de modas, había sido, primero, que ella viviría conmigo, no permitiría que yo estuviera con todos en una residencia universitaria y segundo, que no dejaría los videos, ni las pasarelas, los comerciales… Si las fechas se empalmaban, siempre debía dar prioridad a mi trabajo, porque no podía decepcionar a mis fans…
La diseñadora a la que asistí durante la semana de la Moda era insoportable. Casi parece que, en lugar de premio, recibí un castigo. De haber sabido, no habría saboteado el trabajo de Lina.
Instintivamente, me doy una cachetada. El dolor me hace cerrar los ojos. No puedo evitarlo. El dolor que vi pasar a mi hija me llenó de coraje contra esta chica en la que vivo. Me tranquilizo y sigo viendo el video.
* No dejó de gritarme todo el desfile, esperaba que hiciera milagros cuando mi nombre ni siquiera iba a figurar en los créditos. Por si fuera poco, sus diseños eran horribles, sólo porque tiene un nombre en la industria, le dieron este lugar… Aguanté porque pensaba en el viaje, pero entonces mi mamá me salió con que teníamos que venir a México, porque había firmado compromisos con algunas marcas. De nada me sirvió hacer berrinche y hasta acabar en el hospital por un ataque de ansiedad, igual me arrastró hasta este horrible lugar.
Tuve que fingir mi mejor sonrisa para los videos y vomitar tres días seguidos antes de las grabaciones para verme bien. Estoy muy cansada. Me mandaron mensajes mis amigos de la preparatoria diciendo que irán a Xochimilco. No es como que me emocione verlos, sé que todos me envidian, hablan a mis espaldas y no dudo que muchos de los haters anónimos que dejan mensajes horribles en mis publicaciones, sean ellos mismos. Pero también sé lo mucho que enoja a mi mamá que salga a tomar y divertirme con esa “gentuza”, así que acepté. ¿Cuánto hace que se ahogó alguien en los canales por brincar de una trajinera a otra? Me acuerdo que no pudieron salvarlo porque estaba tan tomado que no pudo reaccionar. Eso sería exótico. Ya me imagino los titulares. “La influencer Michelet, es reclamada por los canales de Xochimilco como tributo” Jajajaja. Me pregunto… ¿A qué se dedicaría mi mamá para sobrevivir si yo no estoy?
Cierro la computadora aterrada. Esta niña no sólo estaba pensando cosas terribles, era terrible en sí misma. Consentida, rencorosa, clasista, altanera, sin escrúpulos… Pero, ¿Puedo culparla realmente? Como dijo Víctor, creció sin tener una infancia real, casi pasó de la cuna a los escenarios, los videos, los comerciales, la fama… Su madre aparenta preocuparse mucho por ella, pero, ¿Realmente le ha demostrado amor? El padre parece ser otra historia, pero no creo que haya sido suficiente.
Alguien habla por teléfono a gritos en el pasillo y se esconde en las escaleras de emergencia. Es típico de los médicos y directivos cuando hay alguna llamada personal complicada o comprometedora. Me levanto y me escabullo para escuchar. Es Guzmán, el Director de este hospital.
- ¡¿Y todos los años que he dedicado mi vida a la empresa?! ¡No puedes decirme que no me están considerando para el puesto! ¿El accidente? ¡Yo no tuve la culpa de que muriera! Llegó en muy mal estado y como le dije a Estrada, hicimos lo que pudimos. ¿Qué los accionistas ven como negligencia que no la movimos de urgencias? Pero esa fue petición de su marido… Sí, yo soy el director, pero… Ya sé que era la CEO… Se encargaba siempre de restregármelo en la cara después de haber sido mi subdirectora administrativa. Pero… ¡Escúchame bien! ¿Bueno? ¿Bueno?
Sentí asco. Estaba segura que él estaba coludido con Mario y Abril para esconder la verdadera causa de mi muerte. Y todavía tenía el descaro de querer pelear mi puesto. La realidad es que nunca lo han considerado para escalones más altos. Consiguió ser director de este hospital sólo por ser esposo de la hija del dueño. Por eso nunca quise mover mis influencias para poner a mi marido en el puesto que esperaba; odio el nepotismo. Marca otro teléfono.
- ¿Doctor Estrada? Habla Guzmán… Perdón que lo moleste, pero necesito que me ayude con algo… ¿Me podría redactar un documento diciendo que usted fue quien solicitó que no moviéramos a la Lic. Luna de urgencias? Es que el comité de accionistas… Sólo es una carta… Pero… Creo que se le está olvidando que… ¿Me está amenazando? ¡Escúcheme bien! ¿Bueno? ¡M4ldito imbécil, me colgó! Antes tenía que tratarlo bien por ser esposo de la z*rra, pero ahora… ¿Cómo se atreve a amenazarme? Él tiene más que perder que yo… Pero no puedo darme el lujo de que abra la boca…
No aguanto más y corro a vomitar al baño de mi habitación. Esta gente me enferma. No es que no supiera que estaba rodeada de buitres, pero esto es demasiado. Al parecer sólo esperaban mi muerte para pelearse como perros por un pedazo de carne. Una voz familiar me saca de mis pensamientos.
