No puede ser ¿Qué hace Federico aquí y por qué está con esa mala forma? Total, ha pasado tiempo desde la última vez que hablamos donde le dije que lo nuestro había terminado y no se ha inmutado por saber de su hijo, ni por quererlo ver.
¿A qué se debe todo esto? Y lo más importe ¿cómo sabe que estoy en casa? Sus patadas comienzan a sonar como truenos contra la puerta y hacen que me estremezca. Nunca había visto esta parte de Federico, no estoy acostumbrada a escucharlo dando gritos, ni siquiera cuando le arruiné su fiesta de cumpleaños.
Me levanto del regazo de Alan, pero este me agarra del brazo
– Por tu cara de espanto, supongo que ese es tu ex ¿no?
– Sí, es él, mejor le abro la puerta antes de que en verdad me la eche abajo a patadas
– Nena, no tienes por qué hacerlo, él n
Por suerte la ambulancia llega enseguida y después de volver a pedirle a Lis que se quedara con Theo, una vez más, salí con Alan hacia el hospital más cercano.Cuantos sentimientos encontrados tengo mientras espero a tener noticias sobre él en esta sala de espera. Odio las salas de esperas y los hospitales, siempre me han dado malas espinas. Las peores noticias se dan en estos lugares.No puedo creer que justo cuando me encuentro de nuevo con Alan y cuando parece que todo al fin va a ir bien en mi vida, sucede esto. Hoy no es a mí a la que le van a dar una mala noticia, no puede ser, estoy cansada de recibirlas.Me preguntan si conozco a alguien de la familia de él a quien puedan llamar, pero la verdad es que no, no tengo ni idea a quien pudiera avisarle, así que les digo que yo voy a quedarme esta noche, ya mañana llamaré a la empresa para avisarles.Por la otra parte, no puedo sacarme a Feder
Estoy muerta de cansancio. No tenía idea de lo malo que es pasar toda una noche en un hospital. No siento mis piernas, tengo demasiado sueño y en lo único que pienso es en llegar a casa y ver a Theo, nunca había pasado tanto tiempo separado de él.En cambio, me reconforta en gran cantidad saber que Alan ya está completamente fuera de peligro. El transcurso de la noche lo pasó sin complicaciones y ya le dieron el alta.Es tan bueno, que incluso adolorido por los golpes de ayer, pasó la mayor parte del tiempo conversando conmigo porque sabía que en esa butaca no iba a poder pegar un ojo. Su misión fue tratar de ruborizarme la mayor cantidad de veces posibles, creo que se planteó un nuevo record.Su chofer me está llevando primero a la casa para luego dejar a Alan en la suya, le comenté que quería acompañarlo hasta ahí y asegurarme de dejarlo lo má
Ahí está parada con un aire de superioridad que me revuelve todo dentro de mí. Por un momento vacilo entre cerrarle la puerta en la cara de una vez o propinarle un buen golpe antes de hacerlo.Es que es demasiado para mi temperamento. Ha tenido la desfachatez de aparecerse en la puerta de mi casa después de todo lo que pasó, después de haber visto cómo yo sufrí aquel día por la falta de respeto de Federico y, aún así, aquí está, como si no le importase nada.Me decido por cerrarle la puerta de un tirón, quizás de esa manera logro cogerle un dedo con la puerta o estampársela en la cara, si lo hago con fuerza puede hasta que le golpee bastante fuerte.Pero fue como si ella estuviese adivinando mis pensamientos. Antes de que la puerta tuviera oportunidad de cerrarse ella llevó sus manos hacia al frente para detenerla ¡Aghhh! ¡Cuá
