Despierto a la mañana con el peor dolor de cabeza de la vida y muerta desueño,pero el sonido de mi móvil me impidió continuar durmiendo– ¿Sí?– Pitufina, ¿dónde estás?– ¿Lis?– Sí, soy yo, estoy en el hotel, ¿cuál es tu número de habitación?– Emmmm –miré hacia todos lados tratando de buscar algo que me lo indicara hasta darme cuenta que justo en la mesa de noche había una tarjeta que decía “Habitación 27”- en la veintisiete, creo– ¿Cómo que crees?– Sí, no estoy segura– Espera, estoy cerca, voy a tocarPasaron un par de minutos y la puerta estaba sonando. Abrí y efectivamente era Lis– ¿Cómo no vas a saber el número de tu habitación?– No lo sabía Lis, no fue como que anoche le presté mucha atención a esos detalles– ¿Y Federico? –dijo
Lo miré asustada, después de que había escapado de él lo menos que quería era que me encontrara y menos en este estado de embriaguez extrema que tengo. Él, por su parte, no deja de mírame, me tiene los ojos puesto encima y creo que cada vez se acerca más a mí. – Pero si mira a quién tenemos aquí, la chica fugitiva – ¿Cómo? Yo no soy ninguna fugitiva – ¿Qué no? Si en cuanto fui a tu encuentro hace unas horas saliste literalmente corriendo con tu amiga – ¿Amiga? ¿Dónde está esa traidora? –ya me iba sintiendo un poco rara, además del mareo tenía una sensación rara en mi estómago – ¿Cuántas copas te has tomado? –me preguntó sin dejar de mostrarme su dentadura perfecta con una sonrisa – No han sido copas, han sido shots –dije sintiéndome orgullosa de mí – Ok fiera, ¿Cuántos shots han sido? – No lo sé, probablemente demasiados –sentía que la lengua se me enredaba de una forma mu
Los siguientes meses pasaron como agua, es increíble lo rápido que se va el tiempo cuando uno se divierte, salía casi todas las noches con Lis, a discos, a bares, a cenas. Mi círculo de conocidos aumentó considerablemente, ya no era Cristel, la desconocida, la solitaria, ahora las personas me buscaban porque afirman que soy divertida y que la pasan bien conmigo. Eso sí, me juré que todas las noches no iba a estar con un chico diferente, no me sentí muy bien después de esa noche con Federico, incluso ahora, cuatro meses después todavía me continuaba sintiendo mal. Mi objetivo era disfrutar, pasármelo bien, hacer mi vida más entretenida, no cambiar de chico como cambiar de cama. Suena mi teléfono, es Lis – Dime preciosa – Pitufina, ¿qué te falta? –estaba en el trabajo y ella ya ansiosa esperando mi salida, habíamos quedado en ir a cenar juntas – Lis, llevo to
¿Embarazada? Yo no puedo estar embarazada, no es posible. Estoy en shock, es como si mi cerebro se hubiese desconectado del resto de mi cuerpo. No tiendo a hacer nada, a decir algo mucho menos, solo estoy mirando fijamente los resultados que la doctora me entregó donde pone con letras rojas y mayúsculas “EMBARAZO”.No doy crédito, mientras más lo pienso, menos creíble lo siento. Hace cuatro meses que no tengo relaciones con ningún chico, me lo prometí seriamente y hasta ahora lo he cumplido al pie de la letra, después de mi noche con el tal Lombardi me juré que no iba a hacer esas cosas jamás y es imposible que esté embarazada de él. Han pasado cuatro meses en los que no he tenido síntomas de nada y mi período no ha faltado.Definitivamente tienen que repetirme los análisis una vez más, estoy segura de que se equivocaron en el laboratorio. Que me realicen más pruebas, que me den una prueba de embarazo, lo que sea, no estoy embarazada, no puedo estarlo.