- ¿Michelle? ¿Estás bien? Llamaré a la enfermera…
- ¡No! No es necesario, estoy bien, creo que… algo me cayó pesado al estómago.
- Te ayudo a recostarte.
Es Leonardo. Nunca me había fijado bien en él, estaba demasiado inmersa en mi trabajo y enamorada de mi marido. Es un hombre alto, con un cuerpo atlético muy bien proporcionado. Tiene los ojos miel, una barba muy sutil y rasgos profundamente varoniles. Su cabello castaño no es lacio ni rizado y lo lleva un poco largo, lo que le da un aire rebelde. ¿En cuántos hombres dejé de fijarme por serle fiel a Mario mientras él me veía la cara de estúpida?
- Déjame revistarte, estás pálida.Revisa mis signos vitales, pero fuera de una taquicardia por el stress todo parece en orden. Me pone nerviosa darme cuenta que su compañía me inspira mucha calma, pero no quiero que confunda las cosas, menos en este cuerpo.- Le dije que todo está bien, sólo necesito dormir un poco.Me giro para cubrirme con las sábanas. El parece comprender y se va. En mi cabeza se agolpan miles de ideas y trato de entender por dónde empezar, pero el primer paso es obvio, tengo que lograr que me den de alta.No tengo mucho tiempo. Tanto Lina como Michelle, estaban en la ciudad por las vacaciones, así que, considerando que han pasado un poco más de dos semanas desde el accidente, me queda como un mes y algo para empezar a mover las cuerdas y solucionar asuntos, así como pensar con que pretexto me puedo quedar aquí, pero al mismo tiempo terminar la escuela sin tener que ir a Nueva York. Me congelo. Eso no lo había pensado. No tengo idea del diseño de modas. Lo mío sie
Comencé a llorar. Después de todo, una de mis materias favoritas en la preparatoria y la Universidad, fue teatro. El pasó de la molestia a la angustia. En verdad le gustaba esta chica…- Pero no te pongas así… Si estuvo mal, mi hermana sufrió mucho, pero… Con lo que me contaste de tus papás y sobre todo de tu mamá, lo entiendo, supongo que no encontraste otra manera…Se acercó a abrazarme. Yo tenía emociones encontradas. Como madre, ese abrazo lo había esperado desde hacía muchos meses que tenía sin verlo, como Michelle, me gustaba el olor de su perfume, el calor de su cuerpo y eso me hacía querer repelerlo porque no dejaba de ser la mujer que lo dio a luz. Algo debió percibir él que me soltó poco a poco.- No entiendo…- ¿Qué pasa?- No sé… No sé cómo explicarlo. Abrazarte se sintió muy extraño, como si quisiera hacerlo pero no, cálido pero no como yo… No me hagas caso, no han sido días fáciles.- Sí, lo entiendo…La puerta se abrió y Luz María entró con su pose exagerada de antes.-
“Me lo debe”. Esa frase se me estrelló en la cara al recordar a mi madre y a mi misma diciéndoselos en alguna discusión estúpida a mis hijos. Nunca había sido consciente de lo poderosas y destructivas que podían ser esas tres palabras.Carmen, mi madre, tenía el gran sueño de ser pintora. Había estudiado en las mejores academias desde niña y a sus 19 años, había recibido una importante beca en un instituto europeo. Mi abuela estaba feliz, mi abuelo no tanto. Para él, las mujeres debían encontrar un buen marido que asegurara su estabilidad económica y punto; lo demás eran actividades para distraerse. La empresa panificadora en la que trabajó toda su vida, hasta tenía un día en que las esposas de los altos ejecutivos se reunían a hacer cosas de "señoras": coser, bordar, tomar el té y si, pintar. A eso lo habían reducido.Javier Luna, mi papá, era unos cinco años mayor que ella y era hijo de un amigo de mi abuelo, por lo que visitaba la casa constantemente. Desde que Carmen lo vio por pr
Edgar me miró.- Tú no te preocupes por nada Michelle, descansa, saldrás cuando los médicos digan que es prudente. Ven, hablemos afuera.Sacó casi arrastrando a Luz María que quería seguir discutiendo. Al final no me dijo como llegó acá desde la capital. Ahora necesitaba más que nunca que Víctor volviera para saber qué había pasado con su abuela Carmen. Tomé el celular y busqué su número. Me di cuenta que tenía otro problema por delante… ¿Cómo enviar un mensaje sin que sonara a las palabras de su madre, una mujer de cuarenta y cinco años y no a las de una chica de 21 años?Recordé que si algo me ayudo tanto en mi puesto como en los que tuve antes de llegar tan alto, fue mi capacidad de análisis, no sólo de las personas sino de datos y de toda la información que me llegaba. Me puse a revisar mensajes anteriores entre ella y sus padres, sus amigos, sus fans buscando un patrón… Y no entendí un c4r4j*. Vi pasar a Rosita, una pasante de enfermería que tenía apenas unos meses en este hospit