– ¿No me vas a decir nada? –me pregunta Elena sacándome de mis pensamientos– ¿Qué estás esperando que te diga? ¿Qué te pida una disculpa, que te cuente lo arrepentida que estoy por mi comportamiento? No pienso hacerlo. Si Federico hubiese sido sincero conmigo cien por ciento, nada de esto hubiera pasado. Se comportó como un niño de cinco años, probablemente Theo sea más maduro que él– ¿Y qué esperabas Cristel? ¿Que se quedara de brazos cruzados después de todo por lo que le hiciste pasar? ¿Pensaste que en ningún momento iba a reaccionar? No puedes ser tan dura con él– Perdón, pero él no me lo estaba poniendo nada fácil y lo entendía, de verdad que sí, yo acabé prácticamente con su vida y lo estaba pagando con la manera en la qu
La cena fue genial. La madre de Alan es un dulce, tal y como me lo imaginaba. Es extremadamente cuidadosa a la hora de escoger sus palabras, delicada en todos los sentidos, muy amable y dulce, hasta en el tono de su voz se nota.Con todos los problemas que había tenido con mi antigua suegra, ya estaba predispuesta, pero para nada. Me siento tan feliz.Es que, de este lado de la moneda, las cosas me resultan muy fáciles. No tengo que estar luchando constantemente, ni con los demás, ni conmigo misma, no tengo que castigarme por lo que pienso que es mi culpa cuando resulta que no lo es, no tengo que desgastarme pensando si me están mintiendo o no.Alan es la pareja que se animaría a bailar conmigo, aunque no tenga idea de cómo hacerlo. Pensé que desde que Federico me había matado, no iba a querer morir por alguien nuevamente, pero es que me lo está poniendo jodidamente fácil, tanto que hasta tien
Para que esto fluya correctamente, tengo que relajarme yo también y tratar de no hablarle de forma tan seca como lo estoy haciendo. Me tiene que ver calmada, vengo en son de paz, no quiero buscar más problemas, solo necesito que él aclare mis dudas.Por más molesta que haya estado aquella noche y dijera lo primero que se me viniera a la cabeza, no quiero que Theo crezca sin conocer a su padre, pero para eso tengo la necesidad de saber con certeza de que va a estar a salvo con él.He tenido un poco de tiempo para pensar mejor las cosas. Como mismo le estuve contando a Alan, creo que Federico explotó aquella noche porque me vio con otro chico. La idea de que yo esté saliendo con alguien más no le gustó, no se le puede culpar, ¿a quién le gustaría ver a la persona que ama con alguien más? Eso es universal.Vernos juntos fue un gran golpe, pero, además, escuchar la form
– ¿Qué hace él aquí?Me preguntó Federico sin quitarle los ojos de encima a medida que avanzaba hacia nosotros. Su voz era casi un susurro, pero un susurro gutural, muy ronco y grueso. – No lo sé la verdad, salí sin decirle a dónde iba, estaba dormido, no pudo saberlo – ¡¿Dormiste con él anoche?!Esta vez su voz sonó mucho más molesta y amenazante ¿Cómo puedo ser tan estúpida y haber soltado eso? No me di cuenta de la gravedad de mis palabras hasta que escuché su pregunta – Lo siento, yo no pretendía que esto fuera así. Quería hablar contigo a solas y tratar de comprender toda la situación en la que estamos metidos. Mi intención nunca fue buscar problemas
¡Oh por Dios! Esos labios, siempre han sido mi perdición. No es lo mismo recordar la forma en la que él me besaba que lo haga realmente. Había intentado tanto bloquear los recuerdos de Federico, meterlos en el fondo del baúl de los recuerdos, que ahora parece casi increíble que él me esté besando.Es exactamente igual a la primera vez que lo hizo, sus labios firmes y gruesos, pero a la vez delicados, su lengua sin clemencia recorriendo cada cavidad de mi boca, el cosquilleo en la boca de mi estómago por la emoción.Espera ¿emoción? No ¿Qué estoy haciendo aquí? Esto no se supone que tenía que pasar. Mi objetivo al venir aquí era poder hablar con tranquilidad, sin que nadie más nos molestara ¿Por qué soy tan débil en cuanto a él se refiere?Cristel despierta, te hizo pasar un calvario, estuviste semanas tirada en