Traté de dormir un poco, pero me fue imposible, la ansiedad me estaba consumiendo rápidamente. Fui a la cocina incontables veces, picoteé toda la comida que me encontré. Revisaba mi móvil, lo volvía a revisar. Puse la tele, cambié para cientos de canales. Intenté leer. Nada me calmó, solo podía pensar en marcar el número que Lis había dejado a mi lado.Sería muy egoísta de mi parte no contarle esto a Federico, tiene el derecho de saberlo, es su hijo, de la forma en que se lo tome ya es decisión de él, además, no quiero que este niño me reproche el día de mañana que no le di la oportunidad de tener un padre, una figura paterna que esté a su lado.Estos pensamientos hicieron que me decidiera de una vez por todas, tomé el móvil en mi mano y marqué su número. Dio tono varias veces y justo cuando pensé que no iba a responder escuché su voz–¿Hola? –el corazón comenzó a latirme a millón, su voz quebradiza me hizo volver a recordar todos los detalles de aquella noc
(…)Despierto aturdida, miro hacia la ventana solo para darme cuenta que todavía es de noche. El llanto del bebé me recuerda una vez más que ya soy madre y que esta es mi vida ahora. Muchas veces me resulta difícil pero cuando le veo su cara y sus pequeños ojitos, todo se me olvida, esa es mi recompensa.Luego de los restantes cinco meses del embarazo, tuve mucho tiempo para investigar sobre Federico Lombardi, quién era, a qué se dedicaba. Para mi sorpresa descubrí que es uno de los empresarios más reconocidos en el sector de energías renovables y sostenibles. Supuestamente es uno de los mayores líderes innovando métodos para proteger al medio ambiente y en la cantidad de acciones de caridad, todos los años dona el treinta por ciento de su salario a organizaciones benéficas.Todavía no me lo podía creer, su personalidad no concordaba para nada con las acciones que hacía, a no ser que todo fuera parte de una actuación más que bien organizada para venderle una
Conversamos un poco más sobre su amigo y Lis (si él supiera que se están viendo de nuevo) de lo que pasó luego de esa noche.Al parecer, en algún momento de todo aquel caos en el que yo me hallaba sumergida, le di mi número. Según él, intentó llamarme varias veces sin tener éxito en ninguno de los intentos, algo que tiene todo el sentido debido a que mi móvil se rompió luego de esa noche.Como no le dejé más ningún dato mío, no pudo hacer nada más y yo tampoco le pedí alguna forma para contactarlo ni vi el dorso de la nota que me dejó en la habitación del hotel la siguiente mañana, en la que me había dejado apuntado su número.Todas las cosas se dieron de una manera perfecta para que no pudiésemos reencontrarnos de nuevo y supongo que, si sucedió así, por alguna razón fue. Lo que todavía no me acabo de meter en la cabeza es como no es capaz de enlazar esta historia con la que la muchacha que lo contactó por el móvil, intentó contarle, es absurdo no darse cuenta de
Él se llevó una mano a la cabeza y comenzó a rascarse y a tocar su cabello jugueteando con él. Se notaba que estaba un poco incómodo con la pregunta que le estaba haciendo. Esto sí que no lo vi venir. Resulta que es modesto el señor. Supongo que algo bueno tiene que tener, no todo pueden ser defectos.–Sí, ese es mi apellido. Pensé que ya te habías dado cuenta desde ayer cuando nos reencontramos–No, es que, para serte sincera, no recordaba tu nombre. Me siento un poco como una cualquiera al confesarte esto, pero supongo que entre los tragos de más que tomé esa noche y el tiempo que ha pasado desde entonces me lo impidió–Bueno, siendo eso así, ahora tengo una duda - ¡Oh, quizás me pasé mucho con la actuación! A ver si ahora pierde el interés en mí por pensar que soy una zorra- ¿Cómo me anotaste en tus contactosComencé a reír genuinamente porque en verdad me pareció graciosa su reacción. Yo estaba pensado ya en que no iba a querer verme