Víctor llegó como prometió a las pocas horas con un paquete de refrescos y unas frituras. Sabía que estaban prohibidos para los pacientes, pero prácticamente había crecido en los pasillos de este hospital, así que se sabía mil y un trucos para burlar la seguridad. Vino a mi mente la imagen de los gemelos a los siete años corriendo, mientras las enfermeras, el personal de seguridad y yo misma, tratábamos de darles alcance y se nos desaparecían de la nada.- ¿En qué piensas?- ¿Eh? No, en nada. En algo que dijo mi mamá de un concurso de canto o algo así.- Ah, el dichoso programa ¿No?- ¿Te conté?- Sí, me dijiste que te chocaba la simple idea, porque no se te hacía algo para tu nivel y que es más un capricho de tú madre. Que la idea de irte a encerrar con una bola de tipos y tipas que son X, te asqueaba.- ¿Siempre he sido así?- ¿Así cómo?- Odiosa y antipática…Víctor se rio y me acomodó el cabello tras la oreja. Su toque me hizo sentir muy incómoda y al parecer fue mutuo.- Lo siento
¿En serio me dijo tigresa baby? Por Dios…- Yo… Con la caída perdí la memoria, no recuerdo mucho…Me mareé un poco y el techo parecía dar vueltas. Vinieron a mi mente imágenes sueltas, como si fuera una película a alta velocidad. Había un grupo de jóvenes como de la edad de Lina que se reían de una pareja que discutía a unos cuantos metros. Eran Michelle y Lucio. Al parecer, este último había salido la noche anterior con unos amigos y le habían tomado unas fotos un tanto sugerentes junto a una morena de curvas pronunciadas. Él le decía que no había pasado nada, que sólo era para mantener su imagen y había sido idea de su manager. Imaginé que también era influencer o actor o modelo. No pude evitar sentir que se me hacía agua la boca al ver sus nalgas firmes, sus brazos y bíceps bien desarrollados y sus labios carnosos. Pero mi hijo era más inteligente seguro. Pero que bien se veía ese chico. Definitivamente llevo demasiado tiempo célibe.- ¡No la metas en esto!- Usted nunca ha estado d
Tras la revisión, Isabel me dijo que todo estaba bien y que mi madre ya había llenado el formulario y me esperaban en el lobby del hospital. Se ofreció a acompañarme, pero le dije que prefería caminar sola hasta allá. Eso iba en contra del protocolo, así que por supuesto, se negó. Cuando íbamos casi llegando, le dije que me urgía ir al baño y no le di tiempo de reaccionar. Me escabullí y la perdí al dar vuelta en uno de los pasillos y tomé él elevador. En el último piso del hospital, sólo había dos oficinas: La mía y la del dueño, que casi siempre estaba vacía. Él prefería atender todo desde su casa y las reuniones, generalmente eran en la sucursal de San Pedro Garza García. Yo tenía mi espacio principal en el hospital de San Nicolás y a este, venia dos veces a la semana. Pero era justo por eso que aquí, guardaba los documentos más importantes. El elevador tenía una clave para acceder a esa área. La recordé fácilmente. Corría el riesgo de que estuviera Abril o Mario, pero me imaginé q
Estaba perdida en mi mente.- ¿Escuchaste Michelle?- ¿Qué?- ¿Dónde tienes la cabeza?En cómo deshacerme de ti para que permitas que tu hija viva su vida como mejor le parezca y no como tú quieres…- En nada. ¿Me decías?Insistía con lo de la audición. Me di cuenta de que tenía que tomar una decisión. No puedo ser Verónica de cuarenta y cinco años en el cuerpo de Michelle y no puedo ser Michelle porque no la conozco del todo y porque, al parecer, ni ella misma sabía quién era. Tendré que ser una nueva yo y una nueva ella. Hoy será mi cumpleaños y una nueva mujer joven con la experiencia de una que le dobla la edad, tomará las riendas de todo esto.- La audición es dentro de una semana. ¿Ya pensaste que canción vas a cantar?- Sí. Ninguna.Luz María casi se atraganta con lo que estaba comiendo, Edgar sonrió por lo bajo, satisfecho.- ¿Qué quieres decir con ninguna?- Qué no pienso participar. Y todos esos comerciales que dices que tengo pendientes, cancélalos. No me pienso mover de aq